Primer encuentro entre el Basilisco y el Dragón


- No me lo creo, es imposible que Hagrid sea el responsable de una atrocidad como esta – Dijo Hermione sentándose bajo el árbol del cual el trio parecía haberse adueñado.

- Yo tampoco me lo creo, y además, aun no soy capaz de entender del todo lo que Riddle trataba de mostrarme – Se quejó Harry sentándose enfrente de su amiga mientras Draco tomaba asiento al lado de la castaña.

- Ese "Tom Riddle" es un chico extraño ¿Desde hace cuánto es el diario? – Pregunto Draco.

- Pues desde hace cincuenta años, vaya pregunta, si había abierto la cámara hacia cincuenta años y Riddle me lo mostró es claro que el diario lo tenía él hace cincuenta años ¿No? – El rubio se rasco la nuca avergonzado por su tonta pregunta y se encogió ligeramente de hombros.

- ¿Por qué me suena tanto el nombre de Tom Riddle? – Se dijo Hermione a sí misma.

- A lo mejor lo has leído en algún lado o lo has escuchado decir a alguien – Propuso Draco a lo que Hermione asintió.

- Si, tal vez sea eso...pero volviendo al tema original, Hagrid no puede ser el responsable de esto, todos sabemos que Hagrid no sería capaz de hacer daño a los demás estudiantes, nosotros lo conocemos y sabemos que es una persona muy buena – Siguió Hermione, para momentos después bajar las manos y comenzar a arrancar la hierba bajo sus palmas de forma casi inconsciente, pero con frustración.

Había algo que se le escapaba y eso la frustraba en gran medida.

Hermione suspiro y cerró los ojos recostándose en la hierba, disfrutando de la sensación de la suave brisa meciendo su cabello, los chicos la miraron y decidieron comenzar una conversación sobre Quidditch entre ellos sabiendo que su amiga se estaba desterrando a los confines de su mente para darle un nuevo enfoque al problema que enfrentaban, y sabían bien que era mejor no molestarla durante un buen rato.

Y en realidad, eso mismo es lo que estaba haciendo la castaña en ese mismo momento, estaba dándole un nuevo enfoque al misterio de la Cámara de los Secretos para intentar comprender el motivo completo de las terribles acciones acometidas por un monstruo al cual aún debía encontrar.

- Pensémoslo desde este ángulo... - Pensó la joven suspirando silenciosamente - El heredero de Slytherin ha abierto la cámara de los secretos, eso está claro, va en contra de los hijos de Muggles por lo que deduzco que es un Sangre Pura con prejuicios a la sangre, el monstruo está claro que debe ser algo relacionado con las serpientes pero aun he de ir a la biblioteca para confirmar mis sospechas, también esta ese dichoso diario de Tom Riddle, ese maldito nombre me causa escalofríos pero no soy capaz de recordad de donde lo he sacado, tal vez Draco tenga razón y lo he leído en alguna parte...en fin, luego está la sospecha de Hagrid, él no puede ser por varias razones, él fue de Gryffindor, no es un Sangre Pura y no tiene prejuicios, lo demostró cuando Pansy me llamo Sangre Sucia...hay algo que aún se me escapa, pero ¿Qué es?

- ¿Hermione? ¿Estas despierta? – La voz de Draco y el gentil toque sobre su meguilla la saco suavemente de sus cavilaciones y al abrir los ojos se topó con unos grises como la plata fundida.

- Si, si lo estoy – Mascullo levantándose y quedando sentada en la hierba - ¿Qué ocurre?

- Nada de lo que preocuparse, pero Draco tiene Transformaciones con los Ravenclaw y nosotros tenemos hora libre, te decía si te gustaría que te mostrara el diario, tal vez tu si puedes encontrar algo raro en el – Dijo Harry con una sonrisa tranquilizadora.

- Si, sería una buena idea, me gustaría ver ese diario – Repuso Hermione.

- Bien, pues lo dicho ¡Hasta luego chicos! – Se despidió Draco mientras corría hacia el castillo esperando no llegar tarde a su clase.

Hermione y Harry, por otro lado, se dirigieron a paso tranquilo hacia su sala común mientras hablaban entre ellos.

- ¿Todo bien? – Pregunto Harry mientras doblaban una esquina.

- Si, es solo que estoy un poco inquieta con todo esto, no es nada, supongo que el hecho de que mi transformación se acerque y que hay algo o alguien tratando de matar a la mitad del castillo me tiene algo gruñona – Comento casualmente, como quien haba de llover.

Harry rio de buena gana y cambio el tema de conversación a otro más trivial, llegaron a la sala común de Gryffindor y le dieron la contraseña a la Dama Gorda, se dispusieron a subir al dormitorio, pero a la mitad de la escalera apareció Neville y Ron, ambos muy asustados.

