Capítulo 22

El término impaciente se quedaba corto con la ansiedad que Jaime proyectaba en su rostro y en sus dedos frotándose entre sí. Incluso se mordía el labio mientras su cerebro cosechaba miles de ideas respecto a lo que encontraría en el apartamento de aquel sujeto. De su cabeza no salían más que posibilidades crueles, pues ese mal presentimiento no le abandonaba la boca del estómago.

"¡Dios, te lo suplico, juro que haré lo que sea, pero por favor, que Bart esté bien... por favor!" Rezaba entre tantos pensamientos pesimistas.

-Jaime... -Llamó Khaji pasándose los dedos por el cabello para quitárselo de la cara-. Jaime... -Insistió al ver que el muchacho se perdía en sus cavilaciones-. Oye... -Habló golpeándole levemente el brazo-.

-¿Qu-qué...? ¿Qué sucede...? –Preguntó alarmado, virando para observar el tablero y saber en qué piso iban-. ¿Ya llegamos?

-No. Todavía falta. El edificio es de verdad enorme. –Agregó dando un paso adelante para plantarse frente a Jaime-.

-Sí. –Comentó intentando no pensar en lo peor, extendiendo el tema para mejor-. Me pregunto qué tan rico puede ser este tipo. ¿Para qué necesitará tanto dinero?

-Jaime, escucha...

-Dudo que lo pueda gastar en toda su vida. Y...

-Jaime. –Llamó golpeando suavemente la cabeza del castaño con sus dedos-. Escucha... -Ordenó serio y tranquilo-.

-¡¿Qué haces?! ¡Me dolió! –Exclamó frotándose la piel adolorida-. ¡Te estoy escuchando!

-No hables. –Anunció fijando su filosa mirada sobre la intimidada de Jaime-. Y pon atención.

Jaime atendió aquella aura formal y un poco tenebrosa que su amigo le mostraba. Asintió a sus instrucciones con un movimiento vertical de cabeza.

-Todo lo que te dije fue con base a la información que encontré. Todo lo demás sólo son conjeturas o teorías, ¿está claro?

-¿De qué hablas? –Preguntó Jaime preocupado-.

-Hablo de las razones por las cuales Bart terminó aquí, si es que aquí está.

-Pero...

-Escucha... -Interrumpió el mayor sesgando la concesión de Jaime-. Lo que quiero decir y quiero que entiendas, es que no debes precipitarte. No actúes antes de observar, de recabar información, de analizar y reflexionar...

-Khaji, no voy a llegar y golpear al sujeto, ni siquiera sabemos exactamente lo que pasó... ¿O por qué lo dices?

-Lo digo por eso, porque no necesitamos que compliques las cosas. Aún no sabemos qué fue lo que ocurrió en realidad; y sean peras o sean manzanas, debemos mantener la calma, ¡DEBES! mantener la calma.

-Estoy calmado. Sólo quiero ver a Bart. Quiero saber que está bien, sólo eso.

-Jaime... Lo que quiero decir es que no actúes precipitadamente sin importar lo que escuchemos o lo que veamos.

-No lo haré.

-Entiende que no sabemos lo que encontraremos y eso implica, tanto la posibilidad de saber que Bart se fue por su propio pie, y debes enfrentarlo y aceptarlo...

-Pero él...

-¡Yyyyyyyy!... también incluye la posibilidad de encontrar a un tipo que por alguna razón, secuestró a Bart; y si no actuamos tranquilamente, ese "demente" podría herirlo... ¿entiendes ahora?

-¡¿Herirlo?! ¡Pero...!

-¡¿En-tien-des?! –Exigió sin permitir alguna réplica-.

Jaime apretó su boca y agachó su rostro. Así demostró haber comprendido lo que Khaji quería explicar. Y con mucha lógica en sus palabras, él llevaba todo el juicio de aquel asunto. Por nada en el mundo debía confiarse. Aunque su corazón quisiera creer una cosa, Jaime debía aguardar por la única conclusión que sólo Bart podía darles. La cual, en ambos casos, no le agradaba en lo absoluto; pues en el primero, Jaime perdería al muchacho y nunca volverían a estar juntos; y en la segunda, Bart podría salir lastimado y eso le dolería hasta la médula. Pensar en aquello, sin duda le partió el corazón.

