Capítulo 41: Volvemos a encontrarnos
Después de los sucesos ocurridos sobre el profesor Tensei la academia nuevamente se hubo de reponer. Maedlay fue liberada de aquel árbol, inmediatamente se pudo en marcha con la normalización de las cosas. Los alumnos heridos por Tensei fueron hospitalizados. Lo mismo se hizo con Deinel y Gennyer. Flikin afortunadamente no sufrió daños severos, por lo que no tuvo que disponer de un tratado exhaustivo. Se tuvo que informar a las autoridades de los hechos ocurridos allí para recibir la ayuda adecuada. Marco tuvo que quedarse un poco más de tiempo para dar testimonio a las autoridades. Nachos se quedó celosamente en la academia durante ese corto periodo de tiempo, así que Marco se divirtió con su amigo durante esos días, cuando no tenía que asistir a interrogatorios ni asuntos policiales. En el período de una semana todo trámite legal quedó arreglado. Meadlay aumentó la seguridad de la academia para evitar que sucesos similares a este volviesen a ocurrir. Se colocaron cámaras en todos los laboratorios del recinto y habría guardias de vigilancia las veinticuatro horas para reportar cualquier irregularidad. En cuanto a los científicos, se desvinculó todo tipo de complicidad con Tensei para la realización de su experimento corporal. Todo volvió a su sitio pronto, por excepción de lo que estaban recibiendo tratado médico.
Maedlay había llamado a Marco para hacer entrega de su diploma y del collar correspondiente de la academia. La fiesta sorpresa de aquella vez fue suspendida y a petición del chico decidieron no intentar hacer otra, ya habían pasado por un mal momento como para ponerse a organizar otra vez la fiesta. Ahora el chico se encontraba con ella en su oficina.
- En nombre de la academia Ledge te hago entrega de este diploma y de este collar. Ellos son símbolos de tus esfuerzos. Siéntete orgulloso por conseguir aquello por lo que viniste y nunca dejes de aprender.
- Muchas gracias Meadlay. Todo esto significa mucho para mí. Por cierto, podría pedirle un favor?
- Claro Marco, que es lo que quieres?
- Podría abrirme un portal hacia esta ubicación? - dijo enseñándole la daga grabada de Hekapoo.
Ella asintió sin problemas.
- Sígueme, lo abriré para ti en el patio de la academia.
- Muchas gracias. - dijo este realizando como siempre su gesto.
Ambos caminaron hacia la puerta y fue Meadlay quien le abrió. Justo al otro lado se encontraba una gran cantidad de alumnos y profesores esperando por el chico.
- Felicidades! - gritaron todos al unísono.
El joven se mostró sorprendido ante todo aquello, no se esperaba que todo el mundo lo esperase para despedirlo. Le explicaron que no pudieron realizar ninguna fiesta pero al menos sí que quisieron despedirlo. A petición de Meadlay se fueron todos al patio, debido a que los pasillos no eran el mejor sitio para despedirse de Marco.
Todo el mundo se despidió de Marco con un abrazo y un saludo. Varios fueron los que le dicaron unas palabras de agradecimiento, el con gusto las correspondió. Dijo que sentía no poder despedirse de aquellos que estaban recibiendo tratamiento médico. Pidió al resto que le diesen la despedida por su parte. La despedida se extendió por un rato, hasta que llegó Flikin. Ambos se miraron con un poco de brillo en los ojos.
- Te echaré de menos, querido amigo. - dijo Marco.
- Yo también lo haré. Perdona, creo que se me metió un poco de poción de sudor en los ojos.
- Jeje, si, a mí también.
- Sabes, me hubiese gustado poder darte la mochila ignifuga para que la utilices en defensa contra Hekapoo. Pero después de la pelea con Tensei quedó irreparable.
- Así que querías dármela como regalo para luchar contra Heka?
- Si.
- Por eso es que la tenías lista convenientemente cuando Tensei escupía fuego. Pero eso no importa. Gracias a ti pude conseguir un gran compañero. Que ahora que lo menciono.
