PRÓLOGO

Capítulo presentación, de lo que se viene en el especial de Fresita.

Nove LGTB y gran desafío para mí, este género.

Ojalá guste y disfruten de la historia, de este querido personaje.

CRISTO.

Época universitaria...

FRESITA

- ...le está yendo, bastante bien... - Amely me comenta, bajo el timbre de mi termino de clases saliendo y esperándome ella fuera. - ...está motivado. - Me sonríe ampliamente, caminando conmigo por el ancho corredor atestado de compañeros estudiantiles y en dirección a los casilleros. - Casi seis meses, que no prueba alcohol... - Me murmura orgullosa Amm, el tiempo que su padre en A.A y sin beber.

- Me alegro mucho, corazón. - Respondo, ya en mi casillero abriéndolo y poniendo, mis cosas de la clase anterior. 

Cierro mi locked sacando dos manzanas y una, entrego a una de mis mejores amigas que me agradece dando una gran mordida, mientras caminamos en dirección al campus y el agradable sol que hay en nuestro periodo de descanso.

Prácticamente, casi tres años pasó que Juno.

Mi otra mejor amiga.

Se casó con Caldeo y se fueron a África a vivir tras recuperarse de su enfermedad, porque resultó que el silencioso y tatuado patea traseros de lindo, chico y amor de toda la vida de Junot, ser un jodido príncipe de un pueblo del Medio Oriente.

Sonrío, tomando asiento en el césped junto a Amm.

Y para mi desgracia, muy hetero.

Pero mi sonrisa, se disipa observando a Amely a mi lado, pese a su siempre alegría ese dejo de tristeza en sus ojos.

Ya que eso bonito que sucedió, fue por otro infortunio.

El fallecimiento y dar su vida, el amor de Amely y hermano mellizo del lindo Caldeo.

El atractivo y misterioso, Constantine Kosamé y para mi desgracia, también muy hetero. 

La abrazo sobre un hombro a modo cariño y la empujo contra mí.

Amely rara vez menciona esa tristeza, por pérdida de lo que fue y sigue siendo latente, su gran amor incondicional desde que conoció a Constantine.

Uno, que acompañó hasta su último latido vital, en lo que fue su internación con su muerte cerebral y por más, que no había jodido milagro que lo despierte y recupere.

Y un tatuaje de una mariposa en su espalda que se hizo, avala ese gran amor.

El día es cálido por más que alguna y otra hoja de los árboles, del enorme predio universitario en su amarillo y ocres, vuelan y caen con el otoño transcurriendo.

Último año de nuestras clases como universitarios comunes y el que viene, la maestría de nuestras carreras.

Amely aún abrazada a mí, eleva su barbilla para mirarme y dejando a medio comer su fruta.

- Demian, decidí irme el año que viene...

Beso amablemente, su cabeza.

- ¿A África? - Murmuro, viendo que de muchos estudiantes como nosotros, aprovechando el sol y tiempo de descanso en el campus, uno toma asiento a metros de donde estamos cerca de un árbol y saca su almuerzo de una mochila.

- Si... - Aunque no la veo, sé que pestañea asombrada. - ¿No te sorprende?

Sonrío.

- No, corazón. - Y se separa, algo de mí.

- Lo hablé con papá y me apoya en mi decisión... - Suspira. - ...mi master de fotografía, podría hacerlo allá consiguiendo un trabajo para sustentarlo... - Vuelve a suspirar. - Cuando fuimos el último verano, sentí que debía quedarme...

- Lo sé... - La escucho atento, pero notando como ese estudiante, tal vez en su primer año universitario, saca lo que parece para comer una lata de embutido para nada sano, pero sí, barato y precario, seguido de un paquete de galletas saladas para untar.

¿Cómo todo almuerzo?

- ...y extraño mucho a Jun... - Prosigue. - ...se lo mencioné por teléfono y saltó de alegría, cuando lo supo...

Me giro a Amely.

- Cariño... - No suelto sus hombros. - ...te apoyo como tu padre y me alegro mucho por ti...

- ...pero, no quiero dejarte Fresita... - Lamenta, con lágrimas asomando en sus lindos ojos. - ...podríamos ir... - Y niego, interrumpiéndola.

- Yo, estoy bien... - Le sonrío, limpiando con un pulgar esas lágrimas. - ...siempre que quiera, puedo ir, porque el padre de Juno pone su flota para todo el clan que somos...amo a nuestra ya no, virgen y dulce amiga. - Hago que ría por viejas anécdotas. - Y aunque, me seduce la idea que el amor de mi vida sea, un morenazo africano con six pack... - Usando de apoyo mis codos, me recuesto a medias cerrando mis ojos para que el sol me de a pleno. - ...no tengo intenciones todavía, de encontrarlo. - Abro un ojo a Amely y elevo el índice de una mano al cielo. - El Metropolitan y Louvre, me esperan para terminar mi adiestramiento en arte... 

