03| Reglas

















Capítulo 03

Reglas

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Misión seducción














Avance y me alinee de igual forma que el resto, quieta, nerviosa, y con un montón de preguntas en la cabeza.

-Mis reglas son simples. -Una mujer con un hermoso kimono y fino maquillaje aparece. -Así que pongan atención, porque no lo repetiré dos veces.

La anciana que segundos antes estaba conmigo, se inclina con respeto al recibirla, y da un paso para atrás para dejarla hablar.

La chica se detiene en medio de la antesala, y le da una calada al cigarrillo largo y delgado que sostenía su mano.

Sus labios rojos entreabiertos resaltaban su piel blanca y su cabello largo y rizado todavía engrandecían la despampanante belleza de una mujer madura.

Al verla en su totalidad, lo que más me capturo fueron sus ojos color miel, afilados y gatunos, con grandes rasgos de indiferencia. Aquello rápido me dio un mal presentimiento, ayudando a que mi cara tratara de buscar el suelo para esconderse.

-Su sello de garantía expiro cuando entraron por propia voluntad. Ahora son desechos de sus propios lugares de origen. Basura momentáneamente desterrada que estoy por forjar y convertir en hermosas piedras con valor.

En mis respetadas y temidas flores de la muerte.

Trague fuerte, y lleve lentamente mis pupilas en dirección a la silueta que irradiaba autoridad. La misma dama de rostro tierno que por dentro encerraba aun bruja. Una malvada y sin escrúpulos.

-Ante sus víctimas siempre mostraran una sonrisa, una amable, libre de inseguridades o de emociones que pueden entorpecer la misión. -Dice mientras nos inspecciona. -Son flores mortíferas con tres propósitos. Engañar, capturar y exterminar al enemigo. El amor, la empatía y la misericordia son sentimientos que tendrán que tirar por la borda. Aquí no se perdona, aquí no se retracta. Aquí se cumple y punto.

Mi cerebro me daba comandos, me exigía correr, huir lo más lejos posible, pero al mismo tiempo mi instinto me decía "no te atrevas o estamos perdidas"

-Romperán su himen sin pero que valga, y si no lo tienen no importa, igual no lo necesitaran.

Cruel, directo.

Oh, dios, mi corazón quería salirse por mi garganta.

Y mis piernas juraban dejar de sostenerme.

-¿Alguna por aquí es virgen?

Todas callaron y tener que romper el silencio incomodo, fue suficiente para que todas las miradas se fijaran en mí. En el nuevo blanco de las burlas.

-Lo soy aun... -Conteste a los pocos segundos después de que las risillas cómplices silenciaron.

-Mira que tenemos aquí. -Sonrió largamente como si esto le causara gracia. -Tenemos un paquete que aún no ha sido abierto o estrenado.

El contacto de mis ojos con los suyos se volvió inevitable. El insulto sin ser verdaderamente un insulto me molesto demasiado para ignorarlo.

La maldecía en mis adentros, tanto como me fue posible.

-No te preocupes, tengo el mejor candidato para ti, para que puedas someter al bastado con ese punto a tu favor. -Me dijo antes de dejar de prestarme atención.

Dio pasos, nos dio la espalada y giro levemente, para examinarnos desde la rabilla de sus ojos.

-Jóvenes kunoichi, su entrepierna se usará únicamente como objeto de diversión y placer, una lujuria que no despertará en ustedes, pero si en el objetivo. Siempre dispuestas como unas gatas en celo, y abiertas a la posibilidad de cumplir cualquier fantasía. Desde sexo oral, vaginal y anal. Sexo pasivo, sexo rudo y violento. Usaran esos encantos para engatusarlos, y volverlos locos.

Porque su vagina será su nueva herramienta ninja.

Si son violadas por proxenetas, si son torturadas, si son golpeadas en el acto, abrirán más las piernas. Porque deberán ganarse la confianza del granuja, al costo que sea. ¿Para qué, estúpidamente estarán pensando? ¡Información!, reitero, ¡información! Es lo que necesitan obtener, sin importar lo que tengan que hacer, y aunque terminen balanceándose en esa polla.

Me estremecí por entera, y las caras de las 24 jóvenes e incluso la mía, se volvió tan pálidas como si estuviéramos a punto de desfallecer.

