MARCAS DE AYER
-- Oiga, si su historia resulta ser muy, pero muy larga... ¿entonces puedo venir mañana para seguir escuchándola?
-- Claro. A media noche mi júbilo será oficial, así que voy a estar en casa todo el día mañana -- sugerí divertida.
-- Verdad que se jubila abuela. Con ese cabello que tiene, aveces olvido el tiempo y lo vieja que está...ayayai, ¡mi oreja! -- estaba jalando por una obvia razón. Provocó mis instintos de regaño con llamarme abuela y encima vieja.
-- ¿Qué fue lo que acordamos hace un rato, pequeño?
-- ¿Que se jubila?
-- ¿Ah?
-- ¡Digo...!, ¡No ser imprudente!
-- Exacto -- lo solté y él comenzó a acariciar su oreja.
-- Entonces... ¿Cómo eran antes, todos ustedes?
-- ¿Además de pequeños y problemáticos? Bueno, no mucho más que eso. Pero nos gustaba jugar bastante.
-- Tengo entendido que papá se fué del pueblo a los 17 ¿Qué fue lo que pasó... exactamente?
-- Tu sabes que hubieron problemas.
-- Lo sé, pero mamá no quiere darme detalles. ¿Problemas? Eso es muy general. ¿Qué tipo de problemas?
-- Mmm, verás. Eran del tipo de problemas sentimentales que, en su momento, generaron un mal sabor en la garganta. Hubo un tiempo anterior a los problemas, un tiempo en el que fuimos tres simples amigos. Pero eso cambió repentinamente el día que Naruto se fué. Ya de adultos, y con el tema supuestamente sesgado, nuestra rutina de trabajo fue interrumpida con su repentina visita al supermercado. Y vaya que fue sorpresa, porque ninguno de los dos esperábamos que, después de 10 años, Naruto tuviera las agallas de regresar al pueblo.
-- Espere. Si papá estuvo en las afueras del pueblo tanto tiempo ¿Por qué no los llamó? Eso hacen los amigos.
-- Creímos que ya no iba a regresar. Y de no ser por tu... otro padre, entonces era muy probable que jamás lo hiciera.
Parpadeó inquieto -- De esa forma parece que enserio tuve gran parte de la culpa. Pero...
-- No digas eso.
-- Lo sé. Fuí yo quién dijo que nadie era culpable de nada. Pero "si fuera alguien de afuera, y si no hubiera vivido lo que yo viví, entonces me echaría la culpa a mi mismo"
-- Pero no lo eres. Así que ni pienses en eso.
-- Vale...
-- ¿Quieres que te cuente la historia completa o te vas a ir a llorar al cuarto primero?
Menma sollozó un poco antes de asentir enérgicamente con la cabeza.
-- Sisi, voy. Pero prometo regresar abuela.
Suspiré profundo y contuve mis ganas de lanzar el siguiente cojín que tenía en la mano.
-- ¡No mojes tanto el cubrecama!
-- ¡Pondré una toalla!
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Aquel pueblo rodeaba un lago. Eran muchos ríos y muchos puentes.
La única entrada era un camino de asfalto que recorría un extenso tramo desde la gran ciudad hasta el pequeño pueblo de nuestros protagonistas.
Dos horas de distancia, si viajas en auto desde la gran ciudad.
Pero lo que más destacaba en ese pueblo era la interminable e indefinida caída de la lluvia.
¡El agua nunca faltaba!, ¡Nunca dejaba de llover!
Y dejando de lado a la lluvia por un momento... En ese pueblo también existía un relato.
Un rumor que contaba la historia de un joven que había sido rescatado por sus compañeros de un río caudaloso.
Y había otro rumor. Otra historia que hablaba del mismo joven.
Ésta contaba que hace 10 años un muchacho, de aproximadamente 17 años, huyó junto a la hija de una familia acomodada para nunca regresar al pueblo.
Un rumor casi olvidado. Uno que, sin embargo, permanecía en la memoria de sus dos mejores amigos que actualmente cursaban los 23 años de edad.
Pero las vueltas de la vida son extrañas. Sea por suerte, coincidencia o incluso si se trata del destino. Esos tres amigos estaban a solo metros de reunirse.
