El Fin de la Batalla

Mi abuelo está muerto, mi clon aplastó las cabezas de dos de mis compañeros como si fueran uvas. Diablos, no se de qué me sorprendo si fui criado en un baño de sangre, no debería ser algo novedoso. 

¿A quién quiero engañar? el enemigo que terminó con mi vida hace unos años es más fuerte de lo que solía ser, eso es lo que me preocupa. Desconozco sus fortalezas y debilidades, aunque si me pongo a analizar la situación su fuerza física fue la que incrementó, y en base a la información que Galya nos otorgó, mis compañeros deberían estar muertos si su sangre hubiera sido completamente drenada, entonces aún no es tan fuerte como mi madre planea. Dudo que su cuerpo sea indestructible. 

Debe ser un caso similar al de Bane, él es muy fuerte, pero es lento por su gran tamaño, la complexión de ellos dos es bastante similar. Perfecto, podemos ganar.

Logro visualizar al hereje, está aproximadamente a unos cincuenta metros de mi. Mientras corro empiezo a susurrar a mi espada nuevas órdenes. Quiero que diez estatuas me acompañen y me ayuden a matarlo. Segundos después tengo la escolta que ordené en la misma dirección que yo.

Con cada paso que damos nos acercamos a nuestro enemigo. Uno de mis acompañantes trae un arco y flechas de piedra, apunta hacia él y dispara, logra darle en su hombro izquierdo.

Una vez que captamos su atención empieza a correr a nosotros y nos lanza cuchillos a cada quien. Logramos esquivar todos y estando más cerca de él las estatuas avanzan más rápido y empiezan a atacarlo. Perfecto, ya no se fija en mí. 

Estando más cerca de él saco más cuchillos del bolsillo del uniforme y se los lanzo directamente a las piernas, quiero que pierda el equilibrio. Logro clavar uno en su muslo izquierdo. Grita del dolor.

-Damian!- grita furioso y poniendo su vista en mi. Se quita a los samuráis de encima y empieza a caminar en dirección mía.- Hace mucho que no veía tu apestosa cara. 

-Lo mismo digo, idiota.

-Ríndete de una vez, mocoso. Puedo asesinarte tan fácil como lo hice hace unos años.

-Que hayas acabado con mi vida una vez no significa que vuelva a suceder.

-Ja ja ja ja- responde con una risa sarcástica.- no deberías estar tan confiado.

-Tal vez no, pero el que debería prestar más atención eres tú. ¡Ahora!- le grito a Galya.

Ella a sus espaldas empieza a llenarlo de balas por todo el cuerpo hasta que sus municiones terminaron. Al cabo de unos segundos él cae al suelo. Camino directo a mi hermana.

-En serio fue tan fácil?- pregunta mientras se seca el sudor de su frente.

-Parece, lo cual es sospechoso- respondo.

-Ve por Thalia, yo me encargo de él. 

-Galya!- llega Megan y Saya corriendo hacia nosotros.- aquí esta, lo encontré- dice la escocesa mientras enseña un pequeño frasco médico con un líquido azul y una jeringa. -Hola, Damian- me saluda.

-Hola- respondo- qué es eso?- pregunto

- Es veneno para tu clon- contesta Galya.- ya te expliqué lo que contiene tu sangre y la de todos los demás, y como era de esperarse lograron quitar sangre de ellos y fusionarla con la de él- dice mientras apunta al cadáver- acabamos con su fuerza, pero aún hay que eliminar las partículas que le dieron esa fuerza antes de que...

No logra terminar. Una bala atraviesa la cabeza de ella y de Megan haciendo que su sangre salpique  mi rostro hasta que ellas caen en el suelo y el frasco se rompa derramando todo el veneno.

-¡Galya!- grita la asiática desesperada.

Volteo a ver quién pudo ser el culpable y logro visualizar a unos metros a mi madre con dos pistolas apuntando hacia mi. Ambos corremos a otra dirección y ella nos empieza a disparar. Saco bombas de humo y las arrojo al suelo arenoso para poder escapar. 

Corremos dentro de las instalaciones y nos detenemos un momento. Saya cae de rodillas al suelo, sus lagrimas han sido fusionadas con las gotas de sudor en su rostro pálido y con polvo. Puedo escuchar pequeños lamentos.