Marco dio un pequeño silbido y de unos de los trozos de roca que flotaba alrededor de la academia salió volando su fiel compañero Nachos. Este se fue al lado del humano, listo para partir.
Aunque el pequeño goblin no pudo darle aquel artefacto sí que le dio un cuaderno. En este había varias hojas con llamas dibujadas en él, dijo que era para que llevase la cuenta de las Hekapoos vencidas. Con gusto aceptó su obsequio y se lo agradeció de todo corazón. Ya todos habiéndose despedido de él, Meadlay procedió a abrir el portal hacia el bosque de las aflicciones. Marco dio gracias a todos por última vez y desapareció junto con nachos.
Tras él se cerró el portal. Marco respiró hondo emocionado para comenzar su nuevo trayecto. Observó la nueva zona en la que se encontraba. Era un páramo desolado donde solo había rocas y árboles tétricos. El ambiente se veía desgastado. Encontraba en este paisaje una similitud semejante a combinar flendar y la zona prohibida. Un grupo de cuervos pasó por encima de ellos, estos tenían tres ojos. Al parecer encontraría en aquel sitio una nueva variedad de especies. No supo por dónde comenzar su búsqueda, solo miró la daga que ella le había dejado, las letras grabadas en esta brillaban con energía. Cayó en cuenta de una cosa cuando vio la daga. Este aún no había leído los mensajes que había anotado cuando no entendía la lengua de Hekapoo. Rápidamente sacó la libreta y la miró fijamente, después de tantos años sabría qué fue lo que aquellos clones le dejaron como último mensaje. Respiró un poco y abrió la libreta en donde se encontraba el primero. Recordó muy bien la situación en la que recibió aquel mensaje. Fue cuando comenzó su aventura, en la ciudad de los tritones, donde conoció a Nerph. Fue el primer clon que dejó ese mensaje. Este decía "aquí comienza tu búsqueda, espero que no te rindas y sigas buscándome".
Su mensaje era curioso, era como si ella lo animase a buscarla. Desde el principio Hekapoo buscaba provocar al chico. Como si quisiera que el la atrapará. Sin mayor espera pasó al segundo mensaje. Este había sido después de la invasión en Rotchville. Cuando él se sintió devastado tras asesinar a jefe del gremio de asesinos. Su texto dictaba así, "has madurado pequeño, pero aún eres muy joven, tienes que seguir creciendo". Ciertamente esto confirmaba aún más sus sospechas sobre su teoría de que ella lo animase a buscarla. Acaso la forjadora estaba disfrutando con la contienda que ambos estaban teniendo? Esa pregunta rondaba la mente del joven, más aún no cambiaba su misión. Ya leído las notas que por tantos años guardó dejó que el viento se las llevará y se preparó para buscar a Hekapoo.
- Espero que estés lista Heka, porque iré a buscarte. - dijo decidido.
Dos meses pasaron y el joven seguía sin tener rastro alguno de la forjadora. Este comenzaba a sospechar si aquellas indicaciones que le dio eran realmente eran una trampa, o información falsa. Considerando que la mujer había indicado su impaciencia por continuar con su reto, el chico había esperado verla pronto. Sin embargo se encontraba comiendo cuervo rostizado con Nachos. Estaba cansado de estar sentado sin hacer nada, así se levantó de su sitio y se fue en búsqueda de la mujer. Por el camino iba practicando movimiento con su espada, solo para matar el tiempo.
- Donde estás maldita forjadora.
- Eh, esos son formas de hablarle a una dama.
Marco se giró súbitamente para ver si lo que había oído era real. Frente a sus ojos se encontraba ella, la dama de cabellos carmesí. Se acercó un poco a ella y le pellizco la mejilla. Ella se echó hacia atrás y de un golpe alejó la mano de Marco de ella.
- Q-que haces? - pregunto confundida y un tanto sonrojada por el repentino contacto del joven mientras se frotaba la mejilla.
- Oh, perdona, es que pensé que a lo mejor serias un espejismo. Llevo varios meses buscándote por aquí y no te había visto aún.
- Genial pero no puedes acercarte así de repente a la gente. - criticó posando sus manos en la cintura.
