Capitulo 11
- ¿Dónde fuiste esta mañana Lisa?
- No he estado en este lugar muchas veces y considerando el largo viaje a nuestro hogar al menos valía la pena hacer algo de turismo, ¿No crees?
- Pero pudiste avisarme y las dos salir a pasear.
- ¿Sabes lo difícil que es despertarte? Tienes el sueño más pesado que Leni.
La joven de cabello rubio estaba claramente molesta por ese comentario y aun cuando estaba bordeando la adolescencia eso no evito que su rostro demostrarse una expresión de berrinche, algo que causo bastante gracia a Lisa.
- Además creo que estabas muy cómodamente abrazada a nuestra nueva unidad familiar.
- Oye, estaba disfrazado de pavo, no entiendo como tú pudiste abstenerte de abrazarlo.
- Los llantos de nuestra hermana Luan arruinaron mi humor de tía adolescente, por cierto, ¿Dónde está?
- Ella, Lincoln y sus parejas salieron de compras, los pequeños están jugando en la habitación de Lemy y se supone que estoy a cargo – Al mencionar esto la pequeña inflo su pecho cuanto pudo mientras su expresión mostraba lo orgullosa que se sentía de aquella frase, pues jamás la habían dejado al cuidado de nadie, ni siquiera de los hijos de Lori – Así que ahora como la mayor mi palabra es ley.
- En ese caso y como confieren los poderes de tener poseer 2 años, 4 meses, 11 días – Mira su reloj – 3 horas y 21 minutos más en nuestro mundo que tú, retiro la autoridad que se te fue conferida en mi ausencia, quedando relegada a ser otra niña más al cuidado de un mayor.
- ¿Qué?
- Pues eso, ahora ve a jugar con los otros niños P E Q U E Ñ A.
La turbia sonrisa en el rostro de Lisa le había dejado en claro a Lily que no solo estaba hablando en serio, sino de que estaba disfrutando como nunca aquella muestra de poder en su contra y lo peor, es que el argumento era completamente valido según lo que Luan y Lincoln le habían dicho antes de salir momentos antes del retorno de Lisa, por lo que, como la casi adolescente que era, hizo lo más digno que podía hacer en ese momento.
- (Sollozando) Vas a ver cuando lleguemos a la casa, fea.
Y dicho eso fue a encerrarse en la habitación donde había dejado a ambos castaños compartiendo con los juguetes del pequeño pecoso.
Una vez Lisa se encontraba sola su divertida sonrisa desapareció de su rostro mientras se dirigía a encender la estufa y calentar algo de agua en un intento de prepararse un café.
La conversación que había tenido con su hermana Lynn aún seguía rondando fuertemente en su cabeza y si bien las pruebas en animales habían mostrado resultados satisfactorios todos eran a corto plazo, lo idea para ella seria mudarse junto a Lynn y monitorearla ahora que aquel fluido recorría su sistema circulatorio pero aquello seria sumamente sospechoso, ni siquiera era consciente si su primera visita meses atrás realmente había pasado desapercibida por su familia y una repentina mudanza solo atraería viciadas miradas en contra de sus buenas intenciones.
Había mucho en juego, su reputación era lo de menos en ese punto, había usado de conejillo de indias a su propia hermana, las únicas veces en el pasado que se había atrevido a ser tan invasiva fue para operaciones de gravedad como extirpaciones de apéndices en sus hermanos o uno que otro producto de efecto visual con poca duración, nada que pudiese ser capaz de reformar toda una estructura corporal o circulatoria en su cuerpo, ni siquiera noto cuando su cuerpo en automático ya había terminado de preparar aquella taza de oscuro liquido humeante.
Al menos cuando dio el primer sorbo pudo sentir la risa de los niños y de su hermana, sonidos que le eran sumamente nostálgicos sobre épocas donde todos convivían felizmente en su hogar, antes de que algunos se fueran... y decidieran no volver.
Por ello, hipnotizada por el recuerdo, se encamino al cuarto con el objetivo de observar.
La vista era agradable, un cuarto mucho más infantil de lo que jamás fue el suyo, varios juguetes repartidos por el piso con dos pequeñas personitas tiendo figuras y peluches en sus manos mientras balbuceaban sobre cualquier cosa que sus mentes consideraban divertido y una Lily fingiendo ser una damisela en peligros ante los actos de ambos niños.
