Capítulo 21

Arribaron al edificio indicado. Jaime pasaba saliva percibiendo su nerviosismo y emoción. El mal presentimiento aún lo invadía, pero también la ilusión y la esperanza de ver a Bart nuevamente.

-Vamos hasta el antepenúltimo piso. –Anunció Khaji palmeando el hombro de Jaime-.

-¿De verdad vive aquí? –Inquirió el castaño levantando la mirada, embelesándose por la imponente altura y las luces finales que se perdían en el firmamento nocturno-.

-Sí, aquí vive. Pero no dejes que su opulencia te intimide. –Expresó Khaji socarronamente-.

-¿De qué hablas? ¡Los tipos ricos no me intimidan, no importa cuánto dinero tengan! –Respondió frunciendo el ceño, sacudiéndose la cara, tomando el liderazgo para avanzar hacia la entrada-.

-Si tú lo dices... -Murmuró Khaji avanzando tras Jaime-.

Entraron a la recepción donde una señorita los saludó con una sonrisa afable. Jaime dudó en avanzar en cuanto vio la seguridad del edificio, pues no sólo una recepcionista se hallaba frente a ellos, sino dos guardias a los costados de los elevadores.

-Tranquilo, sólo déjame hablar a mí. –Musitó Khaji tomando la delantera-.

-Estoy tranquilo.

-Seguro. –Acotó sonriente-. ¡Buenas noches! –Saludó el más alto tomando algo de su chaqueta, mostrándolo a la mujer quien no supo cómo reaccionar en cuanto vio la placa policiaca que Khaji sostenía-. Soy el detective Reach y él es mi compañero, Blue. Estamos aquí por una investigación, así que si no le importa, subiremos a ver al señor Rayner.

"¡¿Qué demonios?!" Se expresó Jaime sin demostrar su sorpresa. "¡¿Es policía?! ¡¿Khaji es policía?! ¡Por Dios!"

-Cla-claro. Si me permite, le comunicaré al señor Rayner. –Habló la mujer tomando el teléfono sobre su escritorio-.

-De hecho, ésta es una investigación muy seria. –Añadió colocando su mano sobre el aparato-. Preferiría que no hubiera intervención de ningún tipo.

-Pe-pero... -Tartamudeó la dama-.

-No querrá que se le acuse de obstrucción, ¿verdad? –Amenazó Khaji mostrando su sonrisa-.

-N-no, claro que no... Pasen. –Indicó la mujer avisando a los guardias con un ademán-.

Khaji asintió retomando la caminata. Jaime sólo saludó con un movimiento de cabeza mientras alcanzaba al mayor en dirección de los elevadores. Abordaron uno y se dispusieron a subir.

-¿Qué rayos fue eso? –Inquirió Jaime entre dientes apenas se cerraron las puertas metálicas-.

-¿Qué cosa?

-¡Sabes a lo que me refiero! ¡¿Eres policía?! –Le interrogó sumamente atónito-. ¡¿Todo este tiempo fuiste uno?! ¡Rayos! ¡¿Cómo no me di cuenta?!

-Relájate. No soy policía. –Respondió arreglándose la chaqueta-. Es sólo para abrirnos paso.

-¡¿Qué?! ¡Pero...! ¡¿Y la placa?! ¡¿Y esos nombres?!

-¿Tú qué crees? –Respondió sarcástico, levantando su mirada, observando los números iluminados de los pisos que dejaban atrás-.

-¿Es... es... falsa? –Demandó Jaime mostrando una mueca repleta de confusión-.

-No. Es de verdad.

-¡¿De verdad?! ¡¿Pero entonces?!

-Maté a un policía y se la robé.

-¡¿Qué?!

-Es broma. –Contestó Khaji riendo maliciosamente-. La compré. Son muy fáciles de conseguir. Y los nombres son para despistar. No querrás que después te localicen por decir tu nombre verdadero, ¿o sí?

-Pu-pues... ¿Qué vamos a hacer que implica mentir sobre nuestra identidad?

-Nada, pero es mejor no atraernos problemas innecesarios ni dejar cabos sueltos...

