Yo contigo, me iba al fin del mundo sin pensarmelo dos veces.
Dani.
-Eso aun no es seguro... pero algo malo seguro.-ríe irónicamente.-Es sorpresa.
-Y... ¿Me has tenido todo este tiempo secuestrado sin saber que Jesus podría enamorarse de tu hija?-parpadeo varias veces.-Eso es de locos.
-Al principio pensaba ganarme un dinerito, la verdad.-admite sentándose a mi lado.-Pero luego vi en la forma que tu hermano la miraba a ella, y en todo el tiempo que pasaban juntos, entonces, pensé en algo mejor, en algo que me sentara bien de verdad.
-Eres despreciable.-pongo cara de horror.-Es tu propia hija.
-Ella hizo que mi mujer me dejara.-gruñe.-Le ponía los cuernos, si, vale, pero me gustaba estar con ella, pero por culpa de Elena... me dejó.
-¿Y luego su madre muere casualmente, no?-ruedo los ojos.-No me jodas.
-Claro que no, me encargue de atropellarla y de que muriera.-ríe y estoy pensando en escupirle toda la cara o gritarle lo muy gilipollas y loco que esta.-Pero no puedes decir nada, o el siguiente serás tu.
-No entiendo como puede haber gente tan mala como tu.-le aparto la mirada.-Eres despreciable.
-Porque sienta bien.-suspira.-Muy bien.
-Estas completamente loco.-cierro los ojos con fuerza.
Y me da miedo lo que pueda hacer mi hermano, se que es listo, y que podría salir de esta el solo,pero cuando está bajo presión no sabe pensar con claridad, por lo que ahora estoy totalmente cagado, porque como haga alguna locura, tendrá sus consecuencias.
.....
Jesus.
-¡Deja de hacerme cosquillas niño!-se revuelve entre carcajadas en mis brazos.-¡Que me meo!
Pero no puedo parar, su risa es lo único que me hace sonreír en esta maldita situación.
Me quedo mirándola, es que joder, me encanta, y nunca me había pasado esto, ¿porque? ¿Porque ella?
Nadie sabe eso, nadie podría saberlo.
Es preciosa, mucho, aunque ella lo niegue rotundamente.
Y no me cansaría de repetírselo nunca, porque me encanta todo de ella, incluso el pequeño hoyuelo que se le forma cuando sonríe.
Me vuelve loco.
-Ey, ¿que pasa?-me zarandea, debido a que he parado y estoy mirándola fijamente.
-Nada.-sonrío y se levanta del sofá.
Le cojo de las caderas y la siento de nuevo encima de mi, la abrazo con fuerza y apoyo mi cabeza en su hombro.
Lleva un perfume que me encanta, creo que es de Hollister,pero que mas da, huele increíblemente bien.
-Te quiero.-le susurro casi sin pensarlo, y ella se da cuenta porque se gira con los ojos abiertos como platos.
-¿Que?-se sonroja y es preciosa, joder.
-Que... qué te quiero.-sonrío un poco y ella me abraza con fuerza.
-No estoy acostumbrada a que la gente me quiera.-admite en un susurro.-¿Lo dices enserio?
-Creo que nunca había estado tan enserio.-admito, dejando suaves besos en su cuello, cosa que hace que se le erice la piel y le den escalofríos.
Se separa y arruga la nariz de esa forma tan tonta pero que tanto adoro, y sin pensárselo dos veces junta nuestros labios para que empiecen otra guerra que ninguno ganara.
El hormigueo sigue ahí, como la primera vez que la mire a los ojos, y perderme en esos ojos es lo único que me ayuda en estos momentos.
-Yo también.-susurra y se estremece.-Ahora vengo, voy al baño.
La veo desaparecer y me quedo mirando el movil distraídamente hasta que un numero oculto me llama.
-¿Quién?-digo desganado.
-Hola, Jesus.-ríe una voz juguetona.-No sabrás quien soy, pero tengo a tu hermano y eso te basta para seguir escuchando.-lo oigo suspirar y trago saliva.-Voy a soltar a tu hermano con una sola condición.
-Dila.-digo con la poca voz que me queda.
-¿Conoces a Lena, no?-ríe.-Es mi hija.
Cuando pronuncia esas palabras trago saliva y me acuerdo de las odiosas y horribles palabras que mi chica me ha dicho sobre su padre.
-Sí.-susurro.
-Pues quiero que la mates.-dice y ahogo un chillido casi inaudible.-El día de Navidad, te llamare para darte instrucciones, adiós.
Cuelga y yo tiro el movil a un lado.
¿Va enserio?
No puede ser verdad, no, no, no.
No puedo hacerlo.
Es Lena.
Pero también es mi hermano, joder.
-Ey, estas como en shock.-me zarandea la preciosa chica que tengo delante.-¿Estas bien?
-S-sí.-trago saliva.-Estoy bien.
-Vale.-se sienta a mi lado.-He estado pensando que si tu te has empeñado en hacerme un regalo por Navidad... yo tengo que hacerte otro.-sonríe y al escuchar la palabra "Navidad" se me ponen los pelos de punta.-¿Que quieres que te regale?
-Que nos vallamos.-susurro casi sin pensar.
-¿Irnos?-se sorprende.-¿A donde?
-A ser felices, lejos de aquí.-trago saliva.-Un lugar sólo para los dos. Donde no haya terceras personas que quieran separarnos. Donde nada te haga dudar que me quieres. Donde podamos ser felices los dos, sin necesidad de dar explicaciones a nadie. Donde una risa sea un te quiero. Donde la única estufa que tengamos sean nuestros abrazos. Donde nunca nada acaba. Donde no necesite nada más que tus besos.-tengo muchísimas ganas de llorar, nunca en la vida había dicho cursiladas como esta pero siento que necesito contárselo porque pase lo que pase quiero que sepa que el tiempo que le he querido lo he echo de verdad.-Donde pueda hablar de un ''nosotros'' cuando hablo de mi, y que lo que digan los demás, nos de igual. Entonces, ¿qué me dices?
Abre los ojos sorprendida, normal, hasta yo lo estoy, me mira, ojos contra ojos, pupilas contra pupilas, los sentimientos a flor de piel.
¿Porque me hace sentir estas cosas?
¿Porque me hace cambiar mi estatus de tío malo a alguien dulce y amable?
¿Porque me hace quererla tanto?
Es como un soplo de aire fresco en mi vida, es mirarla y ya poder respirar en calma, ¿qué voy a hacer?
Esta Dani, por el daría la vida, pero soy incapaz de matar a alguien, y menos a ella, mirarla, es que es una muñeca, parece tan frágil que lo único que sé hacer es cuidarla.
¿Que debo hacer?
Le necesito a él y la necesito a ella, mas de lo que quiero necesitar a alguien en mi vida.
-Yo contigo, me iba al fin del mundo sin pensarmelo dos veces.-dice de repente, sacando así una de mis mas sinceras sonrisas.
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