Tal vez después de escribir lo que voy a escribir se me ocurre borrarlo todo, pero por ahora dejaré que cualquiera que tome este trozo de papel en sus manos lo lea.

Cuando era pequeña, mis amigos solían decirme que fuera cantante, ya que tengo buena voz, pero desde pequeña siempre me gustaron los animales, de verdad, sin ascos hacia ninguna especie, me encantaban los insectos, las serpientes, los animales salvajes y, sobre todo los caballos, ya que yo sí tengo caballos, tres, Luna, Relámpago y Nube. Así siempre me vi en un futuro estudiando para ser veterinaria, aunque realmente no supiera muy bien cómo iba eso de las carreras.

Conforme fui creciendo, todo el mundo que me conocía y era amigo o familiar mío, sabía que lo mío eran los animales, el tener una clínica y cuidar mascotas o animales abandonados. Y así también lo fui creyendo yo hasta que, un día, en 2 de la ESO, gracias a mi profesor de Ciencias Naturales, me di cuenta de que eso de la biología no era lo mío, solo me gustaban los temas referidos a animales, pero todo lo demás, las células, los climas, el cuerpo humano, no me llamaban la atención en absoluto.

Cabe recordar que, ese curso, mi nota de esta asignatura, hasta el momento mi favorita, no fue demasiado buena, cosa que me incitó a pensar que tal vez esa carrera no era a lo que me debía dedicar.

Así pasé a 3 de la ESO, con un problema que yo ya había solucionado antes pero que ahora volvía a mi mente, qué facultad escoger. No sé si catalogarlo como una cualidad buena, ya que siempre me ha acarreado problemas pero, la verdad es que empatizo mucho con la gente a mi alrededor y, además, me gusta mucho ayudar a los demás, escuchar sus problemas y darles consejos.

Y con esta idea de ayudar a los demás, pensé que, seguía siendo algo como veterinaria, en vez de ayudar animales, personas, pero era más o menos la misma idea. Así que, me vino a la cabeza que podría estudiar psicología, una carrera bonita, a mi parecer, que tendría salidas para trabajar y que además, ayudar a los demás. Así que, mi plan de futuro ya estaba pensado para finales de curso. Cuando hice la matrícula para el siguiente curso, decidí irme por letras, con las optativas de Latín y Economía, para así irme al Bachillerato de Ciencias Sociales.

Este plan de estudiar psicología duró menos de un año, ya que en finales de Noviembre del primer trimestre de mi curso de 4 de la ESO, mi profesor de Lengua, me preguntó varias veces, tanto a mí como a mis compañeros, qué Bachillerato iba a hacer. Realmente me preguntaba: "¿Ciencias o Letras?" a lo que yo contestaba que Letras. Pero ese día fue distinto, porque, aunque él me hizo la misma pregunta, yo respondí que sí, que iría por Humanidades, pero que tal vez hacía el Bachiller de Ciencias Sociales.

Ninguno de mis compañeros sabía con claridad lo que yo quería hacer en un futuro, solo mi madre y mis amigos más cercanos sabían que quería ser psicóloga y que, para no quedarme atrás en las asignaturas de probabilidad de la carrera, me iba a ir por Ciencias Sociales para dar las Matemáticas Aplicadas.

Obviamente, mi profesor de Lengua tampoco sabía esto, pero en cuanto escuchó mi respuesta, se giró hacia mí y me dijo: "No, tú eres de Letras, tú tienes que estudiar Latín y Griego." Y eso me sorprendió. Nunca nadie, ni siquiera mi madre, me había dicho con tanta firmeza que, lo que realmente tenía que estudiar, era Letras Puras.

Y fue entonces cuando tomé en cuenta otros aspectos de mi vida, por esa época publicaba pequeños fanfics en Wattpad, me gusta escribir, además me gusta leer y se me da muy bien la Lengua, los idiomas en general. También me di cuenta de que sí que me apasiona la Historia, pero sobretodo me gusta si tiene que ver con los libros, con escritores y poetas; me gusta la Literatura.

De repente, la idea de estudiar filología hispánica y dar clases de Lengua y Literatura ya no era una idea tan descabellada para mí. Vengo de una familia en la que mi abuela fue maestra y mi madre también, tengo tan asimilada la carrera de magisterio en mi vida que ya forma parte de mí, y por eso nunca me había llamado la atención y me parecía aburrido eso de ser profesora o maestra por el simple hecho de haberme criado con ellas.

- ¿qué te parece...?

- Si quitas la parte del principio de que lo vas a borrar, perfecto.