-¿Cabos sueltos?

-Sólo haz lo que te digo... -Exclamó dando por terminado el tema-.

Jaime apuntó a fruncir el ceño, obedecer y tratar de dilucidar las palabras de Khaji. Todo mientras un escalofrío lo invadía empujándolo a pensar si debía creer lo dicho o sólo echarlo en el saco de las bromas. Mejor apartó su cara y retomó las cavilaciones que le concedían un poco de mesura al imaginar lo que encontraría en el apartamento de ese tal Kyle Rayner.

Desde que Khaji compartió lo que había averiguado, no paró de pensar en Bart y en su bienestar. Le preocupaba hasta la médula el verlo bien, el saberlo a salvo y en buenas manos. No podía dejar de lado la idea de su estado físico y sobre todo su estado emocional. Le fue inevitable no recordar aquellas noches en las que el pelirrojo despertaba gritando a causa de sus pesadillas. Esas memorias lo estaban carcomiendo y sólo lo hacían llorar. En su comprensión, Jaime albergaba la idea de ver a Bart sufriendo por su mala experiencia y eso lo hacía desfallecer. En ningún momento pensó ni creyó en las conclusiones de Khaji. Jaime estaba convencido que algo malo le había ocurrido y por ello no había vuelto. Jamás entraron a su temple aquellas maldiciones donde Bart había decidido irse. Eso nunca lo aceptaría. "Voy por ti." Se dijo mientras lo segundos en el elevador se volvían eternidades.

-Bart... -Murmuró sin querer-.

"Jaime." Llamó Bart en sus sueños, percibiendo como su cuerpo paulatinamente comenzaba a responder a los estímulos externos. Escuchaba algunos murmullos y también una voz clara y desafortunadamente conocida. "Kyle." Pensó al reconocer al portador.

Despertó levantando sus pestañas, observando el cielo obscuro atravesando los vidrios de la ventana frente a sí. La única fuente de luz provenía de la misma ciudad que se reflejaba en el panorama. Tardó un par de segundos en comprender lo que estaba pasando. Recordó su extraña y desafortunada situación muy a pesar de la debilidad y dolor que todavía lo postraban en aquel lecho desconocido.

Viró su vista recopilando información del entorno. Se halló solo en la habitación con las luces apagadas, descubriendo que no llevaba la mordaza, pero sus manos todavía yacían atadas, aunque ya no a la cama, sino por el frente y con sólo un par de corbatas.

-¿En serio? ¿Mañana? ¡Increíble que ya pasó tanto tiempo! –Escuchó Bart una voz desde el otro lado de la puerta-.

"Es Kyle." Se dijo para sí. "¿Con quién habla?" Se preguntó mientras intentaba afinar sus sentidos para terminar de despertar.

-Me gustaría estar ahí, pero tengo algunos asuntos que resolver y no creo poder llegar... -Kyle hablaba sin inhibiciones-. ¡Claro que me encantaría verte! ¡Hace años que no te veo!

"¿Está hablando por teléfono?" Concluyó Bart en tanto se movía y probaba su resistencia. "¿Quién será?"

-¡Yo también te extraño, Wally, pero te juro que no puedo ir...!

"¡¿Wally?!" Exclamó apoyando su codo para sentarse, arrepintiéndose un poco al percibir el punzante dolor en su costado. Se recostó olvidándose un instante de lo que pudiese estar haciendo Kyle, así que respiró y volvió a intentarlo. Se apoyó nuevamente, apretando los dientes para no sucumbir otra vez. Logró sentarse mientras soportaba la molestia en su costado.

Esperó hasta acostumbrarse al dolor. Luego respiró nuevamente para bajar sus piernas, descubriéndolas de las mantas y enterándose de su semi desnudez. Se tocó el pecho dándose cuenta que llevaba la camisola, pero no pantalones. Suspiró contrariado, pensando en las cientos de posibilidades que sus prontas decisiones podrían acarrearle. "Tengo que salir de aquí, tengo que salir de aquí, tengo que salir de aquí." La idea aterrizó en su cabeza en cuanto vio la oportunidad de liberarse ante la ausencia de Kyle.

