Mis dos personas más amadas

Draco y Hermione estaban en su lugar especial, en las profundidades del Bosque Prohibido, el agua estaba curiosamente cálida por lo que ambos decidieron meter los pies en el agua mientras hablaban tranquilamente entre ellos.

- Por cierto, ¿Sabes donde se ha metido Harry? - Preguntó Draco – No lo he visto desde ayer antes de la cena.

- Bueno... – Se rió Hermione – Creo que esta con Luna.

- Vaya, si que le ha pegado fuerte – Dijo Draco.

- También creo que es una especie de venganza por todas las veces que tu y yo nos hemos ido solos y lo hemos dejado a parte – Draco estalló en carcajadas ante el comentario de Hermione.

- Puede ser, puede ser – Estuvo de acuerdo.

Después de unos segundos en apacible silencio Hermione suspiró y giró la cabeza hacia el huevo dorado que descansaba cerca del borde del pequeño lago.

- La segunda tarea esta a la vuelta de la esquina – Comentó Draco suavemente, adivinando los pensamientos de su novia.

- Si... - Asintió Hermione – Y todavía no tengo ni idea de lo que significa la pista del huevo, de hecho, ni siquiera se que pista es, lo único que pasa cuando lo abro es que comienza a chillar, y mis oídos ya están bastante machacados...

- Bueno, ya sabemos que la pista tiene que ser lo que sea que signifiquen los chillidos, ahora solo tenemos que descubrir como traducir de chillidos insoportables a nuestro idioma – Dijo Draco.

- Si...es más fácil decirlo que hacerlo – Dijo Hermione mientras se dejaba caer en la hierba.

Draco suspiró, imitando la acción de su novia.

- Cuanta razón...

Hermione asintió y estuvo jugueteando con el huevo durante un rato, pasando las uñas por los finos recovecos y figuras que decoraban el huevo, pasando los dedos pensativamente por la palanca que lo abría y liberaría esos espantosos chillidos.

Estaba justo pasando los dedos por la palanca cuando una manada de ciervos pasaron corriendo lo suficientemente cerca como para asustar a la pareja y, del sobresalto, Hermione tiró de la palanca mientras el huevo se le resbalaba de las manos, pero no tuvo mucho tiempo de darse cuenta de los chillidos antes de que estos desaparecieran bajo el agua.

- ¡Mierda! - Exclamó Hermione, inclinándose hacía el lago.

- No te preocupes, este lago no es profundo, sobretodo en la orilla, mira allí esta – Tranquilizó Draco, señalando el huevo que podía verse brillar bajo las limpias aguas del lago, descansando perezosamente en la arena del fondo - ¿Hermione? - Preguntó Draco, al ver que su pareja no había quitado la vista del lago con gesto pensativo.

- ¿Oyes eso? - Preguntó Hermione.

Draco cerró los ojos y trato de concentrarse en los sonidos que los rodeaban, pero no pudo encontrar ningún sonido diferente o que fuera fuente de asombro.

- No, aparte de la brisa y los pájaros no encuentro nada – Dijo Draco.

Pero Hermione no le estaba prestando atención a Draco en ese mismo momento.

- Tal vez...

- ¿Hermione? - Preguntó Draco al ver a Hermione entrar en el lago a pesar de estar mojándose la ropa.

Hermione le dedico una mirada tranquilizadora antes de arrodillarse en el lago y meter la cabeza en el agua bajo la mirada de sorpresa de Draco.

Abrió los ojos bajo el agua observando el huevo, y más importante aún, escuchando lo que tenia que decir.

Dónde nuestras voces suenan
ven a buscarnos,
Que sobre la tierra no se oyen
nuestros cantos,
Nos hemos llevado lo que más
valoras,
y para encontrarlo
tienes una hora.

Hermione abrió mucho los ojos después de escuchar y memorizar la canción y se apresuró a cerrar el huevo y sacar la cabeza del agua, tomando una bocanada de aire cuando salió con el huevo en las manos.

- ¡Ahora lo entiendo! - Exclamó Hermione, jadeando mientras salia del agua y se dejaba caer al lado de Draco.

Draco negó con la cabeza con una sonrisa y sacó su varita, apuntó a Hermione y murmuró un hechizo de secado que secó al instante la ropa de Hermione junto a la propia Hermione.

- Gracias – Sonrió Hermione.

