Volvamos a Manisa.

──¿Paso algo, majestad?──Mükerrem miraba como Suleiman leía una papel.

──¿Cómo esta mi Mahmud? ──Cambio de tema drásticamente, realmente no quería darle información a la mujer.

──Él esta bien, es un niño fuerte.

Mükerrem podría ser de todo menos bruta, sabía perfectamente que había otra mujer en la mente de Suleiman, ya no la miraba de la misma manera y eso le molestaba.

No le molestaba que Suleiman posara sus ojos en otra mujer, eso era evidente, le molestaba tan solo saber que podría perder el poder.

Si Suleiman dejase embarazada a otra mujer y esta diese a luz a un niño, seria un problema para su hijo.

Mahmud no podía tener competencia, ¿Qué le importaba a ella la continuidad de la dinastía? Si él príncipe quería tener más hijos, que fuese con ella, no le importaba dar a luz diez hijos con tal de tener a uno para entronar.

Pero la sola idea de que otra mujer pudiese entronar a su hijo, le hacia hervir la sangre, sin decir nada más se retiro con una falsa sonrisa, una que desapareció cuando Suleiman dejo de mirarla.

La griega sabía perfectamente que la Sultana Ayse Hafsa, es decir la madre del Sehzade Suleiman, la estimaba mucho, puesto que ella misma la había criado a su forma.

La Sultana Ayse Hafsa creía que Mükerrem le era firmemente leal, pero la realidad era que Mükerrem fingía, esa mujer era una gran actriz, y su falsa inocencia era su mejor arma.

Camino por los pasillos hasta que llego a la puerta de los aposentos de la Sultana, toco y espero que le autorizaran ingresar, cosa que no demoro mucho, la madre de Suleiman la recibió con una sonrisa.

──¿Qué te trae por aquí?

──Sultana.──Mükerrem reverencio.──Pensé que seria buena idea que supiera lo que pasa con el Sehzade.

Mükerrem y Ayse Hafsa comenzaron a conversar, la griega le conto todo lo relacionado con las cartas que Suleiman le enviaba a esa mujer. La madre del príncipe asentía seriamente al escuchar cada palabra de Mükerrem, algo le decía quien era esa mujer.

Gulbahar, la concubina del caucáseo, la cuál había estado intentando llamar la atención de su hijo desde que llego al harén, sabía que ella servía a su amada hija, la Sultana Hatice.

Aun recordaba las palabras de Mahidevran cuando llego a este harén: "Yo seré la mujer más poderosa de todo el Sultanato."

Ayse Hafsa, odia a las personas ambiciosas, por lo que realmente no quería en lo más mínimo a Mahidevran, y algo en ella le decía que solo servía a Hatice para ganarse el favor de Suleiman, ya que era bien sabía que Suleiman quería mucho a Hatice, aunque su hermana favorita era Sah Sultan.

──Mükerrem, no dejes que esa mujer se involucre con mi hijo, por que será tu ruina y la mía.

──Entendido Sultana.

──¿Por que nos levantamos tan temprano?──Dije somnolienta.

──Gulbahar no te quejes, dormiste hasta las 9.──Hatice reía mientras me veía  desde el carruaje.

──La gente normal en fines de semana se levantan a las once.──Me frote los ojos y ayude a subir a Gulfem.

──En honor a la verdad.──Hablo Gulfem.──A mi también me cuesta levantarme a las nueve de la mañana.

──Pero es que si nos quedábamos más tiempo, mamá me va a regañar.

──Te cuidas querida Hatice.──Sah agarro su mano y comenzó a acariciar su mano.──Te quiero mucho hermana, escríbeme.

──Por supuesto Sah, te escribiré a diario.

──Tu te quedas.──Alexandra empezó a arrástrame por los brazos.

──Alex.──Sah miro a su amiga.──Por mucho que queramos a Gulbahar, no podemos quedárnosla, ella tiene que cuidar de mi hermana.

──Cámbiala por otra sirvienta.

──¡No, no, no!──Grito Hatice.──¡Gulbahar viene conmigo!

Sorprendentemente Hatice se bajo del carruaje sin ayuda y me empezó a jalar por mi brazos libre, en menos de dos segundos Alex y Hatice se andaban peleando de con quien debería quedarme.

──Soy una persona.──Susurre lamentablemente al tener los brazos entumecidos por estas locas.

Al final Alexandra termino por ceder y después de darme un abrazo me dijo que me escribiría seguido, cosa que me hacia feliz, si bien en un principio me había acercado por puro interés a la rusa, el cariño que sentía por ella era sincero.


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