Capítulo 56: planes de boda

En Mewni se estaban reuniendo los miembros de la alta comisión mágica, a petición de Hekapoo. Había dicho de antemano que no se trataba de un tema político ni de nada importante en sí, sino de que esta quería anunciarles algo que al menos a ella le resultaba importante. Por lo que los presentes serian aquellos que decidieran presentarse por propia voluntad. Como estos sabían que Hekapoo no solía hacer esa clase de peticiones debido a su seriedad y compromiso con su deber, optaron por asistir, ya que, si algo era importante para ella, para ellos también lo seria.

Los miembros se hallaban esperando sentados en una sala para las reuniones, mientas que Hekapoo estaba esperando a su compañero afuera de esta. Deseaba en su interior que Marco no se tardase mucho, ella era una persona seria y estricta, por lo que no querría hacer esperar a los miembros de la alta comisión después de que hubiesen tenido la amabilidad de concederles un poco de tiempo de sus vidas para escuchar su anuncio. Sabía perfectamente que el chico estaba atendiendo un asunto de suma importancia, se lo había explicado todo, y ella concordó en que Jackie estaba en su derecho de conocer la verdad. Desafortunadamente para ella, cuando fue a preguntarle a los miembros si podrían acceder a venir a esa reunión informal, todos concordaron en que ahora mismo disponían un momento ello. Probablemente lo hubiesen hecho a buena voluntad para cumplir la pequeña petición de la forjadora, pero inconscientemente habían puesto sobre ella una pequeña presión que la hacía sentirse ansiosa.

Un portal se abrió delante de ella para su alivio, de este salió el muchacho. Su rostro expresaba algo se melancolía, supuso que decirle la verdad a la tal Jackie le había costado. Conocía al tipo, y sabía que seguramente habría intentado, por todos los medios, evitar que a la pequeña le doliese la noticia, paro hay cosas que son inevitables.

- Como te fue? - preguntó ella, acercándose para verlo de cerca, se notaba aún más lo afectado que parecía.

- No todos los días tienes que decirle a tu novia de hace una centena que amas a otra persona. - dijo en un tono irónico para sí, buscando un poco humor en la situación, solo para quitarle peso - Pero realmente creo haber hecho lo correcto. - Hekapoo se sintió más aliviada al notar que este había hecho su mejor esfuerzo para no herir a la chica.

- Y tú cómo te encuentras? - quiso saber, pues a pesar de saber que había hecho lo que tenía que hacer, le preocupaba el estado anímico de este.

- Me gustaría irme a la cama, pero me encuentro bien. - expresó, sonriéndole a la mujer.

- Si no te encuentras bien puedes descansar, ya me encargaré yo de charlar con la alta comisión.

- No, no. Estoy bien. Tú tuviste el detalle de conocer a los míos. Ahora me toca a mí conocer a los tuyos. - dijo acariciándole la mejilla con ternura, verla le ayudaba a recuperarse del mal rato que había pasado.

Conmovida, se acercó a él y le dio un beso gentil en los labios. Lo miró a los ojos notando que este ya tenía mejor cara.

- Estas listo para entrar? – preguntó con una media sonrisa en el rostro.

Este respondió devolviéndole el gesto a la chica. Decididos, entraron a la sala, siendo Hekapoo la que fue por delante, abriendo la puerta de par en par.

Los miembros de la alta comisión platicaban entre ellos. En cuanto vieron que la puerta se abría, callaron y vieron a la forjadora entrar, pero les llamó la atención el hombre que venía tras ella. No parecía algún infiltrado o algo similar, más bien parecía ser el acompañante de la mujer. Por si eso no fuera poco, se percataron de que la vestimenta de esta era muy distinta a la que solían utilizar en Mewni, dándoles a pensar que ese hombre bien podría no ser de allí, exceptuando a Rhombulus el cual solo pensaba aquel el tipo se veía cool con la sudadera que llevaba.

Adivinando los pensamientos de sus compañeros reflejados por las expresiones en sus rostros, Hekapoo se dispuso a arrojar luz al asunto.

