28



Dos semanas más tarde...

Finalmente era libre. Tras haber sido atacado en la cárcel, desperté en el hospital con la noticia de que habían rectificado mi sentencia y el juez me encontró inocente. Y, aunque habían sacado una nota de disculpa sobre el asunto, eso no implicó que me regresaran mi antiguo trabajo o que fuera fácil encontrar otro.

Minho y Taemin me consiguieron un departamento cuya renta salía de mis escasos ahorros. Después del divorcio, y al haber firmado cláusulas pre matrimoniales, me quedé sin nada. No poseía propiedad alguna ni nada que viniera de Seunghyun, lo que no era una verdadera tragedia. Sin embargo, como escapé de esa casa, tampoco tenía ropa ni artículo personal alguno.

Y en ese tiempo no supe mucho de Chanyeol. Las noticias sobre la cárcel y sobre cómo avanzaba el caso eran escasas. Minho me había comentado, no obstante, que fue Park quien me salvó del atentado, pero recibió un disparo en el hombro. Sin ser nada muy grave, no le permitieron a él salir a un hospital como a mí, la razón no la sé, aunque no era muy difícil suponer que se trató de Seunghyun.

Taemin me había dicho que la grabación del celular podía ser insuficiente y ni siquiera ser considerara para la revisión del caso. Que había sido grabada sin permiso, dijo y que el abogado preferiría que yo testificara, siendo que escuché la conversación. Empero, no me habían llamado para ninguna audiencia ni para dar declaraciones. Ello puso en duda el cómo estaba siendo manejado el caso. Quizá Seunghyun estaba tirando de más hilos de los que Chanyeol o yo teníamos.

Esa tarde de viernes, sin embargo, mientras escuchaba las noticias en la televisión, preparaba un pequeño aperitivo. Se había vuelto una costumbre hacerlo todo escuchando las noticias, a la espera de que dijeran algo sobre el caso de Chanyeol.

—Esta mañana en el Caso de Lavado de Dinero en Park's Industries, el juez de Park Seunghyun señaló que la justicia estaba siendo manipulada desde dentro de la cárcel y que el caso sería objeto de una disputa entre mafias. Nos informa Lee Joon desde los exteriores del Juzgado número uno de Gangnam.

Presté mi atención al reportaje. El abogado de Suenghyun yo lo conocía, aunque a este lo había visto muy pocas veces cuando se trataba de casos graves. Un poco de alegría le trajo ese hecho a mi corazón.

—En horas de la mañana se llevó a cabo el juicio de apelación sobre el caso de lavado de Dinero en las Industrias Park. Por este delito fue sentenciado el hijo menor del antiguo presidente de la compañía. Park Chanyeol fue condenado a doce años de prisión y a una indemnización al estado por defraudación tributaria.

» Se le acusó, además, de ser miembro de una organización delictiva dedicada al tráfico de sustancias psicotrópicas y de armas de fuego.

» No obstante, el sentenciado presentó pruebas a su favor frente al fiscal y al juez a cargo para una revisión del caso. Y conforme se escuchó en la audiencia, las pruebas, una grabación de un teléfono, y los respaldos en la memoria del celular de Park Seunhyun, demuestran que Park Chanyeol no cometió ninguno de los delitos de los que fue acusado.

» De hecho, la grabación del celular fue presentada por el propio ex esposo de Park Seunghyun, quien anteriormente fue acusado de falsificación de documentos y enviado a la cárcel. En días pasados, Byun Baekhyun fue excarcelado y su sentencia corregida siendo que se lo halló inocente. En la grabación consta la confesión de Park Seunghyun acerca del lavado de dinero propiciado por él mismo dentro de Park's Industries. Y según otros testimonios, sería él quien estaría ingresando a Corea armamento ruso de forma ilegal por medio de sus embarques en el puerto.

Contuve el aliento por un segundo al mismo tiempo que ese camarógrafo recorría la fachada del juzgado. Me estaban desquiciando los nervios.

—La resolución del caso fue la excarcelación inmediata de Park Chanyeol y la rectificación del caso —continuó con su relato—. Park Chanyeol fue encontrado inocente de todo lo que se le acusaba. En su lugar, la fiscalía pidió el arresto como medida preventiva para Park Seunghyun hasta que se dicte una sentencia.

Creo que chillé y tiré algunas cosas de mi cocina, pero no pudo importarme menos. ¡Finalmente Seunghyun iría a la cárcel! Mientras él estuviera lejos de mí, nada sería mejor. Aunque todavía me faltaba algo. Chanyeol.