- No hay problema – Respondió Draco – Ahora dime, ¿Que es lo que entiendes?

- ¡La pista! Habla de sus voces y de ir a buscarlas, que en la tierra no suenan, se han llevado algo preciado y tenemos una hora para encontrarlo, piensa Draco ¿Que criaturas suenan horrible en la tierra pero en el agua son irresistibles? - Explicó Hermione.

- ¡Las sirenas, claro! - Exclamó Draco, entendiendo a lo que se refería Hermione – Entonces te quitaran algo y tienes que recuperarlo.

- Si, eso parece, supongo que tomaran algún objeto valioso que tengamos y se lo dejaran a las sirenas para que lo custodien y los campeones tenemos una hora para encontrarlo – Supuso Hermione.

- ¡Genial! - Exclamó Draco, contento de haber encontrado respuesta al enigma, pero luego calló en algo igual de importante – Solo tenemos un pequeño problema...

- ¿Eh? - Preguntó Hermione.

- Asta donde yo se, uno no aguanta uno hora sin respirar ¿Como harás para aguantar una hora bajo el agua sin respirar? - Preguntó Draco.

- ... - Hermione abrió la boca, pero la cerró al darse cuenta de que no tenia respuesta para ello – Esta bien, seguimos perdidos...

La pareja gimió con fastidio antes de volver a dejarse caer en la hierba.

Por la tarde, Hermione estaba tomando el té con su hermano en su casa, mientras charlaban, Hermione le contó a su hermano su dilema con sobrevivir una hora sin respirar.

- Ya sabes – Dijo Derek – La evolución es algo increíble pero es algo que toma tiempo y antes de ello uno se tiene que arreglar por su cuenta para sobrevivir.

- No te entiendo – Dijo Hermione, mirando a su hermano confusa, sin entender a que venia a cuento una clase de biología.

- Veras, hace mucho tiempo, absolutamente todos los dragones habitaban en tierra y aire, pero no existían dragones marinos, aún así algunas razas tenían más complicaciones que otras y algunas de ellas, las que ahora conocemos como razas de dragones marinos, tenían complicaciones para conseguir comida, su forma más fácil de cazar era pescando porque por alguna razón no podían cazar con facilidad otros animales, pero con los peces si que les iba bien, para ellos, lo más fácil seria vivir en el agua, pero no podían respirar en ella, pero de alguna manera encontraron las branquialgas, una planta graciosa que les permitía respirar bajo el agua por tiempos prolongados, les daba aletas y branquias por lo que también la añadieron a su dieta, así pudieron vivir en el agua todo el tiempo y con el tiempo, fueron perdiendo las alas al no necesitarlas, las aletas se instalaron en su cuerpo al igual que las branquias hasta el punto en el que ya no necesitaban las branquialgas para vivir ¡Boom! ¡Evolución!

- Por favor, dime que esta planta no esta extinta y que también funciona con humanos – Suspiró Hermione.

- Ya no es tan común como antes, pero todavía existe, tranquila – Se rió Derek – Y si, en humanos también funciona, por lo que tu y Harry no deberían tener problemas al usarla.

- Que bien – Asintió Hermione – Esto...¿Tienes un poco de esta planta?

- ¿Yo? ¡Uy, que va! - Derek se rió de la expresión abatida de su hermana – Pero estoy seguro de que Severus a de tener un poco en ese enorme almacén suyo, si preguntáis amablemente estoy seguro de que os dejara un poco.

Derek le sonrió afablemente a su hermana mientras esta gruñía algo entre dientes y seguía bebiendo de su té.

A a mañana siguiente Hermione le contó a sus amigos sobre las branquialgas y que el Profesor Snape debería tener un poco que pudiera prestarles para la prueba.

- Uy...no se yo... - Dijo Harry.

- Por intentarlo que no quede – Dijo Hermione, encogiéndose de hombros.

- El Profesor Snape no tiene motivos para no prestárosla, estoy segura de que si lo pedís amablemente él os dará un poco – Dijo Luna, de forma soñadora y dulce.

- Tiene razón, vale que Severus no es el hombre más simpático del mundo, pero tampoco va a matarnos por pedir un poco – Dijo Draco, con gesto divertido mirando a Harry.

Luna volvió a asentir, con una gran sonrisa en los labios.

