Capitulo 38.
-¿Porque te apartas?-me mira Jesus.
Me pongo seria, y clavo mis ojos azules en los suyos.
-Sigo muuuuuuuuuuuy enfadada.-digo, apartando mi mirada de la suya.
-¿Y porque me has...?-comienza.
-Eh.-le señalo.-No podía dejar que esa te consiguiera, eres mío.
-Eres mío.-repite, con una sonrisa.-me gusta como suena.
Miro al suelo, intentando no volver a llorar porque la frase "no somos nada", rebota en mi cabeza una y otra vez.
-¿Que has echo ahora?-interviene Dani, poniéndose delante de mi.-¿Tengo que hacer que os deis un abrazo otra vez?
-Tu hermano, que no piensa lo que dice.-suspiro, mordiéndome la mejilla.
Jesus se queda en silencio.
-¿Que es lo que te ha molestado?-se atreve a preguntar.
-¿Y tienes vergüenza a preguntar eso?-me levanto.-Osea, te digo que la acabas de joder y le dices "un problema menos".-digo, imitándolo.-Por no hablar, de que no somos nada.
Dani y Maria parpadean varias veces.
Jesus se queda callado.
-El orgullo me supero, Amy.-susurra, y noto como se le ponen los ojos rojos.-Me superó de tal manera que perdí los nervios, y empecé
ha decir cosas sin sentido.
Me muerdo el labio, vuelvo a sentarme en el sofá, y suspiro.
-Aunque te creas que soy fuerte.-me giro.-Tu me haces débil.
Jesus se acerca un poco a mi, pero me separo mas.
-Vale, ya esta bien.-interrumpe Dani.-Al jardín los dos, a que lo arregléis.
-¿Que dices?-me sorprendo.-Hace frío.
-Pues que Jesus te de calor, venga pa' fuera.-nos empuja Dani hasta el jardín, y cierra la puerta tras de sí.
La madre que me parió, que jodido frío.
Me siento en el húmedo césped, apoyando mi espalda en la pared.
-Amy.-se sienta Jesus a mi lado.
Me giro y lo miro, estoy tiritando, y probablemente lleve los labios morados.
-Di-dime.-susurro, abrazando mis piernas, intentando entrar en calor de alguna manera.
-¿Te abrazo?-susurra, sentándose a mi lado.
-Estoy enfadada, ¿recuerdas?
-Y congelada.-susurra con paciencia.
Me muerdo el labio, y me acerco un poco a el, dudosa.
Pero es él el que me atrae más hacia él y me abraza muy fuerte, trasmitiéndome el calor de su cuerpo.
-¿Me perdonas?-susurra en mi oreja.
-Me ha dolido.-le susurro, apunto de estallar en lagrimas.
-Y a mi.-admite.-Tengo que disculparme, no sé, por lo de Teresa, te deje un poco de lado porque era mi mejor amiga, y hacia pila de tiempo que no la veía.
-¿Solo tienes que disculparte por eso?-me separo un poco para mirarlos y levanto las cejas.
-No.-susurra.-Por todo.
No decía en serio lo de que un problema menos, tu no eres un problema.-susurra.-Al contrario, eres la solución de todos mis problemas.
Sonrío un poco, contra su pecho.
-¿Y eso de que no somos nada?-susurro.-¿La declaración de ayer y los besos no son nada?
-Son todo, en realidad.-apoya su cabeza en la mía.-¿Me creerías si te dijera que te quiero?
-Me costaría hacerlo.-admito.-Lo dijiste tan serio...
-Pues te quiero.-susurra, y sonrío.-Y si así no te lo crees, te lo repetiré todos los días a todas horas.
Me acomodo mas a el.
-Amy.-me susurra.
-Dime.
-Por lo menos....-se para unos segundos.-¿Podemos intentarlo?
-¿Intentar el que?-me hago la tonta.
-Intentar estar un tiempo bien.-me susurra.-Te quiero.
.....
-¿Esta bueno?-pregunta Eva, mientras cenamos.
-Mucho.-contestamos Maria y yo a la vez.
-Amy.-me llama Jesus.-¿Me pasas la sal?
Le miro y le sonrío.
Se la paso sin ningún problema.
-Te quiero.-me sonríe, comiéndomela.
Eva sonríe, mucho.
-¿La quieres?-pregunta su madre, levantando una ceja.
-Mucho.-admite el chico.-¿Como no la voy a querer? Mírala.
Me sonrojo mientras bebo un poco de agua.
-Ya la miro, ya.-se ríe su madre.-Es preciosa.
-Lo es.-se pone de acuerdo Jesus.-Amanda.-me llama.
-Dime.-le sonrío.
-Te quiero.
.....
-Te queda muy bien mi sudadera.-se ríe Jesus, desde la cama.-En serio.
-Calla.-le saco la lengua, mientras me quito las zapatillas.-Y hazme un sitio, que hace frío.
-Ven aquí que te caliento, mi amor.-se ríe, dejándome un trozo de cama.
Me tumbo a su lado y nos tapa con el cubre.
Me giro para no mirarle a la cara.
Se que eso lo odia.
-Amanda González.-se queja.-Mírame.
-Es que eres muy feo.-me río, girándome hacia el.
-No todos podemos ser tan bonitos como tu.-me guiña un ojo.
-Tonto.-le sonrío.
-¿Y si te beso?-se acerca a mi.
-Sigo dolida.-le señalo.-Mi corazón se tiene que recomponer.
Jesus sonríe y me acaricia la mejilla.
-¿Nunca te han dicho que los besos son la mejor medicina?-susurra, y su aliento choca en mi cuello, haciendo que mi piel se erice.
-No cuela.-me río.
-¿Cuando podré besarte?-susurra, a pocos centímetros de mi.
-Cuando me demuestres que vas enserio.-le acaricio la mejilla y dejo un suave beso sobre ella.
Nos quedamos en silencio unos minutos.
A oscuras.
-Amanda.-susurra.
-Dime.-poyo mi cabeza en su pecho.
-Te quiero.v
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Recomendación:
Novela: Notas en secreto. (Gemeliers)
User: @meeloodiaa_
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