.Capítulo 7.
Oscuridad, terrible y silenciosa oscuridad.
Logan despertó sin aliento en medio de la noche, su rostro y cuerpo estaban empapados de un sudor frío que lo preocuparía hasta los huesos de no ser por su estado mental ahora mismo. Se agarró el cuello inconscientemente con su mano derecha, sus ojos bien abiertos observando la oscuridad en su cuarto que lo rodeaba, lo consumía. Se sentía pésimo, agotado. Sentía que iba a vomitar por lo que se levantó de su cama y fue al baño lo más rápido posible.
Luego de vomitar se sentó en el suelo helado de su cuarto de baño, su respiración no se calmaba, sus manos no dejaban de recorrer su cabello despeinado y sus ojos ardían por la luz y por las ganas de aguantarse las lágrimas. Es absurdo decir que le teme a la oscuridad, él no le teme a nada, pero no iba a negar que ciertas noches se despertaba agitado y con ganas de vomitar sin razón alguna. En el momento en el que recuperó el aliento y limpió el inodoro — si lo dejaba sucio iba a vomitar otra vez — llamó a Valeria.
- ¿otra vez las pesadillas, Logan? -. Valeria le acarició el cabello lentamente a su compañero sentado en la cama a su lado
- no puedo llamarlo pesadilla si no hay nada, no hay forma física, sólo hay sonido -. Incluso en su peor estado tiene que salir con su estúpida lógica -. Lo único que quería, y me cuesta admitirlo, es un poco de compañía...
- y por eso estoy aquí, no importa que sean las cuatro de la mañana, sabes que siempre estaré aquí
Siempre estaré aquí. Que frase más graciosa. Logan sonrió un poco y asintió con la cabeza, no porque esté feliz o agradecido, sino porque todas estas palabras de apoyo que Valeria o Patton o quien sea le dicen nunca tendrán un significado para él. Son sólo palabras sin sentido. Valeria le dio un fuerte abrazo, Logan no la abrazó de vuelta.
A la mañana siguiente Patton fue a la morgue, aceptó la propuesta de Roman de ir allí a encontrarse e investigar el cadáver del supuesto asesino de Ashley todos juntos, incluso involucrando a Logan por más que esté enojado con él por su comportamiento de ayer. Leonardo lo saludó con esa mirada analítica de siempre, sin decir ni una palabra, recordándole a Logan rápidamente. Patton le sonrió y saludó de vuelta.
- ¡buenos días, Leo! -. Lo abrazó con fuerza, Leonardo abrió un poco sus ojos por la inesperada muestra de afecto -, ¿cómo te encuentras esta hermosa mañana?
- buenos días, señor Anderson. Hoy me encuentro bien, espero usted también
- deja las formalidades de lado, Leo -. Le rodeó la cintura con su brazo derecho, apoyando su cabeza en su hombro -, te dije que me llames Patton
Logan acomodó su corbata y cabello en el ascensor, sus oídos escuchando esa suave melodía que lo acompañaba en su soledad que sólo durará unos pocos minutos, estaba seguro que sus tres compañeros de trabajo iban a molestarlo al igual que unas cucarachas. Las puertas se abrieron y Logan caminó por el pasillo con sus brazos detrás de su espalda, su típica mirada observando su alrededor unos momentos hasta que logró escuchar las voces de sus compañeros. Largó un suave suspiro y se dirigió a ellos.
- ¡Logi, llegaste! -. Patton lo abrazó por la cintura, su risa de alguna forma iluminando el ambiente de la tétrica morgue -, ¡estábamos preocupados!
- no hay un “estábamos”, Patton, por lo menos yo no lo estaba -. Roman se cruzó de brazos y cerró los ojos, comenzando con su dramática actuación de “ley del hielo” con Logan. Sólo bastó una mirada furiosa de Patton para que Roman comience a temblar -. Lo dije porque sabía que Logan vendría, él nunca llega tarde
- ¿cuál era el nombre del sujeto? -. Logan cambió de tema una vez se separó del agarre amistoso de Patton, acomodó sus anteojos y miró detalladamente al cadáver frente a él
- su nombre era Martín Grasso -. Leonardo respondió, ambos parecían robots. Sus miradas, la forma fría en la que hablan y la forma en la que ambos se paran te dan esa idea de que son superiores a ti -, tenía treinta años y nunca fue arrestado antes, tal vez siempre lograba escaparse de la policía
- algo comprensible, ese bastardo corría rápido -. Caminó alrededor de la mesa en donde el cuerpo de Martín se encontraba -. Por cierto, traía una máscara, ¿sabes dónde está?
Leonardo asintió y le entregó dicho objeto, Logan miró la máscara desde todos los ángulos, rozó sus dedos lentamente por el dibujo en el ojo izquierdo y luego dirigió su mirada a sus cuatro acompañantes. Ahora mismo se hacía una pregunta en su mente: ¿debería involucrar a sus compañeros?, ¿qué pasaría si no le siguen el ritmo?. Tragó saliva, miró la máscara y de nuevo a sus acompañantes, en especial a Patton. Mierda, Patton se ve listo para poder ayudar en lo que sea. A la mierda, Logan tomó una decisión.
- tendremos que investigar el significado de esta máscara -. Virgil y Patton asintieron, Roman rodó los ojos -, si quieren pueden ayudarme pero no esperen ir más rápido que yo en la investigación, es claramente imposible
- ¡ya llegó el egocentrismo! -. Roman interrumpió
- no te sientas mal por tu falta de habilidades, Roman -. Logan le dio unas palmadas en el hombro -, algún día crecerás
Virgil no pudo evitar reírse en su cara, Patton sonrió y siguió a Logan directo al ascensor junto a Virgil, Roman miró a Leonardo y éste se encogió un poco de hombros antes de retirarse también. Bien, Logan está aprendiendo a ser más hijo de puta de lo que ya es y eso le agradaba a Roman, le encantan las personas que ponen a prueba su paciencia.
- ¿qué quieres que hagamos para ayudarte, Logan? -. Virgil se sentó en el escritorio de Logan, mirando la ordenada oficina del hombre inteligente, de alguna forma sintiéndose más calmado aquí
- sabiendo que les gusta hablar cómo pericos, me gustaría que visiten a los familiares o conocidos de Martín Grasso y le saquen toda la valiosa información que ustedes crean necesario -. Escribió algo en su libreta rápidamente, arrancó la hoja, la dobló y la guardó delicadamente en el bolsillo de la camisa de Virgil -. Sé que son unos inútiles así que en esa hoja tienen las preguntas que yo haría si estuviera con ustedes
- wow, gracias, robot -. Roman agregó sarcásticamente
- de nada -. Sonrió y volvió a su trabajo
Que hijo de puta. Roman sonrió, “enamorándose” más de su amigo nerd. Virgil leyó las preguntas al igual que Patton antes de salir de la oficina.
- haremos lo mejor que podamos, Logi -. Lo abrazó otra vez y le dio un pequeño beso en la cabeza -, ¡deseanos suerte!
Le tomó diez minutos a Logan darse cuenta de que Patton le dio un beso, apoyó su mano sobre su cabeza y miró hacia donde sus compañeros se habían ido.
- han pasado años desde la última vez que alguien me dio un beso...
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