Capítulo 71: El juicio de Eclipsa

Por los jardines del castillo, los pequeños animalitos que habitaban por toda la vegetación del lugar volaban y correteaban con gracia hasta posarse gentiles sobre los hombros y el regazo de Eclipsa, quien se hallaba sentada en un banco, como de costumbre. Entre sus manos tenía una pequeña corona de flores que había hecho ella misma. Cuando acabó de hacerla, la dejó en su regazo, junto a alguno de los pajarillos que estaban ahí, de entre ellos, algunos eran bebés de hipogrifo, lo cual era inusual de ver por ahí. Normalmente los hipogrifos se resguardaban en nidos enormes en lo alto de riscos y salientes de montañas, ya que de por sí era raro ver alguno, y más raro era aún ver a uno pequeño. Para ella eso significaba que su madre debía de estar cerca. Acarició la cabeza del pequeño, el cual estaba mordiendo la corona de flores. A Eclipsa no le importa, solo hacia ese tipo de indumentaria por diversión. La presencia de alguien acercándose provocó que lo animales alrededor de ella huyeran, incluido el hipogrifo y con la corona en su pico. Se trataban de dos guardias que venían a escoltarla hasta los tribunales. Sin decirle nada, la esposaron y con un gesto le ordenaron ponerse de pie. El día de su juicio había llegado.

Los miembros de la alta comisión se estaban preparando para el gran juicio por el que llevaban esperando desde que se enteraron que Eclipsa caminaba por sus terrenos. Rhombulus, después de tanto esfuerzo, había conseguido leerse uno solo de los casos acerca de los crímenes cometidos por Eclipsa, aunque fue incapaz de entenderlo o interpretarlo. Más la felicidad de haberlo conseguido no se la quitó nadie.

- Psss, hoy es el día. - le dijo una de sus serpientes mientras estaba perdido en su alegría.

- Oh, sí. - recordó este.

Buscó su capa con capucha y se la colocó, listo para asistir al juicio.

Sentado en su sofá, Omnitraxus Prime terminaba de ver su novela favorita, o, mejor dicho, uno de los universos en donde Marco y Star terminan siendo pareja. Este se limpiaba las lágrimas cuando vio que el muchacho y la chica contraían matrimonio.

- Hermoso. - dijo mientras pasaba uno de sus dedos por debajo de las comisuras de sus ojos, quitándose una lágrima que resbalaba por ellas.

A su derecha tenía una pila de documentos, los cuales había terminado de leerse, a pesar de haberse enganchado a los sucesos de aquel universo que había visto. El reloj despertador de una de las proyecciones desde donde observaba el resto de universos comenzó a sonar, aquello le avisó que tenía que prepararse para asistir al juicio.

Hekapoo se hallaba en su casa tomando un café. Hacía un par de horas que se había levantado y preparado para asistir al juicio. El día anterior había terminado de mirar toda la documentación que le habían dado. Ya estaba más que preparada para alegar en contra de aquella mujer. Y aunque estuvo esperando desde que la vio, que llegase este momento, no podía quitarse de la cabeza a su marido. Llevaba días sin verlo. No estaba preocupado por él, sabía que era alguien que no estaría en peligro, fuese a donde fuese, pero, el no verlo, le estaba afectando. Después de estar tanto tiempo junto a él, la ausencia de este se notaba, había comenzado a pensar que tal vez había sido muy dura con él, después de todo, no quiso causarle problemas, solo hacía su trabajo como escudero.

Tras darle un trago a su café, soltó un largo suspiro. Lo echaba de menos, mucho. Se dijo a sí misma que después del juicio intentaría hablar con él. Se terminó su taza y la dejó en el fregadero, ya la limpiaría alguno de sus clones. Abrió un portal y desapareció, camino al castillo.