-Pero no te preocupes... -Agregó Khaji palmeando el hombro del menor-. Sólo mantén la calma.

Jaime le respondió con un sonidito entrecortado desde su garganta, expresión que a Khaji le removió el corazón.

-De todos modos, procuraremos y nos cercioraremos de que Bart está bien. No debes inquietarte por su seguridad. –Comentó mirando la faz del ojicafé asentir dudosamente.

Aguardaron pocos segundos más. El elevador se detuvo y las puertas fueron abiertas. Accedieron al lúgubre pasillo dando con el apartamento indicado. Se pararon de frente e hicieron sonar el timbre sin pensarlo demasiado. Esperaron unos momentos sin escuchar alguna respuesta. Cada segundo transcurrido, era una tortura para Jaime. Las ansias lo estaban comiendo vivo, sin olvidar que su estabilidad emocional estaba por estallar.

-¿Y si no está? –Demandó el castaño rechinando sus dientes-. ¿Y si sabía que vendríamos? –Recalcó su impaciencia-.

-Relájate. –Pidió Khaji apretando el timbre nuevamente-.

Volvieron a esperar algún tipo de respuesta, pero nuevamente fueron ignorados.

-Quizá no lo escuchó. –Hablo Jaime reintentando con el botón, esta vez acompañando su llamado con golpeteos a la puerta-.

-Jaime... -Llamó Khaji advirtiendo la creciente angustia en su amigo-.

-¡Ya voy! –Oyeron que alguien contestaba del otro lado de la puerta-.

-¡¿Oíste?! –Inquirió Jaime-. Alguien está dentro...

-Sí, sí oí...

Apresurado y emocionado, Jaime solicitó se les atendiera ya mismo, por lo que se desquitó con el timbre nuevamente.

-Jaime, relájate... -Ordenó Khaji suspirando ligeramente-.

-¡¿Por qué tarda tanto?! ¡¿Qué demonios hace?! –Exclamó Jaime repitiendo su hazaña con el timbre, golpeteando la puerta mientras aspiraba aire para pronunciar un nombre-.

Pero su impulso fue detenido cuando se escucharon las cerraduras abrirse y una voz saludarlos.

-Buenas noches. –Un hombre sin camisa ni zapatos, escurriendo por todas partes, saludó apresurado, casi jadeante-.

Jaime se petrificó al verlo. Quiso sólo tomarlo del cuello y preguntar por Bart, pero la intervención de Khaji lo detuvo como un muro.

-Hola, señor Rayner. –Khaji saludó en tanto mostraba la dichosa placa-. Soy el detective Reach y él es mi compañero, el detective Blue. –Presentó a ambos develando una amena sonrisa en su rostro mientras comprobaba que el sujeto frente a ellos correspondía a su acervo de imágenes mentales-.

-S-sí... -Musitó Kyle frunciendo el ceño, todavía respirando veloz y profundamente-. Mucho gusto...

Jaime lo miró ansiosamente mientras copiaba el saludo de Khaji; le dedicó solamente un movimiento de cabeza, muy corto para no perderlo de vista. Con tan sólo encuadrarlo en sus ojos, un sentimiento asfixiante lo invadía sobremanera. No sabría explicarlo, pero algo en su fachada le hacía desconfiar. De algo estuvo seguro en esos instantes, y era que ese tal Kyle no le agradaba absolutamente nada.

-¿En qué puedo ayudarlos? –Inquirió el hombre mientras salía del departamento dejando entreabierta la puerta, mostrando sus pies descalzos y su cuerpo mojado-. Disculpen mi apariencia, pero estaba bañándome con mi esposa. –Añadió afablemente, postrándose a propósito ante ellos con la intención de evitarles las miradas hacia el interior del apartamento-. No llegaron en un momento muy apropiado, pero ¿en qué puedo ayudarlos? –Agregó sonriente-.

No obstante, algo en aquella cordial actitud encendió la impaciencia en Jaime. Por supuesto, a petición de Khaji, no iba a descontrolar la situación, pues mientras no se asegurara del bienestar de Bart, no actuaría arriesgándolo. Mejor concentró toda su incertidumbre en sus puños apretados.

-Lamentamos molestar, pero estamos en medio de una investigación... -Continuó Khaji interponiéndose entre el hombre y Jaime-.

-S-sí... entiendo... -Musitó Kyle cruzándose de brazos-.