-Galya... si desde un principio hubiera...

-No lo hagas!- la interrumpo con voz destrozada de dolor- no lo lamentes, al lamentarte fallarás en las siguientes decisiones que tomes, y harás que otro decida por ti. Así tendrás una muerte segura. A mi me duele tanto como a ti, era mi hermana. La única en la que podía confiar en este infierno, y sí, sé que quería asesinarla después de saber que cooperó con la muerte de mi padre, pero no fue su culpa. No es momento de llorar a los compañeros caídos, nuestra vida es sinónimo de sangre, desde que nacimos en este maldito lugar nuestra existencia fue condenada, ahora lo que importa es terminar con esto si queremos hacer válidas las muertes de todos ellos.

-Tienes razón- dice mientras se limpia su rostro y se levanta. -Hay que acabar con esto, cuál es el objetivo ahora?

-Buscar más veneno del que tenía Galya, el frasco se rompió.

-Yo sé dónde está, en donde tenían a tus amigos había una caja plateada con más de eso, me imagino que sería para ellos al terminar de drenar su sangre.

-Entonces vámonos- Saya solo asiente con la cabeza. 

Ella avanza primero y yo la sigo. Empezamos a recorrer a paso rápido la construcción desplazándonos a través de las paredes con estilo asiático y el piso de tablones de madera oscura. Llegamos a un pasillo con escaleras que llevaban al segundo piso y las subimos.

-Qué es lo que Galya no pudo terminar de decirnos?- pregunto

-Ese veneno mata toda célula que pueda regenerar. La toxina que ustedes robaron de la base de los titanes regenera cualquier cosa y puede revivir el cuerpo en el que se aplicó. Eso funcionado con la sangre de ustedes lo hacen casi inmortal, la única manera de acabar con él de manera permanente es quemarlo. Aunque a este paso ya debe haber vuelto a la vida, no pasa de dos minutos eso.

-Cómo es que sabes el historial de nuestras misiones?

-Galya me contaba todo lo que hacían para que yo pudiera estar al tanto de todo y planear la rebelión. Sé quién eres y todo tu historial, entiendo cómo te sientes y la razón de tu frialdad para asumir muerte, pero eso no importa ahora, hay que concentrarnos en el objetivo como tú lo mencionaste.

-Cierto, pero tienes una maldita idea de cómo prender fuego a mi clon?

-Es lo de menos, lo difícil será matarlo. Una vez muerto regresan a la vida más fuertes, hay que hacerle tanto daño como sea posible. Sé que puedes hacerlo, eres el hijo de Batman.

No hago más preguntas y seguimos en nuestro camino. Al terminar de subir las escaleras nos encontramos con más habitaciones, al fondo del pasillo se ve una luz roja, así que fuimos hasta allí. 

Entramos y nos encontramos con muchos instrumentos quirúrgicos, cadáveres de ninjas de élite, sangre manchando el piso de madera oscura, y conforme avanzamos logramos ver la máquina que estaba en el día que mi padre murió. Es desagradable.

-Damian, aquí está- exclama Saya abriendo una caja plateada con más jeringas de líquido azul. Empezó a agarrar una cantidad considerable y me entrega 4.-Es mejor que llevemos repuestos.

-Perfecto- contesto sin mostrar expresión alguna

De repente las paredes fueron destruidas con un cuerpo partido a la mitad de la cintura a la cabeza, haciendo un ruido aturdidor dejando un hoyo  con vista al baño de sangre. Se alcanzan a ver cuerpos sin vida, charcos de sangre, y personas peleando por la victoria. Dirijo mi vista al cuerpo que destrozó la pared y logro ver al sueco que fue mi compañero mucho tiempo. Oliver Jansson.

Mis pensamientos se quedan atascados viendo el cadáver hasta que la voz de la asiática me regresa a la realidad.

-Damian, reacciona-exclama Saya y sacudo mi cabeza.

-Vayámonos, ya perdimos tiempo.