-Son mis prostitutas. -Sentencio.

Abrimos los ojos horrorizadas, pero sin el coraje de protestar o abrir la boca.

Estaba conmocionada, por las vilezas recién escuchadas, por el trato indigno que estaba recibiendo. ¿Pero que debería hacer?

-No quiero lloriqueos, ni lamentos infantiles, ahórrenselos porque no se tomarán en cuenta. Una vez el pergamino este en sus manos no hay escusas, cambios, ni suplicas que nos hagan cambiar de opinión. Sus pergaminos no están escogidos al azar.

Nos miró como si fuésemos una manada de tontas.

-Su belleza, sus habilidades, debilidades y conocimientos, fueron solicitados mucho antes que ustedes recibieran la carta. Sabemos todo de ustedes, y gracias a eso van a ser ofrecidas a diferentes bandidos o criminales, según nuestro criterio. Mientras más pronto se acostumbren, menos sufrirán. La decisión de tomarle importancia a un par de noches con un desconocido depende solo de ustedes.

Volvió a reposar sus labios en el cigarrillo, calando largo, dejando que el humo gris y maloliente entrara a sus pulmones, con una clara y fuerte inalada.

-En los meses o en los años que estén cumpliendo su encomienda, su nombre con el cual nacieron dejara de acompañarlas, y será cambiado por otro. Ese mismo que las ayudara a esconder su verdadera identidad para entregarse por completo a su trabajo. -Exhalo tranquilamente.

Sentí que mi alama descendía hasta el suelo, y hacerse añicos en el impacto.

-La ramera que quieran ser, no me importa, la eterna sufridora, la de tendencias suicidas, la rebelde de mirada arisca, y la escoria que se enamora muy pronto del criminal. Eso está fuera mi interés siempre y cuando acaten mis ordenes al pie de la letra.

Ya no podía sorprenderme más esa aterradora mujer o eso pensaba.

-Una cosa más... Nuestro santuario es secreto, por esa razón nadie entra y nadie sale sin haber sido autorizada. Si se portan obedientes nada les pasara, pero si hacen caso omiso a estas advertencias... -Levanto la cara de la kunoichi que no paraba de temblar. -Y deciden no controlar sus impulsos de libertad, las mujeres de esta aldea se harán cargo de su atrevimiento y tendrán su castigo bajo el filo de sus katanas. Serán desmembradas, parte por parte, de manera lenta, hasta que supliquen la muerte como vía de escape.

Cada chica de yukata blanca reacciona, y en un movimiento rápido y sincronizado desvainan la mitad de las katanas que sostenían en el aire. Regalándonos el brillo del filo que producía la hoja. Y tan pronto como la mostraron la volvieron a resguardar, en el mismo lugar.

-No hay segundas oportunidades para una traidora, una flor mortífera no falla al momento de matar, ¿entonces porque tener compasión con ustedes? -La suelta y sigue caminando para mirarnos una a una.

-¿Está claro, putas de mierda? -Nos grita y todas contestamos con un intenso "Si" después de dar un respingo. Uno lleno de temor, y ansiedad.

En cambio, el semblante de la mujer expreso satisfacción, por tenernos controladas.

-Repito, pobre de la imbécil que se atreva a poner un pie fuera de nuestro edén...

Saco su espada, y nos apuntó una a una. Tan, pero tan seca de la yugular que todas temimos dar un desplazamiento torpe, derivado por el pánico que nos comía vivas.

-Su cabello. -Dijo después de clavar sus ojos en mí. -Sus ojos, su piel, sus curvas y la rareza de su rostro angelical, cada estúpida parte que tengan la usaran a su beneficio. No decepcionen la voluntad y confianza que han puesto sus aldeas en ustedes. Y, sobre todo, no decepcionen a sus hermanas, a cada mujer de Lycoris radiata. -Las señala y finalmente las vemos ponerse en pie, a esa armada de más de 100 mujeres.








Muy estricta la doña, como buen padrote. jajaja



¿Votos? ☆☆☆

Las leo mis bellas seguidoras ♡


Música que utilice en este capítulo

❤Bloody Mary

❤Lady Gaga

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