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Un sucesivo golpeteo resuena en los pasillos del supermercado, como si varias cosas se cayeran y golpearan el suelo de cerámica.
Un hombre habló por altavoz:
-- Hay una situación en el pasillo uno.
Sasuke, siempre atento a los quehaceres, acudió sin rechistar al pasillo que había señalado el gerente.
Seguro otro anciano sin compañía tiró un par de cosas, pensó apenado el joven adulto.
Sin embargo, se equivocaba.
En el primer pasillo había un hombre. Quizás de su edad, no podía saberlo.
Su gorra negra, que era parte de la sudadera, cubría la mitad de su rostro, cosa que lo hacía ver sospechoso.
Sasuke le restó importancia a su apariencia cuando vio la cantidad de comestibles desparramados en el suelo. El culpable del desastre yacía a plena vista.
-- Que se creen, puedo levantar todo ésto por mi cuenta. No necesito ayuda... -- se quejó el encapuchado.
-- ¿Todo bien? -- preguntó Sasuke. El sujeto se veía torpe y ansioso.
-- No recordaba que hubiera alguien hablando por altavoces la última vez que estuve aquí... -- musitó para si mismo.
-- Oye, ¿Me escuchaste?
-- ¿Qué?. Si, si, estoy bien, yo solo... -- de pronto dejó de hablar.
Sasuke extendió su mano para ayudarlo, pero el hombre de sudadera negra se apartó de golpe.
-- ¿Cuál es tu problema? -- masculló Sasuke de mala gana -- ¿Quieres que llame a alguien? ¿Un amigo, familia?
-- Eh... Creo que acabo de arruinar una sorpresa -- sonrió nervioso -- te pido que pase lo que pase mantengas la calma, que respires, y que por favor no me golpees.
-- Mejor dame el número telefónico de alguien que conozcas para que te lleven a tu casa. No pareces estable.
-- No estoy ebrio. Solo digo que no es necesario llamar a nadie porque me conoces -- se quitó la gorra del poleron con ambas manos -- Lo que pasa es que no me recuerdas y entendería si no lo hicieras, ya que a pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos cara a cara. Pero aún así...
Sasuke parpadeó con sorpresa y dió un paso atrás. Aquel hombre tenía un parecido enorme a un amigo de su infancia. El cabello rubio y los ojos azules le traían recuerdos ácidos de su pasado.
El hombre, no tan desconocido, tragó pesado -- ...te ruego que mantengas la calma. Tómate el tiempo que necesites para recordarme -- sonrió tristemente -- Ésta vez no iré a ninguna parte.
-- No puedo creerlo. ¿Naruto...? -- frunció el ceño, mostrando su desconcierto.
-- Hola Sasuke... ¡Ay! -- Naruto quedó levemente aturdido luego de que un paquete de papel higiénico (en oferta) golpeara contra su rostro -- ...De ésto hablaba cuando te pedía mantener la calma, pero... ¿Enserio? ¿Papel higiénico?
-- Prefiero ahorrar los escándalos. Si te diera un puñetazo me despedirían de mi trabajo por maltratar a la clientela -- aclaró entre dientes.
-- Oh...
-- Aquí estás... -- una pelirrosa caminó hacia ellos. La acompañaba un joven que a juzgar por su estatura no tenía más de 11 años -- Naruto, te advertí que fueras cuidadoso.
-- ¿Tu sabías que estaba aquí? -- inquirió el pelinegro con cierta supremacía.
Sakura carraspeó -- Luego te explico.
El menor de 11 años tragó saliva al escuchar la voz de Sasuke. Era grave como la de Naruto, pero mucho más profunda.
-- ¿Y quién es él? -- preguntó Sasuke, lanzando una breve mirada de extrañeza sobre el chico.
-- Ah, su nombre es Menma -- habló Naruto -- Menma es...
Sakura cubrió la boca de Naruto con premura, a sabiendas de que la información podría ocasionar más conmoción. Sobre todo a Sasuke.
-- O-oigan, ¿por qué mejor no hablamos afuera? -- comentó la chica, intentando disimular su nerviosismo.