Primero que nada, cómo piensas asesinar al Hereje?- pregunta ella

-Para que él lograra destrozar a Oliver y lanzarlo hasta acá su fuerza debe haber incrementado mucho, necesitamos distraerlo para atacar por detrás- respondo- lo mejor sería usar a los samuráis para que los demás no sean sacrificados, sería un hecho de que alguien moriría si lo distrae.

-Entonces dales la orden de atacarlo de una vez, en lo que llegamos debería estar lo suficientemente ocupado para no darse cuenta de nuestra presencia.

-Bien, dame unos segundos-empuño mi espada, la acerco a mi cabeza y empiezo a imaginarme lo que quiero que hagan mientras lo susurro en árabe. Al terminar bajo el arma y la guardo.

-Listo, es hora de irnos.

Empezamos a correr en dirección a donde se concentra la guerra alejándonos poco a poco del laboratorio. Al estar frente a las escaleras nos detenemos un poco, han sido destruidas. Retrocedemos unos pasos para agarrar vuelo, al estar lo suficientemente lejos para hacer un salto grande corremos a gran velocidad y al estar en el borde saltamos con todas nuestras fuerzas. Al pisar el suelo el impulso hace que caiga, para amortiguar la caída y no perder tiempo en levantarme ruedo e inmediatamente con ese impulso nos levantamos.

Al cabo de unos segundos nos encontramos en el campo de batalla cubierto de sangre y cadáveres hechos pedazos. Empiezo a buscar al hereje, veo que está ocupado con mis soldados y Mayalén a su lado. Perfecto.

-Maya es de las mejores haciendo ataques combinados, no necesitas hablarle para que sepa qué es lo que quieres hacer, solamente has lo tuyo y ella te seguirá, es inteligente. ¿Puedes encargarte con ella del hereje? Yo iré por mi madre- pregunto 

-Si, no hay problema

-Ten mis jeringas, las necesitarán.

Al terminar de planear todo cada quien se va a sus objetivos. Podría acompañarme de soldados, pero debo hacer esto solo, por todos los que murieron y no lo merecían a causa suya, por mi padre.

- ¡Damian!- escucho una voz femenina atrás de mi y volteo. Es mi madre.

-Hola, madre

-¿Qué es lo que quieres lograr con este teatrito? ¿Ganar? Eso jamás va a pasar, ustedes solamente son unos niñitos incompetentes, jamás lograrás salir de aquí, su destino está escrito en este lugar, aún hay tiempo de que cambien de idea. Damian, tu eres perfecto para gobernar todo el mundo y hacer de este un lugar mejor, toda tu vida te has estado preparando para ese día.

-Mi padre me enseñó una cosa, no puedes combatir ni liderar el mundo lleno de crimen siendo un criminal, cosa en la que tú me convertiste, yo no quiero ser el rey de nada. Tú y mi abuelo asesinaron a las únicas personas que me aceptaron tal y como soy, me dieron un verdadero hogar y una familia que no podía encontrar en otro lado, ahora ya no están aquí, pero... ve a saludar a mi padre al infienro.

En cuanto terminé de hablar saqué mi espada y empecé a correr hacia mi madre, ella hizo lo mismo. Nos encontramos y las armas empezaron a chocar y hacer un ruido metálico. Trataba de cortar sus piernas, atravesar su estómago o degollar su cuello, pero ella se defendía y evadía los golpes. En un desliz sobre el suelo de arena amarillenta logro cortar su abdomen y ella se retuerce un poco de dolor. Aprovecho esa oportunidad y apoyo mis manos sobre el suelo y me impulso hacia arriba otorgándole una patada en la cara rompiendo su nariz. De repente la distraigo con mi arma en su cabeza y le doy una patada en sus pantorrillas haciendo que caiga de espalda. Inmediatamente pongo mi pie su mano derecha donde tiene su katana, esta se abre poco a poco y cuando la suelta la pateo lejos para dejarla desarmada.

-Adelante, mátame. -Dice con una sonrisa- Por más que Bruce haya intentado eliminar a tu asesino interior aún sigue dentro de ti. Venga al murciélago y a aquella basura que llamaste familia. 

