Capítulo 22.- Ya puedo morirme.
Emily
Despues de un día movidito, por fin habíamos llegado al hotel. Al principio Dani se llevo a Bianca e incluso llegué a pensar mal, pero despues ella me contó todo y ahora estabamos las dos alegrandonos las vistas en el chiringuito.
En un momento de cansancio empiezo a pensar en la pelea que he tenido con la tal Deborah y como Jesús me ha sacado de todo eso. No se si lo ha hecho por mi o por su reputación pero las palabras con las que me lo ha explicado me han gustado mucho.
Desvío mi mirada hacia Bianca y puedo observar como se le van a salir los ojos cuando uno de los chicos que hay por aquí pasa por su lado, de verdad que esta chica es de lo que no hay.
Al momento gira su mirada hacia mi, bueno, concretamente hacia mi espalda, cuando voy a girarme escucho el sonido de la silla, que se encuentra a mi lado, moverse. Al girarme completamente veo que se trata de Jesús y se dispone a sentarse con nosotras.
-¿Qué hacen aquí las niñas más guapas de toda España entera?- nos dice muy sonriente. Yo ahora mismo estoy alucinando.
-¿Qué?- decimos las dos al unísono.
-Ustedes sois buenas niñas...Buena gente...Tengo un problema que seguro que comprendéis...- nos dice y entonces yo ya sé por donde quiere ir.
-¿Qué es lo que quieres Jesús?- le pregunto para que nos diga el porqué de tanto peloteo.
-Pues... veras...
-Jesús ve al grano, ¡ya!- dice Bianca empezando a estresarse.
-Mi hermano se ha ido con unos amigos... y pues yo no tenia ganas y me he quedado aquí pero he ido a la habitación y me he acordado que no tengo la llave y él dudo que venga temprano... ¿puedo quedarme en vuestra habitación?
Bianca y yo nos quedamos sin habla, ¿cómo no va a tener llave de su habitación?
-¿Y para qué le das la llave al simio sin cerebro de tu hermano?- pregunta Bianca tan tranquila.
-Pues cuando hemos ido a recepción él ha sido el que la ha cogido.
-Jesús, ¿tú te crees que somos tontas? Los hoteles siempre tienen una llave de repuesto y si no, la llave maestra de todas las puertas- hablo esta vez, haciendome la interesante.
-Emily, ¿tú crees que no he preguntado ya? Me han dicho que no, que al ser llaves de tarjeta la maestra se les ha estropeado y solo tienen una copia- nos explica con cara de corderito aún- ¿qué te crees? ¿Qué quiero estar en la misma habitación que tú? Porque no- termina de hablar.
-Yo que tu no tiraría por ese camino si no quieres dormir en la calle esta noche...- digo yo con superioridad.
-Y... ¿Qué piensas ponerte para dormir? La ropa la tienes en la otra habitación- dice Bianca para calmar las aguas.
-Es verano, yo duermo en calzoncillos- dice levantando los hombros en señal de no importarle dormir así con nosotras.
-¿Qué dices? No, no, yo te dejo un pijama mio, si eso estira y te está bien, a demás que te va a quedar de lujo- le digo un poco ruborizada.
-Si sé que te encantaría verme en calzoncillos- dice con cara de chulo.
-Pues sigue soñando...
-Bueno... ¿y qué haceis?- nos pregunta cambiando de tema.
-Alegrándonos las vistas, cuanto niñato hay suelto, madre mía- dice Bianca con una sonrisa de oreja a oreja.
Jesús se queda un poco pillado y hace una mueca con la boca de asco.
-Tu estas a todas horas mirando a las chicas y nadie te dice nada guapo- digo esperando su respuesta.
-No he dicho nada...
Yo me limito a rodar los ojos y a seguir mirando al frente.
-¡Emily! Mira aquellos de enfrente, no nos quitan ojo- me dice Bianca muy ilusionada y Jesús abre los ojos de par en par.
-Pues la verdad que no están nada mal- le digo sin quitar la vista de ellos.
-Chicas por Dios, que teneis novio, cortaros un poquito- ¿desde cuando le ha importado a este que tengamos novio?
-¿Y qué? No nos vamos a tapar los ojos, a saber lo que estan haciendo ellos en Ibiza...- habla Bianca- ni una llamadita si quiera.
-No te tienes que tapar los ojos pero ser más disimuladas sí.
-Jesús, acuestate- digo cortándole todo el rollo.
-De eso tengo ganas, de dormir, ¿nos vamos ya?- nos dice volviendo a poner la cara de niño bueno.
-No, ahora es el momento cumbre para las buenas vista, callate y coge palomitas.- habla Bianca.
-Pues yo me quiero ir ya, estoy cansado.
-Qué no, no seas pesado- digo esta vez yo.
-Pues dame las llaves y me voy yo.
-No que te tengo que dejar un pijama- responde mi amiga.
Cuando por fin se calla y pensamos que no va a volver a abrir la boca, otra vez más nos vuelve a decir de irnos y nosotras cansadas de él le hacemos caso y pegamos rumbo a la habitación.
Nos levantamos de las sillas y una vez que las dos estamos de pie esperamos al cavernícola mayor, este se pone en medio de las dos y pasa sus brazos por encima de Bianca y mía. ¿Qué mosca le ha picado a este hoy? No le hago caso y seguimos andando hasta llegar a nuestra habitación.
Saco la tarjeta del bolsillo trasero de mi pantalon y la meto en la ranura, cuando veo la lucecita verde la saco y abro la puerta para que podamos entrar.
Lo primero que hace Jesús es tirarse a la cama como si fuera toda suya pero por el rabillo del ojo veo a Bianca que va a atacar.
-¿Dónde prefieres dormir Jesús? En el suelo, en el sofá o en el balcón- dice mi amiga tan tranquila.
-¿La opción de la cama no existe?
-No cabemos los tres, a demás de que no pienso dormir contigo- vuelve a contraatacar mi amiga.
-Pero si es grande...
Mi amiga hace caso omiso y empieza a sacar los dos pijamas que se ha traído para el viaje.
-Jesús ¿cual prefieres?- le pregunto aguantandome la risa.
Al ver los pijamas de Bianca, Jesús se queda anonadado y empieza a quejarse.
-Yo eso no me lo pongo, ¡es de niña!
-¿Y qué? Si no te va a ver nadie, a demás, en calzoncillos no duermes por que no quiero- digo yo.
-Porque te pones tonta, si lo sabemos todos- dice mientras mueve las cejas seguidas veces.
-¿Ya empezamos Jesús?- le digo sin ganas de pelear- ponte ya el pijama y callaté.
Él, dejándome asombrada, me hace caso y se empieza a desvestir.
-¿Pero que haces? Vete al baño guarro- hablamos las dos.
-Si habeis visto a un monton de niños en bañados allí abajo, que más os da verme a mi en calzoncillos- se queja con un tono de voz divertido.
Cuando ya tiene el pijama puesto, nos damos las vuelta y vemos a un Jesús, no muy contento, con el pijama de Bianca puesto.
-¡Anda, si Bianca y tu teneis la misma talla!- digo sin parar de reirme- te queda de lujo, ceñido y todo- cada vez me río más.
-Anda que si esto lo vieran las fans, no se lo creerían- habla esta vez Bianca.
-De esto ni una palabra, como alguien se entere de esto ya puedo morirme de vergüenza- dice rojo como los tomates.
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Capítulo hecho por la menda lerenda (jdomsogni)
Esperamos que os guste mucho mucho.
Por cierto, ¿cómo llevais el curso?
Att: jdcuore & jdomsogni
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