Naruto desvió la mirada e incluso se vio un poco avergonzado. No había tomado en cuenta el peso que podían tener sus palabras.
Esperaron a que fuera la hora del descanso y charlaron en una parte techada del estacionamiento, así evitaban mojarse con la lluvia que caía ese día.
Menma se mantenía al margen de la conversación, no decía más que "si" o "no" y siempre con un gesto simple o un movimiento de cabeza.
Y luego la reacción de Sasuke, quien notoriamente estaba sorprendido cuando Naruto dijo: "Menma es mi hijo"
Sakura sabía muy bien que la relación entre Sasuke y Naruto ya no sería la misma desde aquella tarde hace 10 años atrás. Por eso se la pasaba desviando el tema.
Naruto habló sobre Hinata de manera muy superficial. No fue sino por ella (y sus problemas) que en el pasado se vió obligado a decir mentiras.
Éste es un resumen de lo que dijo: Comentó que Menma era su hijo, que Hinata se había quedado en otro pueblo. Y explicó un par de veces que no había planeado encontrarse con Sasuke en el supermercado. Lo dijo varias veces. Dijo que solo fue una coincidencia.
-- ¿Cuántos años tienes, Menma? -- preguntó Sakura.
-- Cumplo 10 ésta semana.
Sakura sonrió de lado -- Vaya, que bien. Por cierto, te ves muy saludable para tu edad, te felicito pequeño.
-- Oh. Muchas gracias tía Sakura.
La pelirrosa sonrió con gentileza.
-- ¿Por qué Hinata no está con ustedes...? -- Sasuke soltó su pregunta.
Naruto suspiró -- Ella se quedó.
-- ¿Y el motivo? -- Sasuke arqueó una ceja.
-- Fue un acuerdo -- desvío la mirada -- Alguien tenía que quedarse para cuidar nuestra casa. Siempre hacemos eso cuando salimos de paseo, por eso no está aquí con nosotros.
-- ¿Por eso están aquí? -- cuestionó incrédulo.
-- Uh... ¿Dije algo malo?
Sasuke apretó los labios y simuló sacudir el polvo de sus jeans -- Entonces, esto que armaron fue un paseo ordinario.
-- No deberías estar molesto. Este viaje no tiene nada que ver contigo.
-- Bien. ¿Qué me dices de Sakura? ¿La llamaste antes de venir?
-- No. Ella tampoco me esperaba. Encontrarme con ella fue mera coincidencia. Pero esto que pasó hace rato, no debió pasar. Debí ser más cuidadoso.
-- Entonces ibas ocultarlo.
-- Solo...iba a ser un día...
-- ¡Ibas a mentir de nuevo maldita sea! -- Todos guardaron silencio.
Menma parpadeó asustado y en cuestión de segundos tomó la mano del hombre que lo había criado.
Naruto cerró sus ojos con fuerza mientras sujetaba la mano de su pequeño. Debía dejar de lado todos los pensamientos que lo hacían ver y sentir como un cobarde.
-- Perdón...
-- No sé cuándo comenzaste a ser tan hipócrita, pero no me agrada.
-- ¡A mi tampoco me gusta mentir, pero me veo en la obligación de hacerlo!
-- Una mentira es una mentira. No importa por qué lo hagas, sigue siendo un engaño -- gruñó sus palabras.
-- Lo sé... -- admitió con aire nostálgico.
Menma observó a su padre con un poco de lástima.
Sasuke suspiró profundo y se giró sobre sus talones para regresar al supermercado -- Adiós a todos. Iré por mis cosas.
-- ¿No quieres que te acompañemos? -- preguntó Sakura, un poco preocupada por las palabras que su amigo había dejado escapar.
-- Tranquila, estaré bien. Luego hablamos Sakura.
Menma volteó para ver a Sasuke. Le sorprendió notar la misma mirada de su padre en los ojos de ese hombre.
Parecía que a ambos les había faltado decir algo.
-- Adiós Sasuke.
Naruto se rascó la nuca con ansias. Estaba a solo un paso de entrar en una crisis.
-- Tía Sakura... -- Menma sacó voz para hablar -- ¿Él estará bien, verdad?
