*Narra Amanda*

Me estoy estrenando.
Mucho.
Tengo que salir de aquí, o me matara.
¿Pero como?

Doy vueltas en la habitación.
Por lo que se ve, estamos en un segundo piso, porque al saltar esta hueco.
Técnicas que aprendemos en la sede.

Me pongo las manos en la cabeza.
Me la rasco intentando pensar.
Y un milagro viene a mi.

Llevo puesto un gancho, para recoger parte de mi moño.
¿Porque he sido tan tonta y no lo e pensado antes?

Me acerco a la puerta y pego la oreja.
Silencio.
Solo hay silencio.

Meto en gancho en la cerradura y la abro sin hacer ningún ruido.

Asomo mi cabeza.
Ay un largo pasillo.
Con que me meta en una habitación y salga por la ventana sobra.

Me quito las zapatillas antes de comenzar a andar, para no hacer ruido.

Voy hasta la primera puerta que veo, en silencio.
Apoyo mi oreja y se oye una televisión.
Mierda.

Me separo con cuidado y voy hasta la siguiente puerta.

No se oye nada dentro, así que la abro con cuidado.
La cierro tras de mi y observó la habitación.
Es grande, hay una cama.
Supongo que será la del ladrón.

Voy hasta la ventana y me asomo.
Esta muy alto.
Salgo y me quedo con los pies colgando, sentada en la ventana.
Observando todos y cada uno de los posibles sitios por donde puedo bajar.

Enseguida veo a una figura aparecer por la calle, corriendo.

Es... ¿Dani?

-Ts.-le hago un signo con la mano, saludándolo y llevándome el dedo incide a la boca para decirle que no haga ruido.

-¿Que ha pasado?-dice, justo debajo de mi.

-Luego te lo digo.-susurro.-Ahora tengo que bajar.

-Salta y te cojo.-dice abriendo los brazos.

-Esta muy alto.-susurro, mirando el suelo.

-Confía en mi.-dice, haciendo un gesto para que salte.

Y no se porque, pero le hago caso.
Y de un ágil movimiento saldo a sus brazos.
Al final, caemos al suelo, pero sin hacernos daño.
Río al verlo debajo de mi.

-Gracias.-sonrío, antes de pegar mis labios a los suyos.

El me responde con ganas, y me ayuda a levantarme.

-¿Te han descubierto?-me mira, tirando de mi para levantarme.

-No.-suspiro y se lo explico todo.

-¿Y ahora que vas a hacer?-me pregunta, llegando a la puerta de mi casa.

-Supongo que ganarme su confianza no contando nada.-suspiro.

Paramos en la puerta de mi casa y suspiro.

De repente un Jesus, corriendo, viene hacia nosotros y me abraza.
Muy fuerte.
Le sigo el abrazo con ganas.
Pero es incomodo.
Dani está delante.

-Estaba muy preocupado.-me susurra, sin apartarse.

-Ya sabes que se sobrevivir.-digo, en un intento de separarme de el, pero no me deja.
Sigue abrazándome.

-No me vuelvas a hacer esto nunca.-se separa el fin.-¿donde estabas?

Miro a Dani, que el asiente con la cabeza.
Dice que tenemos que contárselo.
Pero no puedo.
Jesus no querría seguir con ella y seria imposible pillarla.

-Le dije a Dani que iría a casa de María para pedirle disculpas por como me comporte esta mañana.-improviso rápidamente.-Dormí mal, ya sabes, estaba de mal humor.
Y me entretuve mas de lo normal, ya sabes, viendo películas, hablando de cosas de chicas... se me paso la hora, no es para preocuparos tanto.

-Si fueras una chica normal, no.-sonríe Jesus.-Pero eres espía, si estas aquí será por alguna razón, y si desaparecer podemos pensar que te ha pasado algo.

Sonrío mirándolo, y luego miro a Dani, que le guiñó un ojo.

-Pero hay una cosa que sigo sin entender.-se rasca la nuca, mirando a Dani.-¿Porque estabas tan preocupado?

Sonrío tristemente.

-A tu hermano no le cae muy bien Maria.-me río.-Como antes me odiaba, se pensaba que me iba a matar o algo así.

Y parece tragárselo, porque no dice nada mas.

Ha sido tan extraño.
El abrazo.
Ha sido demasiado.... demasiado como antes.
Y eso me preocupa.
Porque yo ahora estoy con Dani, aunque tengo que admitir que lo que sentía por Jesus aun no ha muerto.

Es que esto me pasa por meterme en espía, y ir a México

Esto es parte de la vida.-dice mi subcontinente.

Y si, es parte de la vida.
Pero imaginaros la situación.
Si estas con uno, le haces daño al otro, y hay veces que querrías estar con el otro, y a la inversa.

Es muy difícil.
Pero tengo que dejar mis sentimientos a un lado y centrarme en la misión.

Lo importante es la misión.