¿Quién eres?


Len no podía creerlo ¿Quién se creía ella para decirle eso? Lo único que quería en esos momentos era poner la mayor distancia que pudiera entre él y Miku. Lo que el hiciera o necesitara no era para nada de la incumbencia de ella. Estaba por responderle cuando el celular de Miku timbró, indicando un mensaje nuevo. Al revisar el mensaje Miku murmuró "bakamikuo" haciendo que Len se tensara.

— ¡¿Acaso no pueden dejarme en paz?!— intentó murmurar pero fue un grito reprimido con ira lo que Miku escuchó. El escuchar el nombre del chico fue el detonante para contestarle a la chica de mala manera.

Miku solo quedó estática al ver a Len, su flequillo ocultaba su mirada pero podía sentir su enojo así como su puño estampado en la silla. Bien, probablemente Miku tenía la culpa del porqué de la reacción de Len y estaba dispuesta a asumir y descubrirlo cuando Lily los interrumpió diciendo que era hora de irse. Ambos chicos se levantaron en silencio y siguieron a la rubia al carro.


Miku y Len estaban perdidos en sus pensamientos: Len sobre el sentimiento que le producía estar cerca de la aguamarina y Miku acerca del comportamiento de Len, tanto que no escuchó a Lily hablarle.

— Miku... ¿Miku?

—... ¿Ah? ¿Si?

—Te estoy hablando ¿Tienes algo que hacer este viernes? — la rubia sabía que algo le pasaba pero no dijo nada.

— ¿Viernes? Me parece que no.

— Bien, te espero en la casa a las 7 pm para cenar. No quiero que faltes ¿eh? Cuento contigo.




Viernes por la tarde.

Miku se encontraba frente a la casa de los Kagamine. Estaba a punto de tocar cuando el rubio abrió la puerta y solo se hizo a un lado para dejarla pasar. Miku se encontraba examinando al chico, este vestía un traje muy ordenado y el cabello en una coleta baja. Se veía muy bien. Len tampoco se quedó atrás. Observó rápida pero muy bien a Miku. El vestido crema con holanes azul cielo hacían que la aguamarina se viese tierna y adorable.

— Lily me puso al pendiente de cuando llegaras. Te vi pasar así que me adelante a que tocaras el timbre. Habría gritado de escucharlo y ya sabes cómo se pone, creo. Sígueme — habló rápidamente.

Len le estaba hablando de manera "casi" normal a Miku lo cual sinceramente le pareció extraño pero bien. Asintió rápidamente y ambos se dirigieron a la sala y salió rápidamente no sin antes decirle que iría por su hermana. En realidad pensaba en lo que Lily le había dicho días antes.

***Flashback***

— ¿Por qué te comportas así con ella? —Lily había visto antes lo que sucedió entre la aguamarina y su hermano.

— ¿Con quién? — Él sabía perfectamente de quien hablaban pero no lo admitiría.

— No te hagas el idiota Len, sabes muy bien de quién te hablo.

— No es... asunto tuyo.

— Sea lo que sea que pase por tu cabeza de chorlito Len te pediré que te comportes. Miku no es responsable de lo que sea que te haya pasado. Ese rencor que tienes debes solucionarlo de una vez por todas.

— Eso no te incumbe Lily.

— Claro que si tonto. Te quiero Len, muchísimo, pero serás un viejo cascarrabias si continúas así, sin amigos ni nadie. En fin, es tu problema. Solo date el tiempo de conocer a las personas antes de tratarlas.

***Flashback end***


Escuchó las voces de sus padres saludar a Miku y luego el grito de su hermana. Lily estaba muy emocionada pues hace un mes el joven Kiyoteru Hiyama había pedido su mano y esta noche se habían reunido para terminar los preparativos. Lo que aún no comprendía bien era el por qué su hermana invitó a la aguamarina.

El ambiente en la mesa era realmente agradable con los señores Kagamine, Lily, Kiyoteru, Len y Miku.

— ¿Y cómo está tu familia Miku? — la señora Kagamine estaba muy feliz de poder ver a la chica Hatsune.

— Muy bien, mis padres siguen en el extranjero por negocios, además que se han asociado a otra empresa y ustedes saben cómo son esos asuntos.

— Nos hemos enterado de eso, es la misma empresa que contacto con nosotros hace un par de días — el señor Kagamine también era un hombre de negocios — ¿Puedo permitirme preguntar por tu hermano?

— Por ahora me parece que está con mis padres — mientras explicaba Miku demostraba tener los mejores modales en la mesa.

