Dime que estas bien.

*Una semana después.*

Una semana.
Una semana y aun no he sido capaz de levantarme de la cama.
Todo a cambiado.
Mucho.
Mi padre está en la cárcel, Dani testificó contra el y estará allí una buena temporada, por secuestró y por la muerte de mi madre.
Es un jodido capullo.
Yo no quise mandar a Jesus a un centro de menores, pero mi padre le contó lo que sucedió a la policía y se va a pasar un mes allí.
Respecto a Dani, a intentado venir a verme, pero no he tenido la suficiente fuerza de voluntad para abrirle la puerta.
Y yo, que os puedo decir, voy a seguir viviendo con Blanca, David y Lucia, que también están destrozados por las mentiras de mi padre, seguiré siendo yo, o por lo menos lo intentare, y haré como si nada hubiera pasado.

El disco que me regalo Jesus por Navidad suena por quinta vez en la habitación.
Nunca había pensado que podría cantar tan bien, la verdad, pero lo hace.

-Ya esta bien.-abre la puerta de golpe David.-Levanta ya de la cama, no puedo seguir viéndote así.

Apago rápidamente el radiocasete y lo miro con unas ojeras muy grandes.

-No tengo ganas.-susurro.

-Lena...-me reprocha.-Levanta, metete a la ducha, come algo y ves a buscar a Dani.

Frunzo el ceño frente a esto último y finalmente me destapo.

-¿A Dani?-suspiro.-¿Para que?

-El también lo está pasando mal.-se acerca a mi y tira de mis brazos.-Venga, no puedes pasarte la vida en la cama.

-Si puedo.-me quedo quieta y el me fulmina con la mirada.-Esta bien, esta bien.-alzo las manos.-Voy a ducharme, tu... bueno, espera aquí o haz lo que quieras.

Después de estar media hora bajo los relajantes chorros de agua, salgo dispuesta a enfrentarme a la realidad, a la vida.
Pero esa vida a mi se me queda bastante grande, la verdad.

Cuando entro de nuevo en mi habitación, enrollada en una toalla y tiritando, veo a David escuchando el cd de Jesus, y mis ganas de llorar aumentan.

-Canta genial.-susurra.-Lo conozco, no quería hacerte eso.

-Lo sé.-bufo.-Pero lo hizo, cuando podía haber ido perfectamente a la policía, pero oye, da igual.

Busco algo apropiado para vestirme y vuelvo al baño, donde me seco el pelo y me hago uno de mis moños que hacia mil que no me hacia.
No me maquillo, no tengo ganas, y cuando salgo del baño, allí esta David con una bolsa de galletas.

-Ahora come.-levanta las cejas.

Si señores, llevo una semana sin comer.

Ruedo los ojos y cojo un par de galletas, bajo a la planta baja y me paro frente a la puerta.

-Vé.-me anima mi hermanastro.-Os necesitáis mutuamente.

-Es que es muy igual a el.-cierro los ojos.

-Por eso tienes que aprender a superarlo.-suspira.-Mira Lena, ves y compruébalo, y cuando vuelvas, estaré aquí.

-¿Me lo prometes?-me giro para mirarlo.

-Si.-asiente y abre los brazos.-Ven aquí hermanita.-lo abrazo con fuerza y el se aferra a mi.-Te quiero, eh.

-Y yo a ti.-sonrío un poco.-Adiós.

....

Jesus.

Risas y mas risas, es lo que oigo al rededor.

'Eh, ese es uno de los gemeluchos esos'

'Ey, gemelier, ¿qué has echo para estar aquí?'

'Como no hables te vas a enterar.'

'Eh, maricón, escúchame, aquí mando yo, así que habla ya.'

Ignoro todos y cada uno de los tíos que están al rededor de mi cama riendo.
No puedo ni levantar la cabeza.
Su pulsera cuelga de mi muñeca y noto como me quema, pero si intento quitármela me muero.
Absorbo por la nariz e intento que mis lagrimas cesen.
Pero no funciona.
Yo solo me he metido en esta mierda y tengo que estar aquí aguantando a estos cantamañanas un mes.
Un mes sin ver a Dani ni a Lena.
Pero esta última dudo mucho que quiera verme.

-Eh, vosotros, apartar.-una voz femenina se oye detrás de todo ese alboroto.-Dejarle en paz, venga, largaros.

Alzo la vista para encontrarme a una chica que da bastante miedo.
Es muy alta, incluso mas que yo, tiene el pelo negro azabache con las puntas azules, igual que sus ojos.
Tiene también un pircing en la nariz, y otro en la ceja, y todo un brazo lo lleva lleno de tatuajes.
Va vestida toda de negro, con cadenas colgando de sus pantalones rotos y con unas botas de militar algo grandes para ella.
Me mira fijamente, intimidándome con la mirada.

-No les hagas caso.-se sienta a los pies de mi cama.-Son unos idiotas.-gira un poco la cabeza.-Soy Trix, ¿y tu?

-Jesus.-trago saliva.

-No tengas miedo, no te harán nada.-suspira.-Ya saben que me caes bien y que no pueden acercarse a ti.

-No me conoces.-susurro con miedo.

-No.-se encoge de hombros.-Pero he robado tu historial del despacho y se que eres un buen chico.-sonríe un poco.-¿Como se llama ella?

Miro de nuevo mi pulsera, joder, la necesito mas de lo que creía.

-Se llama Lena.-cierro los ojos con fuerza.-Y era... la única chica que de verdad había conseguido enamorarme.

....

Lena.

Toco al timbre casi sin pensármelo y espero pacientemente a que me habrán.
Cuando oigo unos pasos, yo doy dos para atrás, acongojada, nerviosa y dubitativa.
Eva es la que abre la puerta y sonríe medianamente al verme.

-Hola cariño.-susurra.-¿Como estas?

Me encojo de hombros porque de verdad que no me salen las palabras y ella hace un gesto con la cabeza para que entre.

-Supongo que buscaras a Dani.-sonríe.

Asiento con la cabeza y la miro esperando a que diga algo.

-Esta en su cuarto.-señala las escaleras.-Espero que tu logres hacer que sonríe como hiciste con Jesus.

Agacho la cabeza y noto una punzada en el corazón.
Ella lo nota y se disculpa, para luego darse la vuelta y marcharse a la cocina.

Subo los escalones lentamente, intentando pensar como debo de hablarle o que debo decirle.
Casi sin darme cuenta ya estoy tocando a la puerta de su habitación y ya a sonado por parte de su voz un: Adelante.

-Eh.. yo..-trago saliva nerviosa.-Yo soy Lena.

Dani me mira y sonríe un poco.
Tiene unas ojeras incluso peores que las mías, y una mala cara impresionante.
Pero aún así, es guapísimo.

-Ya se quien eres.-se acerca a mi y me estrecha es sus brazos muy fuerte.-Y creo que eres justo a la persona a la que necesitaba ver en estos momentos.

Me separo de el con los ojos aguosos y intento sonreír, pero lo único que me sale es una mueca extraña.

-¿Estas bien?-me atrevo a preguntar.-Dime que estas bien.

-Eso es justo lo que debería preguntarte yo a ti.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top