-Tratamos de localizar a una persona. –Habló Khaji mostrando la pantalla de su teléfono-. ¿Conoce a este muchacho? –Demandó mostrando una fotografía del pelirrojo-.

Kyle miró la foto permaneciendo tranquilo, repasando fingidamente cada uno de los rasgos aparecidos en la imagen.

-N-no... Lo siento, nunca lo había visto. –Respondió infamemente-.

Su respuesta calentó la sangre de Jaime. Dentro de poco perdería el control."¡¿Cómo se atreve a negarlo?!" Se preguntó el castaño para sus interiores. "¡Está mintiendo! ¡Maldito mentiroso!"

-¿Está seguro? Mírelo bien. –Insistió Khaji-. Se llama Bartholomew Henry Allen, tiene veinte años y desapareció hace casi tres días del Hospital General de ciudad Sunset. –Completó para sorpresa de Jaime, quien se preguntaba seriamente si esos datos eran reales-.

Kyle volvió a mirar la fotografía, pero no tardó más de un segundo en reiterar su negación. Jaime sintió un escalofrió concentrarse en sus entrañas. Esa revelación casi lo hace explotar.

-¿No? Dígame, señor Rayner, ¿no estuvo usted en Sunset hace unos días? –Interrogó Khaji presintiendo la ira de su amigo-.

-Sí. Estuve ahí por negocios. –Respondió Kyle suspirando-.

-Y usted trabaja para Green Lanterns Publicity, ¿cierto?

-Así es... -Contestó mientras su rostro tornaba a uno más serio y molesto-.

-¿Tiene alguna idea de por qué su compañía pagó por los gastos hospitalarios del joven Allen?

Pero esta vez, Kyle ya no respondió. Agachó su rostro, más no su mirada. Bufó como si esa exhalación le diera algunos segundos para pensar.

-¿Señor Rayner? –Preguntó Khaji de forma cortante-.

Asunto que a Jaime lo estaba volviendo loco. No comprendía la razón para preguntar sobre algo que ya sabían. Sólo alargaban lo inevitable. No tenían por qué esperar de más.

-¿Se me acusa de algo? -Inquirió Kyle con un tono seco en su voz-.

La reacción en el ojiverde pareció mostrar su contradicción. En el instante de revelar aquella mueca incierta, Jaime comprendió toda esa palabrería. Khaji quería hacerlo confesar.

-No, señor, sólo queremos información sobre el muchacho.

Pasaron otros segundos antes de oírlo hablar nuevamente.

-¿Y se puede saber, cómo es que este asunto me involucra...? –Demandó colocando su mano sobre el pomo de su puerta-.

-Hay evidencia que lo señala a usted como la última persona que Bart vio y con la última que habló. Al parecer compartió con usted información bastante comprometedora.

-¿Qué? ¿Y cómo puede ser eso posible si él se la pasó durmiendo todo el tiempo?

Por algunos instantes, el ojiverde no pareció darse cuenta de lo que había dicho, no hasta que Khaji frunció el ceño y Jaime se le adelantó para tomar las riendas de la situación. Fue entonces que Kyle entendió su error y apretó sus labios mientras posaba su mano sobre el pomo de su puerta. Su postura avecinaba la huida prominente. Sin embargo, la tórrida voz de Jaime lo detuvo poniéndolo en alerta.

-¡Deja de mentir! ¡¿Dónde está Bart?! –Le exigió levantando sus manos listo para empujarlo-.

-¡Jaime! –Khaji alzó su voz queriendo mesurar la energía de su amigo-.

-¿Jaime? –Repitió Kyle permaneciendo anonadado, deteniendo al castaño, quien se paralizó al escuchar su nombre-. ¿Tú eres Jaime? –Inquirió rechinando sus dientes, mostrando un gesto repleto de ira y fastidio-.

Ambos muchachos no comprendieron aquel comentario, pero ya nada les iba a bloquear sus intenciones. Si aquel sujeto sabía de Jaime, era porque Bart le había contado. Ya no quedaban dudas, el pelirrojo estaba en aquel lugar.

-¡Responde! –Reclamó Jaime dando un paso, proyectándose para atravesar la puerta-.

-¡Ustedes no son policías! –Exclamó Kyle manoteando para golpear el brazo de Jaime-. ¡¿Quién demonios son ustedes?!