En la los tribunales dentro del castillo se encontraba la reina Moon preparando los asientos para los miembros de la alta comisión. Quería que todo esté en orden a la hora de celebrar el juicio. Por la puerta entraba Shawn, quien se encargaría de escribir todo lo que se hable en el juicio. Se sentó a un lado de las mesas individuales de los miembros de la alta comisión. Moon subió a su sitio y preparó sus papeles, esta se situaba en el centro de las cinco mesas que había allí. Uno a uno los miembros del juzgado fueron llegando. La primera en llegar, fue Hekapoo, quien se situó en la primera mesa, a la izquierda de Moon. El siguiente fue Omnitraxus, pero este no se presentó físicamente, sino que su imagen era proyectada por la bola de cristal que siempre solía usar como comunicador entre ambos. Un guardia trajo consigo está bola y la dejó encima de un cojín a la izquierda de la reina. Por último, apareció Rhombulus, quien se situó al lado de Moon, a su derecha. En el sitio restante no había nadie, era el sitio que le correspondía a su antiguo miembro, Lekmet, el canciller. Cómo señal de respeto, Rhombulus dejó encima de su tarima una foto del canciller. Una vez todos estuvieron listos, pudieron dejar pasar a la acusada.

- Que pase la acusada. - ordenó Moon.

Las puertas se abrieron, mostrando a dos guardias que escoltaban a la antigua reina oscura esposada. Tan solo dieron dos pasos frente al umbral de la puerta para luego detenerse. Su escolta acababa allí. Dieron media vuelta y cerraron la puerta tras de sí, dejar a Eclipsa en el medio del camino. La mujer comenzó a avanzar con paso firme hasta llegar a una pequeña tarima donde había una mesita y estaba ubicada en el centro de la sala, la cual estaba hecha específicamente para los acusados. Colocó sus manos esposadas encima de la tabla para estar más cómoda y miró fijamente a los miembros de la alta comisión. No era una mirada desafiante, sino una de curiosidad, una mirada que se posaba sobre cada uno de los miembros de la alta comisión mágica y adivinaba sus intenciones; la enviarían ser cristalizada otra vez. Hizo una pequeña reverencia a modo de saludo y volvió a su posición.

- De acuerdo, el juicio ya puede dar comienzo, no? - sugirió Hekapoo al ver que ya estaban presentes todos los integrantes necesarios para el juicio.

- Aún no. - dijo Moon solicitando la paciencia de los presentes.

Algunos se mostraron algo confundidos, pues no sabían quién o quienes faltaban. Su duda interna no duró demasiado cuando la puerta se abrió de par en par mostrando la figura de Star Butterfly. Comenzó a saludar a todo el mundo mientras caminaba a donde estaban los miembros de la alta comisión, sentándose en un taburete que había detrás de las mesas.

- Que hace ella aquí? - preguntó Hekapoo.

- Este juicio se está llevando a cabo justamente gracias a ella, quiero que esté presente y así entienda porque todo el mundo quiere que Eclipsa vuelva a su prisión de cristal.

Hekapoo no puso objeción alguna ante aquel argumento, por lo que se centró en el juicio que iba a dar comienzo.

- Muy bien. Que el juicio para decidir el destino de Eclipsa Butterfly inicie. - anunció la reina dando un pequeño golpe con un martillo de madera que había a su izquierda - Testificantes, presentes sus testimonios. - ordenó.

Todos los miembros de la comisión sacaron cada uno una pila de papeles que colocaron encima de sus tablones. Tuvieron que tener cuidado de que estos no se desestabilizasen y acabasen por caer. Cuando Star vio todo eso, no pudo evitar el pequeño impulso de echarse hacia atrás. Por lo que tenía entendido, cada miembro de la alta comisión tuvo que leerse todos y cada uno de los papeles que tenían encima de sus tablas. Ella difícilmente era capaz de leerse el enunciado de los ejercicios de matemáticas, si tuviese que leerse todos eso seguramente renunciaría al caso.

- Que es todo eso? - preguntó la acusada, quien también se había echado un poco hacia atrás al ver esas pilas de papeles.

