¿dónde estoy?
Al abrir mis ojos me dolía todo el cuerpo, al intentar mover mis manos descubrí que estaban atadas, mi entorno era oscuro, a penas se filtraba la luz por algunos espacios sin madera que las ventanas poseían; alterado por la situación intente levantarme pero me di cuenta que en el frío suelo hiba a ser difícil levantarme con manos atadas, traté de zafarme más era imposible, lo único que lograba era hacerme más daño con las ásperas cuerdas, dejé de forcejear, al notar un cuerpo a lado mio, la poca luz que se filtraba le daba de lleno en el rostro... Estaba muerto, lanzé un grito de horror y desesperadamente intenté alejarme de él; su rostro era... Indescriptible, su boca desbordaba sangre, sus ojos decían ayúdame, la mitad de su cara deformada y lágrimas secas en sus mejillas, había sufrido mucho; me empezé a alterar aún más, no quería terminar como aquel sujeto, comenzé a forcejear, ya sin importarme si me hacía daño, lo único que queria era salir de ahi; escuche la puerta abrirse.
Mi respiración se aceleró, mi perdición esta cerca, pensé, que lo que vería sería un horrible hombre, grande y fuerte, talvez incluso aquel que me secuestró, con una gran hacha, un delantal hecho de carne y mucha sangre (talvez he visto muchas películas de terror).
Más sin embargo lo que vi entrar por esa puerta fue... Un chico, talvez un poco mayor que yo, pero no es nada de lo que me imaginaba, se veía... Agradable.
–¡hola! – lo dijo con tal luz en sus ojos y emoción en su hablar que inmediatamente pensé en confiar en él, pero luego recordé donde me encontraba y no me relaje.
–¿Quién eres?
–oh, todo a su tiempo ink
¿Ink? ¿Cómo sabe mi nombre? Ok esto es muy raro y tengo miedo
–¿C-como sabes m-mi nombre?
– te dije que todo a su tiempo ¿No, kiky?
Ok, esto me están dando mucha mala espina, sabe mi nombre y MI apodo, decidí quedarme callado.
–¿Ya conociste a tu compañero?– dijo refiriéndose al cuerpo a mi lado, mi respiración se agitó– oh, bueno... Ex compañero jeje, da igual– se acercó a mi, yo retrocedí como pude y no pude evitar que el notará mi nerviosismo.
–n-no me h-haga n-nada, por f-favor– estaba al borde de las lágrimas
–oh, tranquilo kiky, no te hare nada– comenzó a desatar mis cuerdas– al menos yo no...
No me tranquilize, si el no me haría daño...¿Quién?
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