Desde que llegamos al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, situado a unos 43 km al oeste de Cracovia, siento que la poca fe que llegue a tener conservar se desvanece por completo; iniciando con el pútrido olor de los encarcelados, veo camionetas llegar, la primera mitad son hombres y la segunda las mujeres entre ellas mi compañera, poco a poco también veo llegar el tren; al momento de abrir sus puertas muchas personas caen, los vagones están repletos de mujeres, niños, y hombres no hay edad especifica solo los empezaron a separar en géneros.

Supongo que eso hace que sean fáciles de controlar, aun así pienso que nos triplican el numero; podrían en cualquier momento derrocarnos con simpleza, aunque pienso que serían muchas pérdidas para ambos lados, hoy me han dado la bienvenida "como nueva al mando" me han enviado a la casa de uno de los generales principales del Führer, por lo que la familia de este estará, es de máxima seguridad al mismo tiempo que he recibido una noticia del campo de concentración anterior, mas aliados vendrán a la ayuda. Sé que no es tan buena noticia, me agrada más tener las cosas bajo control, pero en estas circunstancias siento cada movimiento encima de mí; incluyendo cada ocasión que recojo información en forma de señales de humo y si, suena estúpido en esta época con un poco más técnicas; pero estamos siendo monitoreando en cada momento del día, incluso si te ven ayudando a algún judío en alguna cosa mínima (recoger alguna cosa que carguen o decir un "salud" a un estornudo) es señal directa para ser perforado por balas de las armas de tus compañeros, a veces también debes cuidarte de si quiera lanzar miradas de lastima. Esto saliéndose de control.

Han capturado al menos a tres de los nuestros en campo enemigo intentando salvar niños. Yo he tenido que estar en el momento para dar la orden de fuego.

Esto de mantenerme fría está costándomemás de lo que debería, incluso intento no llorar al escribir esto, yo misma cure a esos soldados, yo misma conviví con ellos. Supongo que será pena compartida, uno de ellos, era familiar de Sofia