"Tengo que salir de aquí, ya no importa cómo. Sólo debo salir. Ya no puedo seguir aquí." Se dijo bajando su mirada, observando el nudo en sus muñecas. "No, no importa el cómo. Este tipo está loco." Expresó llevando sus ataduras a la boca, buscando cómo desatarlas usando sus dientes.

"¡¿Qué pasa?! ¡¿Por qué están tan apretadas?!" Se inquirió al darse cuenta que desatarse no resultaba tan fácil. "¿Qué sucede? ¡Vamos! ¡Más rápido! ¡No, no te desesperes o no lo lograrás! No debo desperdiciar el tiempo en perder la calma. Aún debo pensar en cómo contactar a Jaime. Ése será un problema. No conozco su número, ni ningún otro a quién pedir ayuda, pero está bien, primero lo primero y eso es dejar este maldito lugar." Añadió a sus cavilaciones que permanecían con cierto grado de confusión debido a los medicamentos, así también su cuerpo que fluctuaba y temblaba mientras luchaba con la terrible sensación vertiginosa.

Quiso mantenerse ecuánime, pero las cuerdas que no cedían comenzaron a exasperarlo. Su respiración inició un ritmo acelerado, igual que su corazón que no sólo se perturbaba por la angustia, sino por el tiempo que estaba acortándose antes de ser descubierto por Kyle. "No, no te rindas. ¡Concéntrate! ¡Tengo que volver con Jaime! Me está esperando. Él me espera." Se dijo siendo incapaz de detener su llanto problemático naciente de su impaciencia e impotencia, pues las corbatas no lo liberaban, el nudo no accedía. No podía liberarse. Y eso estaba asustándolo.

-Jaime... -Murmuró intentando un jalón con sus dientes, provocándose una pequeña herida en el labio que lo hizo enojar-.

Siendo ese último movimiento lo que terminó por someterlo a una fatalista rendición. "¡Jaime!" Llamó para sus interiores, hundiendo su rostro entre sus manos atadas. "¡¿Por qué soy tan imbécil?! ¡Jaime, lo siento! ¡Soy un torpe que no puede salvarse a sí mismo! ¡Lo siento! ¡Perdóname! ¡No quise dejarte, te lo juro! ¡Sólo quiero estar contigo! ¡Jaime! ¡Jaime, quiero verte!" Se lamentó acrecentando su pena, doblándose con intenciones de mitigar el dolor. "¡¿Qué puedo hacer?! ¡¿Qué puedo hacer para regresar contigo?! ¡Soy un estúpido! ¡Ni siquiera sé dónde estoy, ni siquiera sé dónde estás, no sé dónde buscarte! ¡¿Qué voy a hacer?!" Se interrogó recordando todas y cada una de las causas a sus desgracias.

Cuando Prime lo secuestró llevándolo a aquella construcción, habían viajado durante horas y llevaba los ojos vendados; en realidad no sabía dónde había pasado el último mes. Y nunca se le ocurrió preguntarle a Jaime, mucho menos a Khaji. De verdad se sintió estúpido. Apretó los labios afligiéndose, sollozando incluso más fuerte.

"No sé realmente nada de ti, ¿o sí?" Se inquirió venciéndose a la desesperanza. "No conozco tu número, ni tu dirección, tampoco sé dónde trabajas. ¡Soy la persona más estúpida que haya pisado este planeta! ¡Me concentré tanto en lo bien que la estaba pasando que no me fije en los detalles! ¡Merezco cada una de estas tonterías! ¡Jaime, lo siento! ¡Lo lamento tanto! ¡¿Cómo voy a encontrarte si no sé dónde buscarte?! ¡Jaime!" Llamó incrustándose todavía más en su letárgico malestar.

"-¿Tienes frío?" Recordó una simple conversación con el moreno. Un día común, uno de los muchos simples y bonitos que pasó junto a él. Uno en el que el Sol se ocultó tras toneladas de nubes furiosas e impacientes por descargar sus aguas atroces. Uno donde la temperatura no les dio tregua y descendió castigándolos con heladas impiadosas.

