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Anán estaba en su cuarto, era por la noche, a penas quedaban diez minutos para las dos de la mañana y estaba inquieto. No podía dormir pensando en al llamada misteriosa.

Daba vueltas en la cama nervioso, hasta que poco después se levantó de golpe y se vistió con el uniforme.
Se había prometido a si mismo que no iría a la sala abandonada pero le ganaba la curiosidad y estaba listo para romper esa promesa.

Cogió la pokeball de pawniard de encima de su escritorio, por si acaso tenía que combatir contra alguien.

Se quedó un momento frente a la puerta cerrada de su cuarto, dudando. Entonces sacudió la cabeza y decidió no darle más vueltas al asunto y armarse de valor.

Salió de la habitación y fue por los pasillos, llegó a los pasillos en los que estaban las clases y fue a uno que no tenía salida. Fue a la última clase del pasillo y abrió la puerta, no había nadie, solo un smart rotom flotando en el centro.

Anán se acercó al teléfono.

Entonces entró una chica a la sala, tenía el pelo rojo corto y los ojos muy azules.

—¿Que haces aquí?—preguntó la chica con rostro enojado.

—¿Melo? ¿A ti también te llamaron a venir aquí?—contestó Anán con otra pregunta. Melo iba a la misma clase de él pero no habían hablado nunca.

—Si, ahora deja de estorbar. ¿Sabes quién nos llamó?

—No, en esta sala solo estaba ese smart rotom.

En la sala entró un niño de primer año, más pequeño que ellos y con el pelo rosado, traía un bastón dorado con una pokeball con alas.

Anán y Melo se quedaron mirándolo.

—¿Qué tanto me miran, a caso me tienen envidia?—preguntó el niño alzando el mentón.

—No, nada—dijo el de cabello negro volteando los ojos.

—Callate, ¿Que haces aquí?—Melo le preguntó al niño.

—Me llamo Gus, no se cómo todavía no me conocen—les apuntó con su bastón.

Entró a la sala otra persona, un chico algo afeminado, de cabello blanco corto y ojos azules.

—Buenas noches mis estimados—dijo el chico.

—¿Quién eres?—pregunó el más pequeño.

—Mi nombre es Henzo, ¿y ustedes? ¿Cómo puedo llamarlos?

—Yo soy Melo.

—Es todo un gusto conocerla señorita Melo—hizo una reverencia.

—No hace falta que hagas reverencias. Mi nombre es Anán.

—Yo soy Gus.

—Es todo un placer conocerlos. ¿Que andan haciendo por aquí?

Entró otra chica, era muy alta rubia y parecía bastante fuerte.

—Hola, Soy Erin. Me llamaron a venir aquí.

—¿A ustedes también los citaron en este lugar?—preguntó Henzo.

Todos asintieron.

Entonces se encendió el smart rotom y salió una voz de allí.

—Veo que ya estáis todos—dijo la voz, sobresaltando a algunos.

—¿Quién eres y por qué nos llamaste aquí?—preguntó Gus.

—Podéis llamarme Autoridad Suprema, como ya os dije, estoy formando un equipo, el Team Star y quiero que me ayudéis.

—¿Por qué loable motivo nosotros deberíamos brindarle nuestra ayuda?—dijo Henzo.

—Todos vosotros sois víctimas de bullying y es hora de rebelarse contra vuestros atacantes—habló Autoridad Suprema.

Un silencio inundó la sala.

—¿Que haremos para rebelarnos?—preguntó Melo—Algo que me niego es golpearlos, no quiero convertirme en lo que odio.

Anán sintió una punzada de culpabilidad, el si había golpeado a Julio y a su grupo, aunque fue en defensa propia.

—Tengo un plan, pero primero deben asegurarme que se unirán a mí—habló la voz.

—Yo no pienso unirme a ti sin saber el plan—comentó Gus.

—No será necesario llegar a los golpes, solo digo eso. Si os unís a mí os diré mi idea.

Hubo un silencio en la sala. Estaban pensando en que hacer.

—Yo me uno a ti—rompió el silencio Erin.

—Yo también—habló Melo—, vamos chicos no seáis unos cagarros y uníos.

Henzo asintió.

—Mi persona también acepta la petición de unirse a la causa—dijo Henzo.

—Venga, pues yo también—Gus sonrió.

Todos miraron a Anán.

—Vamos, solo quedas tú—dijo Melo mirado al de cabello negro.

—Lo siento, debo pensarlo con más calma—dijo al fin Anán después de sentir la presión sobre él.

—Está bien—habló la autoridad suprema al oírlo—, cuando te decidas llámame. Ahora salté de la sala, voy a contar mi plan a los demás.

Anán le echó una mirada a los demás y salió de la sala.

Después de caminar por los pasillos llegó a su cuarto, se quedó mirando la maltratada puerta. Quizá sí debía unirse al recién formado Team Star, nada más para por fin darle una lección a Julio y a los demás, en realidad quería que todos los que alguna vez lo miraron mal, lo golpearon o se rieron de él lo pagasen caro.

Comenzó a recordar a sus acosadores y sintió una rabia incontrolable. Se sentó en la cama y comenzó a golpear a la almohada con todas sus fuerzas, aguantando las ganas de gritar.

Entonces se acordó de t/n y dejó de dar golpes. No le gustaría que ella lo viese así de enfadado. Entonces se le ocurrió algo.

Tomó su teléfono y marcó el número de la autoridad suprema.

—Hola Anán—le oyó decir—, justo acabo de terminar de hablar con los demás.

—Primero que nada, ¿Por qué me dijiste que fuera sin t/n? Ella también es acosada, ¿No crees que ella es tan válida para entrar en el Team Star como yo y los demás—le reprochó el chico.

—Es cierto—respondió la autoridad después de unos segundos de silencio.

—Tengo una condición para unirme al Team Star.

—Adelante, dime.

—Quiero que t/n también sea parte del equipo—otra vez al otro lado del teléfono hubo un silencio—, ¿Y bien?

—Está bien, era será la primera recluta del Team, será parte de tu escuadrón el cual se llamará «Escuadrón Segin», y será de tipo siniestro.

Al chico se le encendió la mirada.

—¡Gracias Autoridad Suprema!

—Aunque t/n deberá conseguir un pokémon tipo siniestro para entrar en el escuadrón.

—Está bien, buscaremos uno.

—Te llamaré pronto, mantente atento—y la misteriosa voz cortó la llamada.

♬ ♪ ♫

Alola estoy de vuelta un día más con un nuevo capítulo :D

Así que al final se une Anán al Team Star pero, ¿Que dirá t/n? ¿Querrá unirse ella también o no? Solo yo lo sé.

Y bueno, si finalmente se une al Team ¿Que pokémon creen que tendrá? Hagan sus teorías.

Ahora sin más que decir te regalo un trébol de la suerte 🍀

¡Astro la vista!

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