Capítulo 19.- Pilladas.

Bianca

En estos momentos parecía correcaminos, y no era para menos. Restaban menos de diez minutos para llegar a la firma en la hora establecida, y todavía no habíamos llegado al hotel para dejar las cosas, Emily me miraba enfadada, como explotara íbamos a padecer uno de sus ataques de histeria, su irritación cada vez era más evidente, apretaba sus nudillos y gruñía como si fuese un perrito.

- No te preocupes – le dije suspirando intentándola tranquilizar- no vamos a llegar tarde, y aunque lo hagamos las fans lo entenderán...

- Si aquí, el mimado no hubiese liado uno de sus espectáculos porque le habían quitado su camiseta – susurró Emily, autocabreandose más, y eso era difícil.

- No soy un mimado – habló con retintín- si aquí el pringao supiese mis gustos...

- Lo eres – interveni yo- duermes con Teddy, estoy segura que hasta sigues tomando biberón – lo piqué riendo.

- El unico biberón que conozco es uno que está en mi cuerpo, y que te cito a probarlo cuando quieras- ¿me había lanzado un doble sentido? Su biberón era... ¿su cosita? Pues sí, era demasiado infantil, no conozco a nadie, que hable así de su... eso.

-No gracias – hablé con asco- no viste el anuncio de pezqueñines ¿no? – Jesús lanzo un vaya zasca que te ha dado, y de repente todo volvió a quedar en silencio.

Nos callamos como si no hubiese pasado nada, noté como Dani no quitaba sus ojos de mí, me iba a desgastar, una foto le duraba más, en otra ocasión lo hubiese comentado, pero ahora preferí callar, tal y como estaba el ambiente a la siguiente se podría formar la Tercera Guerra Mundial... otros dos que estaban demasiado "raros" eran Emily y Jesús, ha debido pasar algo en el tren para que estén pasando de matarse, mi amiga estaba cambiando mucho.

Llegamos corriendo hasta el hotel, dejamos las maletas en recepción y pusimos rumbo hasta la firma, afortunadamente solo estaba a unos cuantos metros del hotel, podriamos ir andando sino fuera porque miles de niñas pararían a los gemelos pidiéndole una fotografía. Nosotras íbamos justo delante de ellos, Emily me miró con los ojos llorosos y enarcó sus cejas...

Nos metimos en el centro comercial, nos repartieron unas tarjetas de acceso de personal, afortunadamente yo no tenía que subir al escenario y me podía quedar bicheando por fuera, o no, me podría quedar en el camerino espachurrada mientras miro mi móvil, o duermo, no sé, como vaya saliendo, mi yo interior sonrió al pensar en una cama, ahora mismo la veía como mi amante perfecto después de una jornada muy intensa.

Los gemelos se habían perdido, cosa que hizo irritarse a Emily, en el fondo creo que se están pitorreando de ella, si esto fuese una firma de ellos, no lo harían así.

-Necesito ir al servicio – le afirmé a Emily- ¿Dónde está el camerino? – justo después de hacer mis necesidades me tendería en el sofá, espero que sea cómodo.

-Segunda puerta a la izquierda – comentó como si fuese un robot- voy a ir subiendo al escenario, espero que los gemelos tarden poco – susurró triste, esta chica definitivamente era bipolar, lo mismo estaba pegándose con ellos, que lloraba por las esquinas.

Me puse en marcha a nuestro camerino, fui repitiendo constantemente la puerta que era, no me quería meter en algún sitio diferente, llegué hasta la segunda puerta y sonreí. Sin esperarme lo que había dentro, abrí el pomo y entré dispuesta dejándome lugar a una imagen que tardará en borrarse en mis retinas. Daniel estaba de espaldas, sin camiseta, y bajándose lentamente los pantalones, dejando ver unos calzoncillos de muñequitos. Su cuerpo era perfecto, me quedé embobada mirándolo sin creer como podía ser tan adonis. Está tan bueno, su culo era muy apretado, su dorso musculado, sin camiseta se notaba mucho más, con ropa ya se intuía algo espectacular, pero sin ella era indescriptible, sí, me quede alucinada, como la vez que lo vi con sus manos esposadas, dejando intuir su abdomen. Quien fuera policía para cachearlo... ¿pero qué digo? Esta bueno, sí, no lo puedo negar, pero no puedo estar así, ahora mismo estaré babeando, tengo una reputación que echaré a perder como sé de la vuelta, pero no puedo dejar de mirar, nunca creí que iba a tener a mi ídolo así, ¿por qué me pasa esto? Si es un niñato, inmaduro, egocéntrico, que me ha tratado como una mierda desde que lo conozco...