-- ¿Quién, Sasuke...? -- la pelirrosa parpadeó sorprendida. Menma asintió -- pues... Eso espero.
-- Haa... ¿Y qué hay de mí-tebba? Tampoco me siento bien -- exclamó Naruto. Ofendido, porque lo habían ignorado.
Sakura no se hizo de esperar para empujarlo levemente con su hombro.
-- Ay...
-- Te advertí que tuvieras cuidado. Y sin embargo llamaste la atención...
-- ¡Tal vez, pero...!
Con sus brazos rodeó torpemente el cuello de Naruto para abrazarlo.
Sakura lamentaba no ser capaz de ayudar adecuadamente a sus dos compañeros.
A diferencia de Sasuke, ella no guardaba ningún rencor hacia Naruto. La jóven adulta también detestaba la manera en que ambos se reencontraron, pero no había nada más que hacer.
Por eso, al ver a Naruto frustrado, prefirió acoger su ansiedad con tal de que estuviera más tranquilo.
-- ¿Será mejor que dejemos de pensar en eso, no? -- preguntó ella.
Naruto suspiró y correspondió el abrazo incluso con más fuerza -- Si... Gracias Sakura...
El jóven adulto estaba realmente agradecido que su amiga fuera tan amable, incluso y a pesar de lo mal que ambos estaban.
De camino a su hogar, y con el sonido de la lluvia haciendo repiques en la tela de su paraguas, Naruto le entregó a Sakura un pedazo de papel que tenía escrito un número de teléfono.
Sakura miró el pedazo de papel con curiosidad. Hasta que Naruto le explicó que había perdido su número de celular y que ese que le estaba pasando era su contacto actual.
Sakura parpadeó sorprendida, evitó pensar en el pasado y dio gracias a Naruto.
Marcó de inmediato para que Naruto grabara su número también.
Entre ellos se despidieron de beso en la mejilla, Menma sonrió con ternura y de la misma manera se despidió de Sakura.
-- Adiós, cuídense... -- dijo ella con una media sonrisa dibujada en su rostro.
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En un pasado lejano.
Hace 10 años atrás...
Una salida en bicicleta no le hacía mal a nadie. Pero las cosas se tornaron un poco fastidiosas para Naruto cuando el sueño se le pasó de la cuenta.
Fue la tercera vez que los mensajes de chat acabaron a altas alturas de la noche.
Eso explicaría su somnolencia.
Una roca en medio de la calle se interpuso frente a su manubrio logrando torcer su bicicleta y por tanto voltear a Naruto contra el pavimento.
-- Por el amor de... -- Naruto citó al cielo para hallar la paz interior.
Sasuke venía detrás de él. Frenó justo antes de atropellarlo.
-- Que cara tan miserable... -- comentó divertido al ver su cara de zombie -- ¿Qué tienes, estás enfermo?
-- No estoy enfermo, pero quizás lo esté pronto... ¿Llamas a la línea de suicidios, por favor?
-- Solo levántate... -- Sasuke le ofreció una mano de apoyo, Naruto intentó cogerla pero Sasuke quitaba la mano a propósito.
-- ¡Ah, mejor déjame tirado aquí! -- finalmente se enfadó.
-- ¿Seguro...?
-- Mm... Puedo levantarme por mi cuenta-ttebayo...
El rubio levantó su cuerpo como pudo y se montó en la bicicleta.
-- No falta mucho para llegar al puente de la escuela, mejor caminemos. Además... si caes dormido será mejor que lo hagas sobre la bicicleta y no sobre el pavimento...
-- Off... ¿Ya me disculpé por haberte invitado en este estado...?
-- Disculpa aceptada.
Seguramente fue un error salir con todos esos pensamientos en la cabeza. Naruto se distraía muy fácilmente y perdía el control de sus propios movimientos.
El motivo de su desvelo eran las conversaciones por mensaje que compartía con una chica.
Y no era una chica cualquiera. Su familia era un poco problemática.
-- Ya llegamos.
-- ¿Tan pronto?
-- No estés de broma, caminamos como diez minutos.
-- Oh... ¿Bajamos ya? -- Naruto se veía emocionado. Incluso asomó la cabeza por el borde de la baranda.
