Lección uno. Nunca pierdas esperanzas.

Siento que fue más cuestión de suerte que otra cosa, al ser las primeras candidatas para el plan seremos las primeras en entrar alemán, un agradable judío nos está ayudando, si es que así se le puede decir, dice que lo separaron de su esposa, aun la busca y espera que nosotras lo ayudemos, lo cual es riesgoso, pero no imposible para tal acto. El idioma es más complicado de lo que parecía, la voz dulce de Sofía debe sonar imponente y llena de odio para evitar sospechas ¿Qué hay de mí? El idioma no se me da tan bien en mi estado de tranquilidad pero en cuanto recuerdo a mi madre aquel tono se vuelve parte de mi esencia, detesto que sea así, pero es en lo único que seremos iguales.

Hasta el momento, nuestro avance será cuatro días a la semana de entrenamiento físico y tres únicamente de alemán, debemos estar listas en menos de medio año.

Si no, no sé qué será de nosotras.

Siento que estoy sacando lo mejor de mí, un carácter duro pero a la vez imponente. Antes, los soldados solían hacer burlapor dejarnos estar aquí, no diré que todos pero si la mayor parte cuando llevábamos las armas para su revisión y mantenimiento. No es que este del lado del machismo o feminismo pero solo quiero igualdad, Sofía es más comprensiva con eso y muchas veces da vuelta a la moneda, la denominan como el hombre que nació en el cuerpo equivocado, cuando en realidad es alguien tan dulce que pudre los dientes, también creo que está saliendo con el general que nos recluto, aunque no me ha mencionado nada, se siente el amoren el aire o quizás empiezo a ver cosas donde no existen.