- Estos son testimonios de mewmanos que creen haberte visto haciendo el mal. Algunos son rumores y otros se sostienen por la corroboración de tres personas o menos, obviamente, todas ellas asustadas. - explicó Omnitraxus.

Tanto la reina oscura como la princesa rebelde entornaron un poco la mirada pensando en lo absurdo que sonaba eso. Incluso cruzaron miradas entre ellas con las que se confirmaron la una a la otra que un argumento como ese no se sostenía en un juicio. Para ellas resultaba algo bastante evidente, pero para los miembros que vivieron la época en la que Eclipsa reinaba y para Moon que había escuchado todas y cada una de las historias acerca de esa mujer, tal vez no los testimonios como pruebas verídicas, pero si el conjunto de estos que en sí era una prueba, la prueba de que todas las cosas malas o aterradoras eran atribuidas a Eclipsa.

Sabía que lo que estaba a punto de decir no le haría gracia a nadie, pero no dejaría el destino de su caso, ya sea culpable o no, a los testimonios inciertos de los mewmanos.

- Creo que no hará falta el uso de esos documentos. - mencionó la acusada.

- Que quieres decir? - inquirió Moon.

- Que no serán necesarios. - repitió - Demando tener un juicio por cubo.

En una sola fracción de segundo el ambiente en sala de tornó hostil. Star y Eclipsa lo podían percibir perfectamente, hasta el redactor levantó la mirada cuando notó que su cuerpo, instintivamente, le pedía a gritos salir corriendo de aquel lugar. Los miembros de la alta comisión sintieron que estaban siendo víctimas de una broma de mal gusto, como si la mujer hubiese sabido de esto y lo hubiese planeado solo para tener la satisfacción de haberles hecho perder el tiempo repasando todos y cada uno de los testimonios que había sobre ella para al final decidir realizar un juicio por cubo.

Fue Star quien se atrevió a romper aquel momento en el que hasta una mosca podría haber sido aplastada debido a la presión del lugar.

- Qué es el juicio por cubo?

Cómo reina de Mewni, Moon le explicó a su hija en qué consistía el juicio por cubo.

- Es una clase de juicio que se lleva a cabo por el cubo de la verdad. Los acusados tienen permitido optar a tener un juicio mediante este método, aunque no suelen hacerlo porque es imposible engañar o enmascarar verdad, el cubo sabe cuándo alguien miente o dice la verdad, en función de eso, juzga al acusado. - dio un suspiro después de que terminase su explicación - Muy bien, todo el mundo puede dejar sus documentos. - indicó la reina.

Casi refunfuñando, los miembros se deshicieron de sus documentos usando sus propios medios, portales, cristalizarlos y luego tirarlos por la ventana y pedirle permiso a Hekapoo para usar sus portales. Esto dejó las tablas de todos sin ni un solo papel. Moon levantó las manos y aplaudió dos veces de forma consecutiva y luego simuló esparcir brillos en el aire.

- Redactor, haznos el favor de buscar el cubo de la verdad. - ordenó Moon.

El hombre alce salió corriendo de la sala y al cabo de un rato volvió con un carrito sobre el cual había un cubo con un ojo en una de sus caras. Star reconoció en un momento aquel cubo, era el mismo que había utilizado la chica para jugar verdad o reto durante la pijamada en su casa.

- Mamá, acaso no ese el cubo para jugar verdad o reto? - quiso saber Star, quien estaba aún confundida.

- De qué hablas, hija? - respondió ella mientras ponía el cubo en modo juicio utilizando un interruptor ubicado en su base. Este comenzó a elevarse en el aire y su ojo de pronto parpadeó muy seguido.

- Prepárense para el juicio. - anunció el cubo con una voz grave que resonaba en toda la sala - Todos los presentes que formen parte del juicio tendrán que introducir su dedo meñique en la ranura que voy a habilitar. Así quedarán registrados y no podrán ocultarse tras sus mentiras. Solo entonces - hizo una pausa dramática - comenzará el juicio.

