Capitulo 17.

Al día siguiente me levanto cansada, sin ganas de nada.
No he pegado ojo en toda la noche, porque la imagen de Jesus, mirándome tan frío con ese odio en los ojos, no me dejaba.

Voy hasta el armario y cojo ropa cómoda, un jersey gris, unas mayas con dibujos en tonos rosas y grises y unas botas de lana muy cómodas.

Voy hasta el baño y me maquillo para tapar mis ojeras.
Me hago una trenza de espiga a un lado y cojo la mochila para bajar a bajo a desayunar con mi madre.

Al rato salgo de casa y comienzo a andar hasta el instituto.

Al llegar me siento en un banco que hay en la puerta, ya que es pronto.
Me pongo los auriculares y comienzo a escuchar la música aleatoria de Spotify.

Una figura se sienta a mi lado y me mira.
Me quito los auriculares algo incomoda, con miedo.

-No quiero que te acerques a mi.-me dice, con el mismo tono frío que ayer.-Me parece genial que a Dani le engañes con tus mentiras de espía, pero yo no pienso caer en la trampa de nuevo.

-Eres tu el que se a acercado.-digo, mirándolo a los ojos.-Y nunca le he mentido.

Jesus aparta la vista.

-¿No me puedes mirar a los ojos o qué?-le digo, alzando un poco la voz.

-No.-contesta, seco.

Miro el suelo unos instantes.

-Quiero saber el porque.-dice, cuando han pasado unos minutos.

-¿De qué?

-De porque me mentiste.-suspira.-No era necesario mentirme para sacar la misión adelante.

Iba a contestarle que no le mentí, que le quería, pero se levanta y se va.

-Cuando quieras la explicación ven a buscarme.-le grito, mientras se dirige hasta Maria y le da un beso en la mejilla.

Me muerdo el labio mientras me dirijo a mi clase.

...

Salgo al patio en busca de Dani, pero no lo encuentro, así que me siento sola en el mismo banco que ayer.

-Parece que a ti hay que repetirte las cosas mil veces, niña.-se queja Maria, poniéndose delante de mi, junto a Jesus.

-No me apetece discutir, María.-digo desganada.-¿Lo dejamos para mañana?

Jesus sonríe un poco debido a mi reacción.

Y esa jodida sonrisa me hace sentir bien, por primera vez en mucho tiempo.

Maria se da la vuelta enfadada, y se marcha.

Al rato aparece... ¿Ruben? ¿Se llamaba así?

-Preciosa.-me sonríe y se sienta a mi lado.-Soy Ruben, el de informática.

-Ah si.-le sonrío.

Miro a Jesus, que esta en el banco de enfrente y nos mira con asco.

-Quería preguntarte.-pone su mano en mi muslo.-¿Quieres quedar esta tarde?

Que incomodo es esto.
Uno acariciándome el muslo y el otro sin dejar de mirándome.

-¿Esta tarde?.-le miro.-No puedo.

-¿Que tienes?-me acaricia la mejilla.

-Buen gusto.-le suelto.

El da una carcajada irónica.

-Chica difícil, me gusta.-se acerca peligrosamente a mi.

-Ok.-le digo, apartándome.

Pero el me agarra de las muñecas y me pega a el.
Me da tiempo a apartar la cara para que el beso acabe en mi mejilla.

Me suelto de golpe, haciéndome mal en las muñecas y lo miro con asco.

Comienzo a andar con la vista clavada en las cicatrices.

Que dolor.

.....

El sonido estridente que da por finalizada la ultima clase retumba en mis odios mientras recojo los libros.

Salgo junto a Dani por la puerta cuando comenzamos a oír gritos.
La gente forma un circulo al rededor de dos personas.

-¡Dani, es tu hermano!-grita alguien.

Dani tira de mi y corremos hasta el ciruelo.

Jesus esta encima de Ruben, dandole puñetazos.

-¡No te vuelvas a acercar a ella, capullo!-le grita, dandole otro puñetazo.

Dani coge corriendo a Jesus, y lo saca de ahí.

-¿En qué coño estabas pensando?-le grita el gemelo pequeño.

Jesus me mira, pero esta vez no es con una mirada fría, si no tierna, con... ¿amor?

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