Reímos.

CONNOR

La risa de una pareja de estudiantes, me hace elevar mi vista de mi mochila sacando mi lata con una especie de picadillo y galletas como todo almuerzo.

Decepcionante, para muchos mi escaso almuerzo.

Pero para mí, la gloria y suficiente.

Y más que feliz, lo abro untando la primer galleta.

Poco que vine de Argentina, gracias a una beca alentado por mi madre allá y mi hermana radicada acá tras su casamiento.

Y con muy buena suerte en mi primer mes, consiguiendo trabajo en una tienda de víveres, dándome la oportunidad con algo de ahorro en un tiempo, que en breve pueda costearme algo y me mude, de la casa de mi hermana a una habitación ya independiente.

Otra risa de esa pareja, me hace mirarlos con disimulo.

Una bonita chica de cabellos y ojos castaños y lo que parece su novio.

Un chico gótico.

Su casual pero elegante vestimenta de negro, igual que su pelo y ese intenso maquillaje oscuro resaltando sus ojos azules como uñas pintadas, lo dicen.

Creo.

No tengo idea.

Y me encojo de hombros dando un último vistazo a ellos, sobre un timbre mientras noto como la sexi chica se despide de él con un abrazo y ligero beso, engullendo tres galletas con picadillo de una, por hambre y abriendo mi libro de mecánica automotriz, que mi hermana Cristina me regaló para mi cumpleaños.

Porque, no estoy acostumbrado y tampoco me interesa.

Y exhalo aire, provocando que migas de galletas salten por todo lo que tengo en mi boca, mientras mastico.

Focalizo en mi libro y destapando mi botella de agua, para que me corra todo.

Demasiadas preocupaciones, ya tengo.

FRESITA

- ¡Mi próxima clase! - Amm se pone de pie, ante el timbre de módulo de clases. - ¿Nos vemos, luego? - Me dice con un abrazo y leve roce, de nuestros labios amistoso.

-Of corse, cariño... - Le guiño un ojo, mientras veo como corre al sendero que la conduce a su clase y cuelga mejor su mochila en su espalda.

Y mi vista como postura, vuelve al sol.

Me agrada mantener la piel blanca, pero gracias al protector solar que compré de excelente marca, junto a mi último esmalte de uña de acción durarera en tono azul noche, puedo disfrutar del sol y su  agradable calor, sin preocuparme.

Pero mis ojos, vuelven a abrirse de golpe.

Y no, por Amely regresando.

Más bien, por lo que sucede bajo el árbol a pocos metros.

Donde el chico de almuerzo poco sano y precario, es interrumpido por la aparente aparición de dos estudiantes del mismo año.

Y me incorporo, jugando con mi manzana entre mis manos, aún sin comer.

CONNOR

- ¿Qué no lo tienes, todavía? - Me dice el más alto, mirando desinflado al otro, pero se vuelve a mí otra vez, donde permanezco sentado y mis ojos a ellos de pie. 

Me piden el análisis completo como tarea, que dio nuestro profesor de la materia de Sistema de Representación I.

Una que define, el cierre cuatrimestral con la alta valoración en nota y fecha de entrega mañana, pero ellos.

Como todos, estos meses.

Dependiendo de mí, para lograrlo.

No es un favor ni tampoco un compañerismo de colegas, que se atrasaron y yo auxilio.

La realidad, es que se mofaron de mí en todo este tiempo y haciendo del poco tiempo, cual ilusionado y sacrificando muchas horas y desvelos de estudio, aprovecharon con su acoso para que estos meses, ganaran buenas notas a mi costa.

Ya soy un adulto y no puedo ir, con estas mierdas a mi hermana.

Demasiado tiene con mis sobrinos y su marido, más lo que es su vida conyugal con sus trabajos.

He ir con esto a mi padre, pero viviendo en la ciudad aledaña separado hace años de mamá, tampoco es solución.

No estoy solo, pero sí, en ello para resolver esto y anoche decidiendo, que era suficiente de este constante hostigamiento a placer y comodidad de ellos, por ser de afuera.

- Ya, no más... - Digo. - ...no es grupal, háganlo ustedes mismos. - Intento ponerme de pie, pero uno de ellos me empuja, provocando que trastabille y el tronco del árbol me reciba.

No hago caso a esa acción y acomodando mejor en mi hombro mi mochila con mis cosas guardadas, procuro seguir camino.

Pero el pie de mi compañero más alto, se interpone obstaculizando y giro a él a desgano.

- Connor, solo esta vez amigo... - El otro habla con aire conciliador, pero su mano atravesando mi paso. - ...es correlativa al cuatrimestre siguiente y si no aprobamos, tendremos que rendir la materia completa como parcial a fin de año...

- Problemas de ustedes, no mío chicos... - Intento irme y nuevamente me detienen, pero ahora lo dos y ya, para nada reconciliador. 

Sus miradas y el puño cerrado sobre el lado de uno, me acusa que esto como la última vez que intenté negar, me va a doler.