Debido a que la rubia ahora pasaba mucho tiempo con Harry, había acabado juntándose también con el trío.

A Draco y Hermione no les importaba, les caía bien la rubia, a pesar de un ligero shock cuando esta comenzó a hablarles de criaturas mágicas de las que nunca habían oído hablar, pero bueno, ¿Quienes eran ellos para judgar?

- Venga, cuanto antes lo hagamos antes podremos volver a hacer...cualquier cosa – Dijo Hermione, animando a sus amigos.

Después de un breve asentimiento por parte de Harry, el grupo de amigos se dirigió al despacho del profesor de pociones.

Hermione se burló unos instantes de la mirada resignada de Harry y tocó la puerta.

- Adelante – Se oyó desde dentro de la habitación.

- Buenos días, profesor – Saludó Hermione, asintiendo suavemente hacia el hombre mayor.

Sorprendido de ver a los cuatro en su despacho, Severus enarcó una ceja, pero no parecía molesto de verlos.

- Buenos días a todos – Dijo lentamente y con la voz sedosa que lo caracterizaba - ¿Que puedo hacer por vosotros?

- Vera, Señor... - Comenzó Harry.

- Es por la segunda prueba del torneo – Acabó Hermione.

- Ya veo – Asintió Severus – Espero que sean conscientes de que no puedo desvelarles la pista del huevo o revelares como obtenerla, eso iría en contra de las reglas del propio torneo.

- ¡No, no! ¡No es eso! - Se apresuró a aclarar Hermione – Ya sabemos cual es la pista del huevo, pero para completar la prueba nos gustaría pedir un poco de branquialgas... - Terminó tímidamente.

- Branquialgas ¿Eh? - Murmuró Severus divertido – Es un buen plan, lo admito.

El hombre se levanto de su asiento tras su escritorio y se dirigió a una puerta dentro de la habitación, al abrirla pudieron ver una habitación más pequeña llena de cestas y frascos con diferentes tipos de ingredientes para pociones.

- Me alegro de que hayáis venido a pedirlo y no hubierais pensado en cogerlo y ya esta – Dijo Severus, subido a una escalera removiendo frascos – No solo podrías equivocaros de ingrediente y tener un susto o peor, sino que he aumentado las protecciones desde que hace un par de años alguien entro y me robo algunos ingredientes, podríais haberos echo daño – Por su tono, sabia muy bien de lo que estaba hablando.

- Jejeje... - Hermione suspiró apartando la vista, Draco sonrió y le acarició la espalda, también soltando un suspiro ligeramente tembloroso, Harry se abstuvo de reaccionar y Luna parecía confundida.

- En fin ¿Que importa ya? - Dijo Severus bajando con dos frasquitos con un poco de branquialgas en cada uno – Aquí, tomadlo.

Hermione y Harry agarraron un frasco cada uno.

- Muchas gracias, Profesor Snape – Dijo Hermione.

- No hay de que – Dijo Severus – Pero os pediré que recordéis que esta planta es difícil de encontrar y también es difícil de recolectar, por ende es muy cara, por lo tanto espero que hagáis un buen uso de ella.

Cuando el grupo asintió con determinación continuó.

- Comérosla un par de minutos antes de entrar al agua, es el tiempo que suele tomar para que haga efecto, os saldrán aletas y branquias, puede ser un poco incomodo al principio pero se os pasara enseguida, con esta cantidad tenéis poco menos de una hora, creo que sera suficiente tiempo – Terminó.

- Es perfecto – Dijo Hermione – De nuevo muchas gracias, profesor.

Severus asintió.

- Ahora ir a divertiros, yo aún tengo papeles que corregir – Los despidió con un gesto de mano.

- ¡Adiós! - Respondieron los cuatro a la vez mientras salían de la habitación, con una sonrisa en los labios y los campeones de Hogwarts acunaban en sus brazos el frasco que contenía la clave para no morir en la segunda prueba del Torneo de los Tres Magos.

Y así la mañana de las segunda prueba había llegado. Harry y Hermione se levantaron nerviosos y se encontraron en la sala común para ir a encontrarse con Draco, pero no lo encontraron por ningún lado y Hermione comenzó a preocuparse cuando se dio cuenta de que tampoco podían encontrar a Derek.

- ¿Donde podrían estar? - Dijo Hermione, mirando a su alrededor.