No podía evitar considerarlo adorable, los niños eran sumamente parecidos por más que uno careciera de pecas, pero las tonalidades de sus cabellos eran idénticas, si no fuera porque el cabello del hijo de Lincoln era mucho más abundante que el del hijo de Luan y su voz ligeramente más aguda podría decir que eran mellizos, pues el tamaño, la complexión e incluso el color de ojos era el mismo.
Le era divertido, pero al mismo tiempo le causaba cierta curiosidad.
Mucha curiosidad.
- Lily, ven un momento.
- ¿Primero me mandas a jugar con los pequeños y luego me quieres alejar de ellos?
- Niños, ¿Me prestan a la testaruda de su tía un momento?
- Bueo / Si.
- ¿Ves? A ellos no les importa.
- (Susurrando) Ya veras (Tono normal) Bien, vamos.
Ambas se retiraron al pasillo cerrando la puerta una vez se encontraban separadas, la curiosa expresión de Lisa confundió ligeramente a Lily quien tuvo que esperar a que su hermana diera un profundo trago de su taza antes de hablarle nuevamente en un tono neutro.
- He estado pensando bastante sobre Lemuel desde el momento en que lo vi.
- ¿Y eso por qué? Es adorable y es el hijo de Lincoln.
- A lo que voy, ¿En serio jamás te comento sobre él en todo este tiempo? Se suponía que ustedes llevaban una buena relación y le habías visto más de una vez, ¿Cómo puede ser que nunca te lo halla mencionado siquiera?
- Bueno... lo vi un par de veces en Royal Woods y aquí desde que Lynn me trajo por primera vez y ahora que lo dices, no había nada para bebes en ese tiempo.
- Lo que me dices y la edad de Lemuel no cuadran.
- Espera, detente ahí, acaso insinúas que...
- Yo no comentare más al respecto debido al profundo cariño que pude notar tienen por ese infante, pero eso no quita que tenga mis dudas respecto a su origen.
Lily se notaba confundida, el argumento de Lisa ciertamente tenía lógica pero al mismo tiempo, aunque fuese cierto, su hermano debería de tener algún motivo de peso para haber hecho algo con el pequeño, provocando que para ambas hermanas fuese un tiempo de cierta incomodidad hasta que llegaron los demás.
Una vez almorzaron Luan no tardo en comenzar a prepararse para retornar a Royal Woods con las menores, parte del trato al que habían llegado originalmente para que estas pudiesen pasar las fiestas fuera del hogar y sin levantar sospechas, así que, con unas últimas despedidas, una renovada y feliz Luan junto a su familia y las menores partieron del hogar del peliblanco.
Volviendo a la tranquilidad de ser solo tres, Lincoln se permitió descansar en el sofá, dejándose caer como si su cuerpo pesase tres veces más de lo habitual, algo que Paige pudo notar.
- Ya tranquilo, ya se fue.
- Lo sé, creía que los nervios me iban a matar.
- Bueno, se nota que le tomo cariño a Lemy, no creo que lo vaya a odiar de la nada.
- Eso solo lo puedo garantizar si no sabe sobre su origen.
- Vamos, ¿Y por qué alguien lo dudaría? Lo tratas como si fuera tu hijo, tú mismo eres la prueba que no necesariamente alguien se parece a sus padres... a menos que ellos no lo fueran jajaja.
Paige estaba acostumbrada a aquella solida mirada que su novio tenia, era algo con lo que lidiaba a diario y se supone era inmune, pero la expresión y mirada con la que fue observaba en ese preciso instante provoco que un profundo frío subiese por su espalda.
- Era broma, no te lo tomes así.
- Si te soy sincero no podría importarme menos si son o no mis verdaderos padres, me dejaron muy en claro sus intenciones durante mucho tiempo.
- Oye, sé que no debería decir esto, pero si algún día Lemy o cualquier otro niño que tengamos preguntara por sus abuelos, ¿Qué les dirías?
- Están tus padres, no es nece...
- Sabes a lo que me refiero, ¿Qué pasaría el día que pregunten por sus abuelos paternos? ¿Les dirás que fallecieron o algo?
- Eso no... no lo sé.
