Capítulo 03.
IRINA.
—¿Crees que pueda mantenerlos con vida?— Le pregunto mirando los pequeños cachorros que fueron traídos para ser entrenados especialmente.
—Solo debes cuidarlos un par de meses, luego serán llevados a su entrenador—
Lo miro resoplando bajo, me inclino y acaricio la pequeña cabeza del cachorro, aun eran pequeños pero crecerían y intimidarían a cualquier persona, su destino ya estaba escrito, estarían entrenados para una sola cosa y si fallan recibirían su castigo, incluso la muerte.
Tan parecidos a mi en ese aspecto.
—Es hora de que te prepares, el señor Pietrov la espera en la inauguración del nuevo club, después tomarán el vuelvo a su luna de miel—
Miro esta vez a Anton, su perfecto traje impecable y ese comunicador en su oído, el que le dictaba lo que debía hacer conmigo, suspiro y miro a los cachorros.}
—Irina, es hora, no debes hacerlo enfadar— Murmura bajo.
Había notado lo mucho que velaba por mi seguridad, después de que hace tres días Pietrov casi rompiera mi nariz Anton se aseguraba de que no me metiera en problemas para que Pietrov no me volviera a golpear.
Observo su mano extendida para ayudarme a levantar, doy un suspiro y la tomo, lo miro unos segundos a los ojos, pestañas largas, y lindos ojos, Anton es muy apuesto, lo suficiente como para obtener cualquier cosa que quiera de alguna chica, me preguntaba si tenía novia, esposa o algún interés en alguien.
Suelto su mano y me dirijo a mi habitación, la nueva casa era linda, muy grande y con mucha seguridad, lo mejor de mi matrimonio era que Pietrov pasaba la mayor parte de su tiempo fuera de casa, lo único insoportable era tener que lidiar con el cuando volvía a dormir, era muy agresivo, odiaba eso.
...
Escucho dos golpes en la puerta, miro con aburrimiento la misma.
—Adelante— Digo volviendo mi mirada al espejo.
—El auto está listo, es hora de salir— Dice Anton.
Tomo un poco de mi base en polvo y retoco un poco ocultando más lo morado y verde en mi nariz, luego tomo el labial rojo y delineo con cuidado mis labios, me observo con detenimiento, escaneo que toda marca esté oculta, una vez que lo compruebo me levanto.
El largo vestido negro con un visible escote y encaje de tirantes, mi espalda desnuda dejando ver un poco el tatuaje de nuestra organización, me acerco a Anton, este desliza su mirada recorriéndome de forma rápida y luego aparta su mirada dándome espacio para salir.
Camino delante de él, luego siento como un abrigo es colocado en mis hombros, elevo mi mirada y una leve sonrisa se forma en mis labios.
—¿Por qué no pudiste ser tu mi esposo?— Murmuro bajo con algo de humor.
—¿Te habrías fijado en mi?— Pregunta sorprendiéndome.
Elevo mi ceja mirándolo, este me mira, no puedo leer su mirada y lo que trasmite con ella, simplemente sonrío de medio lado y sigo caminando sin responder.
...
Camino por el largo pasillo, Anton se comunica por su auricular antes de abrir la puerta, espero con ganas de no estar en este lugar, luego Anton abre la puerta y su rostro se vuelve inexpresivo, al parecer llegamos donde se encuentra Pietrov.
Entro a la lujosa zona reservada, hay una mesa larga, varios hombres y sus respectivas acompañantes, mi mirada se dirige al que encabeza la mesa, sonrío de forma fingida, Pietrov se levanta hasta llegar a mi.
Su mano acaricia mi mejilla y deja un beso en mis labios, envuelve su brazo en mi cintura y me lleva hasta su lugar, presentándome a alguno de ellos y haciéndome fingir que me agrada conocerlos.
—¿Estas seguros de hacer el intercambio por el norte?, escuche que esa zona a estado bajo mucha atención los últimos días, no creo que sea buena idea— Dice Pietrov algo tenso.