Sus ojos examinaban al chico con gran curiosidad. Su cuerpo bien marcado hacia que su mirada de perdiera por esos abdominales. Hubiese preferido que él no se acercara tanto de repente. Por un momento se perdió en los profundos ojos cafés del chico. Solo esperaba que el rubor en sus mejillas no se notase tanto. Pero el chico parecía más distraído por haberla visto al fin que por notar como se mostraba ella ante él.
- Bueno, ahora que te encontré vas a decirme dónde se encuentra la original?
- Jeje, no tan rápido músculos, aún tienes varios centenares de clones que vencer. Así que porque mejor no te vas haciendo a la idea. - terminó de decir adoptando una posición de lucha.
- He estado esperando esto por años. - soltó el, también adoptando una posición de lucha.
Durante unos momentos, todo estuvo en calma, un completo silencio colmaba el ambiente. Solo existían ellos dos, mirándose fijamente a los ojos, estudiando y esperando para realizar su movimiento. Ambos disfrutaron súbitamente de esos segundos previos al combate, hasta que súbitamente comenzaron.
Hekapoo fue la primera en hacer su movimiento, corrió a gran velocidad hacia él con su puño preparado para golpearlo. Cuando fue a dar su primer golpe Marco puso la palma de su mano delante del puño de Heka, acompañando su trayectoria. Con su otra mano la tomó del brazo de ella y se giró colocándolo por encima de su hombro. La mano que había detenido al puño la tomó y con ambos brazos lanzó a Hekapoo lejos. Ella salió despedida de cabeza al suelo. Aquello la tomó por sorpresa. Se repuso en el aire antes de caer y apoyó sus pies en el suelo junto con una mano, deteniendo así la inercia del lanzamiento. Marco llegó a ella de un salto, colocándose a pocos metros de distancia, este le sonrió, mostrando que ya no era aquel niño con el que había luchado tiempo atrás. Esta se puso de pie y se quitó el exceso de polvo. Miró al joven al rostro y también sonrió.
- Muy bien, muy bien, lo admito. Te has vuelto más fuerte que antes. Pero no te confíes, porque no estoy peleando en serio.
- En caso de que no lo hagas es posible que encuentre a la real antes de lo que esperas.
La sonrisa de Hekapoo permaneció en su rostro, más su semblante se tornó más serio. Ambos rivales volvieron a prepararse para atacar. Rápidamente corrieron el uno hacia el otro a la vez. Marco dio un salto, pasando por encima de Hekapoo. Ella se giró rápidamente para propinarle una patada de espalda al joven. Pero esta se encontró con el pie del chico bloqueando su patada. Mantuvieron el forcejeo un momento hasta que se separaron súbitamente. Volvieron a cargar el uno contra el otro. Hekapoo preparó su puño para asestarle un golpe en la cara. Pero Marco se deslizó en el suelo apoyando su peso sobre su pierna derecha y flexionándola, simulando una especie de surfeo. Con ello esquivó el golpe de Heka y le dio un golpe de palma en el estómago, lo cual la lanzó hacia atrás. Ella colocó sus manos en su estómago y freno la inercia utilizando sus pies como frenos contra el suelo. Tuvo que agachar la cabeza por ese último golpe. Lentamente la fue levantando para ver a su enemigo. Este se había acercado de golpe a ella. Instintivamente levantó los brazos para cubrirse, pero el joven, más allá de atacarla lo he hizo fue tomar sus brazos, dejando su rostro al descubierto el uno delante del otro. Está muy cerca, pensó el clon.
- Te dije que no te confíes. - dijo el joven sumándole a ello una sonrisa suave y ligera al final.
- Je, parece que te tendré que tomar más enserio.
Marco tomó aire y de un suave soplido apagó la llama del clon, haciendo que este se esfumase. Hacía tiempo que no veía aquello, casi había olvidado lo hermoso que era. Se limpió un poco el polvo que había levantado la pelea y decidió volver con su compañero, a partir de ese momento los encuentros comenzarían.
