Noto como se me nubla la vista poco a poco, pero el codazo que me da Jesus hace que vuelva a abrir los ojos rápidamente.

-¿Que, que ha pasado?-digo algo aturdida.

Suelta una carcajada y señala a Dani, que también se esta durmiendo, mientras Carla lo mira divertida.

Sonrío cerrando los ojos y apoyo mi cabeza en la mesa.

-Buenas noches.-susurro.

Jesus vuelve a reír, pero esta vez consigo conciliar el sueño sin que nadie me interrumpa.

Unos brazos me zarandean, y cuando logro abrir los ojos puedo ver que es Jesus.

-Toca patio.-se ríe.-Venga.

Me levanto pesadamente y voy hasta Dani, paso mis brazos al rededor de su cuello, y hago impulso para subirme a su espalda.

-Llévame.-susurro débilmente.-En mi vida había dormido tan poco, me estoy muriendo.

Oigo una débil risa salir de su boca y me agarra mas fuerte, para comenzar a bajar las escaleras.

-Con lo dormilona que eres te entiendo.-se ríe.-Ahora dormimos un poco.

Nos sentamos en el suelo junto a nuestros amigos, que empiezan a hablar de algo que ni yo ni Dani conseguirnos oír, porque me acurruco en su pecho y me quedo profundamente dormida.

Cuando abro los ojos seguimos en el patio, pero ya no hay nadie.
Seguro que nos han dejado dormir, y en parte lo agradezco.

Saco mi movil y miro la hora, dentro de cinco minutos es la hora de volver a casa.

Miro a Dani, que sigue durmiendo.
Le doy un suave beso en la mejilla que hace que sonríe.

-Es la hora de irnos, dormilón.-susurro, incorporándome.

-Esta bien.-da un bostezo.

-Y ya vasta de dormir por hoy.-le ayudo a levantare.-Voy a hacer que me eches de menos a cada segundo.

-Sabes que lo voy a hacer.

-Voy a asegurarme.-me río, tirando de él.

Salimos de el instituto y le guiño un ojo a Jesus, deseándole suerte con Ann de esta manera.

-¿Donde vamos?-pregunta Dani, pasando su brazo por mis hombros.

-A comer.-sonrío.

-¿Donde?-se interesa.

-Tu eliges.

-Yo prefiero comerte a ti.-me da un toquecito en la nariz.

-Y yo a ti.-me acerco a el y quedamos a pocos centímetros.-Pero para comerte a ti tengo que coger fuerzas primero.

Dani suelta una carcajada y me atrae más hacia el.

-Me encantas, tenlo claro.-susurra, antes de entrar en un restaurante.-Y eso significa, que no voy a dejar de pensar en ti ni un segundo.

....

-Te he dicho mil veces que no me cojas así.-me río, colgando de su espalda.

-¡Diana!-grita, de repente.

-¿Que?-me asusto.

-¡Hoy tenias el solo!-me baja corriendo y saca las llaves de su moto.-¡Venga, vamos!

-Oh mierda.-echo a correr detrás de el.-La clase ha empezado hace media hora, date prisa, por favor.

Dani arranca la moto y a los pocos minutos llegamos.

-Quédate conmigo, por favor.-le pido, tendiéndola le mano.

Sonríe ampliamente mientras me la da, y entramos los dos juntos de las manos.
Puedo ver a Andrea en las gradas, observando como muchas chicas hacen la prueba.

Corro hacia ella y me planto delante.

-Dime por favor que te has traído los patines.-suspiro.

-Claro, tía, estaba preocupada.-los saca de su mochila.-Creía que no vendrías.

-Por poco no vengo.-río.-Dale las gracias a Dani.

Me coloco los patines y voy hasta el entrenador.

-Lo siento Juan.-suspiro.-Me han castigado en el instituto.

-Eso es mentira.-se queja Tatiana.

-Es verdad.-la fulmino.-Por eso no he ido a las últimas horas.

-Esta bien, te toca a ti.-indica Juan.-Dame el cd con la canción que vas a bailar y lo pongo, venga.

Mierda, mierda, mierda.

-¿Tiene un micro?-sonrío, al tener la mejor idea que se me ocurre.

-Si.-y mientras va a buscarlo, voy hasta Dani y le hago bajar a la pista.

-Por favor, canta.-le ruego.-Soy una auténtica idiota y se me ha olvidado la música.

-Por supuesto.-sonríe.-¿Que canción?

-La que quieras.-le agarro la mano y tiro de el hasta el entrenador, que le tiende el micro y le sonríe.

Dani se coloca junto a todas las chicas y comienza a cantar la canción de "No hay nadie como tu".

Comienzo a bailar al ritmo de la música, y los movimientos me salen increíbles, como si hubiera ensayado toda la vida con esa canción.
Y se que es por Dani, porque con el todo es más fácil.

Cuando acabo todos aplauden, menos Tatiana, es igual que Carla, demasiado orgullosa, demasiado asquerosa.

Dani me abraza muy fuerte y deja un suave beso en mi cuello,que hace que me erice.

-Has estado increíble.-susurra.

-Genial.-nos interrumpe Juan.-Increíble.

Andrea aparece a mi lado y me abraza muy fuerte.

-¿Se lo piensas dar a ella, no papa?-me señala mi amiga, mirando a su padre fijamente.-Ha sido la mejor con diferencia.

-¿Tu crees?-le pregunta Juan.-Yo también lo creo.-me sonríe.-El solo es tuyo, Di.

.....

-Mañana te vas.-susurro, a pocos centímetros de Dani.-Se me va a hacer eterno.

-Y a mí.-dice, antes de acortar la distancia.

De repente la puerta se abre y aparece Carla con el mismo niño de ayer, enrollándose.

-Emm.-toso falsamente.-Os habéis equivocado de habitación.

Los dos ríen y salen, cerrando la puerta.

-¿Otra vez?-me mira Dani, riendo.

-Otra vez.-suspiro, mientras río.-No me explico como no se cansa, tango pim pam todos los días.

-Es placentero.-se ríe Dani, haciendo que le tire un cojín en toda la cara.

-Ya sabia yo que tu no eras...-me muerdo el labio.-Ya sabes, eres un cabrón, habrás estado con miles de chicas.

-Ya, supongo que estaría buscándote.-dice tierno.

Me acerco para darle un suave beso en la comisura de los labios.

-¿Eso no se lo dirás a todas, no?-me río.

-No.-me acaricia la mejilla.-Recuerda que yo soy un cabrón.
De la mayoría ni me acordaba de su nombre.-se ríe.-Les llamaba por otro nombre, y se enfadaban, pero luego, les daba lo que querían, y me perdonaban.

-¿Y qué querían?-sonrío.

-Ya sabes.-se tapa la cara, muerto de vergüenza.-Eso.

-¿Y con cuantas...?-le destapo la cara riendo.

-No me hagas decírtelo.-se ríe.

-Dilo.-le señalo, sonriente.

-Diez.-se tapa la cara.

La madre que lo hizo.

-¿Diez?-parpadeo varias veces.-Diez.

-Eso ya es pasado, Diana.

-Dime algo.-pido, mirándolo a los ojos.-¿Sentiste algo con alguna?

-Te puedo prometer que ni siquiera esas diez juntas, consiguieron causarme esa sensación que me causa un solo beso tuyo.-se acerca a mi.-Imagínate si lo hiciéramos, me moriría.

-Ala.-le doy una colleja.-Con lo bonito que te había quedado.