-¡Eso no te importa! ¡¿Dónde está Bart?! –Le gritó en el instante de insistir con querer entrar-.

Pero Kyle se lo impidió soltándole un puñetazo en pleno rostro, el cual lo hizo retroceder hasta hacerlo golpearse contra la pared de enfrente.

-Jaime... –Khaji le llamó preocupado por el arrebato-.

Esa pequeña distracción fue aprovechada por el ojiverde, quien intentó ingresar a su apartamento. Estuvo a punto de cerrar la puerta si no es porque Khaji se abalanzó tacleando la puerta. El impulso obligó a Kyle a retroceder. Con la entrada descuidada, el amigo de Jaime no hizo más que atravesarla y comenzar a escudriñar la habitación obscura.

-¡¿Qué hacen?! ¡Fuera de mi casa! –Gritó Kyle restableciéndose, poniéndose en guardia para arremeter contra Khaji-.

No obstante, toda su inercia se vio agraviada por Jaime, cuya furia lo inspiró a no mesurar su fuerza para lanzarse sobre el ojiverde y reventarlo a puñetazos. Su embiste los llevó al suelo, donde ninguno se fue limpio en los primeros segundos de batalla. Khaji lo miró y en un primer instante no supo cómo reaccionar.

-¡¿Qué haces?! ¡Ve a buscarlo! –Ordenó Jaime en tanto luchaba con Kyle, quien ciertamente no peleaba mal y se defendía con ataques violentos-.

Khaji tartamudeó, pero supo que Jaime controlaría la situación, así que no perdió el tiempo y se proyectó al interior de la casa.

-¡BAAAAAAAAAAAAAAAART! –Jaime rompió el ritmo de aquella querella con su llamado desesperado-.

"¿Jaime...?" Se dijo el pelirrojo todavía hundido en su aturdimiento, escuchando cierto ajetreo fuera de esa habitación, pero nada que pudiera adjudicar a un correcto análisis de la realidad. Se hallaba de verdad aletargado y mareado por aquel golpe, sin mencionar el dolor que ya comenzaba a invadirlo por todas partes. No contaba los santiamenes que habían pasado a su alrededor, sólo el agua fría sobre su cara le impedía desmayarse por completo.

-¡BAAAAAAAAAAAAAAAAART! –Volvió Jaime a gritar con todas sus fuerzas-.

"¿Estoy soñando?" Repensó el ojiámbar levantado sus pestañas. "Si... es él... Él fue quien tocó el timbre... Vino a buscarme... ¡Es Jaime! ¡Jaime!" Reflexionó mientras sus ojos se inundaban sobremanera. "¡No puedo estar soñando, no quiero soñar; por favor, que sea él, que sea él...! ¡Jaimeeeeeeeeeeeeee!" Llamó mientras sus cuerdas vocales gemían hasta hacerle doler la garganta. "¡Tiene que ser él! ¡Sé que es él!" Imploró retorciéndose, jalando sus muñecas para soltarse de su amarre. El llanto no paraba, así tampoco su inspiración desesperada por liberarse y exponer sus gritos. La ansiedad y el terror por no hacerse escuchar lo invadieron sofocándolo, lastimándolo con pausas para pensar en Jaime y retomar su pelea con aquella cinta que lo sujetaba y lo amordazaba.

-¡Cállate! –Exclamó Kyle peleando con sus codos, provocando un sangrado pronunciado en la nariz de Jaime-.

-¡¿Dónde está Bart?! ¡¿Qué le hiciste?! –Le demandó agresivamente-. ¡BAAAAAA...!

Quiso gritar otra vez, lo que ciertamente le costó muy caro al castaño, pues Kyle no desperdició el momento y lo interrumpió quitándolo de encima con un golpe directo a la mandíbula. El embiste sacó a Jaime del perímetro, permitiéndole a Kyle levantarse y buscar algo que lo ayudara a detener al intruso.

