Capítulo 1

Disclaimer: los personajes no me pertenecen, son de la serie hazbin hotel pertenecientes a VivziePop, aunque algunos son personajes bíblicos, la historia sí es mía, disfrútenla.

Nota: La historia no estará apegado 100% a los textos bíblicos, pero si puede haber guiños.
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"Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él."

Génesis 2:18
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Era un día normal en el edén, ella apenas tenía 5 minutos de haber sido creada, y tenía una curiosidad enorme, ¿quién era ese hombre que la veía tan, raro? El hombre ladeó la cabeza, y ella también, él se llevó la mano a la barbilla, y ella lo imitó.

— Deja de imitarme —dijo el hombre con firmeza pero con aires infantiles.

— Deja de imitarme —repitió la criatura.

Él se había ido a dormir para no sentirse traicionado y triste después del exilio de Lilith, para que al despertar, se encontrara con otra Lilith, pero muy, diferente. Dios le había dado la tarea de nombrar a todos los animales del huerto, al pedirle a Lilith a que lo ayudara, ella se negó a hacerle caso, porque él no era más que ella, quedándose luego solo después que ella le dijera que no se dejaría doblegar ante él, palabras que sabrá Dios qué significaba.

La criatura se acercó un poco a Adán, le sonrió con ternura e inocencia, muy diferente a su primer encuentro con Lilith, el hombre parpadeo tratando de entender de dónde salió.

— Oye bicho, ¿Dios también te creo de la tierra? —le preguntó con curiosidad

La criatura negó con una sonrisa, ella señaló su costado, Adán la vio y por instinto se tocó su costado también, se detuvo al sentir que algo le faltaba, vio su costado y lo notó.

— ¡Oye devuélveme mi costilla! —le exigió con un mohín, lo cual la pequeña criatura no entendió.

— ¿Qué es costilla? —preguntó la criatura.

— No sé, yo así le llamo porque cuando me tocan ahí, me da risa, y lo llamé cosquillas, por eso nombre lo que me quitaste costilla, porque me da cosquillas. —explicó con grandeza.

La criatura no le comprendió, pero en eso apareció un personaje de luz cegadora, Adán se puso feliz, ¡era Dios! Jaló la mano de la criatura y la llevó arrastrando hasta su padre.

— Vamos bicho, Dios sabrá la respuesta de este misterio muy misterioso.

Cuando llegaron en donde estaba Dios, Adán se acercó con una sonrisa, pero con él traía a esa linda y delicada criatura.

— Padre, dile a este bicho que me devuelva mi costilla. —pidió el hombre con un puchero.

— Veo que ya conociste a- —Dios se quedó callado por un momento, se rió suavemente al escuchar el nombre que su hijo le puso a su compañera—; Adán, no le digas bicho, no es como los bichos.

— Si es un bicho, es rara, pequeña y se ve que se puede aplastar —señaló las evidencias.

— ¡Soy un bicho! —exclamó contenta.

— ¿ves? Lo admite.

Dios volvió a reírse,pero esta vez negando con la cabeza divertido por la ocurrencias de Adán, acarició el cabello del hombre y le sonrió, tomó a la mujer con delicadeza y la puso enfrente del hombre.

— Adán, ella es parte de ti —dijo Dios con paciencia, al ver la confusión de su hijo, sonrió—. Verás, cuando vi tu soledad, pensé en hacerte ayuda idónea, no alguien igual a ti, sino alguien que tú necesitas.

Adán no entendió, solo sabía dos cosas, la primera: que esa cosa tenía su costilla favorita. Y segundo: quería su costilla de vuelta.

— Ella la cree no con el polvo de la tierra como lo hice con la anterior mujer, a ella la saqué de tu costilla, por eso sientes que te hace falta algo, y ese algo no es tu costilla, es ella.

— ¿Parte de mí? —repitió curioso, se acercó a la mujer y la examinó nuevamente—. Entonces eres huesos de mis huesos y carne de carne, ¿no?

Ella se encogió de hombros, pero Dios asintió estando de acuerdo a la conclusión del hombre. Adán lo pensó por un momento, suspiró, no quería otra mujer, quería a Lilith.

— Solo dale una oportunidad, ¿ok? —pidió Dios abrazando a su hijo para luego desaparecer entre el aire.

— Bueno, bicho, ya que eres de mi carne, necesitas un nombre épico —caminó al rededor suyo pensando en un asombroso nombre para esa cosa horrible—. Serás llamada varona, porque del hombre fuiste tomada.

Adán infló su pecho orgulloso por el nombre que le puso a la cosa, la mujer aplaudió contenta, aunque no le parecía tan atractivo el nombre, pero su compañero le pellizcó la mejilla, soltando una risa al verla desconcertada; algo en el corazón de la mujer se removió al verlo sonreír.

— Vamos Eva, tenemos animales que nombrar, aunque... te seguiré diciendo bicho, realmente eres fea igual que ellos.