Sasuke sonrió.
El lugar resguardaba cierta nostalgia por el pasado, ya que se trataba del mismo puente en el cual Naruto estuvo a punto de morir...
Bonitos recuerdos. Pensó Sasuke con ironía.
A pesar de eso, el puente era un lugar memorable. Sakura, Naruto y Sasuke habían vivido una anécdota muy peligrosa en ese puente...
La escuela había organizado una actividad por el 14 de febrero (el día del amor y la amistad).
En ese entonces Naruto no tenía amigos en especial.
Pero al ver lo competitivos que eran los compañeros de su salón, no quiso quedarse atrás con su ramo de flores y se unió a la búsqueda de flores para San Valentín, la cuál se organizó cerca del puente más cercano a la escuela.
El río era bastante caudaloso, la cantidad de agua que corría por ese río lo hacía ver peligroso. Aunque tampoco era tanto.
El pequeño rubio era temerario. En dos tiempos, no tardó en escabullirse de sus compañeros y de su cuidador con tal de ir por unas flores especiales, escondidas bajo el puente.
Caminó cuidadosamente por la ladera de la calle, llegó a un sitio pedregoso donde la arena gris era parte del suelo en la orilla del río.
Claveles. Su objetivo eran los claveles.
Naruto caminó sobre rocas y en ocasiones tuvo que saltar, pero llegó a los arbustos y encontró las dichas flores.
Cortó cinco tallos y, satisfecho, se dispuso a regresar.
Naruto no tenía forma de predecir que resbalaría en una roca mojada.
Un potente grito hizo eco en toda la zona que rodeaba el puente. Los que estaban más cerca pudieron escucharlo claramente.
Sus claveles se fueron con la corriente. Mientras tanto, Naruto conseguía sacar fuerzas para sostenerse en la rama de la que colgaba.
-- ¡Agunta un poco más! -- Una voz lejana llamó la atención de Naruto. Su cuidador apareció e intentó coger la rama desde una roca.
Naruto comenzó a moverse lentamente por la rama hasta el cuidador, pero ésta comenzó a crujir de manera intimidante -- Alto pequeño, no te muevas...
-- ¿Q-qué pasa?
El pequeño jovencito alcanzó a divisar la silueta de una chica de cabello color rosa que corría por la orilla del río junto a otro compañero.
-- Escucha, Naruto... -- el chico prestó atención al cuidador -- ...vas a tener que soltarte.
Naruto parpadeó con la boca abierta.
-- ¿¡Qué cosa-tteba?!
-- Tus compañeros te alcanzarán en una rama que hay más adelante. Recuerda que tu cabeza debe ir con la corriente, no en contra de ella...
-- ¿No puede alcanzarme con un palo o algo?
-- Vamos, tienes que confiar en nosotros. Además, la corriente no te matará.
Naruto parpadeó y cerró sus ojos con fuerza -- ¿Cabeza con la corriente, verdad?
-- Si, tu puedes hacerlo. Prometo que estarás bien...
-- Vale. Pero si muero... confieso que me comí las galletas de la directora Tsunade.
-- ¿Qué?
Naruto inhaló profundo y sin previo aviso se soltó de la rama.
En cuanto su cuerpo hizo contacto con el agua, la sangre en sus venas ardió de adrenalina, su pulso se incrementó y comenzó a rezar por su vida.
Sin embargo, prefirió no tener miedo.
Prefirió confiar en sus compañeros y en el cuidador. Así que dejó que la corriente se lo llevará.
-- ¡Atrápenlo!
Alzó sus dos manos al cielo con la esperanza de que al menos una pudieran alcanzar la salvación.
Y cuando fue sujetado por ambas manos, su corazón se atrevió a palpitar de nuevo.
El rescate fue una faena de esfuerzo para sus compañeros, cuando todos estuvieron a salvo no tardaron en reclamar al rubio por su imprudencia...
-- ¿Eres tonto, verdad...? -- Le gruñó Sasuke, sujetando a Naruto desde el cuello de su ropa.
Ese fue si primer encuentro directo con Sasuke. En cuanto pudo escapó de él.
Luego tuvo que enfrentarse a Sakura, quien no era sino peor...