Los encuentros con clones habían comenzado a ser más frecuentes. A veces aparecían uno o dos cada cuatro o cinco días o a veces se tomaban una o dos semanas en aparecer. Desde el primer encuentro que tuvieron, Hekapoo comenzó a tomarse las cosas más enserio. Sus ataques eran con varios clones a la vez, llegando a luchar seriamente con sus puños junto a cuatro clones. Marco se las ingeniaba para vencerlas a todas. Pronto decidieron pasar al siguiente nivel.
Los siguientes clones que aparecían contra el chico iban armados. Espadas, hachas, martillos, alabardas, bastones y manguales. Estas eran solo alguna de las múltiples armas que poseían los clones. Pero Marco más allá de sentirse intimidado por ello, se sentía emocionado, pues podría combatir en una lucha de armas con su rival. Podría usar a keepsake.
En cierta ocasión se enfrentó a cuatro clones. Dos con alabardas, uno con espada larga y otro con una lanza. Tres de ellas fueron por el chico, mientras que el clon de la lanza fue por Nachos. Ambos compañeros se separaron para no estorbarse el uno al otro durante el combate.
Las tres clones rodearon al chico buscando cerrar sus vías de escape. Todas tenían sus armas listas para el ataque. Marco estaba a la espera del siguiente movimiento de la forjadora para tomar su espada. Cómo siempre el silencio y la quietud se convertían en tensión a la espera de ver quien realizaba el primer movimiento. Fue la portadora de la espada quien hizo temblar el metal de su arma en un amague. Pero solo fue para atraer la atención del chico. Pues la verdadera intención de Heka era un ataque sorpresa por la izquierda con una de sus alabardas. Marco ya había dirigido su atención y ya estaba moviéndose con intención de arremeter a la espadachín, cuando sobre su cabeza estaba por caer el filo de su enemiga. Tuvo que hacer acoplo de un gran esfuerzo para, durante su ataque, re direccionar el golpe hacia la alabarda y desviarla en su trayectoria. El sonido de los metales chocando hizo mecha en sus cabezas. Mientras esté se defendía de una de ellas, la espadachín fue a atacarlo con una estocada. Lejos de dejarse aprovechar este giró sobre sí mismo y llevó consigo la alabarda junto con Hekapoo sosteniéndola, interponiendo a esta en su camino entre él y la punta de la espada larga de su enemiga. Se le vino a la mente aquella ocasión en la que peleó contra varios clones armados en aquella cueva, pensó que la forma de pelear de estos clones comparada con los de aquella vez no tenía ni punto de comparación la una con la otra. Con un rápido movimiento llevó ambas armas enemigas al suelo, liberándose del forcejeo con ambas y saltando hacia atrás para marcar distancias. Inmediatamente después de haber saltado vio como aquel clon que no había atacado aún, estaba a punto de abalanzarse sobre él. Vio la trayectoria que tomaría su ataque y este realizó un rápido desplazamiento hacia ella, acabando por dar un corte preciso e imperceptible. En un segundo un profundo corte se notó en el torso del clon, partiéndole en dos y haciendo que ambas partes se esfumasen en el aire junto con la alabarda. Los clones restantes se miraron la una a la otra y ambas se pusieron en guardia. Juntas corrieron hacia Marco preparadas para atacar, la de la alabarda encabezaba la carga. Al encontrarse a pocos metros del joven esta descargó su acero contra el chico. Este pudo esquivarla con facilidad, pero seguidamente apareció la otra haciendo un corte de espada. Marco tuvo que volver a echarse hacia atrás para esquivar está también. Así comenzó una secuencia de sucesivos ataques, uno tras otro. El chico solo podía esquivar, pues en el momento que interceptara uno de los ataques con su katana este quedaría expuesto para el ataque de la otra Hekapoo. Tuvo que pensar en algo a la par que eludía los ataques, o sino aquello no terminaría nunca. Consideró que un bloqueo adecuado podría detener a ambas a la vez, pero habría que ser preciso. Esperó al siguiente ataque de la que manejaba la espada larga. Cuando fue a recibir un golpe de esta, interpuso a keepsake en su trayectoria, bloqueando y haciendo que ambos metales resonaran. Como era de esperarse la segunda salió de detrás de ella para atacar al joven. Con un movimiento de espada guió el arma de Hekapoo hacia la alabarda y entre ambos la detuvieron, había generado un forcejeo de tres. Pero no quiso hacer que aquello durase mucho. Mientras con gran fuerza mantenía a ambas Hekas con su espada, este le propinó una fuerte patada en el rostro a una de las dos. Inmediatamente esta se esfumo, dejando solo a la de la alabarda. Mas esta se había distraído al ver a su compañera desaparecer de pronto, ese fue un grave error por su parte. Con un golpe de espada Marco mando a volar el arma del clon. Esta apretó un poco los dientes y miró al chico, sabía que había sido derrotada. Al final cambió su expresión por una sonrisa.