De debajo del cubo se abrió un pequeño compartimento similar al cajón de una mesita de noche. Uno a uno el cubo fue registrando a los presentes, en el caso de Rhombulus, fue una de las lenguas de las serpientes lo que puso en el compartimento, y en el de Omnitraxus, fue necesario abrir un portal desde su dimensión para introducir su dedo. Hasta Star había sido solicitada para el registro del cubo, lo cual extrañaba a su madre. Por último, quedó Shawn, el redactor, quien se estaba quitando uno de sus guantes para poner su dedo meñique en el compartimento, el cubo lo miró con detenimiento durante un par de segundos.

- El registro ha sido completado. - anunció sin haber tenido en cuenta al redactor, debido a que no lo consideraba un elemento relevante en la participación del juicio, solo le parecía un mero espectador - Que el juicio comience.

El redactor bajó la cabeza, entristecido por no ser tomado en cuenta como uno más de los presentes.

- Se juzgará a Eclipsa Butterfly. Cada miembro de la alta comisión podrá hacer una pregunta, en base a sus respuestas, se dictaminará si la acusada es culpable o inocente. Miembros, piensen bien sus preguntas.

Los miembros comenzaron a pensar cuidadosamente cuales serían las preguntas a efectuar. Para no olvidárselas, las escribieron en una hoja, así no se perderían mientras oían las del resto. El primero en preguntar fue Rhombulus.

- Es verdad que tú eres la única autora del capítulo prohibido, el cual contiene los secretos de la magia oscura?

A la vez que se formulaba la pregunta, el cubo proyectaba una imagen representativa de la pregunta en cuestión, en este caso, el libro con la página del capítulo prohibido expuesta. Eclipsa la miró recordando el día en el que comenzó a escribirlo.

- Si, aún lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Comencé a escribir ese capítulo a los quince años. Todo el mundo hablaba acerca de lo mala que era la magia oscura, nunca nadie quiso darle una oportunidad e investigarla para descubrir la verdad detrás de ella. Así que yo lo hice, comencé mi propia investigación y descubrí que la magia oscura de por sí sola no es malvada, solo es diferente al resto de la magia a la que estamos acostumbrados.

El cubo dio la respuesta de Eclipsa por verdadera, pasando así al siguiente miembro, Omnitraxus.

- Abandonaste al rey Shastacan por un romance prohibido con un monstruo?

Esta vez el cubo proyecto a Eclipsa abandonando al rey Shastacan para juntarse con el rey trol. Cuando ella vio la proyección del marido al que amaba no pudo evitar sonrojarse un poco y apartar la mirada.

- Si, si lo hice. - dijo con firmeza.

Le tocaba a Hekapoo. Estuvo a punto de preguntar, pero la mano de Omnitraxus apareció por un portal y se apoyó en su hombro.

- Eh, Hekapoo, no he podido evitar leer tu pregunta, solo quiero recordarte que eso es algo que ya tratamos en su momento, y se dictaminó que no era considerado un crimen, recuerdas? - Hekapoo lo miró con disgusto, no quería escuchar eso, pero sabía que era verdad - Tal vez deberías cambiar la pregunta.

- Ah. - suspiró - Muy bien. - cedió y reformuló la pregunta en su cabeza - Estás arrepentida de todos los actos que has cometido, tanto los que hemos mencionado como los que no?

No hubo proyección por parte del cubo en esta ocasión. Eclipsa no respondió, solo sostuvo la mirada con Hekapoo, quien parecía perder la paciencia a cada segundo que la acusada permanecía callada.

- En lo absoluto. - respondió con serenidad.

La forjadora apretó sus dientes interpretando sus palabras como si estas fuesen una clase de burla o desapego por todo lo que hizo. Apretó su puño para contener el enfado y no salirse de sus casillas. Star, que miraba desde atrás, observaba con intriga el comportamiento de la mujer. Intentaba dilucidar lo que le pudo haber hecho Eclipsa para que guardase tanto rencor.

Por último, Moon realizó su pregunta.