La mujer parpadeó mientras lo veía retirarse, él la llamó Eva, ese nombre sí le gustó, ella con una inocente sonrisa corrió para alcanzarlo, estaba feliz, no sabía porque, pero estar con ese hombre, sentía que era la criatura más afortunada del jardín. Adán por su parte, solo suspiró, esa cosa era molesta, pero no tenía de otra, quizá algún día Dios regresaría a Lilith, y esta vez, no la dejaría ir.

[...]

Luego de un tiempo, ellos estaban recostados en el césped descansando un momento, aún habían animales que nombrar, pero esto no era tan tedioso ahora teniendo a Eva de su lado, se volteó a verla, realmente era igual que Lilith, bueno, salvo por el cabello castaño, sus ojos de color verde, y su mirada, más mansa. Pero el rostro era idéntico a la anterior.

Eva estaba concentrada abrazando a un conejo, ella lo nombró así, le parecía una mejor opción que "bola de algodón" como su compañero quería ponerle, ella sonreía y se reía dulcemente por el conejo que olfateaba todo su rostro. La sonrisa y risa eran también diferentes que los de Lilith, Adán le gustaba la sonrisa de su ex compañera.

— Huh, ex... podría llamar así a la persona que ha dejado de ser algo con otra persona. —murmuró pensativo viendo el cielo, se puso las manos debajo de la cabeza—; dudo que la palabra ex será utilizada en un futuro, pero ya cree una nueva palabra.

Mientras los dos estaban viendo el cielo, un gruñido sonó en sus oído, Adán creyó que era León queriendo jugar con él como siempre, pero ese gruñido era más bajo y diferente, volvió a escuchar el gruñido, siguió el sonido hasta que se fijó en el vientre de su compañera.

— Mh —murmuró la mujer tocándose el estómago, ella era la que estaba provocando ese gruñido, Adán se rió al ver el rostro extrañado de su compañera— ¿Qué tengo, Adán?

— Tienes cocodrilos en el estómago, lamentablemente —le dijo con fingida pena, pero volvió a reír al verla preocupada—. Es broma, tienes hambre.

Adán la vió con curiosidad al ver que no entendía, recordó cuando también se asustó la primera vez, Dios le había explicado a él y a Lilith sus necesidades fisiológicas que experimentarían, pero esta vez, no estaba Dios para explicarle a esa cosa.

— ¿Dios no te dijo lo que vas a experimentar desde ahora? —Adán preguntó, ella negó aún con miedo en esos inocentes ojos verdes.—. Ugh.

No tuvo de otra; se levantó y la ayudó a levantarse, le explicó con paciencia lo que Dios una vez explicó, Eva lo escuchaba con atención, pero su admiración crecía en gran manera al escucharlo. Para la mujer, Adán era el hombre más inteligente y asombroso en todo el jardín, –y solo existía un hombre en el jardín–. Ese poco tiempo que llevaba en el jardín, para Eva, Adán sabía muchísimas cosas, ¡sin duda era asombroso!

— Esta es una manzana, muérdela y verás que sabe rica, es jugosa y carnosa —le explicó Adán ofreciéndola una roja y jugosa manzana.

Eva tomó la fruta en sus manos, la olió y no olía a nada, confió en Adán y mordió la manzana, sus ojos brillaron ante tal delicia, se la devoró en un instante, Adán se asombró al ver como se comió la manzana, la guió a otro árbol y le dio otra fruta.
La mujer saboreó toda fruta que Adán le estaba mostrando, todas sabían más deliciosa que la anterior, sin duda estaban en un paraíso.

— Todo esto es asombroso —dijo Eva comiendo una mandarina, esa fruta la convirtió en su favorita de todas.

— Sí, y Dios lo hizo solo para mí —dijo Adán comiendo uvas verdes.

Adán esperó un reclamo, que le dijera que ese lugar también era de ella, como le decía Lilith antes, pero en cambio, no recibió respuesta, solo un silencio armonioso. Eva no le prestó atención a lo posesivo que era su compañero, sabía que si le iba a la contraria, podían generar discordia, y ella no quería eso.

— Si tú algún día me lo permites, me gustaría que también me tomaras en cuenta Adán —dijo Eva con una dulce sonrisa— podemos ser dos, no solo un tú o yo.

Eva le extendió un pedazo de su fruta, indicando que ella quería compartir lo de ella con él, hasta lo más poco que tenía, que en ese momento era solo una mandarina; Adán parpadeó confundido, ¿por qué esa criatura quería compartir, y no declarar posesión como hacía Lilith?

Sin duda esa cosa era muy rara, ¿compartir? Y eso que era después de todo, las cosas eran para repartirse y ver quién tenía más, como las competencias que hacían con Lilith para ver quién tenía más. Ella no era Lilith, debía entenderlo.

— Eres rara.

Adán se levantó y se llevó sus uvas y sandía con él, dejando a una Eva curiosa, su compañero parecía incómodo a su presencia, mordió su mandarina y vio al cielo, no sabía porque, pero lo averiguaría, o se dejaba de llamar bicho.

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Esta historia la tengo desde el 12/04/2024 no sabía si publicarlo, pero ya lo hice jajaja, veamos que sucede, espero que les haya gustado, nos leemos a la próxima.

Los ama;

Sweet_start

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