Capitulo 9.
Hace un intento de acercarse a mi, pero me vuelvo a apartar.
-¿Enserio crees que vas a poder tocarme?-me río irónica.-Tu flipas.
-Se nota que eres débil.-intenta de nuevo acercarse.
-Puede parecerlo.-me aparto.-Pero créeme, puedo matarte de una patada.
-¿Y porque no lo haces?-levanta las cejas.
-Porque yo no soy como tu.-me cruzo de brazos.-No me gusta ver morir a la gente.
Se acerca a mi, y como no tengo mas escapatoria le doy una patada en sus partes bien dada.
-Espero haberte dejado estéril, cabrón.-voy hasta la puerta.
Pero me coge del brazo y estira de mi.
Intenta besarme el cuello pero le doy un rodillazo de nuevo en sus partes, y justo se abre la puerta y entra Jesus.
-Déjala.-me agarra de la cintura.
Y minutos después entra mi padre, con unas esposas y comenzando reír.
-Eres patético.-le suelta.-Te estas volviendo tonto.
Me mira con odio y yo le sonrío.
-Te lo dije.-me río.-Siempre gano.
.....
-Madre mía que día.-me tumbo en la cama.-Ha sido bonito por una parte.
-Pero ha tenido que joderlo todo su padre.-se queja Jesus.
-No ha jodido nada.-sonrío.-Se lo han llevado y ya esta, mejor olvidemos que a ocurrido y dejemos los recuerdos en un día perfecto.
-Tu siempre tan increíble.-sonríe, quitándose la camisa.
Un ruido procedente del ordenador portátil de Jesus interrumpe nuestra conversación.
Jesus se sienta en el escritorio y lee el mensaje que le acaba de llegar.
-Mierda.-murmura.
-¿Ocurre algo?-le pregunto, desde la cama.
-No, nada.-dice, tecleando algo en el portátil.-Es solo que mañana trabajo.
-Ah.-suspiro.-Deberás acostarte.
.....
-Me voy.-me da un beso en la frente, mientras bebo un baso de zumo.-Vendré luego, no me eches de menos.
-Siempre lo hago.-le sonrío, lanzándole un beso.
-¿Te he dicho y que te quiero?-dice desde la puerta.
-Sí.-me río.-Anda vete, que llegas tarde.
-¿Estarás aquí cuando vuelva?-apoya su mejilla en el marco de la puerta.
-No lo dudes.-sonrío, dejando el baso en la pila.-Siempre.
Y puedo ver su sonrisa antes de cerrar la puerta de la entrada.
Poco después de recoger todo y dejarlo aseado, subo a arreglarme.
Me doy una ducha larga y minutos después me visto adecuadamente para la entrevista que tengo hoy.
Bajo rápido las escaleras, recordando donde deje ayer las llaves del coche.
Las encuentro en el mueble de la entrada.
Reviso que lo llevo todo y salgo de casa.
.....
Mis tacones suenan elegantemente contra el largo pasillo blanco de la sede en la que estoy.
Toco varias veces a una puerta gigante de madera.
Muy elegante.
La voz de una señora me hace pasar.
Puedo ver a una mujer de unos cincuenta años de edad, rubia platino, de unos ojos grises oscuros, y con aspecto elegante.
-Buenos días, señorita González.-me saluda.-Siéntese.
-Buenos días.-me siento en una silla de cuero negra, enfrente de ella.
-Soy la señora Domenech.-sonríe.-Pero usted puede llamarme Elisa.
Me fijo en su dentadura perfecta y le devuelvo la sonrisa.
-Mi nombre es Amanda.-apunto.-Pero todos me llaman Amy.
-Esta bien, Amy.-coge un par de folios que le acabo de dar.-Estudios increíbles, capacidad exquisita, organización inigualable...-alza la vista.-¿Porque no ha trabajado usted nunca?
-Acabe los estudios el año pasado, ya que quería ser la mejor.-miento.-Luego quise descansar un poco, y he decidido que ya basta de descanso.
-Perfecto.-me devuelve los papeles.-Te quiero como secretaria personal.-se levanta.-¿Te viene bien empezar ya?
-¿Ahora?-sonrío.-Claro.
*Narrador en tercera persona*
Jesus da vueltas de un lado a otro por su despacho.
Ser el jefe de la empresa también tiene sus consecuencias.
-¿París?-pregunta, tocándose el pelo nervioso.-¿Tanto tiempo?-suspira.-¿No puedo enviar a nadie?-se sienta en el gran sofá de cuero que tiene.-Si, tengo gente importante a la que no puedo dejar.-se rasca la nuca.-¿Y no puedo llevar acompañante?-se pone histérico.-No me lo puedo creer, de verdad.
Jesus cuelga el teléfono, enfadado y lo estamos contra el sofá.
Tensa los puños y mira al frente, apretando la mandíbula.
¿Porque nada puede ir bien en esta vida?
¿Porque siempre tiene que haber algo que lo joda todo?
*Narra Amy*
-Aquí tiene su café.-se lo doy a Elisa.-¿Puedo ir a mi despacho a organizar su agenda?
-Por supuesto.-me sonríe, pegando un trago a el café.-Muy rico, por cierto.
Le sonrío antes de ir a mi despacho.
El despacho que me ha dado esta al lado del suyo, aunque es un poco mas pequeño.
Es moderno y tiene mucha luz, gracias al ventanal gigante que deja ver casi todo Madrid.
Enciendo el portátil que me ha dado Elisa y tecleo varias cosas en el.
El teléfono me empieza a sonar y sonrío al ver el nombre de Jesus.
-Hola cariño.-digo, alegre.-¿A que no adivinas donde estoy?
-Sorpréndeme.-dice, aunque se le nota serio.
-Estoy trabajando.-celebro, sonriente.-Luego te doy detalles.
-Si.-tose.-Oye Amanda...-comienza.-Tenemos que hablar.
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Haber guapetonas mías:
Tengo varios borradores de una nueva novela.
¿Queréis que suba el primer capítulo?💎💎💎👌👌💍🙌🙌🙌🙌💞💞💞💞💞
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