Muchos pensamientos invaden mi mente. Voleto a mis lados y logro observar a los demás luchando con el hereje. Maya está muy grave, le falta su brazo izquierdo mientras corre con una pistola a su derecha. Saya de un brinco se trepa a su cuello y le entierra una jeringa, pero no logra inyectarle el suero, el hereje la toma por una pierna, la estrella contra el suelo y le pisa la cabeza salpicando sangre. Él se quita la inyección y la lanza lejos. Maya está cerca del cuerpo de Saya, él la toma de la cintura con una mano y con la otra rompe sus piernas dejándolas en pedazos. Ella cae al suelo y empieza a arrastrase, pero él la patea y la manda a volar estrellándola en la pared que está detrás de mi. 

Volteo a ver a los ojos esmeralda de mi madre, empuño mi espada con ambas manos y la encajo en su cuello dejándola sin vida.

-Te veo en el infierno, madre.

-Damian!- escucho a  Andrey mientras se dirige hacia mi. También está herido, tiene un ojo cortado, lo ha perdido.

-Qué pasó, Andrey?

-Tengo una idea para acabar con ese monstruo. Es casi imposible enterrarle las jeringas, nos terminará aplastando a los dos de igual manera. He creado una bomba con ese suero, solo servirá si está con él, si la activo todo se acabará, aunque eso me mate.

-¿Un demonio como tú se va a sacrificar para matar a otro demonio? no lo permitiré, todos están muertos, no vale la pena.

-Damian, he matado a miles de personas, no merezco vivir, nuestro destino fue morir desde que nacimos, lo que no vale la pena es que no me dejes terminar con su vida, el mundo no me necesita. Si voy a morir quiero que hagas algo por mi. 

-¿Y qué quieres?

-Ten una vida larga y desaparece de la liga.

Pienso un poco las cosas, no hay otra opción, por más imbécil que sea no quiero que muera, es el único compañero que me queda, sin embargo... no hay otra manera y tampoco nos queda mucho tiempo.

-Está bien, pero yo detonaré la bomba.

-No, antes de morir quiero hacer algo bueno, por favor.

No respondo, prefiero morir yo pero mi muerte es muy egoísta, él de verdad quiere hacer algo bueno.

-Si no te veo en el infierno esta vez seré yo quien te asesine. -Andrey solo sonríe y asienta con la cabeza.

Empiezo a correr hacia el enemigo y grito para llamar su atención. Él se acerca a mi hasta encontrarnos, pero antes de que pudiera atacarme me deslizo abajo de sus piernas, Andre aparece, brinca y activa la bomba, esta explota y una luz azul cubre el cuerpo del ruso y el monstruo dejándolos con graves quemaduras. El impacto del arma me empujó más lejos dejándome a salvo.

Me encuentro tirado cubierto de arena, con raspones en la cara, cortadas en el cuerpo y mi ropa desgarrada. Me levanto y camino hacia el hereje. Al llegar veo el cuerpo de Andrey con el cabello pulverizado, sin ropa con su piel totalmente roja y quemada. Algo está tosiendo, esperen es el hereje?

-Eso... fue... todo?- Dice moviendo su mano dentro de un bolsillo del pantalón.

Antes de que pudiera agarrar lo que fuera que sea aparto su mano y me apresuro en sacar aquello. Hay un interruptor metálico con unos números rojos en pantalla y un botón verde marcando la cuenta.

00:01

00:00

Todo el lugar empieza a explotar y un calor agonizante me empieza a quemar todo el cuerpo hasta pulverizarlo y dejarme sin vida.

-Aaaaaaaaaaaaaaaa- grito con desesperación y lágrimas deslizándose en mis mejillas.

De repente una puerta se abre y veo un hombre con bata y cabello despeinado. ¿Padre? él se acerca a mi y se detiene a la orilla de la cama.

-¿Qué pasó? ¿Te encuentras bien?

-¿Padre, eres tú? ¿Qué ha pasado?

-Damian, ¿de nuevo tuviste un mal sueño?

-¿Estoy en Gótica?

-Si, acabo de regresar del patrullaje- él toca mi frente- veo que has mejorado con tu fiebre.

No entiendo lo que está pasando, ¿qué pasó con el hereje, con Andrey y los demás?

-¿Dónde está mi madre?- pregunto

-¿Por qué lo preguntas? Ella tiene dos años que murió

-Padre... yo te vi morir con Grayson y Mar'y, después me fui de la ciudad y...

