T R E I N T A Y S E I S
Suena algo del soundtrack de Flashdance por los altoparlantes y una bola disco enorme gira sobre nuestras cabezas. ¡Esto es asombroso! La temperatura aumenta con creces en la pista y creo entender la pasión de Steve por esta música. El vestido de Jena no le impide moverse y hacerme bailar a mí también, algo que jamás pensé fuere posible. No soy un experto en el tema pero al menos puedo seguirles el ritmo a los demás.
Si bien, en el momento que busco con la mirada a Steve, me lo encuentro afirmado contra una pared besando a Miranda, lo hacen de una manera mecánica, sin nada de pasión ni entusiasmo. Ni siquiera me hace gracia pensar que Barry Gibb está besando a Cyndi Lauper.
Meredith lanza un par de miradas picarescas en dirección a Wonder, o del chico negro, o de quién sea da lo mismo. Está metido en el grupo de los jugadores de futbol que vimos al llegar pero noto que Francis no está. Entonces, si éste no anda con sus amigos ni con Steve ¿dónde se ha metido? Pienso que quizá se ha ido con una chica y busco rápidamente con la mirada a Britt, sin embargo ella está a salvo, bailando delante de mí.
Nada de qué preocuparse. Nada salvo... ¿Es necesario que Miranda lo esté sometiendo a un beso tan prolongado a Steve? ¿Acaso no se da cuenta de que su querido novio no responde de la misma manera y necesita respirar?
Al mover la mirada, noto que hay más chicos y chicas flirteando entre sí, de todos modos no me importa demasiado ya que este tipo de cosas se pueden ver todo el tiempo, en todas partes. ¿Problema?
—¡Santo Cielo!—grita Jena.
Con Britt vemos en la dirección que la pelirroja señala y reparamos en que Meredith se encuentra bailando con el muchacho negro del equipo de futbol. Si he escuchado el nombre de éste, debo haberlo olvidado.
Se rozan las manos. Él quita las suyas y las ubica en la cintura de ella. Nuestra amiga está concentrada en los botones del esmoquin de él, al parecer. Entonces Meredith le quita las gafas, lo mira a los ojos y Stevie Wonder le roba un apasionante beso a Tina Turner.
Boquiabiertos. Así nos quedamos con Jena y Britt mientras vemos esto. ¿Cuánto tiempo he estado observando a Steve que no he alcanzado a reparar en el instante exacto que Meredith se fue a bailar con el otro muchacho?
Pero este tipo de suerte no se termina en Meredith únicamente, puesto que tenemos a Morten Harket, vocalista de A-HA acercándose a nosotros. Chaqueta de cuero sintético, pantalones ajustados y un corte idéntico al artista cual interpreta. Es que en realidad el muchacho se sigue acercando y la primera en distinguir de quién se trata es Jena.
—¡Hola, Fray!—dice ella saludándolo animosamente.
Britt se pone algo tensa. Creo que debe ser ésta la primera vez que se encuentran luego de que le comenté el interés del jugador de baloncesto en ella. Pero Fray no viene solo sino que está acompañado por un amigo a quien reconozco como Michael Jordan. ¿Qué relación tiene este deportista con la música disco? No lo sé, pero es acorde con el deporte al que juegan.
Fray nos presenta a su amigo, Richard, y se quedan bromeando un momento. Entre risas y risas, los del comité de organizaciones piden un gran aplauso a alguien quien, todos se apartan para darle espacio y ver bailar.
Se oye Black or White y vemos a un muchacho vestido de plateado, incluido un sombrero y un guante en una sola mano. ¡Michael Jackson!
—¡Señores y señoritas, con ustedes: El rey del pop!
Ahí, al centro de la pista hay un muchacho inmortalizando al más grande ícono de la música del pop. Todos se reúnen para alabarlo, gritarle y animarle. Si bien hay otros Michael Jackson, este es el mejor logrado y no sólo por su excelente vestimenta sino por su manera de bailar.
Me divierte un poco ver lo que pasa, toda la gente con un estupendo furor ante la aparición de MJ, ¡es tan real! Presiento los escalofríos al momento que se inclina a un costado mientras baila pero se reincorpora sin problemas y una nueva ola de gritos de euforia, se alzan.
En un breve instante tengo la sensación de que estoy en un proceso introspectivo demasiado extenso, entonces decido ver a mis amigas para compartir con ellas lo genial del momento.
Pero no están ahí conmigo. Bueno, sí físicamente, pero se encuentran enfrascadas en un proceso de seducción junto con Richard y Fray. El primero se encuentra tomando de la cintura a Jena y el segundo por lo menos le está robando unas cuantas risitas a Britt.
Definitivamente me he quedado solo.
Busco a Meredith con la mirada; puede que el muchacho con quien estaba la haya rechazado y yo tuviere la posibilidad de pasar el rato con ella pero las cosas son diferentes: ahí están Tina y Stevie tomados de la mano, bailando como si nadie hubiere a su alrededor.
Pero yo sí siento a quienes me rodean. Chicos con chicas. Todos son personas normales. Y yo queriendo ser una persona normal. ¿Acaso es demasiado pedir? ¿Por qué de tanta gente que hay, de miles de millones, esto me haya tocado a mí?
Vaya mierda, no estoy únicamente solo en este maldito baile sino que también me encuentro solo en mi situación, en mi condición y no habrá nunca nada que pueda cambiar las cosas. Me estremece hacerme la idea de que en efecto tendré que aprender a vivir con ello. O mejor dicho... a sobrevivir.