- ¿Que ocurre? - Preguntó una voz soñadora detrás de ellos.

- ¡Luna! ¿Has visto a Draco, o a mi hermano? No los encontramos por ningún lado y la prueba esta a punto de empezar.

- No los he visto, lo siento – Respondió Luna, a lo que Hermione suspiró derrotada.

- Vamos, no te preocupes, estoy seguro de que estarán bien – Dijo Harry, aunque la preocupación en su voz lo hizo difícil de creer – McGonagall nos avisa de que debemos ir hacia el lago, vamos – Con una mano reconfortante en la espalda de Hermione, Harry guió a su amiga hacia la segunda prueba.

A pesar de que Hermione escaneó la multitud no pudo encontrar ni a su hermano ni a su pareja.

Se colocaron al lado de Fleur y Viktor, se deshicieron de sus túnicas revelando un bañador con el emblema de Hogwarts y sus respectivos nombres, mientas escuchaban al director dar un breve discurso explicando lo que ellos ya sabían, lo que tenían que hacer.

Y tal como les había dicho el Profesor Snape, cuando se dieron cuenta de que estaban apunto de entrar en el agua, se comieron las branquialgas.

Fue en ese momento en que saltaron al agua y las branquialgas comenzaron a hacer efecto que algo hizo click en el cerebro de Hermione.

¡El acertijo no se refería a un objeto valioso! ¡Se refería a una persona valiosa!

Con la transformación de las branquialgas completa, Hermione se impulso hacia las profundidades del lago negro con toda la intención de encontrar a su persona más valiosa.

Hermione no tardo en perder de vista a sus compañeros y eso le dejo un poco incomoda, pero no tenia tiempo para sentir incomodidad, tenia que encontrar a Draco y a su hermano.

Ahora todo tenia sentido, por eso no pudo encontrar ni a Draco ni a Derek, porque eran parte de la prueba.

Una parte de ella no pudo evitar maldecir a los funcionarios del Ministerio y a quien sea que este a cargo de ese maldito torneo, primero utilizan a madres dragón que lo único que querían era mantener a salvo a sus hijos, como es normal, y encima de asustarlas y colocarlas bajo un estrés inmenso,y innecesario, los demás lo ven como un maldito espectáculo.

Ahora han secuestrado a personas inocentes y los han encadenado en el fondo del lago con las sirenas para vigilárlos, que no negaba que las sirenas los mantuvieran a salvo, Hermione sabia que lo harían, pero no comprendía porque narices usaban personas en lugar de objetos ¡Imaginate que algo sale mal! Porque eso siempre es una posibilidad, y Hermione prefería perder un objeto, da igual lo valioso que fuera, en lugar de a su pareja o su hermano.

Ademas, el resto de espectadores no podían ver nada, solo veían la superficie del lago sin saber que es lo que estaba pasando en sus profundidades ¿Iban a pasarse una hora en silencio mirando el lago? ¿En serio? Pues parece que si...que aburrido...

En fin, Hermione no tardo más de media hora en encontrar la ciudad de las sirenas, había tenido complicaciones con ciertas criaturas endemoniadas que habían tratado de matarla unas cuantas veces...ya sabéis, cosas que pasan.

Aunque escuchó que Fleur no había conseguido escapar de ellos y había enviado una señal de socorro y se había retirado de la prueba.

Y encima, Hermione no podía desacerse de la sensación de que la observaban y que estaban acechándola ¡Y como depredadora ese es un sentimiento que no le gustaba ni un poco! ¿A alguien puede gustarle esa sensación? No, no creo.

- Ahí están – Murmuró Hermione, observando a los rehenes.

Pudo ver a una niña, de no mas de 12 años, piel clara y largo pelo rubio plateado, por su parecido era más que obvio que era Gabrielle, la hermanita pequeña de Fleur.

A su lado estaba una alumna que Hermione reconoció como la chica que fue al baile con Viktor Krum.

Y finalmente al lado de ellas dos estaban Draco y Derek, parecían dormidos, probablemente con algún hechizo que les permitía respirar incluso bajo el agua.

Hermione pensó a quien se suponía que tenia que salvar ella, estaba claro que uno de ellos dos era para ella y el otro para Harry, podría ser que ella tenia que salvar a su hermano ¡Era su hermano, por Merlín! Y que Harry se encargara de Draco, eran grandes amigos después de todo, pero también podía ser que ella tenia que salvar a Draco ¡Era su novio! Y que Harry se encargara de Derek, también eran amigos ¿No?