-Damian, eso solo fue un sueño- me interrumpe- yo sigo aquí al igual que Dick. ¿Quién es Mar'y?

-Es la hija de Grayson y Kor'i, ¿acaso lo olvidaste?

- Ellos... no tienen ninguna hija. Veo que tuviste un sueño muy largo

No respondo, observo a mi alrededor y veo que estamos en mi habitación, el sol atravisa mis cortinas, es de día. Entonces... ¿todos ellos no existen?

-Cámbiate y baja a desayunar, llegarás tarde a la escuela

-¿Voy a la escuela?

-Claro, tienes que ser un niño normal.- Mi padre empieza a levantarse pero antes de eso lo detengo y le doy un abrazo.

-Se que no soy un hijo perfecto, pero te adoro padre.

-También yo Damian.

Sale de la habitación y me pongo de pie. La alfombra causa cosquillas en mis pies desnudo con cada paso que doy. Entro al baño, me quito el pijama a rayas rojas y me meto a la ducha. Con cada gota que recorría mi cuerpo pensaba en el sueño que tuve, se sintió muy real.

Termino de bañarme, enrollo la toalla en mi cintura y salgo, abro el armario y saco un uniforme azul con corbata gris. Me visto y camino hacia el comedor. Al llegar veo a Alfred sirviendo waffles, miel y leche.

-Buen día joven Damian.

-Buenos días Pennyworth.

-Veo que ya está de mejor humor.

-Tuve un sueño muy extraño, se sintió muy real.¿ Has tenido sueños en los que sientes que pasan años?

-Por supuesto, todos hemos tenido esa clase de sueños. Una vez soñé que estaba en el ejército, conocí a compañeros que permanecieron conmigo y les tomé un gran aprecio, al despertar no creía que estaba soñando. Usted no se preocupe, fue solo un sueño, pero si fue muy sifnificativo, puede escribirlo para no olvidarlo.

Termino de desayunar, salgo de la mansión junto a Alfred y nos vamos a la escuela. Mientras recorremos las calles pienso mucho en los errores que he cometido, quiero ser alguien mejor. Llegamos a la escuela, me bajo y entro al lugar.

Camino sobre el piso de mosaico blanco y algo se abalanza sobre mi.

-Hola Damian- me saluda un pelinegro de ojos azules y anteojos.

-Hola John.

-Escuché que tienes un nuevo compañero, las chicas se muren por él. En mi clase hay una nueva alumna, es muy linda, creo que dijo que se llamaba Galya.

-Galya?

-Si. Oh mira ahí viene. Galya, aquí!

Una chica de cabello negro rizado y ojos verdes camina en dirección a nosotros. Es... igual a la Galya de mi sueño.

-Hola John- saluda con una sonrisa.

-Te presento a Damian, es mayor que yo pero nos llevamos bien.

-Es un gusto Damian

-El gusto es mío. Tu cara se me hace conocida, nos hemos visto en alguna parte?

-No que yo recuerde, es la primera vez que te veo, solo vengo de intercambio por 3 meses.

-¿De dónde vienes?

-Canadá- es una gran coincidencia, es igual a mi hermana, incluso asusta un poco. El timbre suena y cada quien se va a sus respectivos salones.

El profesor entra con un joven rubio oscuro y ojos verdes. Es igual a Andrey Vólkov.

-Buenos días, a partir de hoy un nuevo estudiante se integra a nosotros. Preséntate por favor.

-Hola, me llamo Kieran, espero llevarme bien con ustedes.

Al terminar se sienta en un pupitre y la clase inicia. Es muy extraño, los dos novatos son iguales a Galya y Andrey, ¿habré visto el futuro? Bueno... fue solo un sueño, Pennyworth también ha tenido sueños así, no debo preocuparme.

Las clases terminan y salgo de la escuela, al llegar a la mansión corro a mi habitación y cierro la puerta, enciendo la computadora y empiezo a escribir:

¿Has tenido un sueño muy largo que al despertar no podías identificar la realidad? Estoy seguro que si. Déjame contarte una historia que inicia conmigo...





FIN




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