-Vale, vale, ya enciendo el ordenador.-dice Maria, nerviosamente dandole al botón de encender.

Mientras tanto, pulso un botón en mis gafas y le doy a grabar, y que en la sede lo miren correctamente.

Ya se lo que va a hacer.

Va a traspasar el dinero del colegio a la cuenta de su padre.
Y yo, voy a averiguar cual es el numero de la cuenta de su padre, para meternos y devolver todo el dinero al colegio.
Es fácil para una espía.
Más de lo que parece.

Parece que a Maria la ha enseñado muy bien su padre, porque lo hace sin ningún problema.

-¿Ha llegado?-susurra al teléfono.

Y su padre parece decir que si porque esta cuelga y apaga el ordenador.

-Y ahora, me toca Jesus.-dice antes de salir por la puerta.

Pego un salto y bajo al suelo.

-¿Todo bien?-pregunto a la pulsera.

-Lo tenemos.-contesta mi padre.-Ahora diviértete.

-Va a ir a por el dinero de los gemelos ahora.-aviso.

-Entonces, cuéntaselo, a uno al menos, para tener fácil accesibilidad.-dice mi padre.-Suerte, pequeña.

Y salgo del despacho, comienzo a andar, de nuevo a la fiesta.

Me paro en seco cuando veo a Maria y a Jesus liándose.

Ui, eso ha dolido.

Entro sin quitarles la mirada y me dirijo a Dani, con unas inmensas ganas de llorar.

Sin decir nada lo abrazo.
Muy fuerte.

-Ey...-me acaricia la mejilla.-¿Que pasa?

Me muerdo el labio inferior y lo miro.

-¿Porque el amor duele tanto?-susurro, mientras Dani me quita una lagrima.

Me abraza muy fuerte.
Uno de esos abrazos que te hacen ver quien esta ahí para lo bueno y lo malo.

-¿Quieres que nos vallamos?-susurra.

-No quiero arruinarte la fiesta.-le sonrío un poco.

-Pues vamos fuera un rato, venga.

Me agarra la mano y tira de mi hasta fuera del instituto, donde, aunque se oye la música, se está tranquilo.

-¿Que ha pasado con María?-me pregunta.

-Ha robado todo el dinero del instituto.-susurro.-Es la hija del ladrón más temido de España, y quiere robar todo lo que pueda.

-¿Maria es una ladrona?-abre mucho los ojos.

Asiento con la mirada fijada en el suelo.

-¿Y no has impedido que robe?-me dice.

-¿Y destaparme?-levanto una ceja.-He averiguado el número de la cuenta de su padre y supongo que mañana el colegio volverá a tener el dinero y no se enteraran de que nada ha sucedido.-informo.-Ahora su objetivo es otro.

Dani me mira, incrédulo.

-Sois vosotros Dani, sois vosotros.-ahogo un sollozo, mientras Dani me abraza.-Pero puedes estarte tranquilo, esa zorra no va a tocar nada de lo vuestro, ni de nadie.

-¿Se lo vas a decir a Jesus?-me pregunta.

-No.-suspiro.-Es mejor que siga con ella, así tendremos mas accesibilidad.

Justo salen de la mano y pasan por delante de nosotros, sin mirarnos.
Aparto la mirada, molesta.

-¿Donde esta la chica fuerte que conocí?-me susurra Dani.

-Supongo que no puedes ser fuerte con alguien que es tu debilidad, Dani.-lo miro.-Me creía una chica independiente, y ahora, aunque no quiera, dependo de una persona.
Y eso lo odio.

-Debe ser duro.-admite, rascándose la nuca.

-¿No poder controlar tus sentimientos?-suspiro.-¿O creer que podías comerte al mundo y ahora es el mundo el que a ti te come?

-Mira Amy, lo que tu haces, vale millones.-me atrae hacia él.-Nunca he conocido a nadie tan increíble como tu, tan perfecta en todos los sentidos, por eso, tienes que estar orgullosa, porque vales hora, fea.

Le sonrío satisfecha.

Nunca mejor que unas palabras de tu mejor amigo para comenzar a sentirte mejor.

-¿Y tu que me dices?-levanto una ceja.-¿Estas enamorado?

Dani se queda callado unos minutos.
Pensándose la respuesta.

-Sí.-suspira.-Pero mi amor no es correspondido, y eso también duele.