¡Esto era imposible! ¡Le estaban haciendo elegir a quien quería más! ¡No podía hacer eso! ¡Su novio o su hermano! ¿Que clase de juego cruel es este?

- Ya basta, ve a por uno y sal de aquí, cuanto antes terminemos con esto antes podremos reunirnos todos de nuevo – Pensó Hermione con un gruñido.

Hermione iba a hacer un movimiento, aún sin tener muy claro a quien tenia que sacar, si a su hermano o a su novio, pero antes de que se pudiera mover alguien o algo paso nadando por encima de ella.

Casi chillo al ver una cabeza y parte del pecho de un tiburón y el resto del cuerpo humano que resulto ser una transfiguración parcial hecha por Viktor Krum para poder respirar bajo el agua, pasó nadando rápidamente y agarró la cuerda que ataba a la chica con la que fue al baile, la mordió con los dientes y la rompió, cogiendo a la chica y comenzando a nadar hacia la superficie.

Sacudiendo la cabeza, Hermione comenzó a nadar hacía su hermano y Draco, con un hechizo cortante corto la cuerda de su hermano y miró a su alrededor.

Esperaba que Harry estuviera cerca para que cada uno pudiera asegurar la seguridad de Draco y Derek, pero no lo vio por ninguna parte, y encima notaba dolorosamente las miradas de algunas sirenas escondidas y camufladas por el pueblo que vigilaban que todos cumplieran las normas.

Después de unos segundos Harry seguía sin aparecer, Hermione no tenia ni idea de donde estaba o si estaba bien, y ahora que lo pensaba ¿Quien sacaría a Gabrielle si su hermana no podía?

¡No podía dejarla ahí!

Mientras estaba en su debate interno, algo casi le atraviesa el estomago, si no fuera porque de alguna forma sintió el movimiento del agua, ahora seria un pinchito de Hermione.

- ¡¿Pero que coño?! - Gritó, pensando por un momento que alguna sirena le había tirado una de sus lanzas para hacerla moverse de una vez, pero lo descarto rápidamente cuando vio que las sirenas parecían alarmadas, estaba claro que eso no era parte del plan.

De hecho, ni siquiera era una lanza, era más bien una especie de espina gigante.

Hermione trató de decir algo, pero una nueva espina la interrumpió y tubo que volver a esquivar, y de nuevo, esta vez con un hechizo escudo, pero no notó una que le venia desde atrás por estar concentrada en el hechizo, por suerte Harry eligió ese momento para aparecer y la protegió de la espina.

- ¡Harry! - Exclamó Hermione felizmente, aliviada de verlo sano y salvo.

- ¡Rápido Hermione! - Jadeó Harry, con una desesperación que a Hermione le causó cierta ansiedad - ¡Hay un monstruo en el lago! Y no creo que sea parte de la prueba, hemos de sacar a todos fuera.

- Desátalos, yo me encargo de cubrirte las espaldas – Asintió Hermione.

Hermione se dedicaba a ayudar a las sirenas a protegerse de lo que fuese aquella cosa lanza espinas, las sirenas parecían cautelosas y no muy contentas de que Hermione se metiera en el medio, pero no dijeron nada y la dejaron hacer.

Cuando finalmente el monstruo apareció, Hermione no pudo evitar alzar una ceja

- Okey...yo...yo no tengo ni la menor idea de que es esa cosa – Dijo Hermione, mirando a la criatura que no parecía contenta – Y también estoy segura de que este no es su hogar – Comentó, como una ocurrencia tardía.

A la criatura no le hizo gracia, y volvió a disparar espinas contra Hermione y las sirenas, y cuando una de las espinas acabó por golpear a una de las sirenas, Hermione tubo suficiente de esa mierda.

- Muy bien, se acabó – Gruñó Hermione, y sin esperar más se transformó en dragón.

Por suerte, el efecto de las branquialgas aun seguía activo, y aunque su forma no cambio y seguía siendo la misma dragona con garras, colmillos y alas enormes, sin aletas, mantenía branquias, por lo que estaba agradecida por poder respirar bajo el agua.