—¿Ya habrás salido? —pregunté en voz alta cuando el reportaje terminó. Regresé a preparar mi emparedado que ya debía estar frío y las lechugas muertas—. Quisiera saber si vendrás aquí, aunque eso sería tonto. ¿Por qué lo harías?

—¿Y por qué no?

Dio un respingo al oír su voz. Mi mirada se centró en Chanyeol parado en la entrada de mi departamento. ¿Era una visión o mi mala vista regresó?

Él estaba apoyado contra el marco con un aire despreocupado, vistiendo ropa muy sencilla, pero se me hizo tan raro no verlo en ese uniforme naranja tan feo.

—¿Chanyeol?

—Pastelito, no soy un espejismo. ¿Qué esperas para darme un beso?

Corrí el corto tramo hasta la entrada y salté contra él. No me pude contener. Tomé su boca y él me permitió juguetear como quisiera. Sus manos bajaron a mi cintura y la apretaron. Mi pequeño miembro dormido se restregó contra su abdomen, pero mis débiles pies estaban temblando al sostenerme de puntas.

—Ese fue un buen beso —me dijo al separarnos—. Te he extrañado.

—... Eres libre —jadeé, apartándome un poco—. Ambos lo somos.

—Sí, te prometí que te sacaría de ahí y lo hice; también te prometí que Seunghyun no volvería a tocarte.

—¿Y él fue ya encarcelado?

—No, por eso estoy aquí. Seunghyun vendrá en algún momento.

Un sabor amargo se instaló en mi boca y luego bajó precipitadamente hasta el inicio de mi estómago. Este juego no había terminado aún.

—Se les escapó a la policía ayer en la noche que quisieron llevarlo a una comisaría. Hoy no se presentó al juicio, pero debido a que este caso es muy conocido, pusieron en alerta a los puertos y aeropuertos. No podrá salir de Seúl, tampoco.

Habíamos enjaulado al tigre en un cuarto reducido y, aunque estábamos del otro lado, él todavía iba a cazarnos, esta vez no por supervivencia, sino por venganza.

—¿Él sabe que yo estoy aquí?

—Lo sabrá, seguramente, y, en todo caso, llegará siguiendo mis pasos.

Su calma me causó a mí lo opuesto y no pude evitar sentirme como un cebo. Estaba siendo la carnada para ese tigre, mas la pregunta era si Chanyeol me elevaría antes de ser devorado.

—... No quiero verlo.

—Te prometo que él no te dañará —me dijo, tomando mis manos y besando mis nudillos—. Ya me cansé de fingir ser un buen hermano, Baekhyun, y definitivamente no toleraré sus juegos.

Tan oscuro y perverso. Tuve un poco de miedo, lo admito.

—Pero ahora, creo que me gustaría otro beso.

Esa voz dulce volvió a sus labios y me hizo olvidar cualquier otra cosa.

La puerta se cerró solo para que Chanyeol me llevara a la pequeña recámara de mi casa.

—Debiste ir a mi departamento —me dijo, recostándome sobre las sábanas—. Me gustó verte sobre mi cama aquella vez.

Yo me pregunté de qué hablaba, porque sí, había dormido un par de noches en el departamento de Chanyeol luego de escapar de Seunghyun, pero la voz que él usó fue la mezcla entre la burla y la acusación.

—Estando yo en la cárcel esa noche y al verte restregándote contra las sábanas, me hizo desear escaparme para ir a acompañarte.

Su boca llenó de besos mi cuello y sus manos prontamente me desvistieron.

—¿De qué hablas? —suspiré, afectado por el frío viento que se coló por mi ventana.

Chanyeol se irguió entre mis piernas, desprendiéndose de su camisa con agilidad.

—Esa noche mientras te tocabas, me pregunté si era en mí en quien pensabas, pero tu boca nunca pronunció mi nombre —dijo y yo me quedé helado. Sus manos abrieron el broche de su cinturón y bajaron la cremallera. Él no llevaba ropa interior—. Me sentí muy celoso, lo confieso, pero no creí que te atrevieras a gemir el nombre de otro mientras tenías un orgasmo sobre mi cama.

Mi pecho se sacudió fieramente, tal como el rubor que rodó mis mejillas. Había sido descubierto, no sé ni cómo, en mi pequeña fechoría que, de hecho, ya ni recordaba.

—Y quiero confirmar que era yo..., que pensabas en mí.

—Chan..., yo...

Él me sonrió con cierta maldad, acercándose para besar mis labios con rudeza.

