Le temo a mi oscuridad.
Y pasaron varios días desde que evitaron que desapareciera, Aqua seguía cuidando a Ventus, el maestro venía a verme cada día para asegurarse de que estuviera bien y no hiciera otro intento de suicidio, y Ventus seguía durmiendo plácidamente.
Entre las visitas ya mencionadas del maestro y Aqua intentando convencerme de hablar, cosa que aún no quiero, me han animado una mínima pero algo es algo. Mi amiga a veces me habla sobre cómo está Ventus, normalmente lo mismo, aunque hace poco empezaba a decir que hablaba con el y, aunque no respondiera, parecía que sonreía en algunas partes. Eso me reconfortaba pero también me recordaba algo importante...
Yo lo provoque todo.
Eso jamás lograrían sacármelo de la cabeza Aqua, el maestro, o incluso Ventus rogándome porque siguiera con vida. La última es poco probable pero la imaginación es gratis, no pierdo nada aparte de mis ánimos... Vale, eso es algo pero no cuenta.
-Y entonces Ventus sonrió cuando le hablé sobre cómo entrenamos juntos, aunque dejó de hacerlo cuando mencioné que no habías podido entrenar conmigo por estar enfermo- Así que eso lo dice a Ventus, bueno mejor eso a que sepa lo que hago.
Me pregunto qué pensaría Ventus de mí si me viera en este estado... De seguro solo me tendría mas odio, odio por ser tan inútil y solo querer dejarme morir. Debería volver a intentar escapar aunque de seguro Aqua y el maestro me encontrarían otra vez. Aún no logro comprender, y a veces creo que jamás lo haré, no entiendo porque se preocupan tanto por alguien como yo, es simplemente ilógico.
-Bueno, te dejaré descansar un rato. Volveré luego, tengo que entrenar también, no esperare a que te recuperes porque te esperaré para esa revancha que me debes- Cuando quise voltear a verla ya había salido, apuesto a que con una sonrisa plasmada en su rostro, siempre es así. Si alguien me preguntara qué es Aqua para mí, diría que es mi hermana menor que aprecio más que a nada en el mundo, el maestro es mi padre que aunque no lo demuestre tan abiertamente sé que me quiere tanto como yo a él, y haría lo que sea por protegerlos de todo mal.
Incluso de mí... Debo dejar de pensar en eso, si ellos se dan cuenta volverán a darme una charla sobre lo especial que es una vida y que tengo algo deparado para el futuro, no tengo muchas ganas de volver a oír eso. Tal vez debería dormir un rato y luego pensar que haré con todo este problema. Por ahora, dormir.
Escucho a alguien llorando, parece un niño pequeño, pero no se que haría un niño en medio de un bosque cuando casi oscurece, esto es raro. Caminé intentando encontrar el lugar de donde provenía el llanto, esto me resulta... Familiar de alguna forma. Siento que ya estuve aquí.
Este es el bosque que está al pie de la montaña, por lo que se nadie más que los habitantes del castillo viven en este mundo, a veces llegaba gente de otros mundos por accidente pero siempre volvían a sus hogares pronto. Llegue por fin al lugar donde provenía el llanto, había un niño sentado en el primer escalón de las largas escaleras que llevaban al castillo, a su lado había una mochila y en su mano sostenía una hoja de papel, parecía una carta...
... Es imposible...
-Papá... Por favor no me dejes aquí, papá... Papá- El llanto volvía la voz del pequeño temblorosa y entrecortada... No quiero estar aquí, quiero irme... No otra vez- Quiero a mi mamá... Mami...-
Ese niño... Soy yo cuando tenía 5 años.
Mi padre me dijo que lo esperara aquí mientras iba por ayuda, me dijo que leyera la carta solo cuando el sol empezara a ocultarse. Espere hasta que el sol casi se ocultaba por completo, la abrí con entusiasmo preguntándome qué sería y entonces... Todo se arruinó.