- Miembros de la alta comisión mágica, antes que nada, quiero agradecerles por brindarme la oportunidad de ser informante de una noticia muy importante para mí. – hizo una pausa para tomar aire – Se estarán preguntando quien es el sujeto que me acompaña. – dijo señalando a Marco con ambas manos – A decir verdad, es alguien a quien ustedes ya conocen. Se trata de Marco, el chico de la tierra, y amigo de Star. - el cual aprovechó la presentación que hizo su compañera para saludar cordialmente a los miembros con una pequeña reverencia.

Asombrados a la par que desconcertados comenzaron a murmurar entre ellos acerca de lo que estaba diciendo la mujer, como si se hubiesen esperado cualquier otro tipo de aclaración respecto al hombre, excepto esa. Ya todos habían visto al chico de la tierra en alguna ocasión, no personalmente, pero si mediante una bola de cristal, aparte de conocer la situación entre este y Star en el mundo de los humanos. Recordaban perfectamente que este era un adolescente, pero a quien Hekapoo les estaba presentando era a un hombre que estaría cerca de los treinta. Solo había sido el inicio de la noticia, pero fue lo suficientemente peculiar como para escandalizar un poco a los miembros.

- Sé que se sentirán confusos, - prosiguió ella - pero aclarare todas las dudas que les están surgiendo.

- Oh, oh. - gritaba Rhombulus levantándose de su sitio y elevando sus brazos para crear énfasis en sus palabras - Ha crecido con magia verdad? Seguro que es magia. - insinuaba mirando a los demás miembros a su alrededor - Qué otra cosa podría ser sino? – pregunto encogiéndose de hombros.

- Rhombulus - dijo Moon apoyando su mano en el hombro del tipo, tal vez debamos dejar que Hekapoo nos explique lo que está pasando.

Consiguió hacer que el hombre de color turquesa se calmara y volviese a su sentarse en su sitio. Luego apuntó con su mano a Hekapoo, invitándola a proceder con su explicación. Ella, personalmente, también sentía curiosidad por lo que sus ojos le mostraban, y no quería parecer ansiosa, pero deseaba saber lo ocurrido.

- Gracias, reina Moon. Ahora pasaré a explicarles el motivo por el cual Marco tiene este aspecto y porque me acompaña en esta reunión. Intentaré ser lo más concisa posible sin dejarme detalles importantes.

Comenzó a contarles la historia que había vivido el muchacho, como ella había dicho, sin ser detallista en todo, pero si mencionando los puntos de gran importancia. Marco, intervino en algún momento de la explicación para ayudarla en algunos puntos clave. Sobre todo, en lo que había pasado acerca del reto de las tijeras, lo que Marco había aprendido, el Njönder y la relación que había entre ambos. Los miembros habían estado escuchando atentamente las palabras de la mujer, cada uno sacando su propia conclusión respecto a la historia. Entonces fueron informados de la parte más importante de la historia.

- Ahora hemos decidido venir a vivir a Mewni y... casarnos. - dijo un poco emocionada. Acababa de exponer ante la alta comisión mágica que ella había encontrado a la llama de su corazón, a aquel que la resguardaría y quién velaría por su felicidad. Sentía como si se hubiese quitado un peso de encima, pero a su vez, como si hubiese quedado expuesta ante sus compañeros. Nunca antes un miembro había tenido una pareja formal, exceptuando a la reina, pero no era algo prohibido ni mal visto entre ellos, simplemente, era algo que nunca antes había sucedido.

Tras un pequeño silencio que apenas duró tres segundos, pero que para ella fue una eternidad, fue Moon la primera en levantarse y acercarse a ellos. Mantenía un porte calmado y sereno, con sus manos apoyadas en su regazo y sus dedos entrelazados. Miró a ambos con una sonrisa sincera.

- Estoy muy contenta por ustedes, han sido capaces de encontrar a la persona más importante en su vida, y ahora tienen la oportunidad de solidificar esos sentimientos consumando el matrimonio. Tienen todo mi apoyo con ustedes.