- ¡Harry! ¡¿Dónde has estado?! – Chillo Ron, causando que Hermione hiciera una ligera mueca ante el sonido tan agudo que le salió, luego pensó que el pelirrojo estaba ligeramente molesto por no haber encontrado a su "Mejor amigo" y que este no le hubiera dicho a donde iba.

- Harry, Hermione, no se quien lo a echo ni porque, pero tenéis que ver esto – Dijo Neville, nervioso, pero mucho más tranquilo que Ron.

Harry y Hermione se miraron entre ellos sin comprender la alteración de sus dos compañeros por lo que accedieron a acompañarles para ver qué es lo que había causado ese estado en ellos.

Para desconcierto de Harry y frustración de Hermione el dormitorio de los chicos estaba totalmente destruido, más concretamente el lado de Harry donde se podían ver papeles por todo el suelo manchados de tinta procedente de un bote caído sobre una mesa, la cama totalmente desecha y el colchón mal colocado, su silla caída y su baúl abierto con toda su ropa y pertenencias tiradas por el suelo junto a los papeles.

- ¿¡Pero que...!? – Comenzó Harry, pero Hermione lo interrumpió mientras se colocaba en el centro de la habitación.

- Harry, ¿Dónde tenías el diario? – Su seriedad fue suficiente para que Harry se volviera a centrar y se dirigiera a la mesita de noche al lado de su maltratada cama y abrió un cajón para luego soltar un grito que confirmo las sospechas de Hermione.

- ¡No esta! ¡Se lo han llevado! – Grito Harry apretando los puños.

- Maldita sea... - Gruño Hermione.

- ¿Dónde está qué? – Pregunto Ron, mirando de Harry a Hermione simultáneamente - ¿De qué diario habláis?

- Nada de lo que debas preocuparte, Ronald – Repuso Hermione sin mirarlo, de hecho miraba un punto muerto en la pared mientras pensaba en quien podría haber robado el diario, el Heredero claro está, pero ¿Quién?

- ¿Cómo que "Nada de lo que deba preocuparme"? ¡Sois mis amigos! ¡Se supone que debéis decirme todo lo que está pasando! – Se quejó Ron a lo que Hermione suspiro y se agarró la cabeza.

- Mira Ronald, te diré algo de la forma más sencilla que pueda – Suspiro Hermione – Al margen de ser amigos o no, porque yo en ningún momento he dicho ser tu amiga, soy amiga de Harry, pero en ningún momento te he dado mi amistad o confianza en ese término, pero dejando eso de lado y volviendo a lo que nos interesa...no puedes exigirle a nadie que te explique algo, si Harry te cuenta o no lo que es o deja de ser ese diario es decisión suya y solo suya ¿Si? Cuando tú y Neville nos han avisado de lo que había pasado en la habitación tú estabas más alterado por no saber dónde había estado Harry a lo que en verdad era el problema – Dijo Hermione mirando directamente al pelirrojo que dio un paso atrás por la intimidante mirada de la joven.

- B...Bueno si, somos amigos porque ambos somos amigos de Harry, además como vuestro amigo tengo derecho a preocuparme por vosotros ¿No? No entiendo porque eres tan seria y fría conmigo – Acuso Ron.

- Soy desconfiada, lo admito – Dijo Hermione con solemnidad – Pero el motivo de mi desconfianza no tienes por qué saberlo, como he dicho soy amiga de Harry, no tuya, tu eres mi compañero de casa y te respeto como tal, no es fácil ganarse mi amistad por algunos problemas familiares que he pasado hace muy poco... ¡Y de los cuales no tienes por qué saber! – Aclaro al ver al pelirrojo abrir la boca para objetar, Hermione se giró a Harry pidiéndole perdón con la mirada.

- No te preocupes, sé que también querías pasarte por la biblioteca para poder investigar el tema – Sonrió Harry – Adelante, yo tratare de ordenar todo este estropicio.

- ¡Reparo! ¡Evanesco! – Y con un buen par de movimientos de varita la habitación estaba como si nada hubiera pasado.

- Gracias Hermione, ¿Qué haría sin ti? – Dijo Harry sonriéndole con infinito amor fraternal.

- Sobrevivirías – Dijo, devolviéndole la sonrisa y saliendo corriendo hacia la biblioteca.

Hermione llego sin complicaciones a la biblioteca y se sentó en una mesa apartada para poder pensar con mayor claridad.

- Muy bien, lo primero es lo primero...el monstruo – Pensó Hermione, levantándose para ir a buscar una copia del libro Animales Fantásticos y Donde Encontrarlos; de Newt Scamander. (N/A: ¡¡¡¡Falta poquito para el estreno de la película!!!!)

Hermione abrió el libro y ojeo durante unos minutos hasta que algo llamo su atención, y ese algo fue el capítulo que hablaba de los Basiliscos...