- ¿Te gusta lo que ves? - preguntó pícaro sin moverse, pero un segundo, ¿Cómo se había dado cuenta que estaba yo aquí? Y sobre todo ¿cómo se desnudaba si lo sabía?- este cuerpecito serrano, no lo ves todo los días – dijo señalándose y dándose la vuelta, ¡dios mío! Que tableta, y que... la gemeconda es real, se le nota todo su... dios.

-Dani tapate joder – intenté hacerme la ofendida, lleve mis manos hasta los ojos- pero vamos, no te quejes que en el vagón me has mirado todo mi culo – negó varias veces con la cabeza y comenzó a vestirse, lo veía por un resquicio de los dedos que había dejado a posta.

-Eso es mentira – habló indignado- no me molesta que me veas, puedes destaparte los ojos, aunque bueno, me estás viendo todo por los huecos de tus dedos – sonrió, y yo me sonrojé, vaya se había dado cuenta- no eres la primera ni la ultima que me ve así... aunque bueno, otras me han visto con menos ropa aún– ¿estaba insinuando lo que creía? Es un guarro, pero no cabe duda que está empotrable, su actitud arrogante me pone más, supongo que tanta sinceridad será causado porque mi cerebro aún esta supurando alcohol.

-Eres un pervertido – comenté controlando mi risa- yo que tú me iría, no creo que tengas ganas de quedarte sin tus queridos gemelitos, mi amiga le tiene muchas ganas – con la mirada indiqué a sus partes y esté puso cara de dolor, era la primera vez que estábamos hablando como dos personas civilizadas desde que lo conozco, aunque no dejemos nuestros piques.

-Si, mejor me voy – se tocó su nuca, me miró desconcertado y se fue dando un portazo.

Me metí en el baño, me senté en la taza del váter y comencé a pensar, ¿Por qué Daniel Oviedo me producía este cruce de sensaciones en mí? Puse mi mano en mi mejilla, cerré mis ojos sin querer, y justo en ese momento recordé que tenía el colgante que Emily se quería poner en esta firma, me lo dio en la fiesta, para que lo metiera en mi bolso, y ahí se quedó, me subí los pantalones, rebusqué en mi neceser y lo encontré, corriendo fui de camino hasta el escenario, cientos de chicas se agolpaban en las afueras, pero al lado de mi amiga estaba alguien que no esperaba, ¿Qué hacía Deborah ahí? Estaba sonriente, se notaba que era algo que le gustaba, al verme cambió su cara, y me lanzó una mirada rara, le di el colgante a mi amiga a escondidas y volví a perderme.

Pasaron unos minutos, yo andorreaba por el centro comercial, viendo algunos objetos, que no me interesaban ni lo más mínimo, pero así evitaba pensar en lo que acababa de ver, sin ninguna duda no me había gustado que ella estuviese ahí, recordé todo lo que había luchado por evitar que yo conociese a los gemelos, ahora lo veía un poco más claro, mire mi reloj, y me di cuenta que estarían en el descanso de la firma, quería contárselo a mi amiga. Puse rumbo para el camerino para así hacerlo, espero que me crea, pero la veo como una oportunista.

Intenté entrar en él, pero la puerta estaba cerrada, oía gemidos desde dentro, no podía creer lo que estaba pensando, de repente oí algo que me dejó ensimismada "Daniel, sí, sigue" era la voz de esa malnacida, "oh, nena, insúltame llámame de todo" fui lo último que escuché antes de despegar la oreja.

Afortunadamente alguien de la organización vino hasta el camerino, llamó varias veces a la puerta, para después decir "la firma comienza dentro de un minuto"....

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Aquí teneis otro capítulo que esperamos que os guste. Esta hecho por la maravillosa e inigualable jdcuore

¿Qué pasará con Dani? ¿Y con Deborah? ¿Bianca le dirá algo a Emily? ...

Darle amor al capítulo ladys

Att: jdcuore & jdomsogni

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