— Has cambiado mucho Miku. La última vez que te vi recuerdo que tu padre gritaba molesto por tu aparición con esa rara vestimenta y ese perro enorme en aquella cena — cualquiera se pondría nervioso con la aclaración del señor Kagamine y esto hizo que Len recordara como Miku estaba vestida.

— Es cierto. Tus padres siempre te regañaban cada vez que subías a un árbol o a cualquier cosa. O cuando la vez en que te peleaste con otro niño porque molestó a Rin — ahora era Lily la que hablaba. Len comía en silencio pero prestaba atención a cada palabra y cuando mencionaron la pelea, Len observó a Miku de nuevo y la vio sonrojarse.

— El chico se lo buscó, pero a cambio obtuve una llamada de atención de mi padre: "deberías comportarte como una dama, no tienes modales. Bla bla bla" — solo a Miku se le ocurría remedar a su padre. — Luego de eso me inscribió a clases de etiqueta y... aquí estoy— los presentes rieron.

— ¿Ves que linda es? Kiyoteru, hay que tener una hija así — casi todos en la mesa rieron ante ese comentario.


El resto de la cena los novios recordaron cómo se conocieron y luego que los platos fueron retirado discutieron sobre la boda y asuntos finales de la fiesta con el postre.

— Ok, basta de nosotros— Lily se levantó de la mesa sosteniendo una copa en la mano — Quiero proponer un brindis por Miku— la aguamarina y principalmente Len la miraron muy extraño — ¡Por tu éxito en danza contemporánea y artes!

— ¿De qué hablas Lily? — todos estaban algo extrañados por su actitud.

— Miku recibió una carta de una prestigiosa escuela de arte en Europa ¿No es genial? — Lily parecía más que emocionada.

— ¿A-ah? Si pero solo es una prueba. Me tendrán en observación por este año. Aun no es nada seguro. ¿Cómo te enteraste? — la sorpresa de Miku podía verse claramente en su rostro.

— Tu misma me lo contaste hace algunos días — Lily le dedicó una mirada de obviedad. — Sé que no es de nuestra incumbencia pero tu familia no estaba aquí... así que pensé que podrías celebrar con nosotros. Sabes que cuentas con mi apoyo.

La aguamarina solo inclinó la cabeza y cuando la levantó, Len vio la sonrisa más bonita y sincera que había visto.

— ¡Gracias!


Después de cenar, el señor Kagamine se retiró a hablar con Kiyoteru sobre algún asunto financiero mientras la señora Kagamine platicaba con Lily sobre el vestido y la recepción en la sala. Len se encontraba con ellas hojeando un libro y observando disimuladamente a la aguamarina quien también se encontraba con ellas, cuando le preguntaron a Miku sobre un adorno floral ésta soltó algunas lágrimas que limpió rápidamente.

— Miku cariño ¿Por qué lloras? — La madre de Len se mostró preocupada.

¿Cómo explicar que lo que más que deseas en el mundo no te está permitido?

— Mis padres aun no lo saben y... conociendo a mi padre él no lo aprobará — susurró la chica viendo al techo.

— ¿Qué? ¿Pero cómo? — al parecer en el tiempo en que se habían distanciado las dos familias estas habían cambiado.

Miku suspiró, se recargó en el sillón y explicó:

— Mis padres y familia en general siempre nos prestaron cierta atención a mi hermano y a mí por el hecho de ser gemelos y porque desde niños siempre fuimos competitivos: Mikuo el incorregible y yo la niña imperfecta. Cada cosa que hacíamos era supervisada y me esforcé en disciplinarme y demostrar que podía ser tan capaz como mi padre, pero eso no fue el problema. Cuando mi hermano tomó su propio camino, mi padre confió en que yo seguiría en la compañía. Desde entonces él espera la perfección de mí... — la aguamarina lanzó un pesado suspiro. — Es por eso que si él se entera que al menos planeo ir a esa escuela yo sería un fracaso frente a él.

Len se mantuvo callado. Y pensar que él tenía problemas con su familia. Al menos Len había decidido qué haría con su vida... En cambio Miku... Ella no era la chica que pensó. ¿Podría darle ahora una oportunidad? ¿Valdría la pena arriesgarse?

— Tranquila Miku, yo creo que tu padre entenderá... mmmm te propongo que para olvidar un momento esta situación me acompañes mañana a buscar un bello vestido para que seas la madrina en mi boda ¿Qué te parece?

Miku solo sonrió. Sabía que su amiga siempre tenía esa costumbre de pedir algo; y más cuando ella no se podría negar.


Ella es diferente a lo que él pensó.

Tan diferente a como la conoció.



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[25.06.16] --- [08.01.18]

[Ed.]

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