Por su cuenta, Khaji ingresó a una primera habitación encontrándola vacía. Buscó en el armario y en el baño particular, pero no halló nada. Salió y se dirigió rápidamente a la otra habitación del pasillo. Lo primero que vio fue una cama desarreglada y medicamentos en una cómoda. No pudo ignorar las corbatas atadas a la cama y aquellas que adornaban el suelo. Miró velozmente una silla que resguardaba una bata de hospital, así como vendajes usados en el cesto de basura. Frunció el ceño buscando en el resto de la habitación, así también en el armario y en cada rincón. Maldijo una vez que no halló nada. Salió entonces decepcionado, replegándose a la estancia, dispuesto a buscar en el resto de las puertas del lugar, no obstante, al posar su mirada en el encuentro que Jaime y Kyle desataban, sintió su respiración paralizarse en tanto corría inercialmente para detener el ataque desleal del ojiverde, quien había alejado a su amigo y se dio el tiempo de tomar entre sus manos un jarrón decorativo.

-¡Jaime! –Gritó en un inútil intento para alertarlo-.

Pero fue muy tarde. El castaño sólo alcanzó a levantar la vista antes de recibir el impacto de la pieza de porcelana en su cabeza. El golpe lo desmayó de inmediato dejándolo vulnerable a otro ataque. No obstante, el llamado de Khaji advirtió a Kyle ahuyentándolo a un lado de la habitación.

-¡Jaime! –Le llamó llegando a su lado, tomándolo en brazos mientras observaba la sangre escurrirse entre los mechones de cabello-. ¡Jaime, despierta, Jaime! –Habló al tiempo de pensar en cientos de caminos para sacar al muchacho de aquel lugar, distrayéndose de lo que Kyle buscaba desesperado en uno de los cajones de una cómoda-. ¡Jaime! –Le gritó en tanto le revisaba el pulso-. ¡Jai...!

-¡Salgan de mi casa! –Kyle interrumpió alzando un arma delante de él, muy real ante la vista de Khaji, quien la deslumbró perfectamente a través de la parcial obscuridad-.

Khaji detuvo cualquier réplica o movimiento. Levantó sus manos dejando a Jaime en el piso, mostrándose en completa rendición.

-¡Salgan o llamaré a la verdadera policía!

-Oye, cálmate... -Musitó Khaji perfilando su mirada-.

-¡Cállate y sólo lárguense! ¡Están invadiendo propiedad privada! ¡No me costará nada dispararles! ¡Se metieron bajo identidades falsas y me atacaron! ¡Sólo me estoy defendiendo!

-Escucha...

-¡No escucharé! ¡Lárguense! –Ordenó amenazando, apuntando al propio Jaime, quien todavía no se movía-.

A Khaji se le fue el aliento. Frunció el ceño pasando saliva rasposamente.

-¡LARGO! –Gritó retrayendo el martillo del arma-.

-¡Está bien! –Respondió Khaji súbito, firme, pero cuidadoso-. Sólo baja el arma... Ya nos vamos...

Kyle bufaba iracundo, las venas se saltaban de su frente, temblaba mientras sus brazos aguerridos sostenían la obscura arma metálica.

Khaji jadeaba disimuladamente mientras trataba de apaciguar el estrés. No le quitaba la vista al sujeto amenazante, pero tampoco descuidó a Jaime, a quien cargó para sacarlo de ahí. Lo acomodó para que no se lastimara el cuello o la lesión que no paraba de sangrar. Khaji respiraba lento, amortiguando la tensión en el ambiente.

-¡No regresen! ¡Bart es muy feliz aquí y no quiere ver a Jaime! –Anunció Kyle mientras avanzaba para presionar a los invasores para salir-.

El amigo de Jaime retrocedía sin darle la espalda. Avanzaba a ciegas hacia la puerta. No bajaba su mirada, no perdía su atención de aquella arma que todavía los tenía como blancos, así tampoco, ignoraba aquel sonido del agua saliendo de la regadera. Entonces comprendió que Bart yacía en esa última habitación que no revisó.

-¡Si vuelven, juro que los mataré! –Desafió expulsando su rabia con aquellas palabras-.

Khaji rechinó sus dientes, aún retrocediendo para encontrar la puerta, dejando un rastro perpetuo con la sangre de Jaime. Kyle continuó con su última estocada. Los amedrentó hasta sacarlos de la casa. Una vez con ellos del otro lado del límite, les cerró la puerta en la cara. Puso seguros a la entrada, aventó el arma en el sofá y se regresó corriendo al baño.

