Capitulo Final.
*Varios meses después*
-Venga Maria, que llegamos tarde.-abro la puerta de la habitación de mi "hermana".
Genial, sigue durmiendo.
Qué haría sin mi esta niña.
Me arrodillo al lado de su cama y pongo mi boca en su oreja.
-¡MARMOTA!-grito, y pega tal salto de la cama que me hace estallar a carcajadas.
Al oír las risas A.J viene enseguida a la habitación de la rubia y comienza a jugar con nosotras.
Ha crecido mucho, se podría decir que ya no es un cachorro.
Voy hasta mi habitación y me visto algo cómoda y fresca, ya que hace un poco de calor.
Unos shorts vaqueros y una camiseta azul marino de manga larga pero corta en la parte del ombligo.
Me calzo las converse azul marino y me hago una trenza de espiga.
Poco después bajo a desayunar seguida de A.J y esperamos un poco hasta que baje Maria.
Y cuando estamos listas, empezamos el camino hasta el instituto.
Una vez allí, nos encontramos con los gemelos, y lo primero que hago es besar a Jesus.
-Que feo eres.-le doy un suave pico.
-Yo también te quiero.-pasa su brazo por mi hombro, atrayéndome hacia el, riendo.
-Yo no.-me río.-Yo te adoro.
-¿Ahora quien es la cursi?-se ríe Jesus, haciéndome girar sobre mi eje para dejar otro suave beso que se alarga unos cuantos minutos gracias a la guerra de lenguas.
-Soy tu cursi.-digo al fin, antes de que el timbre que indica la clase vuelva a sonar con fuerza.-Aggg.-me quejo.-Vamos para la cárcel.
......
Las horas se pasan demasiado lentas.
Los minutos parecen horas, y las horas semanas.
Hasta que un milagro, o eso creía, me saca de la aburrida clase de biología.
Tocan a la puerta y aparece la conserje.
-¿Amanda González?-pregunta.-Tu padre ha venido a buscarla.
Pongo cara de extrañada mirando a Jesus, mientras recojo los libros.
-¿Que querrá?-susurra el.
Me encojo de hombros, colgándome la mochila.
-Luego hablamos.
Y salgo de la clase, siguiendo a la conserje hasta la puerta del instituto, donde me espera mi padre.
Salimos sin articular palabra hasta la gran limusina que nos espera en la puerta.
Una vez hemos entrado, lo miro, seria.
-Tu dirás.-le digo, acomodándome.
-Verás...-me mira.-Es difícil, Amy.
-Suéltalo.-suspiro.-Sabes que odio que me hagan esperar.
-¿Tu quieres seguir siendo espía?-me agarra la mano.
-Por supuesto.-digo sin pensarlo.-Esto es mi vida, lo sabes.
-Van a trasladar la sede a Barcelona.-suelta, haciéndome abrir los ojos como platos.-Y tienes que elegir si quieres seguir siendo espía.
Si es así, nos iremos a Barcelona, porque, desgraciadamente, no puedes serlo si estas aquí.
Me echo las manos a la cara, pensando.
-Iré.-suspiro.-¿Cuando?
-Dentro de tres días Amy.-susurra.-Iré a recogerte.
Me muerdo el labio, nerviosa, a saber como les cuento esto yo a mis chicos.
......
-¡Ya estoy en casa!-grita Maria, entrando por la puerta de casa.-¿Amy?
-Estoy aquí.-digo con un hilo de voz gracias a las lagrimas.
-Eh, eh, eh.-me abraza.-¿Que te pasa?
-Maria, me voy.-me quito las lagrimas, haciendo mas largo el abrazo.
Y se lo explico todo.
Poco después Dani está también aquí, y se lo explico de Pi a PA.
Ahora mismo estamos llorando los tres.
Pero me da miedo, por Jesus.
-Iré a hablar con el.-susurro, levantándome.-¿Me prometéis algo?
Los dos asienten, sin pensármelo.
-Cuidármelo.
.....
Doy varios golpecitos en la puerta de la habitación de Jesus.
Me abre con una amplia sonrisa, y me abraza.
-Hola renacuaja.-me da y pico.-¿Has llorado?
-Jesus...-susurro.
-¿Que pasa?-alza la voz.-¿Para qué quería hablar contigo tu padre?
-Jesus, la sede la trasladan a Barcelona.-suelto, rompiendo a llorar, de nuevo.
-¿Te vas a ir?-susurra, abrazándome con fuerza.
Asiento, apoyándome en su pecho.
-¿Que quieres que haga?-susurro.
-Quedarte.
-No puedo.-lo miro.
-Yo te quiero.-le cae una lagrima.
-Y yo, Jesus.-se la limpio.-Y créeme si te digo que puedo llegar a amarte.
Jesus vuelve a abrazarme con fuerza.
-¿Porque te tienes que ir?-susurra.-¿Porque ahora?
-La vida lo quiere así Jesus.
-Puedes quedarte.-susurra.
-Sabes que el espionaje es mi vida.-susurro, sentándome en la cama, encima de el.
-No.-niega con la cabeza.-Tu vida es esta, aquí, conmigo.
-Jesus.-apoyo mi frente en la suya.-El espionaje es para mi como para ti la música, entiéndeme por favor.
-Te entiendo.-susurra.-Pero me niego a la idea de perderte, no quiero.
Tenso la mandíbula mientras las lagrimas recorren las mejillas de ambos.
Le robo un beso, que acaba en mordida.
Suspiro varias veces, con la respiración entrecortada gracias al nerviosismo.
-¿Si te digo que te quiero me crees?-susurro, repitiendo la misma frase que el me dijo meses después.
-Ahora si.-me abraza muy fuerte.-¿Y tu a mi?
-Sí.-me apoyo en su pecho.-Prométeme que nunca te olvidaras que te quiero y que siempre lo voy a hacer.
-Prométemelo tu también.-pega su boca a la mía.-Te quiero la vida, joder.
Le beso intensamente, y me quedo llorando en su pecho unas cuantas horas.
Como voy a echar de menos yo este jodido cabrón.
-No lo olvides, jamás te mentí, aprendi de tu boca a sobrevivir...-susurro, antes de cerrar los ojos y quedarme dormida abrazando a el.
Y a partir de ahora, tendré que volver a aprender a depender de mi misma.
Porque en la vida vas mal si dependes de alguien, y mas si ese alguien te tiene completamente e incondicionalmeten enamorada.
Porque si, porque lo quiero.
Y no poco.
Joder.
¿Porque la vida me da a elegir entre las dos cosas mas importantes de mi vida?
Supongo que para ponerme aprueba.
Y ojalá y el destino quiera que Jesus y yo volvamos a coincidir.
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