Los otros miembros de la alta comisión se acercaron para felicitarlos por igual. Rhombulus se sintió emocionado por la situación y abrazó a ambos con fuerza mientras lloraba.

- Estoy muy contento por ustedes. Harán una pareja preciosa, estoy seguro de ello.

A Hekapoo le molestaba un poco esa muestra excesiva de emoción por parte del tipo con cabeza de cristal, pero se lo permitió porque ese día se sentía feliz por haberse sincerado. Tras ser liberados y volver a respirar, se prepararon para recibir al canciller. Este les dio la mano a ambos y les dedicó unas palabras.

- Meeh me, meee meh mehh mee me, meeeh.

- Gracias, canciller. - respondió la chica.

El antropomorfo cabro, se fue junto a Rhombulus y Moon, cediéndole a Omnitraxus la palabra. Marco aprovecho ese pequeño momento para susurrarle algo al oído a Hekapoo.

- Has entendido lo que dijo el canciller?

- No, pero seguro que nos ha felicitado. - se encogió de hombros y le sonrió sin darle mucha importancia al detalle.

Ya solo quedaba Omnitraxus, quien era proyectado en la bola de cristal que permanecía en el cojín sobre un carrito carrito.

- Podrían acercarme un poco, es que me resulta difícil moverme en estas condiciones.

Marco se le acercó rápidamente y tomó el carrito, trayéndolo consigo a donde se encontraban.

- Gracias, Marco. - dijo el señor de tiempo al ser traído hacia la pareja - Debo decir que me sorprende el ver que hayas elegido a Hekapoo como pareja en esta realidad.

- Que? - preguntó totalmente confundido por esa frase

- Nada, nada. Cosas relacionadas con las líneas temporales alternativas y universos paralelos, no me presten mucha atención. En definitiva, me alegro por ustedes, les deseo una vida plena y llena de felicidad.

- Gracias Omnitraxus. - respondió el muchacho.

Hekapoo hizo lo mismo acompañado por una pequeña inclinación de cabeza. Se sentía satisfecha, había expresado sus emociones y estás habían sido aceptadas por sus seres más cercanos. Ahora en su mente solo estaba presente la idea de la boda, cuando la harían y como sería.

De los miembros de la alta comisión, Moon se les acercó un poco con una duda en su mente.

- Disculpa Marco, pero ya no vives en tu casa, verdad?

- No, solo permanecimos allí la noche anterior. Ahora nos quedaremos en los aposentos de Hekapoo hasta que consigamos nuestra propia vivienda. Porque lo pregunta?

- Es por Star, es por saber qué hará ahora que no vives junto con ella. - preguntó entre curiosa y a la vez preocupada. Ahora que él no estaba viviendo en su propia casa, tal vez los padres del muchacho viesen a Star como una intrusa. Pero también se preocupaba por sus ánimos, pues bien sabía lo cercana que ella era hacia Marco, lo tenía en gran aprecio, y no sabía cómo se tomaría todo esto.

- No sé preocupe, mis padres dijeron que puede quedarse con ellos cuanto guste, es una más de la familia. En cuanto a su aprendizaje en la tierra, ella está rodeada de buenos amigos, estarán encantados de enseñarle cuanto puedan acerca de la vida en la tierra. - este pensó detenidamente en lo último que había dicho. Se imaginó a Star junto a Janna abriendo un portal hacia una dimensión alterna, obviamente, por ocurrencia de Janna. Una pizca de duda se cernió en su rostro, pero rápidamente se obligó a mostrarse seguro ante la atenta mirada de la reina. - Además, le dije que, aunque yo haga mi propia vida, aún puede contar conmigo para lo que necesite.

- Me alegra oír que mi hija ha formado un confiable grupo de amigos. Agradezco tu preocupación por ella, joven Marco.

Le hizo un poco de gracia aquella forma en la que Moon lo había llamado, pensó que en él era un adulto varias décadas mayor que ella, y aun así, lo trataba de joven.

