Bichinisastre.
-Tengo frío.-me quejo, tumbándome en su cama.
-¿Quieres que te deje una sudadera?-pregunta, poniéndose el pijama.
-Por favor.-pido, con una sonrisa.
Abre el armario y me la da, me coloco y Dani se tumba a mi lado.
Apoyo mi cabeza en su pecho y me abrazo a él.
-¿Me puedes cantar?-propongo, en un susurro.
-¿Que canción?-se ríe.
-Mi única verdad.-susurro.-Solo el estribillo, es mi favorita.
-Esta bien.-se aclara la voz.-¿Preparada?
-Preparada.-sonrío.
-Eres esa luz que derrama la felicidad que persigo,
Eres un recuerdo dormido tatuado en mi piel,
Eres de mis sueños las alas,
de mis pasos eres camino,
Un regalo cada mañana, mi escudo, mi bandera y mi única verdad..-susurra, dejando un beso en mi frente.
-Dios.-sonrío.-Tu voz.
-¿Que le pasa?-se ríe.
-Que es perfecta.-me incorporó para mirarle.-Dani..
-Dime.-me pone un mechón detrás de la oreja.
-¿Porque yo?-pregunto, mirándolo a los ojos.
-¿Me vas a hacer que te lo explique?-sonríe.
-Si, quiero saberlo.-suspiro.
-Digamos que...-me mira.-Haber.-se arregla las ideas.-Todas las chicas con las que he estado y me he liado este último año, que soy famoso, me querían por fama.-se incorpora, apoyando su espalda en la pared.-No confiaba en nadie, Diana, en nadie.-me agarra la mano.-Pensaba que nunca volvería a conocer a alguien que me quisiera por lo que soy, ¿entiendes?, No por lo que tengo.-me muerdo el labio, con una media sonrisa.-Me prometí no tener relaciones serias en ningún tiempo, en liarme con muchas cuando me apeteciera pero nunca abrirles el corazón, nunca permitirles que pudieran hacerme daño.-me despeina.-Pero entonces una torpe de mucho cuidado choco conmigo en el centro comercial, y vi algo diferente en su mirada, no babeaba al verme, simplemente era ella misma, no intentaba impresionarme, si no al revés, le daba igual lo que pensara de ella.-me acaricia la mejilla.-Y quise conocerla, conocerla bien, de verdad, porque sabia que era diferente, al principio quería que fueses un lío mas, pero me di cuenta que rompías mis esquemas, mis normas, Diana.-se acerca a mi.-Y si, tengo miedo, miedo a que me hagas daño, a que cuando me valla a firmas, conciertos, porque sabes que tendré que irme, no me esperes.-susurra.-Tengo muchísimo miedo a perderte.
-Te prometo que te esperare siempre, ¿de acuerdo?-le despeino, y dejo un tierno beso en su mejilla.-Si hay amor, los quilómetros no importan.
-Ni te reconozco.-se ríe.-Te estas poniendo cursi.
-Bah.-me río.-Un poco solo, pero no se lo digas a nadie o se acabara mi imagen de chica dura.
Suelta en carcajadas y me abraza muy fuerte.
-Te quiero tanto.-me susurra.
Me separo y le guiño un ojo.
Vuelvo a acercarme a el y le robo un beso.
-Que feo eres.-le susurro.
-Pero me quieres.-se ríe a pocos centímetros de mi.
Y eso joder, que bonita es esa sensación.
Sentir sus pequeñas carcajadas chocar con mi boca.
Es mágico.
-Más de lo que crees.-me río, y en medio de mi ataque de risa me roba otro beso mas.
Pero este beso acaba con mordida.
Me deslizo a su cuello y le doy unos cuantos besos.
Veo como se le eriza la piel y eso me hace sentir bien.
Demasiado bien.
Y espero que solo le haya erizado la piel, y nada mas, porque valla vergüenza.
No se si me entendéis.
-Eres mala.-se ríe.-Dentro de dos días tengo el concierto con Alejandro, te lo recuerdo.
Me río a carcajadas al ver el morado que le he dejado en su cuello.
-Pues...-comienzo a reírme.-Tendrás que... po-ponerte maquillaje.
Estalló en carcajadas, y que Dani se ponga a hacerme cosquillas en un costado no ayuda mucho.
Incluso lloro de la risa, y entre carcajada y carcajada puedo ver como Dani también ríe.
-Que me meo.-me tiro de la cama contra el suelo,escapando de Dani.
-Pues ves al bater.-se ríe, desde la cama.
Y salgo de la habitación aun riendo.
No me meo, vale.
Pero quería escarparme.
Voy hasta la habitación de Jesus y veo que tiene la puerta entreabierta.
Asomo la cabeza y veo como se están dando el lote.
-Ale, alee, que te la comes.-digo entrando, estallando de nuevo a carcajadas.
Se separan de golpe por el susto, mientras me acerco a ellos y me tiro en la cama encima de los dos.
-Oh dios.-se queja Ann.-Jesus, devuélvesela a Dani.
-No.-me niego entre risas.-Que me mata a cosquillas.
Pero claro esta, que les he interrumpido su minuto mágico y no me dejan quedarme. A los pocos segundos estoy colgando de la espalda de Jesus como un saco de patatas.
-Suéltame, esto no vale.-le doy suaves patadas.
-Sabes que te quiero.-se ríe.-Pero eres inoportuna como tu sola.
Abre la puerta de la habitación de Dani, que nos mira divertidos.
-Te devuelvo a la pesa esta.-me tira en la cama, riendo.-Que es inoportuna como ella sola.
Comienzo a reír yo, y Dani también.
Jesus va hasta la puerta, mirándonos divertido.
-Usar gomita.-le grito, riendo.
-Calla idiota.-grita desde el pasillo, haciéndome reír.
Me giro a Dani y lo miro, con una sonrisa de pilla.
-Hola.-sonrío.
-¿Así que intentabas escapar de mi, eh?-me mira, divertido.
-Nah.-me río.-Solo de tus cosquillas.-me acerco a el y me pone mala cara.-Me estabas matando a cosquillas, compréndelo.
-Eres un caso aparte.-se ríe, acariciándome la mejilla.
-Me encantas tanto.-me río, dandole un beso en la frente.
-Mi princesa.-me achucha.
-No digas eso.-me río.-Tus princesas son las fans, y suena demasiado cursi para que lo diga un chulo como tu.-le doy un toquecito en la nariz.
-Pues tu mi reina.-se ríe.
-Sigue siendo muy cursi.
-Pues..-se rasca la nuca.-¿Mi bicho? ¿Mi chica? ¿Mi niña?-se ríe.-¿Mi desastre?
-Bah.-me río.-Esos valen.
-Ven aquí anda.-abre los brazos.-Como te quiero bichinisastre.
Lo abrazo riendo, bichinisastre, me gusta.
-Mejor vamos a dormir.-pido.-Que estoy agotada.
-Y mañana tenemos un día largo.-suspira.
-Mañana es sábado.-me río.
-Pero lo vas a pasar conmigo.-me guiña un ojo, apagando la luz.
Me acerco a el, y le robo un beso que se alarga demasiado.
-¿Sabías que los besos a oscuras son los mejores?-susurra.
-Después que los besos con mordida.-me río.
-Imagínate uno a oscuras y con mordida.-susurra.
-¿Para qué imaginárselo?-y vuelvo a juntar nuestros ansiosos labios.
Y noto que somos uno, que todo así es perfecto.
Que sus besos se están convirtiendo en vicio, y su sonrisa, en una droga.
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