-Bart, ¿tienes frío? –Le inquirió Jaime en cuanto entró a la habitación, viendo entre risitas cómo el pelirrojo se abrazaba a sí mismo envolviéndose entre las mantas-.

-¿Quién? ¿Yo? N-no. Para nada. –Respondió entre chasquidos dentales-.

-La calefacción no es muy buena en este apartamento, yo lo sé, así que no mientas.

-No miento. Estoy bien. –Replicó sonriendo-.

-¿Quieres otra manta? –Preguntó acercándose con una taza de café caliente en la mano-.

-N-no, estoy bien.

-Que no te de vergüenza pedirme las cosas, Bart. Si algo no te gusta, dímelo. –Habló extendiéndole la bebida-. Toma, te preparé algo calentito.

-Gra-gracias... -Agradeció sacando un brazo de su refugio, metiéndolo enseguida debido a lo frío del exterior-.

Jaime sonrió dándose cuenta de lo delicado que era el menor en cuanto al clima.

-Ya sé... -Exclamó posando la taza sobre el librero, quitándose a continuación la sudadera que portaba-. Ten, póntela... -Le indicó al ojiámbar entregándole la prenda-.

-¿Qué? Pero... Estoy bien y...

-No hagas dramas y póntela. Estarás abrigado y es cómoda. –Anunció insistiendo con la sudadera-.

-Pe-pero... ¿y tú? –Inquirió recibiendo la ropa-.

-Iré a buscar otra cosa. Tengo varias. Tú usa ésta. Es la más abrigadora que tengo. Te gustará. Además el color va contigo. Combina con tus ojos. –Señaló sonrojándose-.

Provocando la misma reacción en Bart, quien bajó su vista admirando el llamativo color amarillo de la tela. Se sonrió tímidamente en cuanto la extendió para observarla mejor, dándose cuenta del estampado en ella."

"Universidad del Este." Recordó haber leído aquella leyenda en la sudadera. "Ahí estudia." Se dijo Bart paralizando por instantes su respiración. "Es la única de la región. Él estudia en alguna de sus facultades.... ¡Cierto! ¡Está en un proyecto sobre... sobre...! ¡Vamos, Bart, no puedes ser tan estúpido! ¡Piensa! Él... él..." Sus cavilaciones le permitieron detener el llanto. En esos instantes, se sintió ilusionado nuevamente sólo por el hecho de saber algo que construía la esencia de Jaime. Algo que pudiera conectarlo con él y no le cerrara todas las puertas. "Él estudia en... en... en..."

-La facultad de ingenierías... -Se susurró estoico, pareciendo iluminado por la respuesta, irguiendo su cuerpo y levantando los hombros-.

"Sé dónde puede estar, sólo debo conseguir la dirección e ir a buscarlo a ese lugar. Él estará ahí. ¡Ahí lo encontraré!" Se dijo relajando su cuerpo, liberándolo de la tensión acumulada por su pesimista actitud. Se tomó unos segundos para respirar profundo y limpiarse las lágrimas. "Sí, sí puedo encontrarte. Sólo debo salir de aquí, ya no debo preocuparme por nada, sólo salir de aquí y regresar contigo." Se dijo retomando su mirada cargada de rencor hacia sus ataduras. Esta vez se empeñó fervientemente en arrancarse las cuerdas. No desistió, incluso lastimándose más los labios. Por su cabeza ya no cruzó otro objetivo que liberarse y hacer hasta lo imposible por volver a verlo.

Peleó lo necesario para aflojar los nudos y darse un poco de espacio entre la tela y su piel para sacar una de sus manos. Sólo así se deshizo del obstáculo. Cuando recuperó la libertad de movimiento, se alistó para ponerse de pie. Se sostuvo el costado con una de sus manos, mientras la otra se apoyaba en la cama para ayudarlo a levantarse. Apretó los dientes llevando su fuerza hacia sus piernas. Entonces, sin pensarlo, abandonó el lecho percibiendo decenas de calambres en su cuerpo. Se dio un par de segundos para asegurarse que podría sostener su lacerado cuerpo.