-- Lo siento yo... -- ella tomó su rostro con ambas manos logrando sonrojar las mejillas de Naruto por el contacto femenino.
Ella sonrió -- Ya que el río no te mató... permite que te mate yo misma...
Naruto tragó pesado.
-- No antes de que yo lo haga... -- gruñó el chico de cabello negro, logrando estremecer con su voz gruesa a Naruto.
-- O-oigan... ¿y si mejor lo hablamos con calma? -- dijo apartándose de ellos para correr y ocultarse detrás del cuidador.
Esa... se podría decir que era la historia de cómo Naruto conoció a sus amigos.
Fue cuestión de semanas para que los tres se tomaran confianza entre si para hablar de lo idiota y despistado que era Naruto.
Pronto notaron que preferían hacer grupo entre ellos, caminar de regreso a casa, comer juntos y hasta jugar juntos durante las horas de recreo.
Al final, cada uno se convirtio en la preferencia de los otros dos. Eso resultó en los tres amigos que son en el presente.
Y esa amistad perduró durante muchos años después, hasta la actualidad.
Pasados lo años, Naruto se dio cuenta de que sus compañeros no eran toda la violencia que solían aparentar.
Sakura era un poco brusca, pero no dudaba en ser gentil cuando alguien necesitaba ayuda, era paciente y aveces un poco terca.
Sasuke podía verse muy frío y todo, pero cuando Naruto no lo fastidiaba era tipo muy agradable, era inteligente y divertido. Y para sorpresa de sus amigos, era frágil de salud...
"¿Qué quieres hacer cuando cumplamos los dieciocho?"
No hace mucho tiempo que Sakura le había hecho esa pregunta a Naruto. Él no pensó en más que hacer algunos viajes, trabajar en cultivos, acompañarlos en los trabajos o vender pan en la esquina.
Dijo que cualquiera de esas cosas lo haría feliz. La verdad no le preocupaba mucho lo que fuera a pasar.
O al menos eso pensaba hasta que conoció a Hinata y se metió en un pequeño drama familiar. Pero Naruto explicará eso más tarde y con más detalle.
Sakura quería estudiar medicina, pero dijo que estaba preocupada de tener que viajar, porque no quería dejar el pueblo en el que se crió.
Solo pensar en eso la puso muy triste...
Pensando en que ya tenían diecisiete, a Naruto le entró la curiosidad de saber qué haría Sasuke.
Así que le preguntó a Sasuke si tenía planeado hacer algo cuando cumpliera los dieciocho años y...
-- ¿Debería tener planeado algo...?
Naruto exploto en risas y carcajadas.
-- ¿Te da risa que sea sincero?. Hablo enserio cuando digo que ni siquiera lo había pensado...
-- No te preocupes... -- se limpió una lagrimita con la mano -- ¿Pero te gusta tocar guitarra, no?. Ese es un talento divertido. Ve a un programa de televisión y gana una fortuna con un buen show. Llámame cuando seas famoso -- sugirió guiñando un ojo.
-- Eso es un poco fantasioso... Pero eh postulado para becas universitarias en artes musicales...
-- Oye, eso suena bien. ¿lo hiciste por Internet...?
Sasuke y Naruto hablaron sobre Internet, hablaron de páginas extrañas y de alguna manera terminaron hablando de la señora que vendía galletas en la esquina.
Solían hablar mucho, pero de nada al mismo tiempo.
Caminaron por la orilla del río y jugaron a salpicar agua con algunas piedras.
Luego de eso descansaron un poco sobre la arena, con un parasol que habían instalado para cubrirse de la llovizna.
Sasuke notó lo cansado que seguía estando Naruto, dormir sobre arena húmeda no parecía una buena idea.
Prefirió despertar a Naruto antes de que se quedara dormido.
-- Oye, si quieres vamos a mi casa para que descanses, luego le hablas a tu mamá...
Naruto gruñó antes de envolver su cuerpo en la parca de Sasuke.
-- Cinco minutitos más...
Sasuke rodó los ojos -- Arriba a las una... -- Sasuke se levanta -- ...arriba a las dos... -- Naruto lo mira de reojo pero no dice nada -- ¡Y a las tres!
