⚠️ Advertencia⚠️
Si eres muy sensible al tema cadáveres no leer el capítulo. Leer bajo su propia discreción.
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Tiempo después, el Team Star ya estaba consolidado. Ya tenían su código, muchos reclutas y aunque se habían desviado un poco de su objetivo inicial (pues hacían trastadas y acosaban un poco a la gente de la academia para conseguir nuevos reclutas) seguían siendo solo unos chavales.

T/n se había convertido en la segunda al mando del escuadrón tipo siniestro y también era la novia de Anán. Nadie se metía con ella y todos la respetaban, pues ese absol imponía, y más con la capacidad de megaevolucionar, algo inusual por esa región.

Pero... ¿De donde salió ese absol? ¿Qué hacía en Paldea un absol con la capacidad de megaevolucionar? Sin ir más allá, absol no era originario de esa región.

T/n había ido sola por las calles de ciudad Meseta, por la calle que encontró a absol una y otra vez, esperando que un destello de inspiración le permitiera encontrar una respuesta.

Ese día iba por la ciudad acompañada de absol, llevando unas bolsas con tierra con fertilizante para sus flores.
Pasaron por la calle por la que encontró a absol y el pokémon se quedó quieto, como rememorando algo. Era la primera vez en mucho tiempo que llevaba a absol por ahí pues siempre estaban en la base.

T/n le preguntó a su pokémon si estaba bien, pero no obtuvo respuesta. Su pokémon solo se acercó a una casa de aspecto viejo y desolado, dejando caer el saco de tierra que llevaba encima.

Absol arañó la puerta y miró a su entrenadora, como diciendo, «quiero entrar, estoy listo».

La chica dejó el saco con tierra en la puerta y la abrió. Del interior de la casa salió un olor fétido, como a podrido. T/n se tapó la nariz y boca con las manos, sintiendo náuseas. Era el peor olor que había olido nunca. Quería vomitar así que echó la comida de ese medio día en el suelo.

Absol pasó a dentro de la casa y t/n seguía pensando que antes de que abandonaran la casa alguien debió dejar comida en la casa.

El pokémon caminó por la casa como si la conociera, pero con cierto temor, no con su habitual seguridad. Tenía miedo de encontrarlo de nuevo.

T/n lo siguió, tapándose los orificios nasales, aunque el mal olor entrando por su boca también la asqueaba.

Absol subió unas escaleras y miró a la chica. Esa mirada le preguntaba si estaba lista.

T/n asintió, sin saber lo que encontraría.

Al subir, absol la guió a una habitación y t/n abrió la puerta de esta.

Allí lo vió.

Un hombre robusto, tirado en el suelo y en estado de descomposición avanzado. Tenía gusanos en su cuerpo y múltiples bichos comiéndolo por dentro. A su alrededor había sangre, mucha sangre.

T/n vomitó de nuevo, esta vez en una esquina de la habitación.

T/n se estaba yendo de allí cuando absol le dió una pequeña libreta cubierta de grandes capas de polvo que hasta entonces había estado sobre una mesa.

Ella al principio no quiso cogerla, pero tras que su pokémon insistiera la abrió.

Pudo ver que era un diario, seguramente del hombre donde decía odiar a un absol, decía que era inútil pues habia comprado en Kalos una megapiedra y una piedra activadora y que tras mudarse a Paldea el pokémon no megaevolucionaba. Él sonaba con convertirse en campeón de Paldea con la megaevolución pero al parecer no fue así.

En el diario describía con detalles como maltrataba a absol y varias de las descripciones de los maltratos de las últimas páginas escritas coincidían con las heridas de absol cuando t/n lo encontró.

T/n sintiéndose asqueada sacó su teléfono y marcó a la policía.

Llegaron al poco tiempo y t/n les contó lo que había encontrado.

La policía le agradeció por informarlos y que podía irse.

Al tiempo salió en las noticias que habían encontrado en las noticias un cadáver de un maltratador de pokémon.

T/n ahora sentía mas conexión con su pokémon, pues ambos habían pasado por maltratos.

También t/n consiguió hacer florecer la flor de Lily, logro que celebraron en el escuadrón con música y zumitos.

F

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Bueno, este mini cap fue una pequeña explicación sacada de las pelotas de absol.

Gracias por leer esta historia y por llegar hasta aquí.

Nos vemos en otra historia.

¡Astro la vista!

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