El mareo llegó, las náuseas también, sin mencionar la fatiga y el desequilibrio. Pero incluso así, Bart se mantuvo firme, dando un par de pasos confirmando que podría moverse por su cuenta. Tragó saliva aguantando su hiperventilación.

Con cada paso estaba sofocándose, pero sinceramente no le importó. En cuanto enfocó la empuñadora de la puerta, ya no se interesó en lo que fuera a pasar, sólo en atravesar la salida y alejarse lo más rápido que pudiera.

"Jaime..." Llamó para inspirarse, como si se tratara de un mantra para darse fuerza.

-Ya sé, pero será para la próxima... -Escuchó a Kyle todavía hablar por teléfono-. No sé. Pero tú tienes la culpa. Siempre quiero verte, pero te niegas a venir... -Anunció mientras soltaba una carcajada-.

Bart frunció el ceño, aspirando rabiosamente. Sujetó con más fuerza su costado y llevó su mano a la manija. Abrió la puerta lentamente en tanto la luz del exterior deslumbraba un poco su vista. Al tener un poco más de acceso al resto de la casa, observó el amplio lugar a medio iluminar. El apartamento era extenso con muebles lujosos e igual de minimalistas que aquellos de la recámara.

La única fuente de luz permanente en todo ese espacio parecía venir de la estancia. Lugar donde Bart vio a Kyle sentado en uno de los sofás, dándole la espalda a la habitación que lo retenía. Volvió a pasar saliva sintiendo sus piernas temblar. Entonces sólo jaló más la puerta para darse espacio y salir por completo. Se esforzó sobremanera para caminar en perfecto silencio.

Teniendo su cuerpo afuera, dedicó sus sentidos a buscar la salida. No iba a negarlo, de verdad estaba asustado, pero su desesperación era más fuerte. Deseaba irse, apartarse de aquel desconocido demente, porque no iba a consentir más arrebatos impropios ni secuelas enfermizas a sus desplantes inquisitivos o pervertidos. No iba a quedarse a ser la entretención barata ni vulgar de nadie, nunca, jamás en su ya destruida vida, y menos de un tipo tan loco y desequilibrado como resultó ser Kyle. Todavía no concebía en su comprensión lo que ese sujeto le había hecho la noche anterior. Ahora las malditas memorias respecto a ese tema lo abordaban provocándole un terror profundo y una desagradable sensación humillante.

Mejor sacudió su cabeza retomando su funesta tarea. Reinició el arrastre de sus pies endebles, adelantando uno tras otro, cuidando no llamar la atención. Kyle continuaba proyectando su interés en aquella llamada, hecho que Bart agradecía infinitamente, pues así, no se percataba de su intento de fuga.

Entonces, se deslizó pegado a la pared, aprovechando su lento caminar para no descubrirse con algún ruido inoportuno. Levantó así su vista exasperado, escudriñando por la puerta principal. Viró en todas direcciones localizando dos entradas. Una más lejos que la otra. La primera en el fondo del corredor y la otra atravesando la estancia. Ambas puertas parecían ser la correcta, pero sólo una de ellas lo iba a sacar de ahí.

No se tomó mucho el tiempo en elegir. Se decidió por la segunda que vio, aun si implicaba un poco más de riesgo. Dejó entonces de suspirar y se dispuso a avanzar.

Su corazón latía tan fuerte que por momentos sintió que le dolía, pero ya no había vuelta atrás. "Jaime." Repetía dándose valor. La adrenalina que recorría sus venas, paulatinamente hacía retroceder al dolor, sin embargo, eso no significaba que su costado dejara de punzarle.

El tamaño del apartamento era ventajoso para Bart, pues así, Kyle no se percató en lo absoluto de sus movimientos. Éste permanecía distraído, atendiendo la conversación con ese tal Wally. Asunto que de verdad estaba ayudándolo. Fue entonces que de pronto, sólo algunos metros lo separaban de aquella puerta.