—Solo necesito una palabra, pastelito. Quiero oírte.

—... Sí, yo pensaba en ti —gimoteé—. Cada noche, he pensado en ti.

—Seré un buen amante, Baekhyun, y te haré correrte tan duro como aquella noche.

Me dio la vuelta, empinando mi culo sujeto por mis rodillas, amasándolo con suavidad conforme se acercaba a mi agujero. Él se arrodilló tras de mí y acercó su rostro a mi entrada; pasó su dedo medio por la hendidura y lo insertó.

—Ah, mmmgh.

Lo retorció para abrir mis pliegues, pero aun así yo necesitaba algo de lubricación.

—Vamos a ayudarte un poco.

Escupió sobre mi agujero y volvió a mover su dedo, esta vez con un poco más de facilidad. Yo me retorcí, pero terminé abriendo más mis piernas para que él pudiera ver mejor mi culo.

—Tan servicial, mi pequeño Baekhyun.

Sentí su aliento contra mis sensibles pliegues y luego su lengua.

—Ah, ah.

Chupaba mi agujero y metió su lengua en lo poco que podía, pero se sentía tan bien. Mi polla se endureció y él la tomó con su otra mano para masturbarme.

—Chan, oh, aguarda —pedí, nublado por la tensión en mi cuerpo y esos espasmos que me hacían vibrar—. Sí, tan bueno.

Metió dos dedos más y volvió a escupir sobre mi bastante mojado agujero. Me estaba follando tan bien, pero yo deseaba aún más. Lo quería todo de él.

—Channie, por favor, dame tu polla.

Su carcajada resonó contra mi piel.

—Si tanto la quieres...

Se alejó de mí y lo oí quitándose los pantalones. Me acomodé en la cama, aferrándome a los almohadones cuando lo vi con su polla dura acercarse a mí. Largué un suspiro.

Su polla se veía larga y gorda; Chanyeol se la estaba tocando.

—Mmgh.

Empujó su glande contra mi agujero y de golpe entró, enterrándose hasta las bolas en mí. Mis piernas se tensaron y solté un grito.

—Creí que la querías con mucha desesperación —se burló de mí.

Sus manos apretaron mis nalgas y sus uñas rasguñaron mis caderas. Me dio un par de caricias que calmaron el dolor inicial, pero luego solo me destrozó de forma muy placentera.

Mis ojos ce cerraron y un ronroneo escapó de mis labios. Él silbó antes de azotar mi culo.

—Creo, cariño, que no te dejaré dormir esta noche.



***




Pasé un día y medio entero con Chanyeol.

Amanecí en sus brazos y comí a su lado, fui centro de sus caricias y de sus mimos. Pensé en que podía acostumbrarme a esa atención de por vida, si es que Chanyeol así lo quisiera. Ahora que éramos libres, podía considerar en tener una relación con él, pero me daba tanto miedo si quiera sugerírselo.

Aunque confiaba en Chanyeol, temía de las palabras de Luhan. Sin embargo, había decidido que lo intentaría, contra todo miedo.

—Ha sido difícil —comenté, acurrucado en el sofá mientras él estaba viendo el atardecer en el balconcito—. Y mis ahorros se agotan.

—Las personas son amantes de los estigmas. Haber estado en la cárcel es como un pecado que, incluso no siendo justo, no se quita ni con el perdón de Dios —murmuró, bebiendo de esa botella de cerveza.

—He pensado en irme de Seúl. No ha sido fácil aquí y podría empezar desde cero en Busan. ¿Tú qué harás?

Su silencio me causó inquietud y hasta llegué a pensar que había entrado en un terreno extremadamente personal. Luego él contestó:

—La empresa de mi hermano se derrumbó y el patrimonio de mis padres estaba ahí. Ellos no estarán complacidos, pero no podrán hacer nada.

Y no supe porqué me lo decía, pero seguí escuchándolo.

—Yo solo continuaré mi vida como hasta ahora. Haré muy pocos cambios —dijo letárgico—. Pero puedo ayudarte a conseguir algo. Tengo algunos amigos.

—¿Implica algo ilegal? ¿Crees que si pongo en mi carpeta que soy exconvicto me den el puesto? —me mofé y el me acompañó con su risa.

—¿Piensas que todo lo que hago es ilegal?

—No, pero no eres un santo. Aunque no cometiste ninguno de los crímenes de los que te acusó Seunghyun, tú y yo sabemos que no tienes un trabajo normal. A propósito, ¿qué haces?

—Soy mafioso —dijo con una sonrisa torcida en el rostro.