Khaji decidió ya no perder el tiempo. Al tener a Kyle fuera de vista, se apresuró a abandonar el edificio ayudándose de las escaleras de incendios. Llamó a Jaime durante todo el recorrido, pero no obtuvo señal de su consciencia. Lo subió al auto y le puso el cinturón de seguridad. Maldiciendo algunas veces, Khaji encendió el auto y velozmente se perdió en la lobreguez de la calle.

"¡Jaime!" Siguió Bart llamándolo, rogando verlo, rezando para que su anhelado amigo y único amor entrara por esa puerta y lo liberara. Sin embargo, al atender voces y luego un estruendo que apagó aquel ajetreo, se preocupó sobremanera al ser víctima de la incertidumbre.

Escuchó la cerradura girarse y levantó esperanzado la vista. Sus ojos acuosos e hinchados se iluminaron por algunos segundos aguardando ver la imagen de su salvador, pero no tuvo más opción que decaer en el infierno al mirar a Kyle entrar. El dolor terminó por invadir su alma, provocándole un decaimiento cercano a un desvanecimiento. La poca fuerza que todavía poseía, sólo le permitió soltar el llanto mientras la decepción lo ahogaba.

-No, no llores, Bart... -Pidió Kyle acercándose al muchacho, arrodillándose a un lado, posando la mano sobre su cabello mojado-. No pasa nada... Nadie va a alejarte de mí... tranquilo... -Habló enredando en sus dedos los mechones pelirrojos-.

Al sentirlo, Bart incrementó su desahogo agachando su cara. Se sintió terrible al pensar que todo había sido un sueño estúpido, que sólo había sido su imaginación el haber escuchado a Jaime, que él jamás lo encontraría y que nunca volvería a verlo. Todo aquello lo destruyó en segundos, lo decepcionó haciéndolo percibirse tan solitario y olvidado.

-No te preocupes, Wally, no dejaré que nos separen. Ya no. –Anunció llevando ambas manos a la cara del muchacho, obligándolo a levantarla y mirarlo de frente-. Haré lo que sea para que seamos felices... -Dijo antes de inclinarse y besar a Bart por encima de la cinta-. Yo te protegeré. –Exclamó mientras peinaba el cabello del ojiámbar-. Por lo pronto, necesitamos salir de aquí. No quiero más gente impertinente que amenace nuestra felicidad. –Dijo en tanto sus dedos acariciaban las mejillas de Bart-. ¡Y sabes qué..., creo saber a dónde ir! ¡Es una muy buena oportunidad para visitar a mis padres! ¡Hace años que no voy a su fiesta de aniversario! ¡Fue una linda coincidencia que Wally me hablara para recordarme! ¡La fiesta es mañana, así que hay que partir de inmediato! Serán unas vacaciones para ti. Así podrás descansar y en su casa, nadie nos encontrará. –Dijo bajando su izquierda, deslizándola al pecho del chico-. ¡Dios, estás helado! –Expresó sonriendo-. Bueno, ya que estamos aquí, ¿por qué no nos bañamos juntos? –Propuso justo antes de comenzar a desabrochar la camisa que malamente portaba Bart-.

El menor ya no quiso saber nada. Ni siquiera dedicó una mirada de odio o desaprobación, sus ojos se fijaron en un punto perdiéndose entre su miseria y demanda de piedad escondidas en su llanto. En esos instantes, ya nada le importaba, sólo su sollozo indicaba que aún estaba vivo.

El humo de su cigarro se disipaba en el frío de la noche. Realmente no se inquietó por dejar salir el calor de la habitación a través de la ventana que mantenía abierta para poder fumar. Ya era su décimo primero cigarro en menos de un ahora y Jaime aún no se dignaba a despertar.

-Demonios... -Expresó Khaji dando una bocanada a su vicio-. Seguramente cuando lo sepas, vas a querer asesinarme... -Musitó aventando la colilla hacia la calle...

"¡Rayos, hubiera preferido que te rompieran el corazón...!" Pensó cabizbajo en tanto cerraba la ventana y se acercaba a Jaime para cubrirlo con las mantas.

-Ahora todo se complicó... -Murmuró sentándose en la única silla que aquel cuarto de hotel barato tenía en su interior-. Y más le vale a Bart que realmente te ame, porque no nos estamos arriesgando por nada, ¿o sí? Y si no, voy a desquitarme muy feo con alguien... -Concluyó suspirando, cerrando sus ojos para descansarse un poco-.

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top