"Ya casi." Se dijo dando otro paso. "Me bastará con pedirle ayuda a cualquiera de las otras personas del edificio. Sé que me ayudarán si les explico lo que Kyle está haciéndome. ¡Sé que me ayudarán!" Pensaba mientras la distancia entre él y la puerta disminuía. "Me bastará con un directorio para saber la dirección de la universidad, luego sólo tomaré un taxi que me lleve hasta allá y todo estará solucionado. ¡Veré a Jaime otra vez y nos reiremos de esto más tarde! ¡Lo veré de nuevo! ¡Sí, lo veré y lo abrazaré disculpándome por mi torpeza! ¡Y le pediré inmediatamente su número! ¡Sí, eso haré! ¡Primero lo abrazaré y luego le insistiré con el número! ¡No, mejor primero lo abrazo y luego lo beso, ya después le pido el número! ¡Sé que se molestará por mis errores, pero sé que me perdonará si le explico! ¡Sí! ¡Él me perdonará!" No dejaba de pensar en tanto finalmente arribó a la periferia de la puerta. Detuvo entonces sus pensamientos. Extendió su brazo alcanzando el picaporte, advirtiendo su corazón salirse del pecho.

Giró la manija gradualmente, escuchando el ruidito característico de la cerradura y estirando el cuello para ver lo que le esperaba del otro lado. No obstante, sólo la obscuridad se desplegó frente a él.

-¿Un baño? –Se preguntó decayendo al instante-.

-Si buscas la salida, está del otro lado... -Oyó una voz a sus espaldas paralizándose por lo que eso significaba-. Quizá no la viste porque está detrás de aquella pared. No te preocupes, le pasa a todos los que vienen aquí... -Agregó acercándose lentamente a Bart, quien se aterró entre diminutas respiraciones que poco a poco comenzaron a sofocarlo-. Al menos veo que ya puedes caminar... -Dijo llegando a escasos pasos de distancia-.

Bart viró sobre sus talones revelando su mirada inundada en miedo. Vio a Kyle sosteniendo su teléfono, sonriéndole mientras lo guardaba en sus bolsillos.

-También me doy cuenta de que desataste tus manos. Eso está bien. –Añadió avanzando hacia el menor-.

-¡No te acerques! –Ordenó Bart arrinconándose junto al marco de la puerta-.

-No te alteres, Bart. Sólo quiero ayudarte y veo que mis métodos han funcionado. Dormiste todo el día y eso te sentó bastante bien, pero aun así, pienso que es mejor que regreses a la cama. Anda, ven.

-¡No! ¡Déjame! –Exclamó dando un par de pasos laterales-.

-No temas, sólo te llevaré a la recámara. Necesitas dormir un poco más. –Anunció levantando su mano con toda la intención de asir el brazo de Bart-.

-¡Dije que no me tocaras! –Gritó manoteando aquella mano mientras se echaba a correr evadiendo a Kyle, pensando en alcanzar lo más rápido posible la dichosa salida que no vio al principio-.

No obstante, justo al pasar junto a él, fue atajado de la ropa. El agarre fue tan violento que lo jaló hacia atrás derribándolo en cuestión de segundos. Bart cayó de costado lastimándose la delicada sutura, provocándole el cese a su respiración y la cesión de toda su voluntad.

-No hagas tonterías. –Dijo Kyle postrándose encima, sujetando las muñecas inercialmente-.

-¡NOOOOOOOO! –Gritó Bart lastimándose la garganta-. ¡NO ME TOQUES! ¡DÉJAME! –Alzó su voz disfrazando el terrible dolor que lo enajenaba-.

-Cálmate o te harás más daño.

-¡NOOOOOO! ¡NO! ¡DÉJAME! –Repetía Bart retorciéndose, luchando para que Kyle le soltara las manos-.

Resultando su pelea tan inútil ante la fuerza y control de aquel sujeto. Siendo el ojiverde quien tomara las riendas del asunto.

-Supongo que debemos aumentar la dosis para que duermas, ¿cierto? –Habló el mayor levantándose sin soltar las muñecas de Bart-.

-¡NOOOOOO! ¡NOOOOOOOOO! –Gritó encrespándose, arqueándose, enroscándose, tirando de sus brazos para hacerse liberar, volviéndose pesado y problemático para molestar a Kyle-.