- Nada mal, supongo que tendré que ser mejor la próxima vez.
Marco no respondió, solo se acercó de golpe a ella para darle un puñetazo. Hekapoo cerró los ojos y se cubrió esperando recibir el impacto. Pero algo extraño sucedía, no sintió golpe alguno. Cuando abrió los ojos y apartó sus brazos pudo ver al chico muy cerca de ella. Este le tocó su nariz con su dedo índice.
- Puc, perdiste. – dijo de forma burlona.
Ella estaba un poco confundida a la vez que apenada. Eso que él había hecho fue repentino y tonto.
- Q-que crees que haces. No juegues conmigo. – soltó con un poco de rubor en sus mejillas.
- Jaja. Calma, calma. Dama de las tijeras, solo fue una broma.
Marco la tomó por sorpresa de su hombro y la acercó hacia él.
- Nos veremos la próxima vez H-poo – anunció antes de juntar sus labios y apagar la llama en su cabeza.
De nuevo el chico volvió a estar en calma. Pero la pelea lo había dejado algo agotado. Fue a ver a Nachos para ver cómo le iba su pelea con su clon. Cuando llegó pudo ver a su compañero encima de Hekapoo lamiéndole la cara, era una escena bastante cómica a su parecer.
- Quítate de encima maldito lagarto escupe fuego.
- Parece que le caes bien – le dijo Marco.
- Solo hazme desaparecer de una vez, quieres? – le soltó un poco irritada.
El chico se encogió de hombros y se acercó a ella para hacerla desvanecer como al resto. De nuevo este y su compañero Nachos se encontraban solos.
- Bueno chico, vamos a comer algo y luego a dormir, estoy exhausto.
Ambos compañeros cazaron un par de cuervos y cenaron juntos. Pronto el sueño clamó por ellos hasta encontrarse profundamente dormidos. Nachos se acurrucó en sí mismo, y Marco se apoyó sobre él. Dándose el uno al otro la calma que tanto apreciaban después de una batalla.
Cuando estos dos llevaban un rato dormidos, una figura apareció en la oscuridad de la noche. Su llama iluminaba su posición y todo lo cercano a ella. Se acercó al chico, quien estaba totalmente expuesto a ella.
- Vaya, vaya. Parece que alguien bajo la guardia. – dijo mientras una bola de fuego se preparaba en su mano – pero si lo hago no tendría gracia alguna, un reto no funciona así. Además – soltó acercándose al chico delicadamente hasta estar a escasos centímetros de el – me estoy divirtiendo mucho contigo.
Esta le dio un beso en la frente y poco a poco se alejó de él hasta desaparecer. Mientras tanto Marco abrió los ojos lentamente.
- Gracias por el beso de buenas noches H-poo. – dijo a sabiendas de que nadie escucharía esas palabras.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Buenas gente. Lamento no haber traido el capitulo ayer, pero he estado enfermo. Tuve fiebre y dolor de cabeza junto con gripe y tos, en ese estado simplemente no podia escribir. Pero despues de unas pocas pastilla que me tome hoy pude acabar el capitulo.
Dicho esto... volvemos a tener en accion a la dama de fuego y al humano intrepido otra vez. A partir de aqui los veremos en mas ocaciones y aprovecho para decir que no queda mucho para el final de temporada.
Y yo con estas palabras me despido. Cuidense y no se resfrien.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top