*Narrador en tercera persona*

Las fuertes manos del espía González chocan contra la mesa, haciendo llamar la atención de todos los presentes en la sala.

-Como ya sabéis, al duo musical mas importante de este momento, Gemeliers, ha sido secuestrado,y sabemos perfectamente quien ha sido.-comienza el jefe.-Piden una gran cantidad por el rescate, pero por supuesto, no pensamos pagárselo.

Todos los presentes en la sala comienzan a leer todo lo que tienen sobre ellos y sobre el secuestrador.

-Como también sabemos.-coge aire.-El secuestrador también intenta secuestrar a adolescentes guapas para usarlas de criadas y pide también rescate.

-¿Lo que está intentando decir es que tenemos que infiltrar a una adolescente de nuestra sede?-dice uno, poniendo cara de pocos amigos.

-Exacto.-suspira el señor Gonzalez.-Es lo mejor, es como podremos rescatar a los dos jóvenes.

De repente se abren las grandes puertas y entra una niña morena, con el pelo por las caderas, de unos grandes ojos azules de escándalo, la niña mas guapa de la sede.
Tendrá unos quince años.
Lleva puesto unos pantalones vaqueros negros, que le hacen muy buen culo y una camiseta de camuflaje corta, mas unas botas negras.
Mira al señor González penetrante.
Y habla.

-Yo lo aré.-se cruza de brazos, bajo la atenta mirada de todos y cada uno de los presentes.

-Amanda.-dice el jefe.-¿Cuántas veces te he dicho que no oigas las conversaciones?

-Papá.-se posa delante de el.-Estoy mas que preparada, lo sabes muy bien.
Soy la indicada.

-No quiero que te haga daño.-la coge de los hombros.

-Y no lo ara.-sonríe la chica, dejando ver la preciosa y blanca sonrisa que tiene.

-Entonces.-anuncia su padre.-Amanda González será nuestra infiltrada.

-¿Donde están?-dice seria.

-En Mexico.-apunta su padre.

La chica asiente y se da la vuelta.

-¿Cuando me voy?-suspira.

-Mañana.

-Echo.-y sale por la puerta andando, elegante, con su forma de ser que enamoraría a todo el mundo.

Ahora la chica tendrá que pensar un plan con el que sacar a esos dos chicos a los que ve tan guapos pero a la vez tan engreídos.

Y tiene poco tiempo.

Anda lentamente por los pasillos intentando evitar las miradas de odio y de celos de las demás adolescentes de la sede.

-¿Tu eres Amanda González?-dice una voz femenina desde delante.

La chica levanta la mirada para ver a una mujer de unos cuarenta y pico años, con los ojos llorosos, pero aún así se le ve una mujer guapa.

-Si, soy yo.-le sonríe la chica con amabilidad.-¿Usted es la madre de Jesus y Daniel, no?

La mujer asiente y le da un abrazo a la chica.

-Por favor, intenta traerme a mis dos pequeños de vuelta a casa.

-Te prometo que lo haré.-susurra la chica, separándose del abrazo.

-Recuérdales que lo mejor esta por venir.-le susurra la mujer, antes de desaparecer por la puerta.