30

Estábamos en la casa de Scott. En silencio.
Nadie quería, ni se atrevía, a hablar.

Todo esto me parecía una perdida de tiempo. Se suponía que estábamos aquí para discutir el tema de la Liga y Allison. Pero ninguno sabía cómo empezar.

Y mientras, Allison se encontraba sufriendo sola.

- ¿Vamos a hablar? o ¿vamos a quedarnos en silencio analizando algo que ya está claro? - pregunté molesto.

- ¿Y qué es lo que está claro para tí, Zach? - exclamó Corbyn molesto por la situación.

- Pues que vamos a protegerla y a luchar por ella. - contesté obvio.

- ¿Te crees que eso es fácil? - comenzó Selena en un tono amenazador - Ahora la Liga tiene su sangre. Saben que tiene más poderes y la mataran al primer avistamiento. Y por sí eso no es poco, todo el maldito país está contra nosotros por el puto gobierno.

- Pero no vamos a dejar que muera así como así sin luchar. - farfullé entre dientes.

- Eso si no muere al tratamiento del mata poderes. - susurró Connor ganándose mi odio completo hacia él.

- ¡Cállate Connor! - grité con furia.

- Tranquilízate Zach. - ordenó Chris - Selena tiene razón, hay muy pocas posibilidades de que Allison sobreviva si sale de ese hospital. La Liga registrará todo el país en su búsqueda.
No hay mucho que hacer.

Todos asintieron.
Incluso Daniel. Eso es lo que más me devastó.

- ¿Vais a dejarlo así? - acusé con la voz floja - ¿Vais a dejar que ella muera sin luchar? - miré a Daniel - ¿Enserio?

- Zach yo...

- No. - le interrumpí - Sois unos monstruos. Los poderes no son los que te convierten en algo "maligno", son los actos que hacemos.
Vais a dejar que muera solo por miedo y egoísmo. Quizás vosotros tengáis a alguien más que os esperé cuando la guerra termine, pero yo no. - todos escuchaban con la cabeza agachada -Ella es lo único que tengo y YO voy a luchar por ella. Me marcharé de aquí cuando ella se recupere, no quiero tener a nadie como vosotros cerca de mí o de Allison.

Y con esas palabras salí de la casa con un portazo.

Estaba harto de esconderme en las sombras. Lucharé. Lucharé por todo lo que me han arrebatado, lucharé por ella.

(...)

Agarraba la mano de Allison con fuerza, admirando su rostro aún pálido.

Había dejado de gritar hacía rato, lo que me alegró un poco.

Mis ojos comenzaban a pesarme y cada vez pestañeaba más despacio.
Las consecuencias de no haber dormido en días comenzaban a hacerse presentes en mí, y el silencio sepulcral en la sala no ayudaba para nada.

Comenzaba a dormirme en el sillón del hospital cuando una alarma llegó a mis oídos.

Abrí los ojos aterrado y me incorporé mirando la máquina de pulsaciones.

El corazón de Allison comenzaba a bajar de ritmo, hasta que dejó de latir.

- ¡Melissa! ¡Melissa! - grité a todo pulmón.

La médica entró a la habitación sobresaltada y enseguida se puso a ver las constantes de Allison.

- Está muriendo... - afirmó en un susurro - ¡Desfibriladores! ¡Ya!

Le pasé la máquina mientras ella retiraba la camiseta de Allison.

- ¡Retiraté! - ordenó - 3, 2, 1, ¡Fuera!

Su cuerpo se elevó por la descarga, pero seguía sin reaccionar.

- 3, 2, 1 ¡Fuera! - repitió con más fuerza mientras yo me quedaba paralizado. - 3, 2, 1 ¡Fuera! - lo volvió a intentar - 3, 2, 1 ¡Fuera! - se acababan las opciones, pero yo me negaba a rendirme.


Fueron más de cinco minutos en los que ella no respondía.

- Zach...

- ¡Otra vez! - grité con lágrimas en los ojos - ¡Inténtalo otra vez!

Ella suspiró, tragando saliva y mirando a Allison para volver a realizar el mismo proceso de antes.


Nada.

- Zach no...

- ¡Otra vez! - ordené desesperado.

- ¡Ella está muerta, Zach! - exclamó y caí de rodillas en el suelo, dejando mi cabeza sobre el pecho de Allison - Lo siento. - se retiró de la habitación y me dejó solo.

Lloraba contra su cuello agarrando su mano con fuerza.

- No, no, no, no. Esto no puede ser verdad. - sollocé - Por favor, por favor, por favor. Despierta Allison, despierta.

El pecho me dolía de llorar y mis sollozos eran lo único que se podía oír en la habitación.

Entonces lo sentí. Mis ojos se estaban volviendo grises y no sabía el por qué.
Alcé la cabeza hacia nuestras manos entrelazadas.
Mis venas eran de un color dorado y se traspasaba a las de ella.

Miré su rostro. Nada.

Sentía como la energía de mí cuerpo iba desapareciendo. Como si me quitaran la vida.

Volví a mirar su cara.
Sus ojos se abrieron de repente con un color rojo fuego.

Allison estaba viva.

Entonces me desmayé.

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