- ¡GGGGGGRRRROOOAAAARRR! - Rugió Hermione, usando sus alas para mantenerse erguida y moverse en el agua con más facilidad.

Si el monstruo se intimidó no lo mostró y siguió atacando, ahora su atención unicamente centrada en Hermione.

El problema era que Hermione ahora era un objetivo mucho más grande y le era más difícil esquivar, pero la ventaja era que Hermione decidió atacar de frente.

- RROOAAARRR – El agua que salió de su boca estaba increíblemente caliente, pero no llegaba a fuego, de hecho, Hermione dudaba si realmente podría escupir fuego debajo del agua a pesar de ser un fuego diferente.

Al monstruo al que llamaremos cariñosamente como Escupe Espinas, no esperaba que lo atacaran de frente y parece que el calor no le gustó tampoco, pero antes de decidir si huir por su vida o seguir atacando decidió intentar un ataque más, para ver que pasaba.

Escupe Espinas escupió otra espina, pero para su sorpresa Hermione la atrapo con la boca y, con un gruñido amenazador y con las pupilas afilándose en sus brillantes ojos azules, partió la espina a la mitad con los dientes.

Y Escupe Espinas, no siendo tonto, decidió que no le pagaban lo suficiente, porque no tardo en dar media vuelta y irse por donde había venido.

- ¿Porque nos pasan estas cosas a nosotros? - Gruñó Hermione, entrecerrando los ojos con fastidio.

- Ni idea, si lo descubro te aviso para que podamos evitarlo – Dijo Harry, que ya había conseguido liberar a todos – Venga, vayámonos antes de que el efecto de...ahhhaa...

En ese momento el efecto de las branquialgas comenzó a desvanecerse y Harry y Hermione se miraron horrorizados por un segundo, notando como la habilidad de respirar se desvanecía.

- ¡Agarrate! - Jadeó Hermione, con un batido de sus alas, agarró a Draco por la túnica con sus dientes y a Gabrielle con una de sus garras mientras Harry arrastraba a Derek y a él mismo sobre la espalda de Hermione, agarrándose como si su vida dependiera de ello, y en esta situación, así era.

Hermione batía sus alas tan rápido y fuerte como podía, ayudándose de sus patas para llegar a la superficie lo antes posible, a pesar de sentir sus fuerzas comenzar a flaquear, justo cuando creyó que ya no podría más, llegó a la superficie y voló hacia la orilla antes de desplomarse en ella, no sin antes asegurarse de que su valiosa carga estaba bien y no les hiciera daño al caer, claro.

- ¡Hermione! - Tosió Harry - ¡Lo lograste! - Siguió tosiendo cuando los profesores se acercaron corriendo.

- Huuummm... - Murmuró Hermione, con los ojos cerrados y respirando pesadamente, apenas escuchando la multitud que se había vuelto loca.

- Gracias a Merlín que estáis bien – Dijo McGonagall, ayudando a los tres rehenes, que se despertaron de golpe al salir a la superficie.

- ¡Oh, Gabrielle! - Exclamó Fleur corriendo hacia su hermana pequeña que se arrojó a sus brazos cuando la vio – Oh, gracias, gracias, gracias – Murmuró, con la cabeza enterrada en el pelo de su hermana.

- ¿Hermione? - Preguntó Derek, preocupado, pasando una mano por el hocico de su hermana.

- Estoy bien – Sonrió Hermione – Dame unos segundos más.

- Gracias por salvar a mi hermanita – Dijo Fleur con lagrimas en los ojos y acariciando a Hermione con suavidad y gentileza.

- De nada, me alegra que todo haya acabado medianamente bien – Con eso, Hermione se levanto pesadamente, un poco tambaleante y se alejó lo suficiente para volver a su forma humana.

- Ven aquí, Princesa – Dijo Draco, detrás de ella, con una toalla en los brazos.

Hermione dejó que Draco la cubriera con la toalla y la abrazara frotándole los brazos para hacerla entrar en calor, con la cabeza apoyada en el pecho de su novio para sentir los latidos de su corazón, lo que la tranquilizó.

- Estoy orgulloso – Le susurró Draco, a lo que Hermione sonrió.

Vio por el rabillo del ojo a Moddy, que la miró fijamente antes de irse, no le gustó esa mirada, pero se centro en Draco, ya después pensaría en lo que fuera que Moddy estuviera tramando.

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