- Eclipsa, de haber sabido las consecuencias que traerían tus actos, habrías cometido los mismos errores que cometiste? - formuló con voz calmada y tranquila.

La mujer, al oír la pregunta, bajó la mirada un momento para recordar todas las cosas que hizo y los motivo por los cuales las hizo, y sonrió. Levantó la mirada y la posó directo hacia Moon.

- No fueron errores. - sentenció esta - Los habría cometido una y mil veces.

Los miembros de la alta comisión inspiraron sorprendidos por la respuesta de la mujer. Tenía la oportunidad de dar una respuesta de redención, pero sus intenciones nunca cambiaron, y, al parecer, nunca lo harían.

Sin poder ofrecerle otra pequeña oportunidad como aquella, Moon solo cerró los ojos y suspiro.

- Bien, creo que el veredicto está más que claro. Cubo, dinos cuál es tu sentencia.

- Espera. - intervino Star antes de que el cubo pudiese decir nada - A mí me gustaría preguntar algo.

Ella no era un genio, ni tampoco sabía nada acerca de los juicios, pero sabía que por el rumbo que había tomado la conversación, Eclipsa sería declarada culpable, probablemente.

- Star, no eres miembro de la alta comisión, aunque nos los pidas, no podríamos darte el derecho de intervenir. – explicaba su madre.

- De hecho. - intervino Eclipsa - Ella también fue registrada por el cubo, por lo que forma parte del juicio.

- Si, pero no tiene el derecho de intervención, no puede realizar una pregunta, no es una miembro.

- Pero yo aún lo sigo siendo, y, por lo tanto, aún conservo mi derecho de intervención, por el cual puedo hacer esa pregunta. Tengo razón? - le preguntó al cubo.

Este permaneció en silencio unos segundos, aumentando el dramatismo.

- Eso es correcto. Eclipsa Butterfly tiene derecho a realizar una pregunta.

- Entonces, me gustaría cederle mi derecho a Star Butterfly. - dijo apuntando a la chica con su mano.

Los presentes se voltearon hacia la chica esperando su reacción.

- Pero, es tu derecho, vas a renunciar a la oportunidad de poder salvarte confiando en que lo haga yo? - preguntó consternada. No estaba segura, quería tener la oportunidad de intentar ayudar a Eclipsa, pero si para ello esta tenía que cederle la palabra, prefería que fuese ella misma quien se defendiese y así no estropearle la oportunidad de salir inocente.

- Star, yo creo en ti, sé que aprovecharas este derecho. - dijo con voz serena.

Star sonrió de forma tierna al escuchar esas palabras. Haría todo lo que esté en su mano para no desperdiciar esa pregunta.

- Esperen, aún no sabemos si es posible que Eclipsa ceda su derecho de intervención a Star. - les recordó Moon.

Entonces, todos voltearon a mirar al cubo, esperando que esté dijera algo al respecto. Para variar, mantuvo un pequeño silencio dramático.

- Apruebo la cesión de derechos.

De nuevo, Moon suspiró por todos los vaivenes que estaba tomando el juicio, ya sabía que esto sería algo problemático.

- Star. - comenzó esta - Procede con tu pregunta.

De un salto, la chica se bajó de su taburete y se situó entre los miembros de la alta comisión mágica y Eclipsa. Inspiró aire y carraspeó un poco su garganta para aclarar la voz.

- Miembros de la alta comisión, Eclipsa, Cubo flotante. Se está juzgando a esta mujer por haber seguido el camino de la magia que quiso, sin hacer daño a nadie. Y por dejar una vida que no quería vivir, solo para huir con el amor de su vida. Si me lo preguntan, para mí esos no son crímenes. Pero no es esto lo que yo quería decir al presentarme ante a ustedes. Quiero exponer un dato del que nadie ha hablado, y es el hecho de que, según tengo entendido, ya se culpó a Eclipsa por los actos anteriormente mencionados tiempo atrás, y ella ya fue condenada por esos actos. Ahora están culpándola por los mismos actos que tuvieron lugar hace más de trescientos años para volver a cristalizarla de otra vez. Eso sin mencionar el hecho de que mi madre realizó un trato entre dos Butterflys.