Mi mirada recorre a las femeninas, ropa y joyas exclusivas, algunas de ellas muestran mirada arrogante y otras muestran más miedo de lo que deberían para su propio bien.
—No creo que estés entendiendo Pietrov, tal vez eres muy joven para liderar— Murmura uno de los hombres mayores, le doy una mirada, siento como Pietrov toma mi mano y el dolor se hace presente.
Está molesto ante las palabras de ese hombre, tenso mi mandíbula, miro al hombre que dijo eso y lo reconozco, es amigo de mi padre, muchas veces obedeció ante decisiones de mi padre, tal vez si hacía algo, Pietrov no estaría molesto más tarde.
—Mi padre confía en Pietrov, deberías hacerlo también— Murmuro dejando mi expresión neutra.
El hombre me mira y eleva sus cejas, mi mirada cae en Anton cerca de la puerta, este parece tenso ahora, y supe que no debía haber hablado.
—Parece que tu esposa quiere participar de esta reunión— Dice mirando a Pietrov, este aprieta más mi mano mientras sonríe negando.
—Ella es un poco impulsiva, no le hagas caso— Le dice Pietrov al hombre canoso.
Trago con dificultad, tomo la copa de vino tinto y bebo un poco, un nudo se forma en mi garganta al saber lo que ocurriría luego.
...
Las horas transcurrían y la reunión parecía que nunca terminaría, uno de los hombres de seguridad de Pietrov entro a la habitación y se acercó a Pietrov hablándole al oído, este maldijo por lo bajo y le hizo una señal a Anton, este se acercó.
—Lleva a Irina a casa, han surgido problemas— Le ordena, este asiente.
Pietrov me mira, se acerca a mi oído y siento mi cuerpo temblar levemente.
—Te has salvado esta noche, te dije que cerraras la maldita boca— Gruñe, mantengo mi expresión fría sin inmutarme frente a los demás —Saldremos en un par de día de viaje, debo solucionar unos problemas—
Asiento y me despido, sigo a Anton, una vez que salgo de esa habitación suspiro recargándome en la pared, cierro mis ojos unos segundos, me sentía agotada, era demasiada presión estar en ese lugar.
Una vez en el automóvil miro por la ventana, Anton conducía en silencio, lo único bueno de esta noche era que la luna de miel se había retrasado.
—¿Tienes hambre?, vi que apenas tocaste la comida—
La voz de Anton llamó mi atención, lo miré a través del retrovisor, lo pensé un segundo y asentí, no me había dado cuenta de la molestia hasta que Anton lo preguntó, si tenía un poco de hambre.
Pensé que Anton me llevaría a un restaurante lujoso que solía frecuentar, pero paró en una pequeña feria, elevé mi ceja cuando me abrió la puerta.
—¿Alguna vez has venido a este lugar?— Pregunta divertido.
—¿Me vez como que vengo con frecuencia a estos lugares?—
—Esto será divertido— Murmura sonriendo, lo miro unos segundos y me es inevitable que en mi rostro se forme una sonrisa.
—¿Es seguro estar aquí?, ¿Pietrov sabe que estamos en este lugar?—
—Ese es un pequeño detalle que debemos mantener en secreto— Dice bajo.
Ruedo mis ojos, observo a las personas caminar por la feria, habían juegos mecánicos y puestos de comida, mi mirada cae en las manzanas con caramelo, se veían bastantes bien.
—¿Quieres una?— Pregunta Anton, aprieto mis labios. —De deberías relajarte un poco, parece que nunca has salido al exterior a divertirte—
Bajo mi mirada, es que nunca lo había hecho, mi mirada se posa en las manzanas con caramelo.
—Tráeme una— Ordeno, Anton eleva su ceja, muerdo el interior de mi mejilla —¿Por, favor?— Digo dudosa y sintiendo mis mejillas sonrojarse.
Anton ríe divertido y simplemente aparta mi mirada, siento de nuevo esa extraña sensación en mi pecho.
Y por primera vez, me siento libre, viviendo como una persona normal.
...
Instagram: Keithkatt96
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top