Nos separamos y noto en sus ojos que él desea más, que quiere seguir besándome, que prefiere que nos besemos a que hablemos de lo que está pasando... Sé que quiere besarme otra vez y yo sé que no se lo impediría, pero se separa lentamente de mí para mirar al tal Gastón

- os dije que ninguno de vosotros podía entrar en esta habitación

- y lo sé pero, creo que la señorita debería irse... por su seguridad

Suspiré, seguro ya todos saben que una "miko" anda suelta por su guarida y no querrán ni verme, tal vez sí que deseen matarme.

Inuyasha se queda sentado en el sofá a mi lado

- soy el candidato número uno 

¿Ahora de qué habla?

- ya, pero Taisho, su olor no está en ti ni el tuyo en ella...

Miro confundida a los dos demonios y decido intervenir por mi propio bien

- creo que si... ¿eras Gastón, verdad? - el chico asintió- Pues eso, que si Gastón dice que deberíamos irnos, creo que tiene razón

- gracias - me contestó- pero el idiota de Taisho seguro que no quiere mover su trasero del sofá

- ¡claro que no! - chilló como un crío- Tú no sabes cuanto he tenido que esperar para poder besarla y que me haya correspondido...-suspiró- ahora mismo estoy en el cielo

Gastón me mira de reojo

- no es mi culpa

- si lo es- dicen los dos a la vez 

Inuyasha me mira fijamente y siento escalofríos

- ¿puedes moverte o te duele demasiado la herida?

- estoy bien

- ha sido un buen corte - comenta Gastón- otro corte así y se hubiese desangrado...-Asiento con la cabeza- Pero, ¿cómo ha pasado?

- digamos que... quisieron afilar una guadaña conmigo...

Él miró a Inuyasha

- si, pequeña bipolar, deberíamos irnos- dice y me carga como un saco de patatas

- Inuyasha, bájame, puedo andar

- si, si

- lo digo enserio...

El idiota sigue caminando por aquella casa que se daba un aire a alguna fraternidad de universitarios.

- ¡Inuyasha, cuánto tiempo! ¿es esta tu compañera? - pregunta un demonio y me saluda con la mano

- si

- no

- uy, os dejo...

-¿cómo que no?

- ¿cómo que sí?

- me has besado

- eso no justifica nada, además me besaste tú

- tú correspondiste...

Me sonrojé hasta las oreja y empiezo a darla puñetazos en la espalda

- eso no significa nada

- ¿Nada de nada?

Prefiero no entrar en su juego y me callo mientras él sigue caminando por ese pasillo interminable, al final encuentra la puerta después de saludar a más de 20 demonios.

Me deja en el suelo y se para poniendo su cara a mi altura

- no estás segura aquí, así que te llevaré a casa... sabes hacer barreras supongo...- yo asiento- bien, en cuanto entres crea una barrera y no salgas de allí

-¿por qué?

Evade la pregunta con la mirada y agarra mis muslos para subirme a caballito.

- ¿estás así mejor?

Tampoco le contesto, igual que ha hecho él conmigo y paso mis brazos por su cuello mientras empieza a correr a una velocidad increíble

Nunca pensé que un demonio perro pudiera correr tanto... ya había visto a demonios lobo correr, por ejemplo Koga, y se les veía muy rápidos... aunque creo que Inuyasha los supera. Después de un cuarto de hora ya habíamos llegado al templo Higurashi, a mi casa... me bajé de la espalda de Inuyasha y antes de entrar en casa me tocó el hombro haciendo que parara

- tu madre piensa que estuviste en casa de Sango...

- de acuerdo...- él sonríe un poco y se dirige a las escaleras para irse- ¡Inuyasha! ¿Por qué estaba en peligro en esa casa? Me odian, ¿quieren matarme cómo mataron a mi abuelo?

-no, no, no, no, no shhh- dice mientras se acerca- nada de eso, matar a tu abuelo fue un trabajo, no tenemos nada contra ti, ni ellos ni yo

- ¿entonces?

- estamos... en una época algo...peliaguda - se rascó la cabeza- por decirlo de alguna forma...

- explícate

Suspiró

- la época de celo está a la vuelta de la esquina, creo que quedan tres días exactos para que empiece y todos estamos algo sensibles al género femenino... por eso era mejor que te fueras cuanto antes...

Sonreí antes de pegarle la bofetada con más fuerza que he dado en toda mi vida

- ¿solo me besaste por la época de celo? - pregunté dolida

No me lo podía creer, yo era un simple calentón...

- no es así yo...

- claro, como estás sensible por el "género femenino" ¿Por qué no besar a Kagome? - dije sarcásticamente

- eso no es verdad...

- claro, ¿lo tenías planeado? ¿Me ayudaste para llevarme allí y hacer "cosas"?

- eres muy dulce cuando evitas decir la palabra "sexo" pero-

- así que lo admites... por eso no dejaste que me fuera con Koga o dejaste que me llevara a casa... porque tú querías ser el que se aprovechara

- Kagome, te estas llendo por las nubes..

- ¡Me da igual!- le grité con lágrimas a punto de cruzar mis mejillas- ¿así me ves, como un trozo de carne? ¡Dios, confié en ti! ¡te besé! ¿Y todo era una maldita mentira de las tuyas...?

- oye, no te pongas así yo

- ¿Era todo mentira, cierto? - pregunté empezando a llorar- Tú no me quieres ni como compañera ni como nada...¿en serio era todo mentira? Tus bromas, tus comentarios, tus sonrisas, tus ánimos...

Intentó abrazarme y consolarme pero me alejé de él a toda prisa, no quería que me tocara, no quería aunque su calor me llamara a estar ahí, entre sus brazos...

- Kagome...

- Inuyasha Taisho, yo, no quiero tener nada más que ver contigo...- dije secando mis lágrimas y entrando en casa creando una barrera anti-demonios al instante

Escuché cómo gritaba mi nombre pero me dio igual, él solo había jugado conmigo... yo me había abierto a él, había permitido que me besara y todo era una mentira... un calentón de la estúpida época de celo de los malditos demonios.

Pero, ¿por qué me dolía tanto? Solo había sido un beso... Estaba confundida, enfada y triste y celosa y asustada, tenía tantos sentimientos en mi cabeza que no podía parar de pensar en él... en el idiota que seguía gritando mi nombre afuera...

Me acuesto en mi cama y me arropo, Buyo aparece y se acomoda contra mi

- gracias Buyo... susurro mientras lo acaricio

Al final consigo dormirme, mientras de fondo escucho a Inuyasha gritarme que salga...