Transcurren unos segundos antes de que Naruto note que el parasol ya no lo está protegiendo de la llovizna.
-- Mah... -- su cuerpo intentó acomodarse -- Nagh... ¡LA LLUVIA!
Sasuke sonríe con malicia.
-- ¿Qué es los que quieres de mi?
El rostro de Sasuke volvió a ser tan serio como era antes -- Quiero que te levantes y vayamos a mi casa. Necesitas una siesta, urgente.
Naruto se colocó ambos brazos sobre la cara antes de decidir hacer caso a la recomendación de su compañero.
-- ¿Desde cuando te preocupas tanto por mí...?
Sasuke sonrió con sorna -- Ni creas que voy a responder eso.
-- ¿Por qué?. ¿Acaso te pone nervioso que yo lo sepa? -- Naruto frotó su hombro contra el pecho de Sasuke como si estuviera coqueteando.
-- Payaso -- no pudo evitar burlarse -- Ya, déjame tranquilo...
-- Uff... -- Naruto mordió el interior de sus labios -- ...¿Dejarte tranquilo?. Lo veo difícil...
-- Me haces otro gesto homosexual y juro que te golpeo... -- le advirtió con seriedad.
-- Jajaja okey, okey... -- Naruto ahogó una carcajada después de eso.
Sasuke negó con la cabeza. Naruto no tenía remedio.
El camino a la casa de Sasuke era aproximadamente tres o cuatro kilómetros de distancia desde su posición actual.
Tuvieron bastante tiempo para conversar de la vida.
-- ¿Vas a viajar pronto, verdad?, ¿Cuándo viajas? -- Sasuke hacía oídos sordos por pura lúdica -- ¡Oye. Hazme caso!
Lo miró de reojo, disfrutando su última gota de diversión -- ¿Quieres confesar algo antes de que me vaya a la ciudad?
-- Nah... más bien quería pedirte un favor, pero hablemos de eso en tu casa.
-- Mejor ahora. Recuerda que puedo morir en cualquier momento.
Naruto frenó su bicicleta de golpe.
Sasuke se mordió la lengua, jurando arrepentimiento en lo más profundo de su ser.
-- Sasuke, hacer bromas con tu enfermedad es cruel. No me gusta.
Sasuke miró a Naruto sobre su hombro -- Oye, no voy a disculparme por algo que me hace sentir bien.
-- Está bien... -- Naruto dejó de lado su bicicleta para acercarse a Sasuke y darle un palmazo en el hombro.
-- Auch...
-- Respeto tu opinión. Y espero que tus bromas se mantengan como bromas, porque te quiero sano y salvo. Después de todo, siendo tu amigo más cercano, tengo el deber de cuidar de tu salud mental.
Sasuke acariciaba su brazo para calmar el dolor del palmazo -- Gracias por eso. Aunque, si tú cuidas de mi salud mental es probable que termine peor. Con lo descuidado que eres...
Naruto sonrió de lado -- Ya veremos. Pero cambiando de tema... ¿Dices que tal vez sea pasado mañana?
-- Tal vez. Pero en caso de cualquier cambio, te aviso.
-- Entonces hay que aprovechar mientras haya tiempo ¿no crees?
Sasuke desordenó su cabello para mofarse de él -- Porsupuesto.
-- Ugh... Detesto que hagas eso... -- apartó como pudo las manos de Sasuke para quitárselas de encima.
-- ¿Por qué? -- sonrió con sorna -- es divertido ver cómo te enfadas.
-- ¿Eh...?
-- Nada. Sigamos caminando.
Sasuke dirigió la mirada al frente para continuar. Por otro lado, el rubio bajó la mirada y se mordió el interior de los labios con algo de nerviosismo.
Si tan solo pudiera conversar con Sasuke sobre ella...
Si hubiera sido así desde el principio, quizás estaría menos inquieto.
Hay algunos detalles que no a podido compartir con sus amigos por las circunstancias. Detalles como la posibilidad de tener que viajar lejos del pueblo... por mucho tiempo.
Pero nada impedirá que Naruto se despida adecuadamente, ¿verdad?
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