- Star. - intervino ella por la acusación.

- No, mamá. Si realmente van hacerle un juicio a Eclipsa, hay que ser justos. - se defendió ella - Eclipsa dijo que el acuerdo entre dos Butterflys era más fuerte que cualquier prisión de cristal, más que cualquier condena. Sabiendo eso, mi madre aceptó realizar el acuerdo, y este acabó por cumplirse. Ahora quieren volver a encerrar a Eclipsa en un trozo de cristal, como se puede ver en este juicio. Mi pregunta es, entonces, acaso Eclipsa merece ser condenada otra vez por los crímenes de los que ya ha sido juzgada y, además, tras haber sido liberada de su prisión por el acuerdo entre dos Butterflys? - preguntó mirando a su madre - Reina Moon.

La luminosidad del ambiente se redujo y el ojo iluminó directo a la reina para que esta tuviese la atención de los presentes. Sintió como la habían puesto en una situación delicada.

- Y-yo, no... - intentó responder, pero no sabía cómo abarcar esa situación. Miró a su hija, aún sorprendida por la situación en la que ella la había puesto - Star, porqué haces esto?

- Mamá, tú me enseñaste que no hay que mentir, que hay que ser justos e ir con la verdad de cara. Si no decimos toda la verdad aquí, entonces estaremos encerrando a alguien que no merece ser encerrado. - dijo con determinación.

Moon sintió un poco de orgullo al ver que su hija quería luchar por una causa que ella consideraba justa. Más la situación no era la más indicada para demostrar que había aprendido bien de su madre. Su alteza creyó que había elegido el peor momento para mostrar la nobleza que se le había inculcado. Inspiró lento, pensando que diría, pero ante el cubo sus opciones eran pocas.

- No. - dijo resignada y bajando la mirada hacia su hija de nuevo - No sería justo condenar a alguien que ya ha sido condenado y liberado por un trato que yo decidí hacer. - confesó con pesadez.

Todos en la sala guardaron un silencio pesado, el cual aumento la incertidumbre del momento.

- Lo hiciste bien, Star. - le susurró Eclipsa a la chica levantándole el dedo pulgar.

- Tal parece que la propia reina ha dictaminado el destino de la acusada. - habló el cubo, esta vez sin hacer silencios - En vista de las alegaciones y a la confesión de Moon Butterfly. Declaro a Eclipsa Butterfly... - un rayo salió disparado de su base y dio justo en las esposas de la mujer, liberándola - inocente.

El cubo comenzó a lanzar confeti y a reproducir la canción "we are the chanpions" de Queen. Eclipsa sonrió contenta y Star le saltó encima para abrazarla y reír. Sobrecogida por la euforia del momento, también abrazó a la chica con fuerza, ambas se mostraban totalmente contentas. Lo habían conseguido, habían conseguido sacar la verdad a la luz y demostrar que Eclipsa merece ser libre. La emoción que sentían era incomparable. Pero un grito desde el tribunal hizo que la canción se detuviese de golpe y que la celebración cesase.

- QUÉ?! - soltó Hekapoo mientras arañaba la tabla de su mesa debido a la rabia interna que se apoderaba de ella - Acaso vamos a dejar libre a esta mujer después de todo lo que hizo?

- Hekapoo, es lo que el cubo ha sentenciado. Se hizo un juicio justo y perdimos. - le recordaba Moon.

- Me niego a aceptarlo. - se opuso ella - Tú. - señaló a Eclipsa con los ojos totalmente rojos y enseñando sus colmillos - Tienes idea acaso de a quienes heriste al dejar el reino, quienes sufrieron con tu partida. - comenzaba a avanzar hacia la mujer con gesto hostil - Tienes siquiera la más mínima endemoniada idea? - reiteró gritando.