-Bart, relájate o terminarás agotado.

-¡ESTÁS DEMENTE! ¡DÉJAME IR! ¡SUÉLTAME!

-Cálma...

Pero el timbre de la entrada los detuvo en seco. Se miraron milésimas de segundo comprendiendo lo que aquel sonido significaba.

Bart apretó sus labios antes de aspirar todo el aire que pudo para exhalarlo en un grito de ayuda, sin embargo, justo en el momento de querer desahogar su desesperación, Kyle frunció el ceño desatando su puño en la quijada desprotegida del menor. Lo sacudió con sólo un embiste dejándolo aturdido en menos de un santiamén.

El timbre insistió preocupando al ojiverde, quien no lo pensó dos veces antes de levantar al casi desmayado muchacho y arrastrarlo al baño que había descubierto recientemente. Bart balbuceaba en tanto su labio sangraba manchando la piyama. Aquel sonido chirriante volvió a sonar, esta vez acompañado con golpeteos en la puerta.

-¡Ya voy! –Gritó Kyle desde el cuarto de baño-.

Se esforzó rápidamente para cargar a Bart y meterlo a la bañera. Salió corriendo, dirigiéndose a un estante en la cocina. De uno de los cajones obtuvo una cinta adhesiva. Se devolvió agitado junto a Bart, a quien ató de manos envolviéndolas en aquel material pegajoso.

Se aseguró no sólo de inmovilizarle las extremidades, sino también el escape al usar más cinta para atorar aquellas muñecas a la tubería de la regadera. El timbre se escuchó otra vez apresurándolo. Tanto, que se desquició cubriendo exageradamente la boca del pelirrojo con aquella cinta. Luego, verificando que Bart ya no daría más problemas, abrió las llaves dejando pasar el agua. Y mientras se quitaba la camisa puesta y los zapatos, se mojó el cabello y el dorso.

Echó un último vistazo al ojiámbar que comenzaba a reaccionar con las gotas sobre su rostro.

-Permanece aquí, calladito, ¿sí? –Le indicó suspirando, aventando su camisa y saliendo del cuarto de baño-.

Cerró la puerta tras de sí y se dirigió a la entrada escurriendo sobre el suelo alfombrado.

El timbre y los golpeteos se pronunciaron una vez más, siendo interrumpidos por Kyle, quien abrió la puerta mostrando la más amable de sus sonrisas.

-Buenas noches. –Saludó a las dos personas paradas en el pasillo-.

-Hola, señor Rayner. –Khaji devolvió el gesto mostrando la dichosa placa-. Soy el detective Reach y él es mi compañero, el detective Blue. –Presentó a ambos sonriendo, verificando en su memoria aquel rostro concordante que tenía enfrente-.

-S-sí... -Musitó Kyle frunciendo el ceño, respirando, alejando cualquier comportamiento que delatara lo acontecido en su departamento-. Mucho gusto...

Jaime lo miró ansiosamente mientras asentía con la cabeza a modo de saludo. El sólo observarlo le provocaba un sentimiento asfixiante. No sabría explicarlo, pero algo en su fachada le hacía desconfiar. Ese tal Kyle no le agradaba absolutamente nada.

-¿En qué puedo ayudarlos? –Inquirió el ojiverde saliendo del apartamento, dejando entreabierta la puerta, mostrando sus pies descalzos y su cuerpo mojado-. Disculpen mi apariencia, pero estaba bañándome con mi esposa. –Añadió afablemente, postrándose a propósito ante ellos con la intención de evitarles las miradas hacia el interior del apartamento.

Jaime apretó sus puños mitigando su impaciencia en cuanto lo oyó hablar. Sin embargo, a petición de Khaji, no iba a descubrirse tan fácil, pues según sus palabras, era mejor llegar, preguntar e investigar para cubrir cualquier posibilidad, ya que no estaban seguros de la realidad que rodeaba las acciones del dichoso Rayner y las de Bart. Realidad que podría demostrar decenas de posibilidades. Y si una de ellas implicaba que Bart pudiera estar en problemas, no iban a arriesgarse a que él resultara herido.

Continuará...

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