Capítulo 3.
EMERY.
Frunzo mi ceño, el frío abraza mi cuerpo de manera horrorosa. Intento abrir mis ojos, no puedo, intento mover mis piernas, tampoco puedo, estoy sumergida en la oscuridad.
Mi corazón se acelera al sentir cuando soy elevada del suelo, siento como dos brazos me cargan con suavidad. Trago con dificultad y pego más mi rostro a ese pecho cálido.
Me alarmo de inmediato, con toda mi fuerza de voluntad lucho para abrir mis ojos, cuando lo hago todo es oscuro, parpadeo y enfoco con mi vista borrosa un par de ojos amarillos, es lo único que veo en medio de la oscuridad frente a mi, parecen llamas.
Respiro rápidamente, ¿acaso morí?, ¿estoy siendo llevada al lugar donde permaneceré eternamente? o ¿a caso estoy soñando?.
Esos ojos se vuelven más borrosos y el dolor golpea mi cabeza, un sollozo sale de mis labios, y sin poder mantener mis ojos abiertos los cierro.
Al sentir como los brazos me abandonan y son remplazados por unos cojines blandos, me acurruco y gimo de dolor nuevamente.
¿Quién me salvo?
Abro mis ojos lentamente, mi visión borrosa se aclara, ahora solo veo un par de botas de combate alejarse de mi, es lo único que logro distinguir luego de caer en la inconsciencia nuevamente.
***
—Oh Dios, mi pequeña niña— Frunzo mi ceño al escuchar el horror en la voz de mi madre. Su mano cálida acaricia mi mejilla fría.
Abro mis ojos, la observo unos segundos con detenimiento, la preocupación en su rostro me hace levantarme y quedarme sentada.
Abro mis ojos sorprendida al ver que estoy en el sofá de la estancia trasera de la casa, miro a mi alrededor, aún es de noche, miro a mi madre de manera confundida.
—Emmy, ¿Qué sucedió.?— Pregunta cuidadosamente, humedezco mis labios e intento recordar.
Bajo mi mirada hasta mis zapatos llenos de lodo y húmedos. Llevo mi mano a mis labios sorprendida al ver mi ropa sucia y mojada.
¿Qué diablos me ocurrió?
Mi labio inferior comienza a temblar, mi madre se sienta a mi labio y acaricia mi cabello húmedo y frío.
Escucho los pasos de mi padre sonar contra la madera del suelo y luego se inclina frente a mi.
Sin decir nada pasa una toalla húmeda en mi frente suavemente, luego se levanta y se sienta a mi lado, tal como lo hizo mi madre.
Aprieto mis manos al observar de reojo la sangre que mi padre limpio.
—¿Qué sucedió— Esta vez es mi padre el que pregunta. Cierro mis ojos y trato de recordar.
El dolor punzante se instala en mi cabeza, golpeando con fuerza, frunzo mi ceño y me esfuerzo un poco más.
—Me levante y fui a la cocina...noté que llovería pronto y lexter estaba asustado— Imágenes de lo que ocurrió cruzan de manera rápida en mi mente —Salí a buscarlo, lo solté pero luego el saltó de mi regazo y corrió hasta la valla y luego al bosque...lo seguí— Susurro.
Él dolor se hace intenso y luego no hay nada, ningún otro recuerdo.
—¿Qué sucedió luego?... fuiste por él y como recibiste ese gran golpe en tu cabeza— Hago una mueca de dolor, mi madre toma mi mano y la entrelaza con la suya.
Levanto mi mirada hasta la valla de madera, mi corazón se acelera, trago saliva y entrecierro mis ojos.
—No lo recuerdo...—
Mi madre se levanta de su lugar y me abraza fuertemente.
—No debiste salir... mucho menos ir al bosque, ¿en que pensabas?— Su voz es tranquila pero puedo distinguir la desesperación ella, suspiro y cierro mis ojos abrazándola.
—Lester está con su collar puesto en su casa... debiste encontrarlo y traerlo, te esforzaste mucho— Mi cuerpo se congela al escuchar las palabras de mi padre.
Logré traer a lexter conmigo y luego me desmaye en este sofá. Un sentimiento extraño oprime mi pecho, es como si no creyera eso.
—Debes tomar una ducha y descansar, prepararé un té para ti— Susurra mi madre, se inclina y besa mi cabeza.
Cuando ella se va, observo la valla con desconfianza.
—Por qué siento que eso no fue lo que ...- Susurro mirando las ramas de los árboles moverse en medio de la oscuridad.
—¿Que?— Volteo a ver a mi padre quién esta con su ceño fruncido, abro mis labios, suspiro y niego para luego sonreír levemente.
—Nada... sólo pensaba— Mi padre entrecierra sus ojos, suspira se levanta y extiende su mano hacia mi.
Sonrío y la tomo, al entrar a la casa observo por ultima vez los árboles, cierro la puerta de vidrio y aprieto mis labios.
Porqué no logro recordar nada.
***
Unos profundos ojos amarillos encendidos con llamas me miran de forma penetrante.
Salto en mi cama con la respiración acelerada, mi labio inferior tiembla, coloco la mano en mi pecho y trato de regular mi respiración.