Por un momento consideré pedirle a Shain que me acompañe pero sería motivo de preguntas en mis amigas y eso me pondría incómodo.
Noto unas cosquillas en la nariz, acto seguido los ojos se me humedecen y un calor se me sube a las mejillas. No. No puedo dejar que las lágrimas salgan en este sitio
Algo tengo que hacer para no estar aquí de pie como un estúpido, ¿cierto? Entonces decido ir por un poco de bebida. Me muerdo fuertemente el labio y me doy la vuelta bruscamente, pero una mano se cierra sobre mi codo izquierdo y me retiene.
—¿Dónde vas? —me pregunta Jena mientras me suelta de a poco.
—Esto... a buscar ponche—le contesto y Richard la está tomando de la cintura a ella para que no se vaya conmigo.
Pero en las intenciones de Jena no está retenerme, y lo deja muy en claro al decirme:
—¿Puedes traerme un poco? Tengo sed.
Asiento y me aclaro la garganta.
Suspiro.
«Venga, Jeremiah, no puedes permanecer de esta manera. Apuesto a que ya ha pasado una buena parte de la noche y cuando menos lo esperes, ya estarás durmiendo en tu cama». Me intento convencer de alguno bueno, pero es inútil. sé que no es verdad.
Sirvo ponche en dos vasos grandes y me doy la vuelta. Pero choco contra algo y el licor se vuelca sobre el pecho de alguien.
De alguien más alto que yo.
Levanto la mirada de a poco y me encuentro con los ojos llenos de ira de Francis.
Éste me toma por el cuello de la chaqueta y tengo ganas de que la tierra me haga desaparecer. ¡Juro que no estaba en mis intenciones el volcar la bebida sobre él! Los vasos caen definitivamente al suelo y Francis me lanza contra la ponchera. La mesa cae y yo encima. Me doy en la cabeza contra el suelo y siento que por un breve instante la música y las luces se difuminan un poco.
¿Estoy en el baile?
¿La tierra me ha tragado como se lo pedí?
Doy un hondo suspiro y vuelvo apenas en mis cabales. Lo suficiente como para identificar que Francis está de pie frente a mí, mirando atónito lo que ha hecho y me llevo una mano a la nariz. Estoy sangrando. También por las comisuras de los labios.
El entrenador se aparece corriendo y yo intento reincorporarme. Britt y Fray acuden en mi ayuda y lo que más detesto es que Steve está evitando con todas sus fuerzas verme. Le avergüenzo. Miranda, sin embargo está desternillándose a carcajadas mientras me señala, lo cual termina de confirmarme el hecho de que Morgan no me vea, no es casualidad.
El entrenador llega y toma a Francis de los hombros. Veo que lo sacude mientras Britt me limpia la sangre de la nariz con un pañuelo descartable.
—¡¿Qué diablos acabas de hacer?! —le grita el entrenador.
—Sólo...Un empujón...
Parece que Francis no termina de reaccionar; se mantiene atónito. No entiendo bien qué sucede hasta que llega McCough y confirma el motivo por el cual Francis se encuentra bajo una hipnótica situación:
—¡Esto debe detenerse ahora mismo! ¡Francis lamento informarte pero bajo la autorización del director, quedas terminalmente expulsado de esta escuela! —Y todo se vuelve silencio.
Incluso la música se detiene.
Se alza una ola de murmullos y Francis logra reaccionar tan rápido que pocos reparan en cuando se tira encima de mí y me grita al oído una buena dosis de insultos. Muchos tironean de él para apartarnos pero el tiempo breve que él permanece aferrado a mis brazos (donde seguro aparecerán moratones luego) es suficiente para que escuche lo que él me quiere advertir:
—Mañana. Medianoche. En el edificio abandonado. Ven con Brittany Montoya, o todos lo sabrán; maldito marica.
—¡Se acabó, Francis, no sigas! —el entrenador logra sacarlo del salón puesto que Francis ha cedido. Lo que tenía para decirme ya lo ha dicho. Si sólo hubiere sido un poco más cuidadoso nada de esto hubiere sucedido. La he cagado.
El miedo que nace ahora dentro de mí no se compara a lo que estaba sintiendo momentos antes, por mantener bajo mil millones de candados mis secretos. Lo que me sucede en este instante es mucho peor.
Mañana, a medianoche, debo ir al edificio abandonado y llevar a Britt o de lo contrario estaré prácticamente muerto. ¿Te quedó claro Jimmy? ¿Te quedó claro, lagartija? ¿Marica? ¿Eh?
Esto... sí, me ha quedado claro.
Bueno, he de empezar a creérmelo ya que tendré que soportar que me lo repitan el resto de mis días. A menos que lleve a Britt hasta donde Francis me ha indicado...
¿Puedo llegar a ser tan miserable?
Si llevé un arma para matar todo un instituto, ¿por qué no tendré el valor de sacrificar la integridad de una amiga por la mía propia?
No... no puedo pensar así.
Tendré que encontrar una solución o llegar por mí mismo, solo, donde Francis me indicó. Lo que sea pero debo encontrar una rápida solución, con la que no cuento ahora mismo. Me siento demasiado aturdido. O quizás, esa no sea la palabra...
Estoy destrozado.
Hola!! Si te gustó el cap, comenta tu cuenta de Instagram y te daré una sorpresa por mi cuenta n.n
Les adoro!!
Nos leemos pronto!!
L.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top