Acostumbrandome a un Harem.
──Gulbahar...── Llamo suavemente Gulfem mientras terminaba su bordado
──¿Si?
Para ponerlos en contexto, había pasado ya tres meses desde que desperté como Mahidevran, para ser sincera fue muy difícil intentar actuar como si nada me hubiese pasado.
Lo más difícil del proceso fue dejar de hablar como si siguiera en el 2023, no podía pasármela hablando con la sultana Hatice como si fueramos de la generación Z.
Inclusive una vez le dije:'' Oye Causa, ¿Cómo te va a gustar esa feo? No seas pendeja." A la sultana Hatice, Dios era testigo de que salí corriendo antes de que me quisiera matar, durante toda la semana la estuve evitando para que no sacará el tema de conversación a flote.
Aunque claro que no podía evitarla toda la vida, por lo que al final terminamos hablando del tema, conmigo disculpándome cada que ella terminaba una oración.
Para mí suerte, la Sultana Hatice luego de la conversación que tuvimos sobre el tema, ignoro que eso alguna vez hubiera pasado.
Otra de las cosas que me percate ni bien entendí que había reencarnado era que estábamos en el año 1513, exactamente un año antes de que Mahidevran fuese concubina de Suleiman y se fuera todo a la ruina.
Por lo que tenía un año para evitar al pelón y hacerme la loca, pero el problema era que nunca había visto a Suleiman de joven, por lo que me sería difícil saber cuándo llegase el momento exacto en el que tendría que planear mi huida.
También durante ese tiempo conocí a Mukerrem Hatun, una favorita que nadie sabe de su existencia, está mujer fue la madre del Sehzade Mahmud y la Sultana Raziye, claro que esta última nace uno o dos años después de Mustafá.
Una pena que Mustafá no nacería en esta vida, pero era lo mejor, lo mejor para mí, para Hurrem y sobre todo para el, para que no tenga que vivir en pelea por el trono.
Mukerrem era una mujer verdaderamente atractiva, con razón era la primera mujer del Sultán, pero lo que tenía de hermosa lo tenía de mala, puedo jurar que no hay mujer más mala que ella, la otra vez le quemó la cara a una joven solo por haberle manchado el cabello.
Volviendo a mi tiempo actual, observé a Gulfem terminar sus bordado.
──¿Crees que el Sehzade Suleiman se fijaría en mi?── Pregunto Gulfem con cierta ilusión.── He oido que es muy atractivo.
──Claro que si Gulfem, tienes una increíble personalidad y una belleza mucho mayor a la de Mukerrem, yo sé que lo lograrás.── Sonreí para darle ánimos.
Antes de que Gulfem pudiese agregar algo más, Hatice entro salvajemente a la habitación con una sonrisa.
──Conoci a un chico.── Hablo ella emocionada y sentándose entre Gulfem y yo.
──¿Así?── Pregunto Gulfem con una sonrisa.──¿Podemos saber quién es el afortunado Sultana?
──Theodore de Parga.── Sonrió Hatice.── O Bueno, Ibrahim de Parga, es un amigo de mi hermano, tuvimos una conversación y prometió enseñarme a tocar el violín.
Oh no, no, no, no, eso iba a terminar mal en todos los sentidos, terminaría con Hatice suicidándose y en un matrimonio infeliz.
Durante el tiempo que llevaba en este Harem, me había encariñado demasiado con Gulfem y Hatice, por lo que me moriría si algo le pasase alguna.
──¿Gulbahar?── Pregunto Hatice agitando una mano sobre mi cara.──¿En qué tanto piensas?
──En que la quiero mucho Sultana.──Dije obteniendo la atención de las dos.── Y que no soportaría verla triste o en un matrimonio infeliz.
Inconscientemente las tres dejamos escapar un suspiro en silencio, cada quien sumida en sus pensamientos, dándonos miradas como si quisiéramos decir algo, pero no nos atrevíamos.
──Sultana.── Gulfem rompió el Silencio.── Creo que Gulbahar tiene razón, conozca mejor al Pasa y ahí veremos si realmente le gusta, por una conversación no se puede saber nada.
──Eso haré.── Sonrió tímidamente Hatice mientras juntaba sus manos con las mías.── Gracias por preocuparte por mi, Gulbahar.
Le di una sonrisa de boca cerrada para luego levantarme en busca de algo para beber.
━━━━ ⋆⋅☆⋅⋆ ━━━
── Sultana.── Llamó la criada de Mukerrem cargando al príncipe Mahmud.
──¿Que ocurre, Gabriella?
──Su hijo la necesita.
Mukerrem tomo a su pequeño en brazos y beso levemente su frente mientras le daba de lactar, era verdad que podía ser realmente mala si quería, pero con su hijo no, su hijo era su vida y lo único verdaderamente importante para ella.
Cuando el príncipe termino de lactar, le recostó suavemente a su lado y le sonrió felizmente mientras lo hacía dormir, y una vez dormido, volvió a centrar su atención en Gabriella.
──¿Que ocurre?── Volvió a preguntar la griega.
──La joven que frecuentaba a los aposentos del Sehzade Suleiman está en cinta, me acabo de enterar.
Mukerrem miro fijamente a Gabriella, la mirada de Mukerrem daba miedo en todo los sentidos, tenía la mirada sombría.
Con un gesto de mano, le indico a su fiel criada que tenía que hacer, nadie iba a enterarse del embarazo de esa mujer, porque "sospechosamente" esa Hatun desaparecía de la faz de la tierra.
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