*Narrador en tercera persona*
Jesus se queda mirando a Amy, con dolor y rabia.
La chica agacha la cabeza.

-Ya voy.-dice Dani, dándole un beso en la mejilla a Amy.

Dani corre hasta su hermano, y cruzan la esquina, en silencio.

-¿La has besado?-susurra Jesus, con las manos en los bolsillos.

Dani lo mira, dudando.

-Sí.-suspira.

-Sabes que la quiero.-le dice en un tono frío.

-Si la quisieras no estarías liándote con Maria delante de ella.-apunta Dani, llegando a casa.

Jesus entra y da un portazo.
Parece que esta vez los Oviedo no van a estar tan unidos.

Dani se encoge de hombros migando a su madre, y sube detrás de el.

-Escúchame Jesus.-se apoya en la puerta.-Si hubieras querido la abrías recuperado, pero no has querido, y sabes que yo también le quiero.

-Dani vete.-dice, ahogando un suspiro.

*Narra Amy*

Doy vueltas por mi habitación, pensando.
¿Que acaba de pasar?
Jesus nos ha visto, y eso es lo que mas miedo me da.

Tengo que admitir que con Dani he sentido algo muy potente al besarlo.
Y si de verdad Jesus no me quiere, no le habrá molestado.

Me siento en la cama, rendida.
Mañana es sábado, y me dará tiempo a pensar.

Y poco a poco, me quedo dormida.

....

Muerdo la tostada que me estoy tomando para desayunar.
Mi madre se ha ido a trabajar y estoy sola.

Recapacitando sobre mi vida.

El timbre suena, y voy hasta la puerta.
Miro mis pintas.
Una camiseta grande y ancha que me llega por los muslos, unos calcetines y un moño despeinado.

Bueno, lo típico de un sábado por la mañana.

Abro y aparece Dani, que me sonríe enseguida.

-Buenos días.-me hago a un lado, para que pase.

-Que guapa.-pega una carcajada.

Le saco la lengua mientras cierro la puerta.

-¿Que tal con...?-andamos hasta el salón.

-No me habla.-se sienta en el sofá.-Ya se le pasara, no puede tener todo lo que quiere.

Me muero el labio inferior mientras apoyo mi cabeza en su pecho.

-¿Que quieres hacer?-sonrío un poco.

-¿Vemos una peli?-sugiere.

-Esta bien.-me río, encendiendo la tele.-¿Perdona si te llamo amor?

-No por favor.-se ríe.

-¿El corredor del laberinto?-levanto una ceja.

-Esa esta mejor.-se ríe.

.....

-Que si, ponte eso.-se ríe, tirándose en mi cama.

-Vale, ahora vengo.-y entro al baño.

Me pongo los vaqueros ajustados que he elegido y una sudadera de Obey, mas las Airforce.

Me hago una coleta alta, y salgo sin maquillarme, para que.

-¿Al Burger entonces?-digo, saliendo por la puerta.

-Donde quieras.-sonrío.

Pero mala idea.
Cuando entramos en el establecimiento la primera imagen que veo es a Jesus besando a María.

Le quito la vista enseguida, algo moleta.
Pero no puedo estarlo.
Yo ahora... estoy con Dani.
O eso creo.

Nos sentamos en una mesa mientras hablamos animadamente.

Pero desgraciadamente María nos ve, y tira a Jesus hasta nosotros.

-¿Comemos juntos?-sugiere la rubia, como si fuéramos amigos o algo.

-No me caes bien.-digo directa, a lo que Dani pega una carcajada.

-Pero ahora somos cuñadas, tendremos que empezar a ser amigas.-se sienta a mi lado.

-Ni en tus mejores sueños, barbie.-me aparto.

-Bueno, ¿ya vale no?-interrumpe Jesus.-Ella no te ha echo nada.

No, que va.
Y a ti tan poco te va a hacer nada.
Que va.

-Ay Jesus, deja de meterte, estoy hablando con ella.-digo con voz cansada.

-Me meteré si me da la gana.-alza la voz, borde.

-Ea fiera.-se ríe Dani, mirándolo.

-Tu te callas, gilipolllas.-le suelta.

-Parece que hoy has venido calentito.-me levanto.-Es tu hermano, y encima gemelo, ¿porque le hablas así?

-Porque me ha quitado lo que mas quiero.-suelta, y tirando de María, salen del Burger, dejándome atónita.