Capitulo 8.
Pongo la tortilla en un plato, intentando que mis mejillas dejen de tener ese horrible color.
-Vamos al salón, y vemos algo en la tele.-le digo, cogiendo la tortilla.
Nos sentamos en el sofá y cogemos un plato cada uno.
-Pon lo que quieras.-le doy el mando.
-No quiero ver nada.-dice.-Quiero conocerte, venga, cuéntame algo sobre ti.
-Me llamo Paula.-le sonrío.- Te toca.
-Yo Jesus, te toca.-imita mi gesto.
-Tengo casi quince años.
-Yo también.
-Soy de Madrid.
-Yo de Sevilla.
-Le tengo miedo a las personas.-me tapo la boca al decir esto último.
No no no, mierda.
¿Porque he dicho eso?
-¿Que?-abre mucho los ojos.
-Digo... a los gatos, si eso.. a los gatos.-trago saliva.-Pero mas que miedo es asco...
-Paula, has dicho a las personas.-me mira serio.
Miro al suelo, mierda.
-Tengo miedo a que me hagan daño, solo eso.
Se acerca a mi y me abraza.
Al principio dudo, pero luego le correspondo al abrazo.
Y no se cuanto nos pasamos a si, pero varios minutos.
Me sienta bien, vale, me sienta muy bien.
Y tengo miedo, miedo a que me guste mucho.
Me separo y lo miro, sonriente.
-Paula, creo que vamos a ser buenos amigos a partir de ahora.-susurra.-Nadie se había preocupado tanto de nosotros para acompañarnos al hospital, y más acabándola de conocer.
-Yo solo quiero ver bien a la gente.-susurro poniéndome cómoda en el sofá.
-Eres increíble.-susurra haciendo el mismo gesto que yo.
Y no se como acabamos así, pero cuando me despierto al día siguiente estoy tumbada entre sus piernas abrazada a el, y el abrazado a mi.
Intento deshacerme de su agarre, y, con mucho esfuerzo, lo consigo, sin despertarlo.
Lo miro y sonrío, y sin hacer ruido subo a mi habitación.
Estamos a finales de septiembre, y en Sevilla hace una calor...
Abro el armario, y busco algo cómodo para ponerme, ya que es sábado.
Cojo una camiseta larga y ancha que me llega por los muslos y me pongo un culot negro.
Me hago un moño alto y bajo a la cocina mientras hablo con mi tía sobre cuando va a venir.
Después de desayunar iremos nosotros al hospital.
Dejo el teléfono y me pongo a hacer creeps.
-Mmm...-susurra una voz detrás mío.- Que bien huele.. ¿Que estas haciendo?
-Buenos días a ti también, Dani.-lo miro.- Y creeps.
-mmm...-susurra otra voz.- Buenos días guapetona, ¿Que estas haciendo?
-¿Ves? Tienes que aprender de Jesus.-le guiño un ojo.- Y creeps.
Las pongo todas en un plato grande en medio, y tres platos en la mesa.
Se sientan y cogen un un creep cada uno mientras yo cojo el chocolate y la nata.
[...]
-Vale, princesos.-les llamo la atención.-Vuestra madre anoche trajo ropa, vestiros que nos vamos al hospital.
-Si mama.-dicen a la vez, haciéndome sonreír y saliendo por la puerta.
Nada mas meter los platos al lavavajillas, subo corriendo las escaleras y abro la puerta de mi cuarto.
Ostias.
-Ay dios, lo siento, lo siento.-cierro la puerta de golpe, al ver a Jesus sin camiseta.
Este último abre la puerta.
-Tranquila, pasa, que solo me falta ponerme la camiseta.
Le hago caso sin mirar su torso desnudo.
Lo recalco: Está muy bueno.
Voy hacia el armario y busco unos pantalones y una camiseta.
-Ponte esos, me gustan.-se coloca detrás de mi.
Le hago caso, ya que a mi también me gustan y busco una camiseta a juego.
-Venga, largo.-lo empujo hasta la puerta.
[...]
-¡Correr! ¡Que no llegamos!-gritó mientras intentamos llegar a la parada del autobús.
Llegamos justos y subimos todos de golpe, y como no hay sitios, al ir de pie me caigo encima de Jesus.
Que este me mira fijamente a los ojos, y me hace sentir algo raro en el estomago.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top