Capitulo 12.

Las clases acaban y vuelvo a casa, con una rayada en la cabeza impresionante.

Jesus no me ha dirigido la palabra en todo el día.
Y yo no le he echo nada.

Me siento en la mesa y como los macarrones rápidamente, para subir corriendo a hacer los deberes.
Tengo pensado descubrir que le pasa a Jesus.

[...]

Y, ya esta.
El ultimo ejercicio.
Me tiro en la cama y busco mi movil.
Marco su numero, que por cierto me lo se de memoria y espero a que descuelgue.
Un pitido.
Dos.
Tres.

-¿Paula?-contesta a la otra línea.

-Hola....

-Eh... yo...

-Escúchame, ¿Podemos quedar? Será solo un minuto...solo quiero hablar contigo.

-Eh... vale.-accede.- Estoy yendo al parque de debajo de tu casa.
¿Vienes?

-Ya bajo.

Y cuelgo.

Me pongo las converse a la velocidad de la luz y bajo corriendo.

-¡Ahora vengo!-le grito a mi tía.

Salgo por la puerta de mi casa y ando lentamente hasta el parque.
Allí ya hay una figura esperándome.

-Dime.-dice nada más verme.-Aquí me tienes.

- ¿Que te pasa?-digo, directa.

Se queda en silencio unos minutos, como si no de aclarase en decírmelo o no.

- No sé como decírtelo...-dice al fin.

-Pues explícamelo.-me cruzo de brazos.

- Es difícil..-susurra-pero a ver... Siéntate en el columpio.-lo miro extrañada.- hazme caso, solo así lo entenderás...

Le hago caso y me siento en el columpio negro.

- Ya estoy en el columpio, ¿Ahora que?-digo seria.

¿Esto será otra broma del graciosillo de la clase?

- Comienza a columpiarte.-me indica.-Venga, hazme caso.-Y Nose porque, pero de lo hago.- Ahora cierra los ojos..
¿Notas esas cosquillas en el estomago? A mí no me hace falta columpiarme para sentirlas... las tengo cada vez que te veo, cada vez que me hablas, cada vez que oigo tu nombre...

- ¿Que?-digo, asombrada.

- No pero aun no acaba...-se acerca a mi-No abras los ojos, sigue cogiendo impulso!-grita, para que lo oiga.-Ahora... Suelta una mano..

¿Que? ¿Este esta loco?

- ¿Que? ¿Tú quieres matarme?-digo, en voz alta.

- Hazme caso, confía en mi.. suelta una mano, no te vas a caer..-suelto una mano con miedo.- ¿Has visto que sensación? Parece que te vayas a caer, se te corta el aire y se te acelera el corazón. Eso me pasa cada vez que te separas de mi, cada vez que te noto distante.

- Pero...-intento hablar.

- No digas nada, no abras los ojos déjame impulsarte.-se coloca detrás de mi.- y solo abre los ojos cada vez que estés arriba, y mira al cielo ¿Vale?-Enserio, parece que me esté tomando el pelo, pero otra vez, le hago caso.

- ¿Y esto? ¿Cual es esta sensación?-pregunto, al no tener ni idea.

- Solo contigo siento que toco el cielo.-abro los ojos y lo miro.
Pego un salto de el columpio y me pongo enfrente de el.

Decidme por favor que acaba de decir lo que acaba de decir.
No soy muy experta en esto pero...
¿Se está declarando?

- ¿Tanto me quieres?-pregunto, con la voz entrecortada.

- Nunca dejaría de columpiarme..-susurra.-Y te preguntaras como, si casi no te conozco.
Pero el amor no se puede controlar, Paula.

-¿Y si tanto me quieres porque esta mañana pasabas de mi?-pregunto, dudosa.

-Solo intentarme no enamorarme de un amor imposible.-me dice, serio.

-¿Porque dices eso?-me acerco a el.

-Porque es completamente imposible que sientas lo mismo.-me mira con tristeza.

-Lo imposible no existe.-sonrío.

-¿Que quiere decir eso?-pregunta, dudando.

-Esto.-pongo mis manos en su nuca y lo atraigo hacia mi, lo miro a los ojos, y poco a poco, acortamos la distancia que nos separa.

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