—Tan gracioso —me burlé y él volvió a reírse.

De pronto, llamaron a la puerta, dos golpes suaves.

—¿Pediste algo? —le pregunté a Chanyeol porque yo definitivamente no esperaba a nadie.

Chanyeol se dio vuelta y negó con la cabeza, pero tenía los ojos ceñudos e incluso así, parecía tranquilo.

Fui y abrí la puerta.

—Es un encanto volver a verte, Baekhyun.

Di rápidamente dos pasos hacia atrás al ver a Seunghyun parado en el porche. Vestía uno de esos trajes caros que siempre presumía, pero en la cinturilla de su pantalón, apenas cubierto por el saco, estaba un arma.

Volvía a sentirme preso del miedo.

—Creo que tenemos unos asuntos pendientes y, por fortuna, mi hermano sigue aquí.

En dos zancadas entró a mi casa, cerrando la puerta en un golpe duro. Repasó el lugar con la mirada y esa expresión burlona en sus labios.

—No tengo mucho tiempo ya que ustedes enviaron a la policía por mí.

—Te lo merecías —dijo Chanyeol, dejando la cerveza a un lado y caminando con calma hacia mí—. Todo lo hiciste mal, Seung.

Su tranquilidad me descalabró el corazón. Chanyeol había estado esperando todo ese tiempo a Seunghyun.

—¿Te parece? Porque definitivamente yo no supe jugar muy bien mis cartas con Baekhyun. Si él no hubiese estado convencido de tu inocencia, no hubieses conseguido ni una sola prueba que te librara de la cárcel, Chanyeol.

—¿Y crees que aun así te hubieses deshecho de mí? Escapar de una cárcel no es difícil si tienes los medios.

—Había olvidado que hace años ya estuviste en una —masculló, dejándome pasmado—, pero en esa ocasión tuviste ayuda del abuelo.

—Sí, y después me entregó la herencia y sus negocios a mí. Te quedaste solo con un miserable porcentaje que le pertenecía a nuestro padre.

—Y amasé mi propia fortuna con ello —musitó.

—Pero siempre has estado celoso de lo que los demás tienen. Por eso te casaste, ¿recuerdas? Querías lo que el resto de tus socios: un esposo trofeo y un hijo al que heredarle todo. Fue una verdadera tragedia que escogieras a Baekhyun para cumplir ese papel.

—No fue un buen esposo, después de todo, si fue capaz de acostarse con mi propio hermano.

Yo me moví un paso más atrás, cerca de la mesita con flores donde estaba el teléfono. Pensaba en llamar a la policía, si es que Seunghyun no me mataba primero.

—No toques ese teléfono, querido, o podrías perder un brazo —me amenazó apretando el arma en mi dirección—. Sabes que siempre quise saber porqué le creías más a él que a mí... luego solo dejó de importarme si lo hacías o no; lo verdaderamente preocupante fue tu traición. Te advertí que lo pagarías.

—La policía te está buscando —le dije como si de algún modo eso fuera a asustarlo.

—Y no tengo la intención de ir a la cárcel. Pero tampoco me quedaré aquí. Solo vine a cobrar una deuda.

Su arma lanzó un disparo hacia Chanyeol, pero logró esquivarla tirándose detrás del sofá. La bala chocó la pared. Yo lancé un grito y me escabullí bajo la mesa del comedor.

—Te pusiste del lado equivocado del tablero, Baekhyun. Te dije que no podías confiar en mi hermano y aun así lo escogiste.

—Mi chico sabe usar la cabeza —musitó Chanyeol.

—¡Eres un mentiroso, Chanyeol! —se carcajeó—. ¿Tu chico? ¿Si quiera has sido sincero con él o solo mentiste para cogértelo?

En un par de pasos, Seunghyun llegó detrás del mueble y volvió a apuntar a Chanyeol.

—Le has dicho mentiras todo este tiempo para que te ayudara a escapar y lo conseguiste.

Chanyeol frunció el ceño y de un salto tiró a Seunghyun al piso. Empezaron una pelea de la que yo tuve mucho miedo. El arma seguía en poder de mi ex marido, pero parecía ese ser el trofeo por el cual estaban acertando los golpes.

Seung logró golpear el rostro de Chanyeol y subírsele encima. Aunque yo temblaba, salí de donde estaba y tomé un jarrón que estaba en la mesa del comedor y golpeé a Seunghyun en la cabeza. El cristal se rompió, pero él estaba tan enardecido como un toro que ni eso lo detuvo. Con el mango del revólver golpeó el rostro de su hermano, aturdiéndolo. Entonces fue a por mí.

