Dejo todas las armas en la sede de nuevo.
Cada una en su sitio.

-Eres muy grande.-se oye desde la puerta.

Dejo el paraguas y me giro, esta mi padre, apoyado en el marco.

-¿Pero a que precio?-suspiro.-No sabes el miedo que he pasado.-Miro el suelo.-He puesto en peligro a Maria, a los gemelos, al bebe.-me siento, ahogando las lagrimas.-Papa, incluso dude en como se desactivaba la bomba.

Se acerca a mi y me abraza.
Me acaricia el pelo suavemente, mientras intento contenerme las lagrimas.

-Cariño.-susurra.-Olvídalo, piensa que todo esta bien, que ya ha pasado.

-No puedo seguir así.-suspiro.-Voy a firmar de una vez los papeles de renuncia.

-Esta bien.-me da la mano.-Vamos.

Y minutos después ya estoy firmando la renuncia.

-Bueno.-me levanto.-Supongo que... ya esta.

*Varios meses después.*

-¡Venga, corre!-digo, entrando al coche.

-Ya voy, ya.-dicd Jesus, arreglándose la camisa.

Arranco el coche nerviosa, son las tres de la mañana, y Maria se ha puesto de parto.

Llegamos enseguida, y entramos rápidamente a recepción.

-Estamos buscando a Maria Martínez y Daniel Oviedo.-digo, rápidamente.

La joven secretaria de queda en shock mirando a Jesus.
Lo que hace que mis celos salgan.

-Ejem, ejem.-le interrumpo.-Por favor.

-Ah, si, si.-mira el ordenador.-Segunda planta a la derecha.

-Gracias.-sonríe Jesus.

Lo miro mal y comienzo a andar.

-Celosa.-me pica, pasando su brazo por mis hombros.

-Idiota.-me quejo, pulsando el botón que llama al ascensor.

-Te quiero.-susurra, dándome un beso en la mejilla.

-Vale.-digo, intentando aparentar seriedad.

-Vale.-sonríe él.

Las puertas del ascensor se abren y comienzo a andar rápido.

Me encuentro a Dani en el pasillo y voy a abrázalo.

-Esta ya en el paritario.-informa.-Ahora mismo vendrán a buscarme.

-Mucha suerte.-le vuelvo a abrazarlo.

-¿Daniel Oviedo?-pregunta el doctor.-Acompáñame, por favor.

-Ale.-le doy un empujoncito.-Que sea breve.

-Espero.-se ríe,andando detrás del medico.

Me siento en una silla que hay en el largo pasillo, mirando mis manos.

Sonrío levemente mientras veo el anillo reluciente que hay en mi mano derecha.

Mi anillo de compromiso.

#Flashback#

Ando rápidamente por las calles de Madrid, directa hasta mi trabajo.

Nada mas entrar a la sede, voy a saludar a Elisa, la que me felicita entusiasmada por el artículo de la semana pasada.

Seguidamente entro a mi despacho y comienzo a teclear un nuevo artículo en el ordenador.

En la hora de la comida, bajo a la cafetería donde siempre comemos Jesus y yo, dado que la discográfica esta cerca de mi trabajo.

Hablamos de distintos temas, mientras reímos, y disfrutamos de nuestra compañía.

-Hoy es viernes.-dice, dandole un trago a la Cerveza.-¿Quieres que cenemos fuera?

-Claro.-sonrío.

Pero quien me iba a decir a mi que ese "claro" me iba a cambiar un poco la vida.

La tarde paso lenta, y a las pocas horas ya estábamos cenando los dos en la terraza que hay al lado del lago.

Después de cenar, nos dirigimos al lago a dar un paseo increíble a la luz de la luna.

-Amy.-susurra,entrelazando nuestros dedos.-Yo... bueno.-se rasca la nuca.-Que..-le entra la risa tonta, lo que me hace reír a mi.-Joder, que difícil es esto.

-Venga.-le doy un pequeño empujón amoroso.-Dilo.

Veo como se mete la mano en el bolsillo y saca una cajita.

Oh dios, oh dios.

-Jesus...-susurro.

-¿Quieres casarte conmigo?-me agarra la mano.

-Oh dios.-me tiro a abrazarlo.-Pues claro, dios, claro.

.....

Me estaba acabando de colocar el vestido cuando una guapísima y gordita Maria entra por la puerta y da un grito.

-Dios, dios, dios.-me abraza.-Estas... increíble jo.

Me miro al espejo, el vestido ceñido, que acaba en cola de sirena, pero con una larga y preciosa cola de sirena.
Llevo el pelo recogido y unas joyas preciosas.

Unos toques en la puerta, dan paso a Dani, que se me queda mirando con una sonrisa.

-Guau.-me abraza.-Menuda cuñadita tengo.

Y seguidamente entra una niña de unos siete años dando saltitos al verme.
Es Victoria, la hija de JuanCarlos, el hermano mayor de los gemelos.

-¡Tia, tía!-me abraza.-Estas guapísima.

-Tu también, Vicki.-le doy un beso.-¿Y mama y papa?

-Aquí estoy.-aparece Nuria, la mujer de JuanCarlos.-Valla Amy, estas...

-Increíble, cuñada.-aparece JuanCa por la puerta.

Y minutos después ya se han marchado todos y estoy esperando a salir por la puerta.

Mi padre tira de mi, y al ser muy vergonzosa seguro que iré roja.

Allí esta Jesus, tan increíble como siempre, aunque esta vez esta un poco mas guapo.

Y después de varios discursos del cura que sinceramente no me entero, por los nervios y porque no me interesan los rollos de dios.

Y al final, la típica pregunta a la que los dos contestemos un sí obvio.

-Te quiero muchísimo.-susurra entre mis labios.-No sabes cuanto.

#Fin Flashback#

Noto como Jesus se sienta a mi lado y me aprieta la mano.

-¿Nerviosa?-sonríe.

-Un poco, la verdad.-le sonrío.

-La próxima vez que vengamos aquí, será para que te hagan una ecografía.-se ríe.

Sonrío satisfecha y me apoyo en el.

-Vale.-me río.

-Vale.

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Bueeenas, ¿que tal?

Bueno, me aburro la vida.

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