Una enorme y aterradora serpiente de venenosos colmillos y con una mirada penetrante que es capaz de matar si se le mira fijamente, o en el mejor de los casos, petrificar si tienes la suerte de verlo a través de algún otro objeto que obstruya la visión entre el aterrador animal y la de su víctima.

Entonces Hermione comenzó a recordar, la Señora Norris había sido petrificada, y recordaba bien que el suelo de ese pasillo había estado totalmente encharcado, prácticamente inundado en agua, por lo que era posible que la pobre gata viera al Basilisco a través del reflejo del agua.

Luego estaba el pequeño Colin, que también había sido petrificado mientras estaba sacando fotografías, Albus y Minerva habían intentado ver al atacante a través de la cámara, pero la memoria y cartucho de la cámara estaban totalmente destruidos, pero la lente de la cámara había protegido al niño de haber muerto.

Y finalmente estaban Justin y Nick Casi-Decapitado, que por la forma en la que el cuerpo de Justin había estado tendido sobre el suelo, Hermione solo podía deducir que el chico había visto al Basilisco a través del translucido cuerpo del fantasma de Gryffindor, por lo que no había muerto, Nick, por otra parte, ya está muerto por lo que no puede morir una segunda vez, debido a esto, es de suponer, que la alternativa a ese hecho es la petrificación.

Eso estaba muy bien, ¡Perfecto, de echo! ¡Ya sabía que era lo que estaba atacando la escuela! Pero...¿Cómo era posible que una bestia tan grande se moviera por el colegio sin ser vista? ¿Por dónde se movía?

Fue entonces cuando Hermione abrió su amada copia de Hogwarts: Una historia, donde comenzó a leer sobre la arquitectura del castillo, descubriendo así, que las tuberías del castillo eran de un tamaño descomunal, tal tamaño era suficiente como para permitir que el Basilisco se moviera hasta estar lo suficientemente cerca de su víctima como para dejarse ver y atacar.

¡Genial! Pero todavía faltaba saber quién demonios estaba controlando al Basilisco, porque ni loca se creía que era Hagrid.

Movida por una corazonada, Hermione busco los anuarios de antiguos alumnos, más concretamente de la generación de 5 décadas atrás, y buscando entre los alumnos de Slytherin encontró al misterioso "Tom Marvolo Riddle" Perfecto, Premio Anual, notas perfectas y un premio a servicios a la escuela, aparentemente (Y como Harry le había contado) por encontrar al culpable de que se abriera la Cámara de los Secretos.

Hagrid era un estudiante de Gryffindor, lo cual era enormemente contradictorio con el tema de ser Heredero de Slytherin, él era un buen hombre al cual le fascinaban las criaturas mágicas, disfrutaba de pasar el tiempo rodeadas de ellas, pero sobretodo, amaba hacerles ver a las personas que no siempre eran simples bestias que atacaban a la mínima oportunidad, sino que eran criaturas como cualquier otra que sentían y que con un poco de esfuerzo, comprensión y amor era posible convivir con ellas en paz ¡No tenía sentido que alguien con ese propósito utilizara una de las criaturas que tanto ama para atacar a la gente si lo que quiere lograr es todo lo contrario!

Pero...ese Riddle, no le gustaba, tenía cara de niñito bueno, pero incluso en la foto podía ver la oscuridad teñir su alma astillada.

No podía estar segura, y no tenía argumentos suficientes como para inculpar a Riddle, menos por algo que paso hace tantos años, pero al menos sabía que era el monstruo y como se movía por el castillo.

Ahora solo faltaba encontrar el diario, pero lamentablemente eso no era algo que pudiera hacer en la biblioteca por lo que decidió ir a buscar a su hermano para contarle todo lo que había descubierto.

Hermione no encontró necesario agarrar el libro o algo más, ella ya sabía todo lo que necesitaba por lo que se levantó y salió rápidamente de la biblioteca ganándose una mala mirada de Madame Pince por correr en la biblioteca, pero en ese momento poco le importó.

Ella corría por los pasillos a una velocidad impresionante, tomo un atajo que la llevaría a una puerta que daba a los terrenos para poder llegar al bosque, pero antes de llegar volvió a oír esa espeluznante voz que ahora identificaba como al Basilisco.

Maldita mocosa...te matare...te matare y despedazare...

- No me das miedo maldito bichejo – Gruño Hermione mientras cogía más velocidad aun, se llevó una mano al pecho y descoloco el cristal para invocar a su espada - ¡Llama Eterna!

Puedo olerte...estas tan cerca...beberé toda tu sangre...

- Vaya, no sabía yo que los Basiliscos teníais complejos de vampiros – Sus ojos comenzaron a brillar y se volvieron azules de nuevo, sentía una presencia cerca de ella y solo podía ser el Basilisco.