Tengo altura, pero ellos me sobrepasan y mi contextura física es delgada.

El más bajo de ambos, puede conmigo y me lo demostró mes atrás, en el cuarto de equipamiento deportivo tras la clase de baloncesto guardando las pelotas.

Quise acabar, con el continuo pedido de las tareas y su puño a mi mandíbula, me dijo que estaban en desacuerdo, seguido a saquear el interior de mi mochila y llevarse los ejercicios hechos y pisotear mis cosas regadas por el suelo.

Y mucho trabajo, esa noche.

La primera, hacer creer a mi hermana Cristina que el golpe, fue por culpa de un pelotazo en la práctica de gimnasia.

Y segundo, desde la madrugada y a hora de ir a la U, volver hacer dicha tarea nuevamente sin poder dormir.

- Creo oír, que el chico dijo que no. - Una voz, se interpone entre mis compañeros y yo.

Los tres volteamos, para ver al chico gótico de pie y al lado nuestro, jugando con una roja manzana entre sus manos.

Es muy alto.

Más que mis compañeros.

Y sus ojos azules maquillados de ese negro al igual que la fina ropa que lleva, se intensifican con su mirada profunda y seria, como el esmalte que lleva en sus uñas, cuando los mira.

- Fresita... - Dice uno.

¿Qué?

https://youtu.be/kERfCigP2Vw

- Demian, para ti... - Lo corrige. - ...y para ti, también. - Gira al otro.

Nunca me mira.

- ...somos compañeros de clases. - Se justifica uno al chico gótico, como si lo conociera. - Siempre, nos ayuda con los...

- ...de muy mala gana y obligado? - Corta con postura casual y elegante cruzando sus brazos, pero una mano acariciando un lado de sus labios que juraría que tienen brillo labial sin color. 

Y quieren, retomar la explicación.

Una que no existe.

Y el chico gótico, alza su mano.

- La campaña precursora de nuestra U aparte de la donación de órganos y sangre, promulga al no bullyng... - Les recuerda lo que grandes pancartas, empapelan corredores y misma cantina universitaria. - Y como seniors, estoy obligado a denunciar si...

- ¡No! No hace falta... - Se justifica uno interrumpiéndolo, mientras el otro niega a la par de él. - ...fue una confusión. - Retroceden. - ¿Verdad, Connor?

- Largo... - Los echa el tal Fresita con un ademán y si siquiera, dar tiempo a que yo conteste.

Y eso hacen.

- Perfecto... - Le gruño mientras los veo irse y ajustando más con mis manos, las correa de mi mochila puesta. - ...ahora, tres años futuros sobreviviendo a ellos y rogando, que no haya replica contra mí, por salvarme... - Lo miro, de arriba abajo. - ...una especie de princesa de las tinieblas...

Y su carcajada, no se hace esperar.

Se señala.

- Corazón...

- ...no soy tu corazón... - Le interrumpo y siento que me rueda los ojos.

- ...niño. - Se corrige y lo miro, de mala gana. - Déjame decirte, que mi estilo es único y soy tendencia en instangram...

- Te doy la razón. - Cínico.

- ...y con un gracias, era suficiente.

- Lo que sea... - Mi turno de blanquear los ojos, retomando mi caminata dejando de pie al chico gótico. 

Pero me detengo sobre mis pasos y giro sobre mis talones.

Lo miro, desde la distancia.

- Gracias... - A regañadientes, agradezco.

Y me regala, una especie de ademán con sus manos en un lado de su mejilla.

Que raro, es.

Continuo y dándome tiempo apenas a reaccionar, lanza esa roja manzana para que la tome en mis manos.

- Come fruta, es buena para la piel y organismo... - Suelta, caminando lado contrario a mí. - ...alimenta más que esa mierda, que sacaste para almorzar. 

¿Me estuvo, viendo comer?

Y lo miro, irse.

Natural y con esa cierta elegancia, que todo él emana con su postura y vestimenta, con cada paso que da.

Debe ser conocido en la universidad y mencionó ser un seniors, por lo tanto a solo un par de meses de irse de la U.

Supongo.

Y me lo confirma su trayecto al pabellón que si mal no recuerdo es el de arte, ya que muchas estudiantes, lo saludan más allá de un levantamiento de mano y beso en su mejilla, porque lo hacen casi entregándose, cual lo recibe con amabilidad y cariño.

Todas intentan demandar su presencia y hasta creo, ligar con él dándome cuenta que el chico es gay.

Caray.

Y sacudo mi cabeza.

Como dije, antes.

Demasiadas preocupaciones tengo y una de ellas, recibirme en lo que queda en estos casi cuatro años de facultad en mi carrera de ingeniería Mecánica y salir adelante.

Muerdo la manzana que me regaló, caminando a mi pabellón por aproximarse mi hora de clase.

Como si fuera a verlo, tiempo más adelante...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top