- Linc, se por lo que te hicieron pasar e incluso a día de hoy sigo con deseos de decirles un par de cosas, pero creo que para bien o para mal es algo que debes zanjar, la visita de tu hermana me hizo pensar que el tiempo puede hacer muchas cosas, tu viste lo mal que estaba y que realmente quería volver a relacionarse contigo, quizás... con el resto de tu familia sea igual, podrías darles una nueva oportunidad, y si todo este tiempo no les sirvió para darse cuenta de sus errores, yo seria la primera en golpearlos y sacarlos de tu vida definitivamente.
- Yo... necesito pensarlo.
- No es algo que debas hacer ahora mismo, tienes todo el tiempo que necesites para pensarlo.
- Gracias.
- Además, creo que le haría bien a él.
La mano de la mujer en ese momento apunto a un Lemy que yacía dormido en el sofá cerca de Lincoln, posiblemente culpa de la comida del almuerzo.
Entendía perfectamente a que se refería su novia, si bien no había vivido en un familia dividida si lo había hecho en una disfuncional, había convivido muy poco con la familia de parte de su padre, prácticamente solo los conocida de nombre y de rostro al punto que cuando se entero del fallecimiento de su abuelo el ni siquiera lloro, tampoco sus hermanas, era solo un rostro más al que veían tal vez una, si era demasiada la casualidad dos veces en el año, ahora aquello le hacía cuestionarse algunas cosas.
¿Hubieran sido las cosas diferentes si su abuelo o su tío hubieran estado más presentes en su vida?
Mirar la mueca de placida felicidad con la que dormía el pequeño se lo hacía cuestionar.
El tuvo la suerte de que su abuelo materno lleno el vacío de ambos abuelos, pudo evitar cuestionárselo debido al intenso ritmo de su vida cuando era menor, pero Lemy era solo él, un chico con un origen turbio al cual había jurado proteger, pero uno que tal vez un día sentiría curiosidad, quizás no podría ocultar bien el secreto...
¿Él podría seguir en su feliz inocencia en caso de descubrirlo?
El panorama no le agradaba y tenía mucho que pensar.
Unas semanas después
La pareja se encontraba tranquilamente viendo la televisión sin mayor animo de hacer cualquier cosa, los años comenzaban lentamente a pesarles y llegar cansados de sus respectivos trabajos no ayudaba en nada provocar algún animo especial en ambos adultos, sobre todo cuando la cena ya había sido comida y el sueño comenzaba a pesarles.
Más aun así Rita era capaz de notar una expresión ligeramente molesta en su esposo, no estaba lo suficientemente distraída con la televisión como para perderse en ella el tiempo suficiente hasta ir a la cama tanto como no tenia reales deseos de dormir, por lo que, en aquel ambiguo estado, aunque sea confirmar el disgusto del adulto y tener aquella charla otra vez le venia bien con el fin de no sucumbir a su profundo aburrimiento.
- Lynn, ya deja eso de una vez.
- ¿Uh? ¿De qué me hablas?
- Esa cara, te sumas más arrugas de las necesarias.
- Mi cara no tiene nada de raro.
- Sabes a lo que me refiero, ya paso mucho tiempo, deja de quejarte por ello o no les hubieras dado permiso en primer lugar.
- Fue su decisión irse con Luan en acción de gracias, prefirieron a su hermana antes que a sus padres, ¡Incluso Lori vino y eso que fue la primera en querer separarse en esas fechas de nosotros!
- ¿Qué no puedes dejar pasar esas cosas? Incluso te quejas por algo que paso hace muchos años.
- Siguen siendo mis princesas, tengan 5 o 50 años, además sabes que me encanta que se reúna toda la familia.
- ¿Aunque ni Luna ni Lincoln se hallan mostrado en los últimos años?
La expresión del hombre se ennegreció instantáneamente, Rita sabía que había ido demasiado lejos con su argumento.
- Lo siento, no debí decir eso.
- No, tranquila, tienes razón, sigh soy un padre terrible.
- Cariño, no digas eso, hicimos lo que pudimos y nos equivocamos en algunas cosas.
- Si dos de nuestros hijos ni siquiera quieren mostrar sus caras en casa desapareciendo de la noche a la mañana es un muy buen argumento para darme cuenta el pésimo trabajo que hice.
- Hicimos Lynn, es una responsabilidad mutua, y créeme que también me duele.