¡TE TENGO!

- ¡Eso ya lo veremos! – Hermione se lanzó hacia un lado esquivando justo a tiempo un coletazo de la enorme serpiente.

Hermione se giró y envistió contra el Basilisco con la espada firmemente agarrada entre sus manos.

El combate, aunque no lo pareciera, era muy igualado, ambos tenían cosas a su favor y en su contra.

El Basilisco era muy grande y con mucha fuerza, pero los pasillos, a pesar de ser enormes también le limitaban mucho el espacio para poder girar y golpear a su víctima, Hermione se aprovechaba de su tamaño para insertar la espada a los costados de la serpiente que era lo que tenía a mano debido a su pequeña estatura.

Aun así, Hermione sabía que debía darse prisa.

No era tonta, sabía que ella sola no podría contra un Basilisco, pero estaban haciendo tal escándalo que era cuestión de minutos que algún profesor o alumno fuera a ver qué pasaba y el Basilisco aprovechara para tener más víctimas aun, la joven sabía que no podría luchar y proteger a otra persona a la vez.

Pero había otra cuestión en esa batalla, Hermione estaba mirando fijamente al Basilisco, pero no había caído muerta como se esperaría, y tampoco estaba petrificada ¿Motivo? En ese momento estaba demasiado ocupada para encontrar motivos.

Hermione ensarto la espada en uno de los costados de la bestia y mantuvo fuerte su agarre para que con el propio movimiento desesperado del Basilisco por soltarse le causara más deño, aun así, la herida no era todo lo profunda que se podría esperar.

Al final Hermione comprendió que no lograría mucho más que dejarle unas cuantas heridas profundas y sangrantes que quien quiera que controlara a la bestia curaría dejando únicamente que las pálidas cicatrices que permanecerían eternamente en las escamas del animal, por lo que hizo la única cosa que su instinto le dijo que hiciera.

- GRRR...¡GRROAAARR! – Hermione volvió a sentir la vibración de sus cuerdas bocales cuando el rugido abandono su garganta, totalmente consciente de que alguien que no era Derek podría haberla oído, pero estaba segura que, a pesar de ser inmune a la mirada del Basilisco, no lo era a su veneno o a la perforación de su cuerpo debido a sus colmillos.

¡MALDITA! ¡MUERE MALDITA DRAGÓN!

Era de esperarse que el Basilisco se diera cuenta de que lo que Hermione acababa de rugir era nada más y nada menos que un llamado de auxilio, era cuestión de pocos minutos ¡segundos incluso! De que Derek apareciera para proteger a su hermana.

Furioso, aprovecho cuando Hermione se dispuso a coger aire para estamparla con brutalidad contra la pared.

¿¡Te crees muy grande!? ¡Solo eres un cachorro!

Hermione trato de levantarse, y después de dos intentos fallidos por fin pudo levantarse apoyándose en la pared y sujetándose un costado donde sentía un pinchazo, seguramente alguna costilla rota, pero eso no era lo que más le preocupaba, lo que la alarmaba era el líquido caliente y viscoso que surgía de su cabeza, manchando su pelo, cara y ropa.

El golpe en su cabeza era más preocupante que el dolor en su costado, sobre todo por que comenzaba a ver borroso y sentía un molesto pitido en sus oídos, en cualquier momento perdería la consciencia, pero debía aguantar hasta que llegara Derek.

- Soy un Dragón joven – Concedió Hermione – Pero no soy...estúpida, sé muy bien que puedes ganarme, podrías matarme ahora, estoy débil y herida, pero tu también lo estas, y a penas puedes moverte, estamos...en igualdad de condiciones – Hermione jadeo y escupió un poco de la sangre que había en su boca por causa de su labio partido, debido a que se lo había mordido con fuerza para no gritar de dolor cuando se golpeó con la pared – Debe ser humillante...haber sido acorralado y descubierto por una niña...que aún no se ha transformado por primera vez...

Fue en ese momento cuando Hermione sintió que algo la golpeaba por la espalda, no pudo escuchar bien el hechizo, pero imaginó que era algún tipo de encantamiento aturdidor que, junto a sus heridas por la batalla contra el Basilisco, la colapso en el suelo.

Hermione gruño tratando de levantarse de nuevo, dándose cuenta de que no podía solo pudo resignarse al intentar adivinar quién era su otro atacante.

- ¡ALEJAOS DE ELLA! – Esa era la voz de Derek.

Aliviada de que su hermano hubiera llegado Hermione se permitió deslizarse en la suave inconsciencia, siendo apenas consciente de que la levantaban en brazos y la protectora voz de su hermano que la arrullaba con suavidad.

- Todo estará bien, has sido muy valiente – Y a partir de ahí todo fue negro.

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