"Mas te vale estar leyendo esto cuando ya esté muy lejos, si llegas a cruzarte conmigo otra vez no me contendré y te golpearé enserio esta vez. A pesar de que te lo he dicho antes tú sigues pensando que algún día te demostraré algo de afecto como los padres lo hacen, pero tú no eres hijo mío desde que me quitaste a mi esposa. Tú eres la razón por la que ella no está aquí, por tu culpa ahora morirás de hambre o de frío en donde sea que te haya dejado, lo que pase primero. Olvídate por completo de mi o del lugar donde vivías, no quiero volver a verte jamás.
Eres un monstruo y los monstruos deben desaparecer, si enserio me quieres aléjate de mí y protégeme de tu existencia que solo hace daño a los demás. Ojalá la oscuridad absorba a tu corazón y se pierda en lo más profundo de esta.
Eres una deshonra hasta para tener el nombre de tu madre, ella era mil veces mejor que tú.
Hasta nunca Terra, no olvides que lo mejor para todos es que mueras."
Me siento incapaz de odiar a esa persona pero... También me siento incapaz de perdonarlo.
Mis piernas perdieron fuerza mientras mi llanto se mezclaba con el del pequeño yo en una melodía triste, una penosa melodía. Cerré mis ojos mientras mis lágrimas caían sobre el césped que danzaba tranquilamente con la suave brisa. Tantos años y aún no podía creer que hubiera personas capaces de algo semejante...
-¿Porque estás aquí solo, pequeño?- Una voz suave pero a la vez fuerte retumbó en el silencio que los sollozos ahogados dejaban, voltee a ver y entonces pude ver a un hombre de cabellos y ojos oscuros, con ropas que no sabría decir de que cultura son y una mirada llena de bondad- ¿Acaso te has perdido? ¿Cómo has llegado aquí?-
-Mi padre me abandonó aquí, no volverá y yo me quedaré solo... No tengo a donde ir- Por un momento creí que no había entendido lo que dije pero me di cuenta que si lo hizo cuando se acuclilló a mi lado y limpió mis lagrimas con cuidado, me ofreció una sonrisa que me lleno con una paz que no conocía.
-Yo también estoy solo, nadie volverá por mi y no tengo otro lugar al que ir, salvo este lugar que me encomendaron mantener seguro... Dime algo pequeño, ¿te gustaría ayudarme a cuidar este lugar? Así ninguno de los dos estará solo más- No conocía a esa persona, podría estar engañándome para hacerme daño luego, pero de alguna forma me generaba una confianza que jamás hubiera pensado tenerle a nadie. Sentía una calidez que no había sentido antes invadiendo mi pecho, tan agradable y tranquilizante que no pude evitar que una pequeña sonrisa se formara en mis labios.
-Si eso está bien para usted a mí me parece bien señor, espero que podamos llevarnos bien- Me sonrió tan amablemente que sentí toda mi energía volver y me levanté de un salto, le regalé una de mis sonrisas más grandes y el me acarició la cabeza en respuesta.
-También espero eso pero dime, ¿cuál es tu nombre?- Oh cierto, no le he dicho mi nombre ni el me ha dicho el suyo. Mi error.
-Mi nombre es Terra, ¿cual es su nombre?- Extendí una mano me si dirección y él la estrechó después de reír un poco.
-Soy el maestro Eraqus pero tú puedes llamarme como gustes- Sin soltar mi mano el maestro tomó mi mochila del suelo y me guío para empezar a subir las largas escaleras de camino a ese enorme castillo que era simplemente magnífico de ver.
Ese fue el día en que llegué a Tierra de Partida, en que llegué a este castillo y también el día en que conocí a quien consideraría mi padre. También fue un día muy triste para mí ya que jamás volvería a ver al hombre del cual llevo su sangre, en que una vez más me recordaría que fue mi culpa que mi madre muriera durante el parto, me ha dicho eso desde que tengo memoria y no estoy seguro si creerle o no.
Pero desde ese día también siento un gran temor, un temor a la sombra que cubría a mi padre antes de dejarme ahí aunque no estoy completamente seguro de lo que era puedo hacerme una idea ahora que soy mayor y esa conclusión solo aumenta mis miedos...
Le temo a la oscuridad qué tal vez también habite en mi interior, a la qué tal vez heredé de ese hombre que no sé si odiar u olvidar. Tengo miedo de mi oscuridad.
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