Al llegar al séptimo día Bankotsu y Aome han decidido volver, esa mañana empacaron sus cosas, desayunaron con la familia de Bankotsu, al estar ya preparados para subir a la limusina, Suikotsu bajo con su equipaje.

-¿A donde iras?- pregunto Bankotsu con mala cara, no quería que su hermano viajara con ellos.

-Iré con ustedes, tengo algunos pendientes que arreglar- respondió Suikotsu.

Ante lo dicho todos subieron a la limusina incluyendo sus padres, llegaron rápidamente al aeropuerto a minutos de que saliera su vuelo.

-Te extrapare hijo- dijo la castaña.

-Y yo a ti madre- dijo Bankotsu.

-Aome querida, cuida bien de ambos- dijo la castaña.

-Asi lo haré señora, y mas con Bankotsu- dijo la azabache.

-Hasta luego madre, nos vemos pronto- dijo Suikotsu.

-Nos vemos hijo- dijo la castaña.

-Nos veremos dentro de unas semanas Bankotsu- dijo su padre.

-Hasta luego papa- dijeron ambos.

-Pasajeros del vuelo 59 favor de abordar por la puerta 3- dijeron a través del altavoz.

Todos caminaron a la puerta indicada y abordaron el avión, después de horas de vuelo, durante este la pequeña Nanami se quedo dormida al igual que su madre, Suikotsu se sentó a lado de su hermano.

-Espero no estés planeando algo- dijo Bankotsu.

-No te preocupes, ahora dejare que seas feliz- dijo Suikotsu.

Despues de varias horas de vuelo cayo la noche, y justamente a la media noche llegaron a Tokio, su hogar, Bankotsu pidió su auto y subió el equipaje, Aome ya estaba en el auto con la bebe, Bankotsu manejo hasta su departamento para dejar a su hermano primero.

-Gracias por traerme- dijo Suikotsu.

-De nada, nos vemos luego- dijo Bankotsu.

-Bankotsu, mañana podrías venir, tenemos un problema que arreglar nosotros dos- dijo Suikotsu.

-Esta bien mañana vendré- dijo Bankotsu.

Manejo hasta la mansión Higurashi y bajo el equipaje, entraron con cuidado, Amelía y Shippo se encontraban en el sofá, se habían quedado dormidos, Aome subio para acostar a la bebe y después se acostaron ella y Bankotsu.

-¿No crees que deberías hablar con Suikotsu?- dijo la azabache.

-Nunca te conté lo que paso ¿verdad?- dijo el pelinegro.

La azabache solo negó con la cabeza.

-Hace unos años, conocí a una chica, nos hicimos novios al mes, se la presente a mi familia, al pasar unos meses mas Suikotsu aprovechó el parecido entre nosotros y comenzó a cortejarla, hasta que un día los encontré en mi habitación teniendo relaciones, desde ese entonces mi odio hacia el surgió como un huracan- decía Bankotsu, Aome solo se limitaba a escucharlo- Nuestra relación se rompió, y ya no volví a verlo como si fuera mi hermano.

-Algunos merecemos otra oportunidad- dijo la azabache- Tal vez y este arrepentido.

-El no conoce eso- dijo el pelinegro.

-¿La amabas mucho no?- dijo la azabache.

-Era mi vida, cuando te conocí a ti, y ocurrio lo del accidente el vino para nuestro cumpleaños, yo estaba enamorado de ti, y el quería hacer lo mismo o al menos eso pensaba yo- decía Bankotsu- Me enamore de la mujer mas hermosa que pude conocer, tu, no permitiría que te alejara de mi.

-Aun así hablen, hazlo por mi- dijo la azabache.

-Esta bien, pero por ahora hay que dormir- dijo el pelinegro.

Ambos se quedaron dormidos, al día siguiente Bankotsu se levanto temprano y le dejo una nota a su amada, se fue a su empresa en la cual ahora ya era dueño y después fue a la empresa de Aome, donde era dueña, arreglo algunos pendientes y al caer las 3 de la tarde se dirigió al departamento.

-Buenas tardes- dijo Bankotsu.

-Que bueno que viniste- dijo Suikotsu.

-¿De que quieres hablar conmigo?- dijo Bankotsu.

-Te debo una disculpa- dijo Suikotsu, su hermano lo observaba con algo de desconfianza- Se que me odias desde lo ocurrido con Akeno, y se que lo que hice no estuvo buen, no debí interferir.

-Creo que yo debo agradecerte por haberlo hecho, ya que si no hubiera ocurrido eso no hubiera conocido a Aome- dijo Bankotsu- Te perdono.

-Gracias Bankotsu- dijo Suikotsu- Quiero recuperar este tiempo perdido ya que nos alejamos mucho.

-Lo recuperaremos ya veras- dijo Bankotsu sonriendo.

Después de eso Bankotsu debía irse.

-Ven a cenar a la casa- dijo Bankotsu- Aome quiere que vallas.

-Esta bien ahí estare- dijo Suikotsu.

Bankotsu manejo hasta su casa y convivió con su familia, todos estaban contentos, al caer la noche Suikotsu llego y todos se adentraron al comedor y cenaron como una gran familia.

Continuará...

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