Sus compañeros se alarmaron al ver el comportamiento que estaba adoptando la mujer. Temieron que pudiese cometer algún error si no se detenía. Rhombulus saltó de su mesa y corrió para agarrar a la mujer de su brazo derecho. El mismo Omnitraxus tuvo que aparecer de un portal para tomar a Hekapoo por el brazo izquierdo y su torso, tuvo que agacharse, pues la habitación era muy pequeña para él. Temiendo por su hija, que estaba junto a Eclipsa, Moon saltó de su sitio y se puso delante de ellas, buscando evitar que la forjadora mantuviera su avance. Star no pudo evitar abrazar con fuerza a Eclipsa, nunca había visto a Hekapoo en ese estado. No sabía lo que iba a pasar, así que preparó su varita en caso de que fuese necesario, aunque sintió como la mujer a la que abrazaba, la acogía en sus brazos para evitar que la dañaran.

- Hekapoo, detente. - le decía la reina, esperando que por favor oyese sus plegarias.

Los tipos notaban como la piel de la mujer ardía y los quemaba, no estaban seguros de poder retenerla por más tiempo. Un sonido casi imperceptible los hizo dejar de forcejear para detenerla, había aflojado los brazos, estos le temblaban. Oyeron el sollozo de la mujer y notaron que lágrimas de su rostro caían y chocaban contra el suelo.

- Tienes idea... - formuló mostrando un rostro que había pasado de la ira a la tristeza - de cuanto daño hiciste a aquella persona que realmente te quería cuando te fuiste? - acabó de preguntar mientras las lágrimas resbalaban por su rostro.

Sus compañeros soltaron a la chica, la cual no intentó atacar a Eclipsa. Con un leve sentimiento de pena, la reina oscura miro directamente a Hekapoo, quien le sostenía la mirada, una mirada llena de dolor y melancolía.

- Si, se cuánto daño he hecho, pero ya he pedido perdón por ello. Hice lo que creí correcto, y, como dije, no me arrepiento de ello. - dijo serena.

En un abrir y cerrar de ojos, la forjadora sostenía las dos mitades de sus tijeras en sus manos, los tipos se dieron cuenta tarde e intentaron reaccionar, pero no fueron los suficientemente rápidos. Hekapoo abrió un portal a sus espaldas y, dando un último vistazo a la antigua reina oscura, desapareció. La mujer apareció en el sótano de su casa, en la herrería, tomó un martillo y comenzó a gritar a la par que golpeaba el yunque con fuerza. Chiapas saltaban con el choque de metales y el sonido ensordecedor de estos inundaba la habitación, hasta que ya no le quedaron fuerzas para seguir golpeando. Volvió a tomar sus tijeras y se transportó a su habitación, donde se dejó caer sobre la cama y cedió ante el dolor que había en su corazón, rompiendo en lágrimas y en un llanto que acallada enterrando su cabeza en la almohada. Lloró y lloró sin saber cuánto tiempo había estado ahí, hasta que alguien golpeó la puerta. Sería uno de sus clones que seguramente se había preocupado por la original al oír tanto escándalo. No le importaba nada ya, solo quería quedarse allí, ahogado sus penas en lágrimas. Pero.

- Hekapoo? - preguntó aquel que abrió la puerta, y para la sorpresa de la mujer, no era un clon.

Quitó la cara de la almohada y levantó la mirada para voltear hacia la puerta.

- Marco? - preguntó con voz rota al ver al chico iluminado por la luz que se filtraba por el umbral de la entrada de su habitación.

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Me gustaría tener ese cubo, me habría ayudado en mas de una ocasión.

En fin, capítulo de esta semana, irán comenzando a notar que la trama irá despegandose poco a poco de la versión cannon, que es justamente lo que estoy buscando, pues no me gusta que varios de los capítulos esten hechos en buena medida de lo que ya está hecho en la serie, por lo que ahora me comenzaré a sentir mas conforme con lo que comenzarán a leer.

Nada más, peña. Hasta la semana que viene.

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