Capitulo 10.

*Narrador en tercera persona*

Varios minutos después desde que Marina se marcha, se crea un silencio incomodo.

-¿De que conocías a Marina?-le pregunta Dani.

-Soy amiga de su hermana, Sara.-sonríe la rubia.

-¿Soy?...¿Tu no sabes lo de..?-susurra Jesus.

-No me jodais.-suelta la chica.-¿No os abra contado que esta muerta, no?

Todos los amigos se miran entre sí tragando saliva, y vuelven a mirar a la despampanante chica rubia que los mira.

-Es mentira, Marina ya no sabe como engañar a la gente, como hacerse notar.
Veréis, su hermana era la popular, a la que todos querían.
Marina la envidiaba y la odiaba.
Por eso, siempre que se va de vacaciones, o se muda.. pues se inventa que esta muerta.
Ella quiere que lo este.
Sara esta viviendo con su padre en Londres, no quería separarse de su novio.
De echo, la vi hace dos días antes de venirme para aquí.
Tengo una foto con ella si no me creéis.

Todos los supuestos amigos de Marina están flipando.

Las lagrimas de la chica parecían tan reales cuando lo contó..

#Narra Marina#

Y allí esta otra vez, detrás de mi, noto como su respiración choca con mi nuca.
No puedo girarme.
Mis pies no me dejan.

-Ten muchísimo cuidado...-susurra la voz de Sara.

-¿De qué? ¿De quién?-mi voz se va rompiendo poco a poco.

-Tu solo ten cuidado...-vuelve a susurrar.

Abro los ojos, estoy sudando.
El corazón me va a mil y mis ojos se llenan de lagrimas.

Cojo el movil.

Genial, las seis de la mañana.

No puedo dormir.

Abro el armario en busca de la ropa para ir al instituto.

Cojo unos vaqueros y una camiseta rosa clarito y me calzo unas manoltinas negras.

Me miro al espejo y me maquillo un poco.

Tengo un mal presentimiento.
Pero supongo que me da igual.

Bajo y me hago el desayuno, mientras veo la tele.

Al poco rato miro el reloj, las seis y media.
Supongo que me dará tiempo a ir al cementerio.

Cojo la mochila y salgo corriendo hasta el inquietante lugar.

A los pocos minutos ya estoy sentada delante de la tumba de mi hermana.

-¿A que te referías con lo del sueño?
Ahora tengo miedo Sara.

De repente el viento mueve las hojas de mi alrededor.
Al principio me asusto, pero luego vuelvo a concentrarme en lo que estaba diciendo.

[...]

Corro hasta la puerta del instituto, llego tarde, me he entretenido en el cementerio.

Corro por el pasillo, pero una mano estira de mi y me mete al lavabo.

-Yo de ti no entraría a clase.-me mira con pena, con mucha pena.

-¿Porque?-pregunto.

-Haber... es difícil... si cruzas esas puertas, vas a sufrir mucho.
Yo... he intentado detenerlos.. pero no me hacen caso, ya sabes que nadie me hace caso.. soy como invisible.

Me giro y voy hacia la puerta.

-¿Que haces? ¡No vallas!-dice Elena levantando la voz.

-Puede que me duela, pero ya estoy acostumbrada a sufrir, y me gusta saber la verdad.

Abro la puerta del cuarto de baño y salgo corriendo hasta mi clase.

Y preferiría haberle echo caso a mi nueva e única amiga.
A partir de ahora iba a sufrir mucho.
Mucho mas que antes.

[...]

Estoy en el cuarto de baño, llorando silenciosamente.
¿Porque todo lo malo me tiene que pasar a mi?
¿Porque no puedo ser feliz no un miserable segundo?

Ya no espero nada de nadie. Ya no confio en nadie. Me olvidé del mundo, porque el mundo se olvidó de mi. Aprendí que la gente es una convenía, que te aconsejan y escuchan para luego ir contando tus debilidades y puedan hundirte mas fácilmente. Y que lo hacen por puro ocio, por disfrutar durante un miserable instante de como se te viene el mundo encima. Que siempre hay un topo que se cuela en tu vida haciéndose pasar por alguien importante. Que la gente te engaña, te sacude, te escupe y te tira al suelo; y que al final o te levantas, o te pisan. Aprendí que cuanto mas alto estés mas grande es la caída. Que el mundo es una gran mentira, que el amor es una trampa de la naturaleza para mantener la especie, y que por mucho mundo que mueva, la atracción siempre será mas fuerte. Que cuanto más te conocen más fácil les resulta hacerte daño. Que cuanto menos sepa la gente de tus relaciones, mas durarán. Que los únicos que no mienten son el tiempo y la muerte. Que las mejores personas no visten trajes planchados ni ocupan asientos importantes, sino que aguantan lluvia nieve y tormenta, pasan frío y ocupan camillas hospitalarias. Que somos almas en pena que se alimentan del lamento de las personas más inocentes. Que hay gente muerta en vida que es más fuerte que la gente viva en muerte. Que no siempre 1+1=2, que aveces es igual a 3. Y que es cierto que hay que caminar erguido con la cabeza bien alta, pero tampoco hay que olvidarse de que existe el suelo, y que nadie está libre de resbalar. Aprendí que la humildad no se adquiere, que está en nosotros, pero que nos humillamos delante de personas equivocadas. Que el más sabio es el que plantea las verdaderas preguntas y no el que da las verdaderas respuestas. Que la vida son dos días, uno de fiesta y otro de resaca. Que estar seguro de si mismo solo sirve para que la decepción no sea tan fuerte. Y sobretodo, que la mierda de sociedad en la que vivimos es lo único que destruye a las personas. Que hay cosas que matan mas rápido que un disparo, y que los amigos también saben romper corazones.

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