- Por cierto. - dijo Moon con voz pasiva - Cuando tienen pensado casarse?

Al oír esto, tanto el tipo como la forjadora se miraron extrañados. Cayeron en la cuenta de que no habían planeado la boda con detenimiento. Se habían emocionado tanto con la idea de comenzar una nueva vida en Mewni que no sé pararon a hablarlo seriamente. También pensaron que todo aquello había sido muy repentino, y que tampoco se dieron tiempo a planear detenidamente la unión de ambos.

- Buena pregunta. - dijo Marco un tanto apenado, rompiendo el silencio en el que se habían sumido él y su amada ante aquella pregunta - Supongo que lo hablaremos en algún momento, tal vez cuando tengamos nuestra propia vivienda. - se giró para ver a Hekapoo, quien lo estaba observando con una mirada inquisidora por el comentario - O ahora mismo, cuanto antes mejor.

- Piensen en ello con calma, nosotros estaremos aquí para ayudarlos en todo momento. Aunque debo recordarles que en un mes será la ceremonia en la que diseñará la canción para introducir a la princesa Star a los ciudadanos como futura reina de Mewni. Por lo que, si deciden celebrar su boda durante esas fechas, les resultará complicado. - explicó Moon.

- Gracias, reina. - dijo Hekapoo cordialmente - Lo tendremos en cuenta.

Moon, se despidió debidamente y se fue de la sala de reuniones. Los miembros de la alta comisión mágica hicieron lo mismo, y volvieron a sus actividades cotidianas. Hekapoo dejó un clon para que se llevase la bola de cristal en donde se proyectaba Omnitraxus. Tras cerrarse la puerta, ella y el muchacho se quedaron solos. Soltaron un suspiro a la par, aliviados por ya no tener que aclarar la situación entre ellos a nadie más. Ella le dirigió una mirada cómplice al muchacho acompañada de una sonrisa, este al notarla realizó el mismo gesto para ella, levantó el puño dejándolo en el aire y ella chocó el suyo con el del chico.

- Ya está, ahora solo nos falta la vivienda y el casamiento.

- Y que encuentres un trabajo, tal vez en la guardia real como te sugerí. – le recordó ella.

- Si. Estás contenta?

- Como no lo voy a estar?

Felices por el momento, se aprovecharon de la intimidad que tenían y se acercaron el uno al otro. Marco la tomó de la cintura y ella lo empujó un poco para que este se apoyara contra el borde de la mesa, se puso de puntas y se acercó hacia el con una sonrisa picaresca, hasta dar con sus labios. Cerraron sus ojos y se dejaron llevar por el momento. Hekapoo soltó un pequeño gemido de placer cuando sintió que Marco la acercaba más hacia él.

Estaban perdidos el uno en el otro, cuando el sonido de alguien abriendo la puerta de la sala los devolvió a la realidad de sopetón. Rápidamente se giraron para ver al indiscreto. Era Rhombulus, quien se asomó un momento y se quedó mirando a la pareja.

- Yo solo vine porque.... – la pareja lo miraba con los ojos bien abiertos y con sus rostros enrojecidos por la vergüenza – Mejor me voy. – dijo cerrando a puerta tras salir, cubriéndose sus inexistentes oídos con sus manos de serpiente y balbuceando para no escuchar sus pensamientos referentes a lo que había visto.

Ambos se miraron un poco apenados por lo que acababa de pasar. Acordaron, sin palabras, salir de allí y no decir nada al respecto.

Por la noche ellos tomaron sitio en la sala de reuniones en la que habían estado por la mañana, comenzaron a platicar acerca de los planes para la boda y la vivienda. Hekapoo dijo que se encargaría de conseguir la vivienda, sabía a quién acudir para conseguirla y quién podría ofrecerle alguna de las mejores casas. Marco le dijo que no tendría inconvenientes con la casa que eligiera, pero que le gustaría una que esté un poco apartada de la ciudad para tener tranquilidad. Su compañera coincidió con él, tantos años viviendo en aquella dimensión la hicieron apegarse a la calma y la soledad.