—¿Quieres que te diga la verdad? Mi hermano es una mierda, un maldito bastardo que me quitó todo lo que me pertenecía.

Me apuntó con el arma cargada. El cañón oscuro picaba por resonar y soltar la bala contra mi pecho y yo no tenía escapatoria alguna.

—Tú te mereces cosas peores —escupí con rabia. Si iba a morir, no sería teniéndole miedo—. Quisiste matarme.

—Y con justa razón. Me traicionaste, Baekhyun.

—Lo volvería a hacer.

Vi a Chanyeol levantarse y moverse con sigilo mientras yo distraía a Seung, entonces tomó el arma y la apretó en su mano. Empezaron a forcejear nuevamente y la pistola danzó de una mano a otra hasta que terminó en el piso. Corrí a tomarla y apunté a Seunghyun.

—Detente.

—¿Acaso eres capaz de disparar? —se burló, soltando a Chanyeol como si creyera que todo estaba perdido ya. Algo en su mirada me lo dijo—. Acaba con esto si puedes.

—Él no lo hará, pero yo sí —dijo Chanyeol, moviéndose hasta donde yo estaba para tomar el arma y apuntar a Seunghyun—. Tú cometiste un error, Seung, cuando me encarcelaste. Creíste que unos barrotes y unas paredes lograrían detenerme, y fallaste. Por eso yo le pondré fin a esta mierda ahora.

—Eso, demuéstrale a Baekhyun que yo tengo razón sobre ti.

Pero Chanyeol no se inmutó ni un poco y, en su lugar, apretó con más fuerza el arma.

—Le hiciste mucho daño. Te atreviste a tocarlo y lo enviaste a matar.

—Lo hubiese logrado si no te hubieses interpuesto en mi camino.

—Tienes que pagar por cada lágrima que él derramó por ti, por cada vez que tuvo miedo, por cada vez que estuvo al borde de la muerte.

—Chanyeol, no —pedí asustado.

—Él no te escuchará, Baekhyun, porque es un asesino a sangre fría.

—En eso no te equivocas.

El estallido del cañón me crispó los nervios y se quedó como un eco en mis oídos. Helado como un iceberg me quedé parado ahí en el salón, contra la pared, viendo una mancha de sangre crecer en el piso amaderado junto al cuerpo muerto de Seunghyun.

—¿Qué has hecho? —jadeé.

—La policía vendrá. Tienes una cámara en tu apartamento. Enséñales la grabación.

—Podrían enviarte a la cárcel otra vez.

—No lo harán, fue en defensa propia. Diles que él intentó matarnos por haberlo acusado con la fiscalía. A ti no te harán nada, lo prometo.

Dejó el arma sobre el piso y empezó a caminar hacia la salida.

—¿A dónde...? ¿Qué-?

—Te he liberado de Seunghyun, Baekhyun, y he saldado mi deuda. Gracias por liberar a la Serpiente.




Me quedé solo y en agonía.

Apenas pude hacerme cargo del desastre que fue la muerte de Seunghyun. Y cuando creí que todo había acabado, vino algo peor.


«¿Recuerdas lo que te dije sobre la Serpiente? Debo mantenerme oculto si quiero seguir viviendo y lamentablemente tú eres el único que sabe la verdad.

Perdóname por no ser más generoso con tu vida.

La Serpiente»


Casi no sobreviví a ese incendio, pero lo que el fuego no lo consumió, renació de las cenizas.





Había sido engañado por un hombre al que le había entregado mi corazón. Me usó como a un conejillo que luego devoró por completo. Pero él me había enseñado algo de valor: vengarse puede que no regrese el tiempo atrás ni sane las heridas, pero te brindará satisfacción porque ahora tu enemigo siente el mismo dolor que tú.

Yo quería hacerle ver a Chanyeol cómo me había lastimado y cuán enojado estaba por ello.

Y si no podía contra la Serpiente, yo me convertiría en otra que sí lo destruyera.




SIN SALIDA

PARTE I



*Artista de las imágenes: Sajjangs (Twitter)

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Hola!!

Este Cap estuvo largo y es el final.

La historia sí tiene una segunda parte para la cual espero que estén emocionadas. Si bien esta parte fue contada por Baekhyun, la siguiente sería la continuación a voz de Chanyeol.

Espero que la sigan cuando decida publicarla.

Solo quiero agradecerles nuevamente por su compañía en esta historia y todo su amor.


Nos leeremos pronto!

KISSES

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