- Pero tu no fuiste quien le dijo a Luna una y otra vez que debía traer dinero, o que le dijo a Lincoln que era un inútil – Presa del dolor Lynn llevo sus manos a su rostro, como si intentase ocultarse del mundo y de sus propios pecados.
- Oye, si te sirve de consuelo, creo que pudimos hacerlo peor.
- ¿En serio lo crees? ¿Qué pudo ser peor que esto?
- Mmm... pudimos habernos divorciado provocando que abandonáramos desde muy pequeños a nuestros hijos causándoles serios problemas psicológicos en el proceso y durante toda su niñez.
- (Aterrado) ¿Insinúas que quieres el divorcio?
- ¡¿Qué?! No, es solo un ejemplo muy turbio, perdóname cielo.
- Ah... lo siento, perdóname tu a mí, es solo, Luna y Lincoln que nos apartaron de sus vidas, las niñas que ya no nos necesitan... tengo miedo cariño.
- Lynn, es un proceso normal, tu al menos tienes a las pequeñas... - El pecho de Rita en ese momento se apretó, era un dolor que estaba muy dentro de su alma – Yo ni siquiera tengo a mi hombrecito conmigo.
Aquella casual charla termino dañando enormemente la moral de ambos padres, con solo 5 de sus hijos todavía en casa y con casi 5 años desde la última vez que pudieron verlos a todos reunidos era un tema que ambos evitaban tocar pero cuando surgía acababa con todo el buen animo del entorno, algo que se agravaba cada que escuchaban a Lola comentar sobre oportunidades que la alejarían de ese lugar, como si no fuera suficiente con que gran parte de sus hijos se fuese con la mayoría de edad recién cumplida una de ellas quería hacerlo sin siquiera ser mayor de edad.
El silencio otra vez se convirtió en la conversación de ambos adultos, permitiendo que la televisión llenase aquel vacío de una casa que cada vez sentían se hacía más y más grande.
El ánimo solo se repuso parcialmente cuando el noticiero llego a la sección de deportes comentando el considerado "milagroso retorno" de una de sus hijas en un reciente partido sacándola de la racha negativa que llevaba en varios juegos, algo que provoco una sonrisa en el rostro del patriarca Loud.
- Al menos si hicimos algo bien, las chicas son grandes triunfadoras.
- Tu lo has dicho cariño, algo bueno hicimos después de todo.
- Rita.
- ¿Sí?
- Creo que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que visitamos a Lynn.
- En eso tienes razón.
- Podría dejar a Kotaro a cargo unos días del restaurante, es solo cosa de que controle a los chicos en la cocina.
- Lola y Lana podrían quedarse a cargo unos días, es solo cosa de pedirle a Lisa que guarde las cosas de valor en el bunker y cuando hagan fiestas no destruirían nada importante, incluso Lola podría equivocarse y reponer algunas cosas más costosas.
- Me preocupa más Lisa haciendo un experimento masivo, pero ella podri...
- ¡¡¡Santas cadenas de nucleótidos!!!
El repentino grito de Lisa termino espantando a ambos adultos al punto que un muy agudo chillido fue producido por el padre de la familia, quienes rápidamente se encaminaron hacia la habitación de la joven castaña junto con Leni, Lana y Lily quienes salieron rápidamente de sus habitaciones acumulándose en la entrada del lugar desde donde había procedido tal grito.
- ¡Lisa! ¡¿Qué ocurrió ahí dentro?! – Los golpes de Lana sobre la hoja de madera retumbaban con fuerza, Lily incluso pensaba que podría romper la puerta si seguía con ellos.
Cuando los padres finalmente llegaron al pequeño pelotón reunido frente a dicha habitación la puerta se abrió rápidamente mientras una muy exaltada Lisa con los ojos abiertos de par en par jadeaba agitada.
- ¡Es que tenia razón! ¡El hijo de Linco...!
Lisa no pudo terminar su frase cuando Lily se abalanzo sobre su hermana mayor directa en un intento de taparle la boca, obstruyendo su capacidad de hablar pero cayéndose ambas en el proceso.
Con total pánico Lily le dio una mirada de muerte a Lisa quien se dio cuenta del error que había cometido, el problema era que ya era muy tarde y el resto de los presentes había escuchado perfectamente aquella oración.
Ella había notado que la había arruinado.
Y más importante, casi revela la peor parte.
- (Pensando) Lincoln va a matarme.
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