Tu.

-Oye, quítame esto ya de los ojos.-me quejo, cansada de verlo todo negro y con mucho sueño, ya que me ha echo madrugar un sábado.

-Impaciente.-ríe.-Queda poco para llegar.

-¿Pero porque me tienes que tapar los ojos?-suspiro.-Jesus.

-Es mas interesante.-admite el y sigue guiándome de la mano.

Tardamos varios segundos en llegar y hace rato que he dejado de oír las ruidosas calles de Madrid.

-Espero que te guste, no se...-pone las manos en mi nuca y comienza desatar el nudo.-Este lugar me tranquiliza, es... aquí donde me desahogo y todo, vengo siempre que pudo y...

Cuando cae la pequeña venda que me cubría los ojos mis ojos comienzan a brillar.
Estamos en un prado, abarrotado de flores de todos los colores, con un solo árbol justo en medio con una tumbona colgada entre dos ramas, que supongo que fue él quien la colgó.
El lugar es realmente precioso, y si te giras y miras atrás, ves que Madrid está solo cruzando una pequeña carretera.

-Valla...-no se que decir.-Es... es increíble.

-Este es mi.. bueno, es como otro mundo.-se coloca a mi lado.-Nunca había traído a nadie aquí, ni si quiera a Dani, a si que por favor no digas nada de este lugar.

-No lo haré.-susurro aun mirando el increíble paisaje.

-¿Vamos?-me tiende la mano y yo se la cojo asintiendo con una sonrisa.

En cuanto llegamos al solitario árbol, Jesus da un brinco y se sienta en la tumbona, y luego me da las manos y me ayuda a subir para sentarme a su lado.
Y aquí las vistas aun son más increíbles.

Pasamos toda la tarde hablando de todo un poco, conociéndonos y todo eso, hasta que llegamos al tema de mi padre.

-¿Como que lo odias?-se sorprende.

-Es un hombre odioso, es simple.

-Pero.. es tu padre.

-Por desgracia si, pero nos pegaba, Jesus, por eso cuando murió mi madre me fui con mi abuela, porque m negaba a estar con el.-bufo.-Le era infiel a mi madre noche tras noche y ella le perdonaba como una tonta, pero yo no, así que me odia mas.

Miro al cielo unos segundos y luego lo miro de nuevo.

-Quiero ir a visitar a mi abuela.-sonrío un poco cambiando de tema.-¿Me acompañarías?

-Oh, ¿de verdad?-sonríe un poco.-Vale, claro, ¿vamos esta tarde?

-¿Enserio?-le doy la mano casi sin darme cuenta.-Si, si, muchas gracias.

-Debes de quererla mucho.-se acomoda mas en la tumbona.-Mi abuelo era mi vida, y cuando murió, lo pase fatal.

Cierro los ojos y suspiro, le ha cambiado la expresión de la cara al hablar de su abuelo.

-Tranquila.-susurra.-Ya esta superado.

Me muerdo el labio y me acerco a el un poco.

-Gracias por enseñarme este lugar.

-Gracias a ti por venir.-sonríe y pasa su brazo por mis hombros, me atrae hacia él y deja varios besos en mi mejilla.-No se, eres demasiado distinta a las chicas de aquí, ¿sabes?

-Aun lo era mas.-admito.-Pero no se, creo que necesitaba cambiar, porque conociéndome hace unos meses, ni de coña estaría yo aquí ahora, y no me caerías bien, ni tu ni nadie.-chasqueo la lengua.-Y puede que la profesora de biología se hubiera llevado mas de un lechugazo también.-río.

El suelta una suave risilla que choca de lleno con mi cuello y eriza mi piel.
Giro un poco la cabeza y nuestras narices chocan, es una sensación demasiado bonita para que me este pasando a mi.

-¿Puedo besarte?-susurra.

-Con una condición.-hablan mis ganas de él.-Que no sea el ultimo que des.

El sonríe y cierra los ojos.

-Trato echo.-susurra y a los pocos segundos tengo sus labios pegados a los míos, se mueven acompasados, durante varios segundos somos uno, hasta que nuestras lenguas comienzan una guerra de sensaciones inimaginables.
Cuando nos separamos me falta el aire, a el se le han dilatado las pupilas y ambos estamos temblando.

-Guau.-susurra y me abraza.-Lena.-se aclara la voz.-Me encantas.

....

Doy otra carcajada mirando como se come una hamburguesa  repleta de ketchup.
Estamos comienzo en el Burger, uno cerca de casa de mi abuela.

-¿De que te ríes?-frunce el ceño.

-¿Enserio no te has dado cuenta?-río de nuevo.

El niega con la cabeza y aguanto la risa mientras cojo el recipiente de las servilletas, se lo tiendo, y al tener una especie de espejo se ve con toda la boca manchada de ketchup.

-Oh dios.-se ríe.-¿Cuanto tiempo estoy así?

-Mmm...-miro el reloj.-Cinco o diez minutos.

Abre los ojos como platos y estallo de nuevo a carcajadas.

-Déjame que te lo limpie, anda.-agarro una servilleta y se la paso por la boca con cuidado.-Ya esta.

Se queda mirándome con una sonrisa en la cara y noto como me sonrojo a la velocidad de la luz.

-¿Que?-me sale la típica risa tonta de la edad del pavo.

-Nada,nada.-sonríe.

-Ahora lo dices.-le señaló.

-No es nada.-admite.-Solo que acabo de fijarme en que de verdad eres realmente preciosa.-se muerde el labio.-Y no me digas que no porque yo soy el que te esta viendo ahora mismo y no puedo sacarte ningún defecto.-sonrío un poco y el hace lo mismo.-Y si sonríes, valla, así si que estas perfecta.

-Nadie es perfecto.-replico.

-Nadie lo es, es cierto.-suspira.-Pero para cada persona si hay alguien perfecto, y para mi, esa persona eres tu.

________
Siento el retraso chicas, es que he estado muy ocupada, por no nombrar que estaba en modo depresión y que no se me ocurría nada.
También he estado haciendo una nueva novela, no sé, momentos de motivación y sale solo, por lo que cuando ya este mas segura con esta empezare a subirla, nada, espero que os guste este capítulo, y mañana no se si subiré porque tengo reencuentro con mis dos chicas del Weekend y será todo muy bonito, pero por la noche intentare escribir algo.
Un beso.😚😚

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