Definido el único requisito que puso el muchacho para la casa, pasaron a tratar sobre el tema de la boda.

- Nunca he visto una boda en persona si he de serte sincero. - expuso el muchacho, debido a que en la tierra no vivió lo suficientemente como para ver la boda de alguien cercano, y en su estadía en la dimensión de Hekapoo tampoco vivió nada similar.

- Yo he visto a decenas de príncipes y princesas casarse y convertirse en reyes y reinas. Pero no me agradan esas bodas, son demasiado formales, y los vestidos enormes blancos o rosas que llegan a ponerse algunas, a pesar de ser bonitos, son muy incómodos. - dijo ella, ignorando que siempre llevaba un vestido aparatoso consigo, con el que forjaba e incluso luchaba sin siquiera notarlo - No me gustan esos vertidos pomposos. No quiero parece un algodón de azúcar.

Una pequeña risa salió de la boca del muchacho al tratar de imaginarse a Hekapoo con un vestido como ese, definitivamente no era su estilo.

- De que te ries? - quiso saber ella.

- Nada, nada. Solo pensaba que realmente podemos hacer la boda como queramos, después de todo es nuestra boda. Alguna idea?

- Mar de llamas. - propuso con una sonrisa.

- Tal vez en otra ocasión. - dijo este sin que fuese rudo.

El muchacho se echó hacia atrás, inclinando la silla sobre sus patas traseras y mirando al techo, esperando que se le ocurriese alguna idea. Por su parte, la muchacha clavó sus codos en la enorme mesa de la sala y apoyó su rostro en sus manos, esperanto también conseguir alguna imagen en su cabeza sobre la boda ideal. Al cabo de un rato, Marco se levantó de su sitio y salió al balcón que conectaba con la sala, se le ocurrió que un poco de aire le ayudaría a aclarar sus ideas, la luna estaba en cuarto menguante aquella noche. Hekapoo, que apareció a su lado, hizo una pequeña bola de fuego que cubría la luna desde la perspectiva del tipo.

- Ahora está llena. - soltó con una tonta sonrisa.

Este solo negó con la cabeza, evidenciando lo malo que era aquel chiste.

- A lo mejor un poco de humor nos ayuda a pensar.

- Yo creo que has eliminado todo pensamiento posible en mi cabeza. - dijo con una sonrisa.

A lo cual ella respondió dándole un pequeño golpe en el hombro y riéndose con él. Ciertamente era una bonita noche, y podría ser más bonita su hubiese luna llena. Ese pensamiento rondo por su cabeza como una mosca que vuela alrededor de una bombilla, haciéndole recordar una cosa.

- Lo tengo. - dijo de golpe como si un rayo le hubiese caído encima. Sobresaltado a la dama de cabello carmesí.

Comenzó a explicárselo como una idea base sobre la que trabajar.

- Suena interesante. - respondió ella - Entonces, no tendré que llevar un vestido que parezca un algodón de azúcar?

- Para nada.

- Pues estoy de acuerdo. Y como la idea es tuya, tú te encargaras de buscar lo necesario para llevarla a cabo. Luego realizaremos juntos los preparativos. Yo me encargaré de avisar a Moon de la fecha, una vez la tengamos, y de hacer las tarjetas de invitación.

- Lo veo justo.

Hekapoo alzó los brazos y se estiró, tomando su brazo derecho con el izquierdo. Marco se aprovechó de ese momento y le picó la nariz, haciendo que está se ría levemente.

- Bueno, vamos a la cama. Mañana tendremos un día ajetreado. - sugirió ella.

- Y que lo digas.

Fue así como la noche término para ambos, dejando la promesa de tener una mañana intensa al próximo día.

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Buenas, lamento haberme tardado en subir este capítulo, no tuve la mejor de las semanas, el viernes aun o habia terminado el capitulo y no me sentia con animos de escribir. Pero ya estoy aqui. Ya nos veremos la proxima semana. Hasta otra.

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