Cierro mis ojos con fuerza, los abro y miro a mi alrededor. Es de día, aún es temprano.
Fue una pesadilla.
Muerdo mi labio inferior recordando esos ojos, elevo mi mano hasta la herida en mi frente y hago una mueca.
***
Una vez que estoy lista para ir al instituto, tomo mi bolso e introduzco mi móvil en el. Abro uno de los cajones de mi cómoda, tomo la pequeña tira adhesiva para heridas y la coloco en la herida de mi frente.
Bajo los escalones de prisa y corro hasta la cocina, mi padre baja su periódico y eleva sus cejas al verme.
Sonrío y me acerco al alto banco para sentarme. Mi madre me mira y frunce su ceño.
—No irás a clases, debes descansar, ese golpe en la cabeza me preocupa— Elevo mis cejas y niego.
—Me siento bien, puedo ir— Aseguro, miro a mi padre, el se limita a levantar la taza con café y beber de ella para no dar su opinión.
—No lo sé, si algo te sucede y no estoy ahí...—
—Estaré bien mamá— Digo divertida interrumpiendo su voz llena de horror.
—Tanner dile algo— Gruñe mi madre.
Miro a mi padre, él la observa mientras se debate en su interior.
—Ella quiere ir... además esta bien, creo que manejó bien ese golpe— Muerdo el interior de mi mejilla evitando reír al ver el rostro indignado de mi madre y como mi padre se acerca a ella para besar su frente.
Mis padres se amán con locura, son como dos adolescentes. Quiero encontrar a alguien que me mire como mi padre mira a mi madre.
***
—¿Cómo fuiste capaz de ir al bosque de noche? ¿No le temes a nada?, debería llevar un par de películas de terror a tu casa y enseñarte lo que podría haberte pasado— Gruñe mi Carrie mientras se mira en el gran espejo de los baños del instituto.
Reprimo una sonrisa y observo en el reflejo la pequeña tira adhesiva blanca sobre la herida en mi frente, hago una mueca.
Mi mejor amiga me mira, elevo mis hombros y sonrío, ella rueda sus ojos y también sonríe.
—Tenemos una hora libre antes de la última lección, Jay me pidió que fuera al campo de béisbol, estarás bien sola?— Sus grandes ojos me miran preocupada, sonrío y ruedo mis ojos.
—Estaré bien... no soy una niña— Digo burlona, ella sonríe y asiente.
Acomoda su cabello negro frente al espejo y suspira mientras muerde su labio inferior.
***
Abrazo mi libro mientras subo las escaleras que dan a la azotea del instituto. Al llegar suspiro y camino hasta sentarme en uno de los muros.
Observo todo desde aquí arriba, es un lugar tranquilo, donde puedo disfrutar de mis libros en el tiempo libre.
Acaricio la portada de mi libro, "La chica del tren", sonrió de medio lado y lo abro. Mi separador cae a mis zapatos al instante, muerdo mi labio inferior y me inclino para tomarlo.
Al tomarlo, dos zapatos deportivos se detienen en frente mío, parpadeo y elevo mi mirada confundida.
—Carter— Susurro, frunzo mi ceño, una sonrisa se curva en su rostro.
—¿Feliz de verme, preciosa?— Aprieto mis labios y me levanto al instante.
Él eleva sus cejas y antes de que me permita dar la vuelta quita el libro de mis manos, jadeo y lo observo furiosa.
—Dámelo— Exijo apretando mis puños a mis costados.
Su odiosa sonrisa se amplia al escucharme.
—¿Qué le sucedió a tu lindo rostro de porcelana?— Dice frunciendo su ceño y tocando con su dedo mi venda fuerte, provocando dolor en mi herida.
—No me gustan las imperfecciones Emmy, deberías tener más cuidado— La ira golpea en mi, aprieto mi mandíbula y el parece divertirse más.
—Sal conmigo, en una cita—Murmura, abro mis ojos y niego.
Él eleva su ceja, su rostro se endurece, mira mi libro y lo abre, sonríe de manera maliciosa y arranca una hoja para luego tirarla al suelo.
—¿Vas a salir conmigo?, Emmy- Lagrimas se acumulan en mis ojos.
—No— Digo entre dientes. Él aprieta sus labios furioso y más hojas son arrancadas del libro.
—Detente— Chillo al ver como tira las hojas al suelo y destroza mi libro.
Un golpe a un lado de nosotros se escucha, miro como un chico se acerca a nosotros. Mi corazón golpea con fuerza al reconocerlo.
Es el chico extraño.
Este mira a Carter y luego a mi, su mandíbula se marca al observar mi rostro.
—¿Por qué hacen tanto ruido?, maldita sea, me dijeron que era un lugar tranquilo pero están jodiendo mi paciencia— Dice entre dientes con fastidio sin dejar de mirar fijamente a Carter.
Parpadeo mirándolo sorprendida, su voz es ronca, camina a pasos lentos y peligrosos hasta ponerse cara a cara con Carter.
Mis puños se deshacen y observo sorprendida a ese chico extraño.
....
De regreso este capítulo.
Carrie.
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